DIARIO PERSONAL DE ALFONSO XIII, 1902
Este año me encargaré de las riendas del Estado, acto de gran trascendencia tal y como están las cosas; porque de mí depende si ha de quedar en España la monarquía borbónica o la república. Porque yo me encuentro el país roto por guerras pasadas, que anhela que alguien lo saque de esta situación: la reforma social a favor de las clases necesitadas; el Ejército con una organización atrasada en los avances modernos; la marina sin barcos; la bandera ultrajada; los gobernadores y los alcaldes que no cumplen las leyes, etcétera.; en definitiva, todos los servicios desorganizados y mal atendidos. Puedo ser un rey que se llene de gloria regenerando la patria (... ). Pero también puedo ser el rey que no gobierne, que sea gobernado por sus ministros y, finalmente, llevado a la frontera (...). Espero reinar en España como rey justo. Espero, al mismo tiempo, poder regenerar la patria y hacerla, si no poderosa, al menos buscada, o sea, que la busquen como aliada. Si Dios quiere, para bien de España.
MAURA
“Uno de los primeros y más importantes orígenes del mal que aqueja a la patria consiste en el indiferentismo de la clase neutra. Yo no sé si su egoísmo es legítimo, aunque sí sobran causas históricas para explicarlo. Lo que digo es que no se ha hecho un ensayo para llamarlos con obras, que es el único lenguaje a que ellos pueden responder; llamarlos con obras vibrantes, para despertarlos y conmoverlos, para arrancarlos de su inanición y de su egoísmo, para traerlos por la fuerza a la vida pública. Por eso he dicho y repito que España entera necesita una revolución en el gobierno radicalmente, rápidamente, brutalmente; tan brutalmente que baste para que los que estén distraídos se enteren, para que nadie pueda ser indiferente y tengan que pelear hasta aquellos mismos que asisten con resolución de permanecer alejados (…).No; más que nunca es ahora necesario restablecer aquella ya casi olvidada, de tiempo que ha que fue perdida, confianza entre gobernantes y gobernados; y ya no hay más que un camino, que es la revolución audaz, la revolución temeraria desde el Gobierno, porque la temeridad es, no obra de nuestro albedrío, sino imposición histórica de los ajenos desaciertos. Nunca habría sido fácil la revolución desde el Gobierno, nunca habría sido recomendable, si hubiera podido dividirse la facultad y esparcirse la obra en el curso del tiempo; pero cada día que pasa, desde 1898, es mucho más escabrosa, mucho más difícil, y el éxito feliz mucho más incierto; y no está lejano el día en que yano quede ni ese remedio (…).Ahora es menester oponer a las izquierdas que actúan en la vida pública todas las derechas y traerlas con plenitud de sus fuerzas sociales a la vida y a la influencia del Estado.La política conservadora tiene que adoptar los procedimientos democráticos y las garantías constitucionales y los derechos individuales, que son ahora la fuerza conservadora, la única que puede salvar a la sociedad; por eso no hay ni siquiera un soloacto mío que no esté inspirado en esa convicción, y por eso creo que la política con-servadora consiste en traer íntegramente todo el fondo social a la influencia y a la acción del Estado, de modo que la democracia comprenda absolutamente la acción íntegra de las fuerzas de toda la nación, asistiendo al Gobierno”.
MAURA, A. Treinta y cinco años de vida pública, 1902-1913. Madrid, Biblioteca Nueva, 1917
“La realidad es esta: la inmensa mayoría del pueblo español está abstenida, no interviene para nada en la vida pública; de los que quedan, eliminad las muchedumbres socialistas, anarquistas y libertarias que están sobre el horizonte , en el firmamento, pero forman otra constelación y nada tienen que ver con este sistema parlamentario. De los que quedan restad las masas Carlistas y las masas republicanas de todos los matices, id contando mentalmente lo que os queda, subdividirlo entre las fracciones gobernantes , y decidme la fuerza verdadera que le queda en el País a cada una, la fuerza que representa cada organismo gobernante, con su mayoría , con su voto decisivo (..) Esta es la realidad (..) a veces lamentable, a veces asombrosas, del absoluto divorcio, de la falta de trato y comunicación entre el gobierno y el pueblo.”
Maura, Debate parlamentario, Junio de 1.901
“Yo no creo que los partidos sean un mal. Lo que deploro es que no existan; Pero todavía peor que el que no existan es simular que existen y sobre una simulación fundar un gobierno y toda la suerte de un país (...). Como es menester despertar a la opinión dormida, a la opinión desviada, a la opinión descreída y recelosa, hay un error que está muy en boga y que acaso sea lo más íntimo y trascendental del pensamiento del señor Cánovas del Castillo: el error de que las reformas que lastiman intereses colectivos, clases respetables, fuerzas del Estado, se han de mirar con mucha circunspección y que no se puede tocar a estas cosas (...).Uno de los primeros y más importantes orígenes del mal que aqueja a la patria es el indiferentismo de la clase neutra. Yo no sé si su egoísmo es legítimo, aunque sí sobran causas históricas para explicarlo (...). Por eso he dicho que España entera necesita una revolución en el gobierno (… ). No; más que nunca es ahora necesario restablecer aquella ya casi olvidada, de tiempo que ha que fue perdida, confianza entre gobernantes y gobernados; y ya no hay más que un camino que es la revolución audaz, 1a revolución temeraria desde el gobierno (...) pero cada día que pasa, desde 1898, es mucho más escabrosa, mucho más difícil, y el éxito feliz mucho más incierto; y no está lejano el día en que ya no quede ni ese remedio (...). Ahora es menester oponer a las izquierdas que actúan en la vida pública todas las derechas y traerlas con plenitud de sus fuerzas a la vida y a la influencia del Estado. La política conservadora tiene que adoptar los procedimientos democráticos y las garantías constitucionales y derechos individuales, que son ahora la fuerza conservadora, la única que puede salvar a la sociedad (...)".
ANTONIO MAURA: Treinta y cinco años de vida pública. Madrid, Biblioteca Nueva, 1917.
SOBRE EL EJÉRCITO
Todo, todo, menos tolerar lo que. se está tolerando. Todo, todo menos permitir que la turba canallesca de hijos sin madre vocifere contra la que es madre, de todos los españoles. Así lo entendieron hace algunos años unos cuantos militares de la guarnición de Bilbao. El hecho no puede haberse olvidado, porque nosotros lo recordamos con frecuencia. Celebrábase la procesión cívica del Dos de Mayo en la invicta villa y los "biscaitarras" habían enarbolado su bandera a media asta en el círculo que tienen en aquella ciudad. Al pasar la procesión por delante del Círculo, un dignísimo coronel, hoy general, vio flotar la bandera insultadora y sintió como un latigazo en el rostro. "Arriba", dijo, y todos los jefes y oficiales que iban a su lado le entendieron. Arrebatados en un mismo sentimiento, salieron de la fila, subieron al Círculo "bizcaitarra", atropellaron a los socios que querían oponerse a su paso, se apoderaron de la bandera, la hicieron pedazos, que arrojaron por el balcón, y, bajando tranquilamente, después de vengada la injuria a España, volvieron a unirse el cortejo y la procesión siguió su marcha. Allí quedaron los pedazos de la bandera y los "bizcaitarras" aterrados. Sin atreverse ni a quejarse para evitar que volvieran los militares. Desde entonces no se ha repetido la manifestación separatista en Bilbao. Pues bien: la Patria en Barcelona es la misma que en Bilbao. Los militares de. una graduación son los mismos que los de otra; los separatistas catalanes están continuamente proclamando el "Bon cop, de fals" de sus segadores. Muy bien. Aceptado. Que empiecen a segar los militares.
El Ejército Español, Madrid, 23 de noviembre de 1905
Tenemos que dar cuenta a nuestros lectores, con la brevedad que nos permite el tiempo, de un acto inconcebible de salvajismo, sólo comparable a los que acaban de ocurrir en la derrota anarquista de Rusia, Y este acto ha ocurrido, aunque parezca mentira en una ciudad civilizada. A eso de las nueve de la noche se reunieron en la Plaza Real unos trescientos oficiales y jefes, todos de uniforme. La mayoría eran de, caballería. Por la calle de la Leona fueron a la imprenta del Cu-cut, calle de Aviñón. Armados de hachas, hundieron la puerta y una vez dentro destrozaron máquinas, cajas, papel, todo lo que quisieron. Entonces se presentó el gobernador civil, al que los militares vitorearon. El grupo, conjuntamente con el gobernador, se fue calle de Fernando abajo y Rambla arriba, dirigiéndose a la redacción del Cu-cut. Allí, a golpes de hacha, hundieron la puerta y entraron en su interior, repitiéndose en mayor escala los actos inauditos de vandalismo. El gobernador civil hacia apartar a la gente e imponía silencio a los que protestaban. "Hemos de castigar con mano fuerte a los catalanistas", decía. Una vez listos de allí los oficiales so dirigieron a la redacción de La Veu. Como la puerta estaba cerrada, saltaron por el balcón y, a hachazos, rompieron los vidrios, entraron dentro al grito de " ¡Muera Cataluña! " y tiraron a la calle, muebles, libros, diarios y otros objetos, prendiéndoles fuego. También lo contemplaba el gobernador civil. ...Los oficiales, siempre acompañados del gobernador, fueron Rambla abajo y se metieron por la calle de Escudillers con intención de ir a la imprenta de La Veu. Pero los vecinos ya tenían conocimiento de los sucesos y se pusieron en actitud de defensa. Esto bastó para que los militares se retiraran, dirigiéndose al Gobierno Militar, donde dieron por terminada su "heroica" tarea. Cada cincuenta años les llega a los pueblos días en que se necesita de la solidaridad nacional. Y esta ofensa a nuestro país la recordaremos y no la olvidaremos jamás. Veremos llegar los días en que se necesitará el amor de todos; veremos esos días en esta nación débil y ruinosa. Entonces volverán a brillar las llamas de hoy y sentiremos el ardor de la sangre derramada. Hoy hace falta serenidad. Ya hablaremos. Vendrá el día en que el hecho de hoy caiga pesadamente sobre quienes lo han atizado y consentido.
La Veu de Catalunya, Barcelona, 25 de noviembre de 1905
LEY DE JURISDICCIONES
Don Alfonso XIII, por la gracia de Dios y la Constitución Rey de España(...)
Art. 3.º Los que de palabra o por escrito, por medio de la imprenta, grabado u otro medio mecánico de publicación, en estampas, alegorías, caricaturas, emblemas o alusiones injurien u ofendan clara o encubiertamente al Ejército o a la Armada o a instituciones, armas, clases o cuerpos determinados del mismo, serán castigados con la pena de prisión correccional(...). Mandamos a todos los tribunales, justicias, jefes, gobernadores y demás autoridades, así civiles como militares y eclesiásticas de cualquier clase y dignidad, que guarden y hagan guardar, cumplirá y ejecutará la presente ley en todas sus partes.
Dado en Palacio a veintitrés de marzo de mil novecientos seis. Yo el REY.
El Presidente del Consejo de Ministros, Segismundo Moret.
LEY DEL CANDADO
Don Alfonso XIII, por la gracia de Dios y la Constitución, Rey de España.A todos los que la presente vieren y entendieren, sabed: que las Cortes han decretado y Nos sancionado lo siguiente:
Artículo único. No se establecerán nuevas Asociaciones pertenecientes a Órdenes o Congregaciones religiosas canónicamente reconocidas, sin la autorización del Ministerio de Gracia y Justicia consignada en Real Decreto, que se publicará en la ‘Gaceta de Madrid’, mientras no se regule definitivamente la condición jurídica de las mismas. No se concederá dicha autorización cuando más de la tercera parte de los individuos que hayan de formar la nueva Asociación sean extranjeros.Si en el plazo de dos años no se publica la nueva ley de Asociaciones, quedará sin efecto la presente Ley.
Por tanto: Mandamos a todos los Tribunales, Justicias, Jefes, Gobernadores y demás Autoridades, así civiles como militares y eclesiásticas, de cualquier clase y dignidad, que guarden y hagan guardar, cumplir y ejecutar la presente Ley en todas sus partes.
Dado en Palacio a veintisiete de diciembre de mil novecientos diez. YO, EL REY
El Presidente del Consejo de Ministros, José Canalejas”.
Gaceta de Madrid, 28 de diciembre de 1910
SOBRE LAS JUNTAS DE DEFENSA
“La hacienda con déficit y el Estado defraudado por la riqueza oculta, recargadas ciertas fuentes contributivas, mientras otras compran la benevolencia de la investigación, para rehuir su contribución a la patria. [...]Desde luego hay que confesar que es imposible labor fructífera cuando en los últimos veinte años gobernaron 38 gobiernos con un promedio de ejercer el poder en tres o cuatro meses. [...] Esta es la culpa de los gobernantes.La del pueblo es el mal uso que hace de sus derechos de ciudadanía, vendiéndola a la influencia o al dinero, no usándolos o concediéndolos inconsciente a los vividores de la política. Pero en esta responsabilidad tiene una disculpa y le ayuda un cómplice: la inmoralidad electoral manejada por el cacique, que la cede a reembolso a los profesionales de la política ayudados por los gobiernos, que para ello entronizan la corrupción y atropellan la justicia, persiguiendo o desmoralizando a los encargados de la sagrada misión de administrarla.La ética gubernamental ha producido el cáncer que corroe al Estado español inficionando [infectado] todos sus organismos, contaminando, en mayor o menor grado, a todos sus individuos. El ejército ha resistido durante mucho tiempo el contagio, pero también por fin en él ha prendido.La influencia, el favoritismo, la burocracia, la demagogia y la anarquía como naturales consecuencias; en fin, todas las enfermedades que enumera el derecho político como causantes de la vida anormal de los estados, aquejan al español y conducen a la ruina.”
Mensaje de las juntas de defensa a Alfonso XIII (1917)
A LOS OBREROS Y A LA OPINIÓN PÚBLICA: ha llegado el momento de poner en práctica ,sin vacilación alguna, los propósitos anunciados por los representantes de la Unión General de Trabajadores y la Confederación Nacional del Trabajo en el manifiesto suscrito por estos organismos en el mes de marzo ultimo.
Durante el tiempo transcurrido desde esa fecha hasta el momento actual, la afirmación hecha por el proletariado al demandar como remedio a los males que padece España un cambio fundamental de régimen político, ha sido corroborada por la actitud que sucesivamente han ido adoptando importantes organismos nacionales desde la enérgica afirmación de la existencia de las Juntas de Defensa del Arma de Infantería, frente a los intentos de disolución de esos organismos por los Poderes públicos, hasta la Asamblea de Parlamentarios celebrada en Barcelona el día 19 de Julio, y la adhesión a las conclusiones de esa asamblea de numerosos ayuntamientos, que dan público testimonio de las ansias de renovación que existen en todo el país. Durante los días fabulosos en los cuales se han producido todos estos acontecimientos, el proletariado español ha dado pruebas de serenidad y reflexión que tal vez hayan sido interpretadas por las oligarquías que detentan el poder como manifestaciones de falta de energía y de incomprensión de la gravedad de las circunstancias actuales.
Si tal idea se han formado los servidores de la monarquía española, se han engañado totalmente (...) Pedimos la constitución de un Gobierno provisional que asuma los poderes ejecutivo y moderador, y prepare, previas las modificaciones imprescindibles en una legislación viciada, la celebración de elecciones sinceras de unas Cortes Constituyentes que aborden en plena libertad los problemas fundamentales de la Constitución política del país. Mientras no se haya conseguido este objeto, la organización obrera española se halla absolutamente decidida a mantenerse en su actitud de huelga.
lnstrucciones para la huelga. En el momento en que se reciba la orden de huelga, dada por los Comités Nacionales de la U.G.T. y del Partido Socialista, los obreros procederán a la paralización de todos los trabajos, de tal modo que el paro resulte completo, tomando las medidas necesarias para que se incorporen al movimiento los tranviarios, ferroviarios, cocheros, panaderos, ramo de alumbrado; obreros municipales, dependientes de comercio, etcétera.
Madrid, 12 de agosto de 1917. Por el Comité Nacional de la Unión General de Trabajadores: Francisco Largo CabalIero; vicepresldente; Daniel Anguiano, vicesecretario, Por el Comité Nacional del Partido Socialista: Julián Besteiro, vicepresidente; Andrés Saborit, vicesecretario.
SOBRE LA HUELGA DE LA CANADIENSE
“Este gran conflicto [Huelga de "La Canadiense"] declarado a la poderosa empresa del alumbrado público no tiene par en la historia de las luchas modernas del proletariado.La bella ciudad del Mediterráneo careció de luz durante algunas semanas, faltó el agua y aquella formidable huelga acabó por arrastrar a todos los servicios públicos...Pretendiendo el Estado intervenir en el conflicto y no tolerándolo los trabajadores, el poder público recurrió a una estratagema: se apropió de las fábricas. Entonces, el Estado patrón vino a nosotros y accedió a nuestras demandas, Se produjeron numerosos actos de verdadero heroísmo.Los presos sociales, muchos centenares, arrestados antes y durante la gran lucha, fueron también libertados, todos...menos cinco, entre ellos el que suscribe estas líneas.Resuelto con una victoria sin precedentes para la clase obrera aquel conflicto, normalizada ya la vida de la población y vuelto las empresas a recuperar sus fábricas, a los cinco días las organizaciones obreras de la región que se habían juramentado para alcanzar la libertad de los cinco presos -los cinco sometidos a proceso- declaran pacíficamente el paro general de toda la producción en las cuatro provincias catalanas. El Gobierno, que preveía lo que ocurrió, declaró nuevamente el estado de guerra y encarceló a más de 6.000 trabajadores en la región. Las cárceles y los buques del puerto habilitados para ergástulas fueron insuficientes para albergar a tantos detenidos, por lo cual se utilizaron como prisiones las plazas de toros.La organización, victoriosa hasta unos días antes, se vio desmoralizada con la nueva represión, sometida nuevamente a la clandestinidad...se reproduce la acción terrorista que ya se dibujara el año anterior. El terrorismo llega para suplantar la acción colectiva reposada y serena, realizada anteriormente.”
BUENACASA, M.: El movimiento obrero español (1886-1926), 1927. Madrid, ed. Júcar, 1977
SITUACION EN ANDALUCIA
“El origen de los actuales conflictos es motivado por la carestía de las subsistencias, de una parte, y de otra por la intransigencia de la clase patronal, opuesta siempre a conceder aumentos en los salarios [...].En este pueblo y su provincia, el trabajo en la agricultura se presta de dos maneras: trabajando en el ruedo y por temporadas; sus horas de salida al trabajo son: en el ruedo, media hora después de apuntar el sol y regresar después de ponerse; de temporada, de sol a sol; las horas de descanso son: dos comidas en todas las estaciones del año, que oscilan entre treinta y cinco a cuarenta minutos cada una, tres paradas en otoño, tres en invierno, cuatro en primavera y cinco en verano; en estas paradas se invierten de veinte a veinticinco minutos, y dos horas de siesta en esta última época, pues tanto las comidas como las paradas dependen de la voluntad del capataz que dirige el trabajo.Las temporadas son de veinticinco a treinta días, y hasta cuarenta, según el tiempo que media entre festividad y festividad, y el jornal en metálico es el mismo, y además en especies (aceite, vinagre, ajos y sal) se les da una cantidad no mayor de 40 céntimos. En lo que afecta a los alojamientos (dormitorios), son pésimos, y ninguno, por lo regular, reúne condiciones de salubridad; las camas son de paja, y mala, y peor es (salvo excepciones) que la misma paja, tras que es poca, sirve para todo el año, teniendo que dormir en ella cuantos trabajadores van a dichas fincas durante todo el año.”
Información sobre el problema agrario en la provincia de Córdoba. Instituto de Reformas Sociales. 1919
“El origen de los actuales conflictos es motivado por la carestía de las subsistencias, de una parte, y de otra por la intransigencia de la clase patronal, opuesta siempre a conceder aumentos en los salarios [...].En este pueblo y su provincia, el trabajo en la agricultura se presta de dos maneras: trabajando en el ruedo y por temporadas; sus horas de salida al trabajo son: en el ruedo, media hora después de apuntar el sol y regresar después de ponerse; de temporada, de sol a sol; las horas de descanso son: dos comidas en todas las estaciones del año, que oscilan entre treinta y cinco a cuarenta minutos cada una, tres paradas en otoño, tres en invierno, cuatro en primavera y cinco en verano; en estas paradas se invierten de veinte a veinticinco minutos, y dos horas de siesta en esta última época, pues tanto las comidas como las paradas dependen de la voluntad del capataz que dirige el trabajo.Las temporadas son de veinticinco a treinta días, y hasta cuarenta, según el tiempo que media entre festividad y festividad, y el jornal en metálico es el mismo, y además en especies (aceite, vinagre, ajos y sal) se les da una cantidad no mayor de 40 céntimos. En lo que afecta a los alojamientos (dormitorios), son pésimos, y ninguno, por lo regular, reúne condiciones de salubridad; las camas son de paja, y mala, y peor es (salvo excepciones) que la misma paja, tras que es poca, sirve para todo el año, teniendo que dormir en ella cuantos trabajadores van a dichas fincas durante todo el año.” Información sobre el problema agrario en la provincia de Córdoba. Instituto de Reformas Sociales. 1919 |
SOBRE EL PISTOLERISMO
“Ante la nueva campaña de atentados que hace días viene reproduciéndose con el salvajismo peculiar de sus autores, creemos de todo punto indispensable llamar la atención de nuestros compañeros, para evitar, en lo posible, las tristes consecuencias que en parecidas ocasiones hemos tenido que lamentar.
Con toda la brutalidad de los hechos, ha quedado demostrada la indefensión en que vivimos. El Gobierno actual, como el anterior (y seguramente como los que le sucedan en estos turnos más o menos pacíficos), permanece cruzado de brazos ante problema tan pavoroso, como si la ola de cobardía que nos envuelve naciese precisamente en aquellas esferas donde mayores y más efectivas deben ser las responsabilidades sociales. El cuadro que se ofrece a nuestra vista nos da derecho a suponer que ha llegado la triste hora de abandonarnos a nuestro propio impulso y a nuestra sola iniciativa; pues si, como parece, todo en materia gubernamental está sujeto a las, veleidades de la política, tan minúscula y personal en España, poco o nada cabe esperar en momentos de suprema angustia, como son los presentes.
Mientras esas devastadoras consecuencias de la política ofrecen el espectáculo del crimen a diario y la impunidad de sus autores, mientras la masa obrera se ve igualmente indefensa y coaccionada por el terror, nosotros, que ponemos en la vida nacional algo más tangible que el ingenio y la travesura política ;nosotros, que somos acaso los únicos que figuramos frente el capítulo de las cargas del Estado, siendo también los únicos que tenemos el fruto de nuestra energía y de nuestro trabajo a merced de la incuria gubernamental, damos una vez más la voz de alerta a nuestros compañeros, para encarecerles la necesidad de una absoluta identificación en nuestra actitud.
No es posible que, en estos momentos de crisis, triunfe, como por desgracia para todos ha triunfado, el espíritu mezquino de unos cuantos, dominados por la ambición o por el miedo. La gravedad de las circunstancias nos obliga a dar la cara, y sin altanerías ni provocaciones, pero con toda la fuerza que suministran la razón y el derecho, es indispensable que cada cual en su casa se imponga y rechace todo germen de indisciplina o falta a lo anteriormente pactado con sus obreros.
El Federado que en estos momentos sienta temores personales y ceda ante amenazas por motivos injustificados, incuba, con este proceder, el germen del asesino que mañana atentar contra la vida de un compañero y del que otro día acabará con la del patrono acobardado.
El Federado que, por egoismo, por sordidez, trate de aprovechar en su beneficio personal las circunstancias desfavorables por que atraviesen sus compañeros, además de cometer una acción tan vergonzosa como inicua, siembra el odio, excita a la desconfianza general y desmoraliza en suma toda la enorme fuerza ya creada, cual significa y es esta Federación, único baluarte donde podemos defendernos.
Si cada Federado en su casa cumple con su deber de hombre consciente y digno, es posible que nos sobre fuerza para resistir los mayores ataques.
La consciencia y la dignidad, en tales casos, no significan otra cosa que mantener firmes todos los acuerdos de la clase, elevar el concepto de compañerismo y de unión a las más puras esferas y estimular, con el afecto y la consideración que se merece, a esa enorme masa obrera tan indefensa y atropellada en sus derechos, como lo está la, clase patronal, por una ínfima minoría que ha descubierto, como sistema definitivo para triunfar, la comisión del crimen con todas sus más execrables agravantes. “
Federación Patronal de Cataluña, Barcelona, 14 de septiembre de 1920
SOBRE PISTOLERISMO
“A mediados de 1918 me sorprendió un día en mi despacho de la fábrica la visita de unos cuantos hombres, para mi completamente desconocidos y que, sin dejarse anunciar, penetraron con resolución tras el mozo de mi casa que venía a avisarme de su presencia [...]. Pensé que: era inútil toda energía y resistencia. Se contaba de un industrial que no había querido recibirlos y que, por este solo hecho, tuvo que soportar una larga huelga de sus propios operarios; de otro que había dado aviso por teléfono a la policía de la presencia de la comisión del sindicato y desde aquel día perdió la tranquilidad por las violencias de que se le hizo objeto. [...]Al recordar todo esto, pasé por todo. Ellos no habían venido a discutir, sino a ordenar. Cuando se despidieron, todo el personal de mi casa estaba afiliado al Sindicato Único. De este modo, con una propaganda tenaz, con una campaña enérgica, que coincidía con toda clase de coacciones, huelgas y otras violencias, se impuso a todos los obreros la nueva organización.”
P. GUAL VILLALBÍ, Memorias de un industrial de nuestro tiempo, 1923
SOBRE PISTOLERISMO
“El año 1921 vio agudizarse el sistema criminal llamado "Ley de Fugas", que ya había sido ensayado durante el mando del gobernador Maestre Laborde, conde de Salvatierra. El procedimiento es sabido, pero lo vamos a especificar aquí para conocimiento de las nuevas generaciones que tienen la suerte de no haber vivido aquellos tiempos. Los guardias llevan conducidos a varios presos, a pie y de noche, de la cárcel al palacio de Justicia, o viceversa; cuando no hay posibles testigos, los guardias, que previamente han dejado adelantar a los presos, absortos en sus pensamientos, disparan a distancia sobre los conducidos, les matan y luego dan parte a sus superiores, alegando que las víctimas intentaban fugarse. De uno de estos asesinatos se salvó un muchacho de Castellón, llamado Parra, que, herido, se hizo el muerto, y cuando en el depósito de cadáveres del Hospital Clínico se consideró fuera de peligro, dio señales de vida y fue conducido a una sala y curado de varias heridas no vitales. Después fue mandado, de nuevo, a la cárcel. Allí explicó cómo se había efectuado el crimen […]”
BUESO, Adolfo: Recuerdos de un cenetista.1976: Barcelona. Editorial, Ariel
MARRUECOS Y ANNUAL
Y empezaron los ataques aislados a posiciones de avanzada. Sin apretar mucho, pero casi continuos. El mando en Melilla no se alarmó. El alto comisario, residente en Tetuán, preguntó a Silvestre sobre la gravedad de los ataques. El general contestó que no era cosa de importancia, y que si los ataques seguían efectuaría una expedición punitiva que acabaría con los díscolos en pocos días. El alto comisario le aconsejó mucha prudencia, pues el ambiente político era malo en España y una campaña militar sería mal vista, Silvestre no contestó al alto comisario y se puso en relación directa con el rey. El soberano, por su parte, nada indicó a sus ministros.
Y empezaron los ataques aislados a posiciones de avanzada. Sin apretar mucho, pero casi continuos. El mando en Melilla no se alarmó. El alto comisario, residente en Tetuán, preguntó a Silvestre sobre la gravedad de los ataques. El general contestó que no era cosa de importancia, y que si los ataques seguían efectuaría una expedición punitiva que acabaría con los díscolos en pocos días. El alto comisario le aconsejó mucha prudencia, pues el ambiente político era malo en España y una campaña militar sería mal vista, Silvestre no contestó al alto comisario y se puso en relación directa con el rey. El soberano, por su parte, nada indicó a sus ministros.
Como las agresiones seguían, y cada vez, más frecuencia, Silvestre remitió un telegrama cifrado al rey, pidiendo permiso para atacar a los rifeños. El rey contestó: "De frente, marchen los valientes. ¡Viva España!”
SOBRE MARRUECOS
Silvestre sabía que Abd el-Krim andaba por su cabila, ya sublevada, y quiso acabar con él. Para ello organizó a toda prisa una columna con una división de infantería, tres baterías de artillería ligera y un escuadrón de caballería, como exploradores. La columna se puso en marcha de madrugada con el buen mejor humor. El general iba a la cabeza, montando un caballo blanco. Los soldados no sabían, naturalmente, adónde iban ni a qué. Avanzaron todo el día sin encontrar resistencia. Se cañoneaban los aduares antes de llegar a los mismos, pero no se veía un solo moro por parte alguna. Esta anormalidad no preocupó al mando. Llegaron cerca de los poblados de la cabila de Alhucemas al anochecer. Se dio orden de acampar en unos montículos, no sin antes haber lanzado un centenar de obuses a los aduares cercanos.
Las tropas se dispusieron dormir bajo las estrellas, sin tiendas ni impedimenta, los macutos vacíos y cien balas en las cartucheras. Todo parecía un paseo militar...Pero a la una de la noche, como un alud, se precipitaron sobre la columna centenares de moros armados de fusiles o gumías en mano. Lo hicieron según su costumbre favorita: dando grandes gritos guturales, que impresionaban enormemente a los pobres soldados, despertados tan bruscamente.
El desconcierto fue general. Nadie sabía qué hacer. Los moros estaban por todas partes, disparando a quemarropa o hundiendo sus gumías en las gargantas que encontraban a su paso. Nunca se ha publicado el número de bajas de aquella noche horrible. Debieron ser millares. Los que pudieron escapar a la masacre no pararon hasta Melilla, donde dieron la alarma. El general Silvestre desapareció y nunca más se supo cuál fue su suerte.”
BUESO, Adolfo: Recuerdos de un cenetista.1976: Barcelona. Editorial, Ariel
EXPEDIENTE PICASSO
“... la desmesurada extensión de las diversas líneas militares tendidas en el territorio [..] la existencia de las cabilas armadas dejadas a retaguardia; pretender en tales condiciones adelantar temerariamente en el territorio insumiso y foco de la rebeldía sin medios adecuados ni preparación política, fiando en el azar y contando con la estrella, en demanda de la bahía de Alhucemas[..] fiar la seguridad del territorio de retaguardia, al cúmulo de posesiones dispersas, deficientemente organizadas , mal abastecidas y guarnecidas, con disgregación de las fuerzas y constituyendo en si mismas grave cuidado y compromiso. La falta de líneas escalonadas de apoyo para el caso de un obligado repliegue, eventualidad descartada de los cálculos del mando; y una vez provocados los sucesos, la acumulación apremiada en el frente, amenazado de todas las fuerzas disponibles de la región, con desguarnecimiento de la retaguardia y de la plaza, haciendo irreparable, por el fatal concierto de dichas circunstancias, las consecuencias del descalabro y de la desastrosa retirada, sobrevenida impensadamente para el Mando, pero ante el temor si no en la previsión de los que serenamente consideraban la situación del territorio.”
Información gubernativa instruida para esclarecer los antecedentes y circunstancias que concurrieron en el abandono de las posiciones del territorio de la Comandancia General de Melilla en julio de 1921 (Expediente Picasso)
Golpe de estado de Primo de Rivera
«Al País y al Ejército. Españoles:
Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos amando la Patria no ven para ella otra salvación que liberarla dejos profesionales de la política, de los hombres que por una u otra razón nos ofrecen el cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron el año 98 y amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de la política de concupiscencias ha cogido en sus mallas, secuestrándola, hasta la voluntad real. Con frecuencia parecen pedir que gobiernen los que ellos dicen no dejan gobernar aludiendo a los que han sido su único, aunque débil freno, y llevaron a las leyes y costumbres la poca ética sana, el tenue tinte de moral y equidad que aún tienen; pero en la realidad se avienen fáciles y contentos, al turno y al reparto, y entre ellos mismos designan la sucesión.
Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros u hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina. Basta ya ce rebeldías mansas, que sin poner remedio a nada, dañan tanto y más a la disciplina, que está recia y viril, a que nos lanzamos por España y por el Rey.
Este movimiento es de hombres: el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que espere en un rincón, sin perturbar los días nuevos que para la Patria preparamos. Españoles: iViva España y viva el Rey!
No tenemos que justificar nuestro acto, que el pueblo sano demanda e impone. Asesinatos de prelados, exgobernadores [...], rastreras intrigas políticas, tomando por pretexto la tragedia de Marruecos; incertidumbre ante este gravísimo problema nacional, indisciplina social [...],impune propaganda comunista (...)».
Miguel Primo de Rivera, Capitán General de la Cuarta Región.
La Vanguardia, Barcelona 13 de septiembre de 1 923.
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