REFORMAS QUE
LLEVAN A LA GUERRA CIVIL
El día 17 de julio de 1936 se sublevaron las tropas
de Melilla y el 18 se produce en la Península el “Glorioso Alzamiento
Nacional”. El detonante de estas acciones fue el asesinato de Calvo Sotelo.
Pero las causas de la Guerra Civil, que se extenderá la hasta 1939, son mucho
más complejas.
En la Guerra Civil se
concentran muchos de los problemas que venía arrastrando la sociedad.
No es solo un enfrentamiento entre fascismo –azules- y comunismo –rojos-.
El Alzamiento significó que las reformas que se intentaban llevar a cabo
por la República para modernizar España chocaron con la oposición de las
clases dirigentes, que temiendo a la revolución y a la pérdida de los sus
privilegios optaron por la vía do golpe de Estado. La guerra también es
resultado de la dinámica social y política de los años treinta; pero en la
guerra también estará presente el enfrentamiento de clases, la contienda
religiosa, el choque entre nacionalismos y el enfrentamiento entre el fascismo
y el comunismo.
El día 14 de abril de
1931 se produce la proclamación de la 2ª República, como consecuencia de las
elecciones municipales del día 12 que le dieron la victoria, en las grandes
ciudades, a las candidaturas republicanas y socialistas. Toman el gobierno los
firmantes del Pacto de San Sebastián. Forman un gobierno, dirigido por Alcalá
Zamora, en el que entran los principales partidos y líderes: Azaña, Largo
Caballero, etc., y comienzan con una política de reformas que será continuada
hasta noviembre de 1933 por el gobierno del Bienio Reformista, con Azaña como
jefe de gobierno. Este conjunto de reformas van a ser vistas por los partidos
de derechas y autoritarios como un ataque.
Las reformas están defendidas polos partidos de izquierdas y republicanos.
Al conjunto de estos partidos se refiere Diego
Martínez Barrio en el doc. 2 (párrafo 2). Entre los partidos de izquierdas
más importantes tenemos a: el PSOE, defiende las demandas de los trabajadores
industriales y del campo, entre sus líderes están: Indalecio Prieto, Largo
Caballero, Besteiro, etc.; el partido comunista con Dolores Ibarruri
(Pasionaria); la CNT, etc. Entre los partidos republicanos destacan: Acción Republicana de Azaña. Partido
Republicano Radical Socialista de Marcelino Domingo. Organización Republicana
Galega Autónoma (ORGA) de Casares Quiroga. Esquerda Republicana de Catalunya de
Francesc Maçiá y Lluis Companys. Estos partidos defienden la realización de las
reformas, en mayor o menor grado, cuentan con el apoyo de la pequeña burguesía,
clases medias urbanas y muchos intelectuales. Este grupo salió triunfante en
las elecciones de febrero del 36, agrupados en la candidatura del Frente
Popular (concretada en enero del 36 por republicanos, socialistas y comunistas),
y les permitió tomar el poder y formar un gobierno dirigido por Azaña y después
por Santiago Casares Quiroga, al producirse el cese de Alcalá Zamora y el
ascenso a la presidencia de la República de Azaña. Formaron un gobierno, al que
se refiere Martínez Barrio el el Doc. 2.,
que solo está formado por republicanos de Izquierda Republicana y de Unión
Republicana, pero que cuenta con el respaldo en el Parlamento de los otros
grupos del Frente Popular.
Los partidos contrarios a
las reformas son, sobre todo, los partidos autoritarios que se muestran
contrarios a la legalidad republicana, son antimarxistas y defienden: unidad de
la patria, orden y catolicismo. Entre los partidos más importantes tenemos a la
Falange Española de José Antonio Primo de Rivera, a las Juntas de Ofensiva Nacional
Sindicalista o el grupo Comunión Tradicionalista (Carlistas) y Renovación
Española de Calvo Sotelo. Estos grupos cuentan con el apoyo de la oligarquía
terrateniente y de la alta burguesía financiera e industrial. Al lado de estos
están los partidos de derechas: el Partido Agrario, Acción Popular, base de la
CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas, 1933) de Gil Robles, Lliga Catalana, Partido
Nacionalista Vasco e Organizaciones sindicales católicas. Defienden una visión
cristiana de la vida, los derechos de la iglesia, la propiedad privada y el
orden. Cuentan con el apoyo de pequeños y medianos propietarios agrarios y
burgueses urbanos. Al lado de estos grupos también se mueve el partido de
Alcalá Zamora y el Republicano Radical
de A. Lerroux.
Las reformas son hechas, por los partidos republicanos y de izquierdas,
con la intención de dar respuesta a los principias problemas que venía arrastrando
la sociedad española y para dar satisfacción a las demandas de los trabajadores.
Unas reformas afectan a la
legislación en materia laboral (jornada de 8 horas, decreto de términos
municipales, etc.) que pretenden dar satisfacción a las demandas de los
trabajadores, calmar el campo, e mantener los salarios. Pero causará dificultades para hacer la recogida de los cosechas (en los momentos de apuro no se
puede contratar más trabajadores y se pierden las cosechas) e impide la
movilidad de los campesinos cuando quedan sin trabajo en su ayuntamiento).
Unida a estas reformas se encuentra la
reforma agraria. Era una das grandes reformas, pretendía solucionar el
atraso del campo y dar tierras a los jornaleros. Pero estas reformas no
llegaron a los campesinos. La reforma agraria fue muy lenta. El Instituto de
Reforma Agraria, creado para hacerla, no contó con técnicos suficientes, ni
estaba bien organizada, ni tenía el presupuesto
adecuado. Así el reparto de tierras fue mínimo y provocó un gran
descontento y múltiples conflictos (Arnedo, Casas Viejas, Castilblanco), que ayudaron
a desestabilizar a la República, a desacreditar al gobierno y a alarmar a los
partidos de derechas. A esta situación alude F. Franco en doc. 1 (lín. 1y 2 “… la anarquía reina en la mayoría de los
campos…”). Además, provocó el rechazo de los partidos agrarios y de derechas, ya
que las tierras a repartir provenían de la expropiación a los grandes propietarios.
E estas expropiaciones se hacían sin indemnizar (las tierras de los Grandes de
España), o con indemnizaciones con títulos de deuda, que estaban muy devaluadas.
Otra das reformas es la de la descentralización
del Estado. El reconocimiento a la creación de autonomías en la Constitución
de 1931 es vista por la derecha como el inicio de la fragmentación de España
(“ni unidad de la patria” dice Franco en el doc. 1, lín. 10). Por ese motivo se opone a la realización de los
Estatutos de autonomía. Hay que aclarar que los partidos los republicanos
tampoco eran muy partidarios de un gran autogobierno por parte de las regiones.
La Constitución establecía un estado Integral, para defender un estado
unitario. El único estatuto aprobado es el catalán (el estatuto de Nuria), y se
hizo por el apoyo que le dio Azaña en
1932. Azaña apoyó el estatuto para conseguir el apoyo de Esquerra Republicana
de Cataluña, después del intento de golpe de estado de Sanjurjo. Desde ese
momento Cataluña contará con un gobierno
(Generalitat) y parlamento propio que será suspendido en 1934, por el gobierno
radical-cedista, a raíz de los sucesos de octubre del 34, quedando el estatuto
en suspenso y encarceladas las autoridades autonomistas catalanas. La
realización de los estatutos del País Vasco y Galicia será más lenta y no
llegará a ser aprobado antes del inicio de la Guerra Civil.
Otra de las reformas que causa muchos problemas es la religiosa. Había que disminuir el poder
de la Iglesia y su influencia en la vida
política y social, separar Iglesia y Estado y construir un estado laico. Pero
estas reformas chocarán con la oposición de la jerarquía católica, muy
conservadora, y de amplios sectores católicos. Por otra parte también se
generará un fuerte sentimiento anticlerical, que se traduce en ataques a la
iglesia (como los sucesos del 11 de mayo de 1931). La política de secularización llevada a cabo
por el gobierno (“España ha dejado de ser católica”, dijo Azaña), incluía
medidas como la supresión de los gastos de culto y clero, la libertad de
cultos, matrimonio civil, divorcio, etc.
Otra reforma es a Educativa
que desarrolla Fernando de los Ríos. Pretendía eliminar las altas tasas de
analfabetismo, mejorar el nivel cultural de la población y modificar la
mentalidad de la gente creando ciudadanos libres y responsables. La educación
básica tenía que ser: obligatoria, gratuita y laica. Se producirá un fuerte
aumento a pesar de las carencias presupuestarias. Para ayudar a extender la
instrucción se promocionaran muchos maestros, se pondrán en marcha las Misiones
Pedagógicas y la formación de agrupaciones como La Barraca. También es fuente
de enfrentamientos al ser una educación laica y contará la con la oposición de
los grupos de derechas.
Finalmente, otra de las reformas que crea un fuerte enfrentamiento
es la militar. Azaña desde el
ministerio de la Guerra intentó emprender una profunda reestructuración y
reforma del ejército con dos objetivos claros: disminuir el poder político de
los militares y reducir el número de cuerpos y oficiales, aumentando su
eficacia. Entre las medidas adoptadas estaban: la Ley de Juramento de lealtad a
le República, la supresión de la Ley de Jurisdicciones (vuelven los delitos de
ofensas a la patria a la jurisdicción civil); la Ley del Retiro, para suprimir
oficiales y antirrepublicanos, conseguir un ejército fiel a la República,
permitía el retiro de los oficiales con el sueldo entero; y el cierre de la Academia General de Zaragoza,
por ser un “centro antirrepublicano”. El conjunto de estas reformas es visto por
los militares como un ataque, lo que unido a las otras reformas (sobre todo
autonómica) hace que formen un grupo opositor muy fuerte y clave en la
realización del golpe del 36, como es la Unión Militar Española.
La realización de estas reformas no son las únicas causas. Junto a
ellas tenemos que citar el desarrollo de otros elementos que aumentaron la
conflictividad durante la República.
Un elemento que no se puede olvidar son las dificultades
económicas de la República. Se desarrolla durante la Gran Depresión y esto
provocó la merma de recursos, la caída de
la producción, la falta de inversiones, etc. Todo esto provoca grandes
dificultades presupuestarias y la falta de dinero para poner en práctica las
reformas. Por otra parte los empresarios reducen las inversiones, y todo se
traduce en un fuerte aumento de la conflictividad social (huelgas, manifestaciones) e inestabilidad en los gobiernos.
También hay que citar el crecimiento de posiciones fascistas
(Portugal, Italia, Alemania) y el cremento del marxismo y el avance del comunismo
sobre Europa Occidental (extensión de la III Internacional comunista, y
política de ayuda a los partidos comunistas desde la URSS) que es vista como
una amenaza por los partidos de derechas y burgueses.
Finalmente, citar la propia dinámica de la República: gobiernos
inestables, con cambios fuertes: primero el gobierno del Bienio Reformista, que
propone las reformas; segundo el gobierno radical-cedista, que paraliza las
reformas; tercero la revolución del 34 y la suspensión de la autonomía
catalana; cuarto, la llegada del Frente Popular y la aceleración de reformas;
quinto la fuerte radicalización y conflictividad social en el 36 que desemboca en
los asesinatos del teniente Castillo y Calvo Sotelo, que actúan de detonantes
del golpe.
Con estos antecedentes, desde que se produce la victoria del Frente
Popular, en las elecciones de febrero del 36, se aceleran los preparativos del
golpe de Estado. Mientras el gobierno de
Azaña, y después el de Casares Quiroga, recupera el programa de reforma, los
partidos falangistas, sobre todo Falange de José Antonio Primo de Rivera, pasan
a una política de violencia (puños y pistolas), rechazo y enfrentamiento con los
partidos de izquierda. Por su parte, los militares que veían amenazados
sus intereses corporativos, y su concepción tradicional de España y
del orden social, etc., comienzan a preparar el golpe. En febrero, ya presionaron a Portela
Valladares para que no hiciese el traspaso de poderes al nuevo gobierno, pero
no tuvo éxito. El 8 de marzo se reúnen en Madrid altos militares: el proyecto
era un primer levantamiento en a África, secundado después por pronunciamientos
simultáneos en muchas guarniciones en la Península. El pronunciamiento
sería dirigido por Sanjurjo (desterrado en Portugal) y en él estaba Mola,
Franco, Goded, Varela, Ponte Orgaz, Saliquet, Fanjul, Quipo de Llano y Cabanellas,
y contaban con el apoyo de la UME (Unión Militar Española, grupo de militares
muy descontento con la República) y de
fuerzas de derechas que pretendía sustituir el gobierno de izquierdas por un
directorio militar.
El gobierno de Casares Quiroga toma alguna medida contra los golpistas,
como desplazarlos de Madrid, pero son ineficaces.
En el verano la situación es más tensa y en julio se producen los
acontecimientos clave: el día 12, un grupo de extrema derecha asesina a José
Castillo, teniente de la Guardia de Asalto, en represalia por la muerte de un
falangista; el 14, un grupo de guardias de asalto asesina a Calvo Sotelo.
El día 17 de julio de 1936 las tropas españolas del Protectorado
de Marruecos se sublevan contra la República. El día 18 se alzan en la
Península. Empezaba la Guerra Civil
El
golpe no triunfa y deja a España dividida en dos bandos irreconciliables: el Bando Nacional, la derecha, los azules, los sublevados, los
facciosos que contarán con el apoyo
de la mayor parte de la oficialidad y tropa del ejército de Tierra, Guardia
Civil, de los propietarios agrarios, de los afiliados a los partidos de
derechas, de los grupos católicos, de los carlistas, de la Iglesia (calificará
el movimiento militar como una cruzada contra el comunismo y en defensa da fe
católica), etc. El bando republicano,
los rojos, “los hijos de Caín”, contaba con el apoyo de parte del ejército de Tierra,
de la Aviación, Marina, de la Guardia de
Asalto, de las masas obreras urbanas de las ciudades industriales, de la
pequeña burguesía urbana y de los jornaleros del sur de España. Se iniciará una
larga y dura guerra civil que rematará en la victoria de las tropas de Franco y
en el establecimiento de una dictadura militar que durará hasta la muerte del
dictador, Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975.
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