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miércoles, 21 de septiembre de 2011

PROPUESTA DE SOLUCIÓN EXAMEN MOTIVOS CONFLICTIVOS QUE LLEVAN A LA GUERRA CIVIL. MODELO 2007

REFORMAS QUE LLEVAN A LA GUERRA CIVIL

El día 17 de julio de 1936 se sublevaron las tropas de Melilla y el 18 se produce en la Península el “Glorioso Alzamiento Nacional”. El detonante de estas acciones fue el asesinato de Calvo Sotelo. Pero las causas de la Guerra Civil, que se extenderá la hasta 1939, son mucho más  complejas.
En la Guerra Civil se concentran muchos de los problemas que venía arrastrando la sociedad. No es solo un enfrentamiento entre fascismo –azules- y comunismo –rojos-. El Alzamiento significó que las reformas que se intentaban llevar a cabo por la República para modernizar España chocaron con la oposición de las clases dirigentes, que temiendo a la revolución y a la pérdida de los sus privilegios optaron por la vía do golpe de Estado. La guerra también es resultado de la dinámica social y política de los años treinta; pero en la guerra también estará presente el enfrentamiento de clases, la contienda religiosa, el choque entre nacionalismos y el enfrentamiento entre el fascismo y el comunismo.

El día 14 de abril de 1931 se produce la proclamación de la 2ª República, como consecuencia de las elecciones municipales del día 12 que le dieron la victoria, en las grandes ciudades, a las candidaturas republicanas y socialistas. Toman el gobierno los firmantes del Pacto de San Sebastián. Forman un gobierno, dirigido por Alcalá Zamora, en el que entran los principales partidos y líderes: Azaña, Largo Caballero, etc., y comienzan con una política de reformas que será continuada hasta noviembre de 1933 por el gobierno del Bienio Reformista, con Azaña como jefe de gobierno. Este conjunto de reformas van a ser vistas por los partidos de derechas y autoritarios como un ataque.

Las reformas están defendidas polos partidos de izquierdas y republicanos. Al conjunto de estos partidos se refiere Diego Martínez Barrio en el doc. 2 (párrafo 2). Entre los partidos de izquierdas más importantes tenemos a: el PSOE, defiende las demandas de los trabajadores industriales y del campo, entre sus líderes están: Indalecio Prieto, Largo Caballero, Besteiro, etc.; el partido comunista con Dolores Ibarruri (Pasionaria); la CNT, etc. Entre los partidos republicanos destacan: Acción Republicana de Azaña. Partido Republicano Radical Socialista de Marcelino Domingo. Organización Republicana Galega Autónoma (ORGA) de Casares Quiroga. Esquerda Republicana de Catalunya de Francesc Maçiá y Lluis Companys. Estos partidos defienden la realización de las reformas, en mayor o menor grado, cuentan con el apoyo de la pequeña burguesía, clases medias urbanas y muchos intelectuales. Este grupo salió triunfante en las elecciones de febrero del 36, agrupados en la candidatura del Frente Popular (concretada en enero del 36 por republicanos, socialistas y comunistas), y les permitió tomar el poder y formar un gobierno dirigido por Azaña y después por Santiago Casares Quiroga, al producirse el cese de Alcalá Zamora y el ascenso a la presidencia de la República de Azaña. Formaron un gobierno, al que se refiere Martínez Barrio el el Doc. 2., que solo está formado por republicanos de Izquierda Republicana y de Unión Republicana, pero que cuenta con el respaldo en el Parlamento de los otros grupos del Frente Popular.

 Los partidos contrarios a las reformas son, sobre todo, los partidos autoritarios que se muestran contrarios a la legalidad republicana, son antimarxistas y defienden: unidad de la patria, orden y catolicismo. Entre los partidos más importantes tenemos a la Falange Española de José Antonio Primo de Rivera, a las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista o el grupo Comunión Tradicionalista (Carlistas) y Renovación Española de Calvo Sotelo. Estos grupos cuentan con el apoyo de la oligarquía terrateniente y de la alta burguesía financiera e industrial. Al lado de estos están los partidos de derechas: el Partido Agrario, Acción Popular, base de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas, 1933) de  Gil Robles, Lliga Catalana, Partido Nacionalista Vasco e Organizaciones sindicales católicas. Defienden una visión cristiana de la vida, los derechos de la iglesia, la propiedad privada y el orden. Cuentan con el apoyo de pequeños y medianos propietarios agrarios y burgueses urbanos. Al lado de estos grupos también se mueve el partido de Alcalá Zamora y el  Republicano Radical de A. Lerroux.

Las reformas son hechas, por los partidos republicanos y de izquierdas, con la intención de dar respuesta a los principias problemas que venía arrastrando la sociedad española y para dar satisfacción a las demandas de los trabajadores.
Unas reformas afectan a la legislación en materia laboral (jornada de 8 horas, decreto de términos municipales, etc.) que pretenden dar satisfacción a las demandas de los trabajadores, calmar el campo, e mantener los salarios. Pero causará  dificultades para hacer la recogida de  los cosechas (en los momentos de apuro no se puede contratar más trabajadores y se pierden las cosechas) e impide la movilidad de los campesinos cuando quedan sin trabajo en su ayuntamiento). Unida a estas reformas se encuentra la reforma agraria. Era una das grandes reformas, pretendía solucionar el atraso del campo y dar tierras a los jornaleros. Pero estas reformas no llegaron a los campesinos. La reforma agraria fue muy lenta. El Instituto de Reforma Agraria, creado para hacerla, no contó con técnicos suficientes, ni estaba bien organizada, ni tenía el presupuesto  adecuado. Así el reparto de tierras fue mínimo y provocó un gran descontento y múltiples conflictos (Arnedo, Casas Viejas, Castilblanco), que ayudaron a desestabilizar a la República, a desacreditar al gobierno y a alarmar a los partidos de derechas. A esta situación alude F. Franco en doc. 1 (lín. 1y 2 “… la anarquía reina en la mayoría de los campos…”). Además, provocó el rechazo de los partidos agrarios y de derechas, ya que las tierras a repartir provenían de la expropiación a los grandes propietarios. E estas expropiaciones se hacían sin indemnizar (las tierras de los Grandes de España), o con indemnizaciones con títulos de deuda, que estaban muy devaluadas.
Otra das reformas es la de la descentralización del Estado. El reconocimiento a la creación de autonomías en la Constitución de 1931 es vista por la derecha como el inicio de la fragmentación de España (“ni unidad de la patria” dice Franco en el doc. 1, lín. 10). Por ese motivo se opone a la realización de los Estatutos de autonomía. Hay que aclarar que los partidos los republicanos tampoco eran muy partidarios de un gran autogobierno por parte de las regiones. La Constitución establecía un estado Integral, para defender un estado unitario. El único estatuto aprobado es el catalán (el estatuto de Nuria), y se hizo por el apoyo que le dio Azaña  en 1932. Azaña apoyó el estatuto para conseguir el apoyo de Esquerra Republicana de Cataluña, después del intento de golpe de estado de Sanjurjo. Desde ese momento Cataluña contará con un gobierno  (Generalitat) y parlamento propio que será  suspendido en 1934, por el gobierno radical-cedista, a raíz de los sucesos de octubre del 34, quedando el estatuto en suspenso y encarceladas las autoridades autonomistas catalanas. La realización de los estatutos del País Vasco y Galicia será más lenta y no llegará a ser aprobado antes del inicio de la Guerra Civil.
Otra de las reformas que causa muchos problemas es la religiosa. Había que disminuir el poder de la Iglesia y  su influencia en la vida política y social, separar Iglesia y Estado y construir un estado laico. Pero estas reformas chocarán con la oposición de la jerarquía católica, muy conservadora, y de amplios sectores católicos. Por otra parte también se generará un fuerte sentimiento anticlerical, que se traduce en ataques a la iglesia (como los sucesos del 11 de mayo de 1931).  La política de secularización llevada a cabo por el gobierno (“España ha dejado de ser católica”, dijo Azaña), incluía medidas como la supresión de los gastos de culto y clero, la libertad de cultos, matrimonio civil, divorcio, etc. 
Otra reforma es a Educativa que desarrolla Fernando de los Ríos. Pretendía eliminar las altas tasas de analfabetismo, mejorar el nivel cultural de la población y modificar la mentalidad de la gente creando ciudadanos libres y responsables. La educación básica tenía que ser: obligatoria, gratuita y laica. Se producirá un fuerte aumento a pesar de las carencias presupuestarias. Para ayudar a extender la instrucción se promocionaran muchos maestros, se pondrán en marcha las Misiones Pedagógicas y la formación de agrupaciones como La Barraca. También es fuente de enfrentamientos al ser una educación laica y contará la con la oposición de los grupos de derechas.
Finalmente, otra de las reformas que crea un fuerte enfrentamiento es la militar. Azaña desde el ministerio de la Guerra intentó emprender una profunda reestructuración y reforma del ejército con dos objetivos claros: disminuir el poder político de los militares y reducir el número de cuerpos y oficiales, aumentando su eficacia. Entre las medidas adoptadas estaban: la Ley de Juramento de lealtad a le República, la supresión de la Ley de Jurisdicciones (vuelven los delitos de ofensas a la patria a la jurisdicción civil); la Ley del Retiro, para suprimir oficiales y antirrepublicanos, conseguir un ejército fiel a la República, permitía el retiro de los oficiales con el sueldo entero; y el  cierre de la Academia General de Zaragoza, por ser un “centro antirrepublicano”. El conjunto de estas reformas es visto por los militares como un ataque, lo que unido a las otras reformas (sobre todo autonómica) hace que formen un grupo opositor muy fuerte y clave en la realización del golpe del 36, como es la Unión Militar Española.

La realización de estas reformas no son las únicas causas. Junto a ellas tenemos que citar el desarrollo de otros elementos que aumentaron la conflictividad durante la República.
Un elemento que no se puede olvidar son las dificultades económicas de la República. Se desarrolla durante la Gran Depresión y esto provocó  la merma de recursos, la caída de la producción, la falta de inversiones, etc. Todo esto provoca grandes dificultades presupuestarias y la falta de dinero para poner en práctica las reformas. Por otra parte los empresarios reducen las inversiones, y todo se traduce en un fuerte aumento de la conflictividad  social (huelgas, manifestaciones)  e inestabilidad en los gobiernos.
También hay que citar el crecimiento de posiciones fascistas (Portugal, Italia, Alemania) y el cremento del marxismo y el avance del comunismo sobre Europa Occidental (extensión de la III Internacional comunista, y política de ayuda a los partidos comunistas desde la URSS) que es vista como una amenaza por los partidos de derechas y burgueses.
Finalmente, citar la propia dinámica de la República: gobiernos inestables, con cambios fuertes: primero el gobierno del Bienio Reformista, que propone las reformas; segundo el gobierno radical-cedista, que paraliza las reformas; tercero la revolución del 34 y la suspensión de la autonomía catalana; cuarto, la llegada del Frente Popular y la aceleración de reformas; quinto la fuerte radicalización y conflictividad social en el 36 que desemboca en los asesinatos del teniente Castillo y Calvo Sotelo, que actúan de detonantes del golpe.

Con estos antecedentes, desde que se produce la victoria del Frente Popular, en las elecciones de febrero del 36, se aceleran los preparativos del golpe de Estado.  Mientras el gobierno de Azaña, y después el de Casares Quiroga, recupera el programa de reforma, los partidos falangistas, sobre todo Falange de José Antonio Primo de Rivera, pasan a una política de violencia (puños y pistolas), rechazo y enfrentamiento con los partidos de izquierda. Por su parte, los militares que veían amenazados sus intereses corporativos, y su concepción tradicional de España y del orden social, etc., comienzan a preparar el golpe.  En febrero, ya presionaron a Portela Valladares para que no hiciese el traspaso de poderes al nuevo gobierno, pero no tuvo éxito. El 8 de marzo se reúnen en Madrid altos militares: el proyecto era un primer levantamiento en a África, secundado después por pronunciamientos simultáneos en muchas guarniciones en la Península. El pronunciamiento sería dirigido por Sanjurjo (desterrado en Portugal) y en él estaba Mola, Franco, Goded, Varela, Ponte Orgaz, Saliquet, Fanjul, Quipo de Llano y Cabanellas, y contaban con el apoyo de la UME (Unión Militar Española, grupo de militares muy descontento con la República)  y de fuerzas de derechas que pretendía sustituir el gobierno de izquierdas por un directorio militar.
El gobierno de Casares Quiroga toma alguna medida contra los golpistas, como desplazarlos de Madrid, pero son ineficaces.

En el verano la situación es más tensa y en julio se producen los acontecimientos clave: el día 12, un grupo de extrema derecha asesina a José Castillo, teniente de la Guardia de Asalto, en represalia por la muerte de un falangista; el 14, un grupo de guardias de asalto asesina a Calvo Sotelo.
El día 17 de julio de 1936 las tropas españolas del Protectorado de Marruecos se sublevan contra la República. El día 18 se alzan en la Península. Empezaba la Guerra Civil
El golpe no triunfa y deja a España dividida en dos bandos irreconciliables: el Bando Nacional, la derecha, los azules, los sublevados, los facciosos que  contarán con el apoyo de la mayor parte de la oficialidad y tropa del ejército de Tierra, Guardia Civil, de los propietarios agrarios, de los afiliados a los partidos de derechas, de los grupos católicos, de los carlistas, de la Iglesia (calificará el movimiento militar como una cruzada contra el comunismo y en defensa da fe católica), etc. El bando republicano, los rojos, “los hijos de Caín”, contaba con el apoyo de parte del ejército de Tierra, de la Aviación, Marina,  de la Guardia de Asalto, de las masas obreras urbanas de las ciudades industriales, de la pequeña burguesía urbana y de los jornaleros del sur de España. Se iniciará una larga y dura guerra civil que rematará en la victoria de las tropas de Franco y en el establecimiento de una dictadura militar que durará hasta la muerte del dictador, Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975.








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