REFORMAS DE LA
SEGUNDA REPÚBLICA modelo 2011
El
gobierno de Juan B. Aznar convocó elecciones municipales para el 12 de abril de
1931 con la esperanza de obtener un buen resultado que lo respaldara en el
poder. El día 14 se conocen los resultados. Las candidaturas republicanas
obtienen la victoria en las grandes ciudades. En algunas localidades (Eibar) comenzaron a proclamar la
república. En Madrid, la gente y los firmantes del pacto de San Sebastián
estaban expectantes ante los acontecimientos. El gobierno de J.B. Aznar
presentó la dimisión y los firmantes del pacto formaron un gobierno
provisional. Se proclama la II República el día 14 de abril y el rey Alfonso
XIII abandona España.
El
gobierno provisional está dirigido por Alcalá Zamora y formado por partidos
republicanos y socialistas. En el gobierno entran los líderes del Pacto de San
Sebastián: Alcalá Zamora, Azaña, Largo Caballero, Marcelino Domingo, etc. Sus acciones tienen
dos direcciones, la convocatoria de Cortes constituyentes y el inicio de reformas
para solucionar los problemas principales.
La
evolución de la República va a estar condicionada por varios elementos de
tensión e inestabilidad, entre los más importantes podemos citar: la coyuntura
adversa con la gran depresión (la falta de recursos será una causa del fracaso
de algunas reformas y de la pérdida de apoyo) y el auge de los fascismos y del
comunismo; la existencia de una sociedad muy enfrentada y dividida que adopta
posiciones intransigentes; la oposición de empresarios y de la jerarquía
católica; las numerosas huelgas, los conflictos sociales y el fuerte
anticlericalismo; y la fuerte
fragmentación política.
Hay
una gran fragmentación política. Hay muchos partidos y, en algunos con poca
cohesión, lo que facilitó en algunos momentos una fuerte inestabilidad. Además
se encuentran fuertemente divididos entre derechas e izquierdas y muy
enfrentados por las reformas a realizar. Entre principales partidos podemos citar: los partidos autoritarios, como Falange Española de
José Antonio Primo de Rivera, antimarxistas y críticos con la legalidad
republicana, apoyados por terratenientes y alta burguesía; los partidos de derechas que defienden orden,
propiedad, valores cristianos, etc., apoyados por la burguesía, entre los que
se encuentran el partido agrario, la CEDA de Gil Robles y también el PNV y la
Lliga catalana. Los partidos
republicanos de Alcalá Zamora (Derecha Liberal republicana) y Manuel Azaña
(Izquierda republicana), el partido Republicano Radical Socialista y Esquerra
republicana de Cataluña. Los partidos de
izquierda: el PSOE, el PCE, de Dolores Ibarruri (Pasionaria), y la CNT y la
FAI, que defienden los intereses de los trabajadores industriales y
jornaleros agrícolas, la abolición de la propiedad privada y de las diferencias
de clase. Tienen el apoyo de los trabajadores agrícolas e industriales. Las
reformas están apoyadas por los partidos de izquierdas, por los grupos
republicanos y por algunos nacionalistas, aunque no todos los partidos
comparten todas las reformas ni su planteamiento: el PSOE, el PCE, Izquierda
Republicana (Acción Republicana), Partido Republicano Radical Socialista, la
CNT, grupos nacionalistas como Esquerra Republicana de Cataluña, la Lliga, el
P. Nacionalista Vasco y ORGA (Organización Republican Gallega Autónoma, de
Santiago Casares Quiroga), y el Partido Republicano Radical (aunque después se
alejó de las reformas). Son grupos que cuentas con el respaldo de los obreros y
trabajadores, de las clases medias y de la burguesía media. En contra de las reformas están los grupos de
extrema derecha o autoritarios y los de derechas, destacan: la Falange de José
A. Primo de Rivera, los grupos Carlistas y Tradicionalistas, los Monárquicos y,
sobre todo, la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) de Gil Robles.
Unidos sobre todo por los temas clericales y de la propiedad. Cuentan con el
respaldo de los grupos burgueses y con los descontentos, sobre todo, por los
ataques a la iglesia católica.
El
gobierno provisional de Alcalá Zamora desde el principio empezó a realizar
reformas y convocó elecciones a Cortes constituyentes para el 28 de junio de
1931. Se modificó la ley electoral, rebajando la edad para votar a 23 años,
permitiendo presentarse a las mujeres (siguen sin votar), estableciendo la
provincia como circunscripción electoral y estableciendo un sistema de listas
abiertas. El ambiente era muy tenso. Ya se habían producido las quemas de
conventos del 11 de mayo y la sociedad estaba muy enfrentada. Los resultados dieron la victoria a los
partidos del gobierno. El PSOE tenía 114 diputados de los 470 del parlamento,
el partido Radical 89, el Radical Socialista 55, Acción Republicana 30, los
partidos de derechas no llegan a 160 diputados. Con esos resultados no se
produjo ninguna variación en el gobierno provisional sino que sale reforzado.
Pero es un parlamento muy fragmentado y no todos apoyan a la República.
Rápidamente se formó una comisión constitucional al tiempo que el gobierno
iniciaba las principales reformas.
La comisión constitucional fue presidida por
Jimenez de Asúa. Los debates fueron muy intensos, sobre todo los referentes a
la propiedad y al derecho de expropiación y los referentes a la Iglesia. Estos
debates provocaron la salida del gobierno de Alcalá Zamora y la llegada a la
presidencia del gobierno de Manuel Azaña, en octubre de 1931. Desde ese momento
avanzan los debates de la constitución y arrancan las reformas.
La Constitución es
aprobada el 9 de diciembre de 1931. Entre las principias características
destacamos:
El Estado
se define de un modo novedoso: se configura como una “República de trabajadores
de toda clase”, compatible con la autonomía de municipios y regiones. Esta
definición tiene influencia de las constituciones de izquierdas (sobre todo de
la URSS), para alejarse de las repúblicas burguesas. Emplea el término
“integral”, en referencia a un estado entero, unitario. Esta idea responde a un compromiso entre republicanos
federalistas y unitarios, pero se reconoce el derecho a la autonomía.
Finalmente, no se emplea el término soberanía nacional para no chocar en ese
momento con la reivindicación nacional de Cataluña, pero es claro que los
poderes emanan del pueblo e que se trata de una soberanía popular.
Declaración de Derechos: muy amplia, en cuanto a: individuales
(reunión, asociación, expresión…), políticos y relativos a la familia,
economía y educación. Tiene una fuerte influencia
socialista: se recoge el derecho a realizar expropiaciones,
nacionalizaciones y socialización de ciertos sectores de la producción y
servicios mediante indemnización por causa de interés público, para poder hacer
reformas, como la agraria. Se recoge el sufragio
universal masculino y femenino (debates muy tensos), (más de 23 anos) y
se reconoce el matrimonio civil y divorcio (separación Iglesia-Estado).
División
de poderes: Rígida separación. Idea de desconfianzas entre poderes.
Poder legislativo (privilegiado), reside en una única Cámara.
Poder ejecutivo. Dividido
entre:
Presidente de la República
y Consejo de Ministros/Presidente de Gobierno: tiene las funciones
executivas propias del gobierno e iniciativa legislativa.
Poder
judicial: en manos de jueces.
En lo referente al tema
religioso: se pretende la separación Iglesia-Estado. Crear un estado
laico. Por eso España no tiene religión oficial.
Aprobada
la Constitución se forma un nuevo gobierno dirigido por Manuel Azaña y con
apoyo de socialistas. Salen del gobierno los radicales de Lerroux, descontentos
con la marcha de las reformas, en especial con los proyectos de socialización
de la tierra. Esta etapa es la llamada Bienio
reformista y llegará hasta septiembre de 1933. Recibe este nombre por las
reformas que va a acometer. Estas reformas ya se inician en octubre. Como vemos en el doc. 2, Manuel Azaña
expone, en el discurso de toma de posesión del gobierno el 13 de octubre, tres
grandes reformas que hay que hacer: la de la descentralización del estado, es
decir la de las autonomías locales (doc. 1, lín. 4), la reforma de la
propiedad, sobre todo en lo que afecta a la reforma agraria, y la separación
iglesia y estado, es decir “la implantación del laicismo del Estado” (doc.1,
lín. 5). Junto a estas hay que hablar de la reforma educativa, la del trabajo y
la del ejército. Un grupo de reformas con las que atender a los graves
problemas que tenía España en esos momentos, y que la ni Restauración ni la
dictadura de Primo de Rivera habían atendido.
Ya
desde el inicio se empiezan a realizar las reformas. Una de las primeras está
expuesta en el Doc. 1, es la que hace
referencia a la reforma militar. En el fragmento extraído de la Gaceta de
Madrid (en ese momento es la publicación oficial de las leyes, ahora es el BOE)
se recoge la exigencia del juramento de lealtad a la República. La reforma la
realiza personalmente Manuel Azaña, desde el ministerio de la Guerra. Esta
reforma hace referencia a un conjunto de leyes que afectaban a los militares,
entre ellas destacan, la de juramento de lealtad a la República; la del Retiro,
que les permitía retirarse con el sueldo íntegro; la reorganización del
ejército en la Península y de África, los cambios en el sistema de ascensos, el
cierre de la Academia General de Zaragoza, y la supresión de la ley de
Jurisdicciones. En estas reformas había dos objetivos claros: disminuir el poder político de los
militares y reducir el número de cuerpos y oficialidad, modernizándolo y
aumentando su eficacia. Pese a esa intención el ejército siguió teniendo
una gran importancia en el control del orden público (la Guardia Civil y la nueva Guardia de Asalto se utilizaban para
ese fin), y supuso el rechazo de una gran parte del ejército, el intento de
golpe de estado del general Sanjurgo en 1932 es un exponente de ese malestar.
En 1933 un grupo de oficiales descontentos fundarán la Unión Militar Española,
que tendrá una gran importancia en la preparación del Alzamiento en 1936.
La reforma
religiosa. El problema religioso, como se refiere Azaña, era uno de los que
había que solucionar. Había que reducir
el poder de la Iglesia y separar perfectamente Iglesia y Estado. Crear un
estado laico. Al tiempo era necesario calmar la situación social, ya que los
ataques a la Iglesia eran muy fuertes (quemas de conventos en mayo) y la
oposición de la jerarquía católica a la república muy dura. El propio discurso
de Azaña pronunciando la frase “España ha dejado de ser católica” (Doc. 2. Lín. 7-8) causó un fuerte
rechazo de la jerarquía y de parte de la sociedad. Las ideas de separar Iglesia y Estado y la de
crear un estado laico quedaron plasmadas en la Constitución (matrimonio civil,
divorcio, secularización de los cementerios, libertad de cultos, supresión del
presupuesto del clero, separación Iglesia-Estado). Después se completaría con
la ley de Congregaciones religiosas de mayo de 1933 que llevaría a la
disolución de la Compañía de Jesús (problema con el cuarto voto). Creó una fuerte oposición por parte de la
jerarquía eclesiástica (no quería perder el control ideológico) y de la
sociedad católica que fue respondida con la expulsión de los opositores más
fuertes (Cardenal Segura). Esta situación empeoró por el fuerte sentimiento
anticlerical de los sectores más radicales.
El
problema de la descentralización del estado era otro de los problemas
centrales de la política española desde el 98 Este tema está presente desde el inicio de la
república. El día 14 de abril en Cataluña el presidente de Esquerra
Republicana de Cataluña proclamó la República Catalana dentro de la Federación
Ibérica, que quedó anulada por el Gobierno Provisional (después de intensas y
rápidas conversaciones, para evitar la fragmentación y el temor en la gente).
Pero era claro que había que dar satisfacción a esa aspiración. Por eso la
Constitución recogerá el derecho a que algunas regiones pudiesen elaborar
sus Estatutos de Autonomía y organizar su propio gobierno dentro del
Estado “integral”. Después la
organización de la autonomía catalana comenzó con la elaboración del Estatuto
de Autonomía (Estatuto de Nuria) que fue votado (99%) en agosto de 1931 (á
tiempo que se redactaba la Constitución). Fue presentado a las Cortes, donde
contó con la oposición de la derecha, republicanos y socialistas. Todos los grandes partidos son centralistas,
pero el contexto de 1932 hará posible su aprobación, que vemos recogido en el Doc. 4.
En 1932 se produce el intento de sublevación del general Sanjurjo, que
hace que Azaña defienda a autonomía,
para ter más apoyo frente a los golpistas. Así el Estaturo es aprobado y desde
ese momento funcionaron las instituciones autonómicas: la Generalidad,
presidida por Maciá, y el Parlamento de Cataluña, presidido por Luís Companys.
En
el País Vasco: carlistas y PNV aprobaron un estatuto (Estatuto de Estella,
noviembre de 1933) de carácter muy partidista, tradicionalista, fuerista y
confesional que contó con una fuerte oposición y que no llegó a aprobarse.
Después de iniciada la guerra, en octubre de 1936, republicanos y socialistas
aprobaron un estatuto más democrático. José Antonio Aguirre fue el primer
presidente de la autonomía.
En Galicia: la conciencia nacionalista era menos
acusada. El proyecto se inicia en 1932, a instancias del partido Galleguista,
pero no llegó a aprobarse hasta el 28 de junio de 1936, quedando sin tramitar
en las Cortes por la guerra.
LA REFORMA AGRARIA. Era otro de los graves problemas,
una población mayoritariamente campesina y sin tierra, una agricultura poco
productiva y atrasada técnicamente. El punto central de la reforma será la Ley
de Bases de la Reforma Agraria que se promulga el 15 de diciembre de 1932.
La ley es impulsada por el Ministro Marcelino Domingo, del Partido Radical
Socialista.
La
Ley perseguía la distribución de las tierras y el asentamiento de los
campesinos. Para ejecutar la Ley se creó el Instituto de Reforma Agraria
(IRA) apoyado por el Banco Nacional Agrario (dotado con pocos recursos). En el doc. 3 se hace mención a las tierras que serían expropiables: las
entregadas voluntariamente, las mal cultivadas (punto 7º), las compradas con fines especulativos (punto
5), las arrendadas sistemáticamente (punto 4), y las que habían constituido
señoríos jurisdiccionales (punto 6º), es
decir, las de los Grandes de España.
Esta
ley causaba grandes protestas: por usar el derecho de expropiar (que aparece en
la constitución), y por las indemnizaciones que establecía. Las de los grandes
de España serían sin indemnizar, y el resto con pequeñas indemnizaciones y
además pagadas con títulos de deuda que estaban muy devaluados (por lo que en
la práctica los pagos eran muy pequeños).
La
aplicación de la Ley fue muy limitada, por las dificultades técnicas para
llevarla adelante y la falta de recursos. Provocará una fuerte conflictividad
que vendrá de los grupos poderosos que querrán paralizarla, y de los
trabajadores, que ante la lentitud ocuparán fincas. Es causa de algunos de los
conflictos más duros de la Republica, como los de Casas Viejas o Castilblanco.
Junto
a la reforma agraria hay que mencionar las
reformas en política social y trabajo que realiza Largo Caballero (PSOE).
Había que atender a las demandas de los trabajadores e intentar reducir las
huelgas y conflictividades. Trató de modificar las relaciones de trabajo en un
sentido favorable a los obreros mediante reformas legislativas, entre las que
destacamos: el Decreto de Términos Municipales, prohibía contratar jornaleros
de fuera del ayuntamiento. El Decreto de Laboreo forzoso: obligaba a los
propietarios a cultivar sus tierras para impedir el boicoteo a la República. La
jornada de 8 horas.
Otra
reforma fue la educativa y cultural. Fernando de los Ríos. Pretendía
eliminar las altas tasas de analfabetismo, mejorar o nivel cultural de la
población y modificar la mentalidad de la gente creando ciudadanos libres y
responsables. Se planteaba una educación básica obligatoria, gratuita y laica.
El ministerio de Instrucción Pública elabora un vasto proyecto de
escolarización mediante construcción de escuelas y mejora en la formación de
los maestros. Se producirá un fuerte aumento a pesar de las carencias
presupuestarias. Para ayudar a extender la instrucción se pondrán en marcha las
Misiones Pedagógicas[1] y la formación de
agrupaciones como La Barraca (agrupación
teatral de voluntarios dirigidos por Federico García Lorca).
La
realización de estas reformas hace que, desde 1932, el gobierno de Azaña vaya contando con más oposición:
primero Lerroux, después católicos, monárquicos, ejército, etc. También se va
produciendo un aumento da conflictividad social: sucesos como los de
Castilblanco o Casas Viejas, que son contestados con una fuerte represión (en
ese sentido Azaña promulgó la Ley de defensa de la República que le permitiría
suspender las garantías constitucionales, pero aumentó su descrédito al ser
acusado de intentar establecer una dictadura) y que generará más descrédito
para el gobierno. A esto hay que sumar el intento de sublevación de Sanjurjo, que
indica el descontento de las fuerzas de derechas e que va a suponer, como
reacción, la aproximación de las izquierdas y la aprobación de leyes como el
estatuto catalán.
En
este contexto la derecha se va
reorganizando y reponiendo del “kO” del 31: en este aspecto destaca la CEDA
de Gil Robles, Falange de José Antonio Primo de Rivera y las JONS de Onésimo
Redondo.
Llegamos
así a 1933, y la coalición de gobierno se va debilitando como consecuencia de
la falta de entendimiento y de la presión social. Azaña dimite y, entonces, el
presidente de la República, Alcalá Zamora, ante la inestabilidad convoca
elecciones para noviembre de 1933.
En las
elecciones de noviembre de 1933 ganaron los partidos de centro derecha:
los radicales de Lerroux (100 diputados) y los de derechas,
aglutinados en torno a la CEDA de Gil Robles (115). Los partidos que
gobernaban salieron derrotados por: desgaste de gobierno, participación por
separado (reforma de la Ley Electoral que favorece las alianzas de partidos
–acumular votos-), voto femenino –discutible-.
Se
inicia el BIENIO CONSERVADOR (1933-36). RECTIFICADOR. NEGRO.
RADICAL CEDISTA. Forma
gobierno Lerroux y cuenta con el respaldo en el parlamento de la CEDA. Será una
etapa de paralización de las reformas:
-
Se frenó la Reforma agraria: Ley de la Reforma de la
reforma agraria.
-
Se modificó la política religiosa para acercarse al
Vaticano (dotación económica para culto y clero).
-
Amnistía para los sublevados de la “sanjurjada”(agosto
del 32). Paro a la reforma militar. Puestos clave para los más hostiles a la
república.
-
Enfrentamientos con los nacionalismos: paralización de
los estatutos.
Este giro conservador propició una doble
tensión: tensión en el gobierno e tensión social: aumento de
la conflictividad social por el deterioro de las condiciones de los
trabajadores (empleo, jornada, salario).
La CEDA reclamó entrar en el
gobierno. La reacción del resto de los partidos fue negativa ya que se
entregaba el gobierno de la República a sus enemigos. Esta situación conduce
a los sucesos de octubre del 34. Los intentos de huelga revolucionaria en
Asturias y de la proclamación de la República Catalana son contestadas por el
gobierno con gran dureza: fuerte represión y suspensión de la autonomía de
Cataluña.
A
partir de ahí las reformas se paralizan, el gobierno es más inestable, la
conflictividad social aumenta y se polariza en dos bloques: partidarios y
contrarios de las reformas.
Esta inestabilidad lleva a la caída del
Bienio y a la convocatoria de elecciones para febrero del 36. Izquierdas y
derechas se fueron agrupando en dos bloques. El Frente Popular agrupa a republicanos, socialistas y comunistas; el Bloque Nacional, en torno a la CEDA.
La campaña
electoral es muy tensa. Las elecciones dan el triunfo a la izquierda (48% de los
votos), la derecha sale derrotada, pero las diferencias son pequeñas.
Forma
gobierno Azaña el gobierno del FRENTE
POPULAR, solo con republicanos, e intenta retomar las reformas del Bienio
reformista: reforma agraria, amnistía para los del 34, restablecimiento proceso
autonómico, desplazamiento de militares más reaccionarios,...); pero la vida
política y social se fue radicalizando: para los sindicatos las reformas eran
lentas, había que profundizar en las reformas sociales; para la derecha las
medidas atacaban las bases del orden social y comenzaron con la “dialéctica de
los puños y de las pistolas”.
También se
produce la destitución del presidente de la República, por la disolución
irregular de las Cortes, es sustituido por Azaña, pasando a la jefatura del
gobierno Santiago Casares Quiroga.
La derecha se veía amenazada y los
militares se convirtieron en defensores de sus ideas. Un grupo de militares,
dirigidos por Emilio Mola, comienza a preparar el golpe. La idea era, primero
levantar el ejército de Marruecos y después las guarniciones de las principales
capitales dirigidos por los principales mandos del ejército.
En la calle
la tensión se va radicalizando. El gobierno de Casares Quiroga intenta tomar
alguna medida contra el golpe, pero es ineficaz. En el verano la situación es
más tensa y en julio se producen los acontecimientos clave: el día 12, un grupo
de extrema derecha asesina a José Castillo, teniente de la Guardia de Asalto,
en represalia por la muerte de un falangista; el 14, un grupo de guardas de
asalto asesina a Calvo Sotelo.
El día 17 de
julio de 1936 las tropas españolas del Protectorado de Marruecos se sublevan
contra la República. El día 18 se alzan en la Península. Empezaba la Guerra
Civil.
[1] Integradas por maestros y
estudiantes universitarios que llegaron a los más recónditos pueblos de España
llevando bibliotecas, equipos de cine, y organizando lecturas, recitales, etc.
Estaban dirigidas por Manuel Bartolomé Cossío.
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