CRISIS DE LA RESTAURACIÓN
Esta etapa arranca con la sensación de desencanto y frustración que produce la pérdida de Cuba. En 1895 se había iniciado la guerra de Cuba, su desarrollo no era bueno para España, pero en febrero de 1898, con motivo del hundimiento del Maine, los EE.UU. entraron en la guerra. Las derrotas de Cavite (Filipinas) y Santiago (Cuba) nos llevaron a la firma de la Paz de París en diciembre de 1898, que significó el abandono de Filipinas, Cuba e Puerto Rico y la isla de Guam (entregadas a EE.UU por 20 millones de dólares). En 1899 las posesiones que quedaban en el Pacífico, las islas Carolina y Marianas, fueron vendidas a Alemania. Desaparecía así el imperio español en América y en el Pacífico.
Como consecuencia de la crisis de Cuba se produce un gran desencanto en la sociedad española y la necesidad de llevar a cabo un proceso de regeneración en la política española. Pero esos intentos fracasarán y la Restauración entra en crisis por:
- Consecuencias por pérdida de Cuba.
<La intervención del rey en los asuntos políticos y militares.
<El fraccionamiento y descomposición de los partidos dinásticos.
<La pervivencia y mantenimiento del fraude electoral y caciquismo.
<La mayor presencia y presión por parte del ejército en la vida política, unido a las sucesivas derrotas militares en el norte de África.
<El aumento de la oposición: crece el republicanismo, los partidos de izquierda (PSOE) y el nacionalismo.
<El aumento de la conflictividad social: aumento del movimiento obrero (UGT y CNT), difíciles condiciones de vida y represión por parte del gobierno y patronal.
<El creciente número de atentados anarquistas.
En 1902 accede al trono Alfonso XIII, se esperaba que él encabezara la regeneración, pero en su actuación destacan dos rasgos: una intervención constante en la vida política ordinaria y en las luchas entre los partidos, provocará las llamadas “crisis orientales” (en relación al palacio de Oriente, residencia real); y una relación más directa con el ejército defendiendo sus posiciones y dejando en segundo plano el poder civil. Por lo tanto, su actuación será un elemento de desestabilización y no de regeneración.
En relación con lo anterior se produce la primera gran crisis del reinado de Alfonso XIII, que fue la crisis por la nueva Ley de jurisdicciones. Esta crisis fue provocada por los militares. Después del 98 las críticas a los militares aumentaban causándole un fuerte malestar. Así los militares veían en la prensa, en los políticos, en la sociedad civil y en el catalanismo los peligros para la unidad de la patria. En el Doc. 1 se nos muestra una noticia de prensa en la que exponen sus quejas y amenazas: “Aos separatistas cataláns dilles...Aos gobernos...amosarse débiles...E ás Cortes...que se non hai lei...”. Critican las ideas separatistas y exigen al gobierno y a las Cortes que frenen esos ataques. En principio sus reclamaciones no son atendidas, por lo que en 1905 un grupo de militares asaltaron la redacción de la revista satírica Cu-Cut y el periódico La Veu de Catalunya, por las críticas que hacía al ejército y por su defensa del catalanismo. La mayor parte de los militares aplaudieron la acción y el gobierno no hizo nada contra los militares. Los militares exigieron (doc. 1, lín. 4 y 5) y obtuvieron, en 1906, una nueva Ley de jurisdicciones por la que se sometía al código militar los delitos de opinión y obra contra la patria y contra el ejército. El gobierno cedió a sus presiones porque los necesitaba para el control del orden público y por la interferencia del Rey a su favor.
Los militares cambiaran de mentalidad: de apoyar a la causa liberal a defender sus intereses corporativos y posturas más conservadoras. Uno de los principios de la Restauración de subordinar el poder de los militares se había roto, lo que aumenta la crisis del sistema.
Esta crisis se produce en un momento en el que los partidos dinásticos intentan regenerar el sistema y encontrar unos líderes, después de la desaparición de Cánovas y Sagasta; pero las acciones de Maura en el Conservador y las de Canalejas también fracasan. Las acciones de Maura de llevar a cabo la “revolución desde arriba” y de atraer a las “clases neutras” fracasan por otra de las crisis de este periodo: la Semana Trágica de 1909. Las acciones más importantes de Maura fueron intentar reformar la administración local, moralizar las elecciones y defender la industria nacional, con ello pretendía atraer la gente al sistema y desarmar las criticas; pero la derrota en África del Barranco del Lobo, en julio de 1909, provocará la Semana Trágica. Aqui se produce otra interferencia militar.Esta derrota fue contestada con el envío de más soldados. Esta decisión estaba provocada por la presión de los militares que querían recuperar el prestigio perdido y la defensa de los intereses económicos de la oligarquía. La recluta de las quintas provocó una fuerte revuelta en Barcelona, en la que se mezclaba un gran componente antimilitarista y de rechazo a la hegemonía de la oligarquía y de la iglesia. El gobierno contestó con una gran represión (ejecución de Francisco Ferrer), pero la campaña nacional (Maura no!) e internacional ante esa represión supuso la caída de Maura. Por su parte el partido Liberal no tiene un líder claro hasta que José Canalejas formó gobierno en 1910. Él intentó regenerar la vida política con un mayor intervencionismo en materia social y laboral y con una secularización de la vida política (Ley del candado--explicar), pero sus acciones quedaron truncadas por su asesinato.
Así, los intentos de reformas no fructifican, lo que aumenta la crisis.
Así, los intentos de reformas no fructifican, lo que aumenta la crisis.
También durante este periodo de 1902 a 1914 también debemos destacar el crecimiento del movimiento obrero (primer diputado, Pablo Iglesias, en 1910), del republicanismo (Lerroux) y del nacionalismo, que actúan como elementos desestabilizadores del sistema. Ambos presionan a los partidos dinásticos, denunciando el fraude y caciquismo, al tiempo que les impiden el control de las elecciones, sobre todo en Cataluña donde la Lliga Regionalista de Françesc Cambó logra dominar las elecciones. (se puede ampliar)
A partir de 1914 la crisis de la Restauración empeora debido al choque entre el liberalismo oligárquico, que se mantiene por el fraude, y el democrático; y al enfrentamiento entre centralismo y nacionalismo periférico. Además esta situación está agravada por los efectos económicos de la Primera guerra mundial (aumento de beneficios para la burguesía, pero se mantienen los salarios de los trabajadores) y la falta de líderes en los partidos; además se produce una polarización de la sociedad en torno a las posturas aliadofilas, defendidas por los liberales, y germanófilas, seguidas por los conservadores.
Estos problemas van a estallar en la crisis de 1917. Ahora van a confluir todos los problemas: militar, político y social. Primero, una nueva interferencia militar, los militares forman Juntas de defensa, en 1916. Defienden intereses corporativos (sueldos, ascensos, etc.), pero exigen medidas regeneracionistas como la convocatoria de Cortes. Al principio el gobierno rechaza sus propuestas, pero como el gobierno (E. Dato) necesita a los militares para sofocar las huelgas, cede a sus presiones. Esto aumenta su prestigio a costa del descrédito del gobierno.
Otro problema es el político. Dato ante la inestabilidad cerró las Cortes. Entonces Cambó (el nacionalismo catalán) decidió convocar una reunión de diputados no dinásticos en Barcelona, para pedir un gobierno provisional y apertura de Cortes constituyentes. Esta reunión fue prohibida y reprimida. No triunfó por las discrepancias ideológicas de los presentes (diputados de izquierdas y derechas) y el miedo o la revolución, pero aumentó la crisis.
El tercer problema es el social. Ante las dificultades económicas, la UGT y la CNT (Doc. 2) deciden convocar una huelga general en agosto de 1917. El moviendo obrero crece constantemente, y más como consecuencia de la caída del poder adquisitivo durante la Guerra. El proceso huelguista se inicia en 1916, y tiene su punto álgido en 1917 cuando UGT y CNT decide unirse. En la convocatoria piden medidas regeneracionistas y revolucionarias: elecciones sinceras, modificar la legislación viciada, gobierno provisional y Cortes Constituyentes. La huelga tiene éxito en las grandes ciudades, pero el gobierno contesta con una gran represión: ley marcial, envío del ejército (muertos), detenciones masivas, y condenas a muerte (después conmutadas).
El gobierno respondió con una gran represión, pero no solucionó los problemas, de ahí que a partir de este momento empieza la descomposición de la Restauración.
Desde este momento se produce un colapso de las instituciones. Como nos muestra el Doc. 4, se produce una completa inestabilidad gubernamental, once gobiernos de 1917 a 1921. Se suceden gobiernos de distinto signo, liberales o conservadores (siempre en minoría) que dimiten o son cesados por no ser capaces de aprobar leyes en el Parlamento, se llega, incluso, a la formación de gobiernos de concentración (Maura en 1918), aglutinando a los líderes de los partidos dinásticos, pero son incapaces de dar solución a los problemas y se mantienen con el apoyo del ejército para reprimir las protestas y del control-manipulación de las elecciones. La mayor parte del tiempo se gobierna con las Cortes cerradas, y sólo por necesidad se convocan elecciones, pero ni con el caciquismo y el fraude se consigue una mayoría en el Parlamento que de sustento al gobierno.
Al mismo tiempo, se produce un aumento de la conflictividad social: en Andalucía se habla del Trienio Bolchevique (1918-1921), por las fuertes revueltas campesinas y en Cataluña la conflictividad social (huelga de la Canadiense ) desemboca en una fuerte represión y en el fenómeno del pistolerismo.
También se produce un aumento de las presiones de descentralización desde el nacionalismo catalán, que al no ser atendidas por el gobierno suponen la salida del gobierno de Cambó y, por lo tanto, de un aumento de la inestabilidad al no contar el gobierno con el apoyo de la Liga Regionalista.
El detonante final de esta situación viene de nuevo por una acción del ejército. En 1921 se produce otra desastrosa derrota a la que hace alusión el Doc. 3, con una viñeta. En 1921, el general Silvestre se adentró en Marruecos, siendo derrotado en Annual por las kabilas de Abd el Krim. En esa acción se producen más de 13000 bajas, de ahí los esqueletos de la viñeta (doc.3). Este desastre exigió buscar responsabilidades. La prensa culpaba al gobierno, al ejército e incluso estaba presente la implicación del Rey, que había alentado a los militares para conseguir un gran éxito que aumentara su prestigio para imponerse con facilidad al poder civil. Se abrió una investigación, encargada al general Picasso, que elaboró el Informe Picasso, en el informe se ponía de manifiesto la negligencia del ejército y la implicación del Rey Alfonso XIII.
Como consecuencia de toda esta situación los gobiernos eran incapaces de mantener el turno, tampoco se intentaban reformas por miedo a la revolución y los militares aumentaban su presión sobre la política y la sociedad.
Esta situación de descomposición el sistema solo tenía dos soluciones: o se democratizaba o se establecía un gobierno “duro”, un “cirujano de hierro” del que hablaba el regeneracionista Joaquín Costa, para dar solución a los problemas de España.
Esta vía es la que coge el general Miguel Primo de Rivera en septiembre de 1923, cuando da el golpe de estado que finaliza con la Restauración.
Este Golpe se venía preparando durante 1923 y ante el debate en las Cortes del Informe Picasso, Primo de Rivera decide dar el golpe. En el manifiesto (Doc. 5) expone las causas del golpe, acusando a los políticos, al separatismo, al comunismo, de ser los causantes de la situación que se vive en España (problemas económicos, conflictividad social, problemas separatistas, caciquismo, comunismo… doc. 5, párrafo 2) y presenta a los militares como el grupo que puede librar a España de esos males.
El golpe contó con muy poca aposición, ni partidos ni movimiento obrero, ni nacionalismo ofrecieron resistencia. Alfonso XIII encomendó la formación de un Directorio Militar a Primo de Rivera. Concluye, de este modo, el régimen de la Restauración con una nueva intervención militar; así el poder se mantiene en la oligarquía y se tiene controlada a la sociedad.
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