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sábado, 9 de septiembre de 2017

BLOQUE 4. España en la órbita francesa: el reformismo de los primeros Borbones (1700-1788)

Bloque 4. España en la órbita francesa: el  reformismo de los primeros Borbones (1700-1788)


LA TRANSICIÓN DEL ANTIGUO RÉGIMEN A LA ESPAÑA CONTEMPORÁNEA


1.      LOS ELEMENTOS ECONÓMICOS, POLÍTICOS Y SOCIALES QUE CONFIGURAN EL ANTIGUO RÉGIMEN
La expresión A.R. fue acuñada por los revolucionarios franceses para referirse al régimen existente hasta 1789, y con el que querían acabar. Ese régimen se define por una sociedad jerarquizada en estamentos, privilegiados y no privilegiados, por una economía rural y señorial, y por un régimen político dominado por la monarquía absoluta
1.1.      LA SOCIEDAD ESTAMENTAL
La sociedad del A.R. estaba dividida en tres órdenes o estamentos. Había unas características básicas: la desigualdad jurídica, el inmovilismo, y la existencia de privilegios. Los criterios de clasificación son: el nacimiento, el honor y la función. Cada estamento tenía su ley y juzgaban los nobles (lo que los beneficia). Era muy difícil salir de un estamento, sólo burgueses ricos o ilustrados llegaban a ser ennoblecidos.
La nobleza y el clero eran los privilegiados, tenían la mayor parte de la propiedad de la tierra, no pagaban impuestos y ocupaban casi todos los cargos públicos. La nobleza era el 5% de la población, ocupaban los cargos públicos, no pagaban impuestos y vivían de las rentas que cobraban a los campesinos. Es importante destacar en Galicia el papel desempeñado por la hidalguía. Tienen una mentalidad consumidora y poco inversora. Valores aristocráticos son: no practicar ciertos trabajos (herrero, etc.), vivir de rentas sin trabajar y tener limpieza de sangre, es decir, no tener antepasados judíos, herejes o musulmanes. Los señores en sus señoríos ejercen la justicia, nombran las autoridades, exigen corveas (trabajos) y tienen privilegios.
El tercer estamento estaba formado por campesinos, burgueses y clases populares de las ciudades. No tienen privilegios y están sujetos al pago de impuestos o “pechos”.
Dentro de cada grupo hay fuertes diferencias.
Es una sociedad analfabeta, sólo unos pocos saben leer y escribir, y muy pocos tienen conocimientos universitarios.
Es una sociedad muy religiosa mezclada con supersticiones. La defensa que hacen los reyes de la religión llevó a una posición de gran intransigencia y defensa de la ortodoxia católica, en ese sentido se crea el tribunal de la Inquisición que vigilaba, juzgaba y condenado a los que atacaban esos principios; hacían autos de fe donde los condenados eran vestidos con el sambenito y paseados por la ciudad.
El régimen demográfico es de tipo antiguo: Las tasas de natalidad elevadas: natalidad sin control. Las tasas de mortalidad son altas: hambre, epidemias, guerra, muerte; tasas de mortalidad infantil muy elevadas y baja esperanza de vida. El crecimiento natural lento (rombos de crisis).
            Se entra en la fase de la transición demográfica al bajar la mortalidad, lo que dispara el crecimiento natural y provoca el éxodo rural y la emigración a las ciudades.



1.2.      UNA ECONOMÍA AGRARIA
La agricultura es de subsistencia. Las técnicas son rudimentarias (aperos de madera). El sistema de cultivo es extensivo, con rotación bienal o trienal con barbecho. No hay abonado. Los rendimientos son muy bajos, y los pocos excedentes son absorbidos por los pagos de rentas. Apenas hay innovaciones (aquí destacamos la entrada de la patata y del maíz).
         La agricultura era la base de la economía. A esta actividad se dedicaba el 80% de la población. La propiedad de la tierra estaba en manos de la Iglesia y de la nobleza y la mayor parte estaba amortizada (instituciones laicas o eclesiástica) o vinculada (bienes de las familias), no se podía comprar ni vender (manos muertas). La institución del mayorazgo ejemplificaba esta situación. Consistía en el derecho a vincular el conjunto de bienes al título nobiliario. Además, la nobleza, iglesia y corona eran titulares de los señoríos, extensas posesiones de las que recibían rentas.
El campesinado era en su mayor parte arrendatario o jornalero. Su condición variaba en función del tipo de contrato. En Cataluña el contrato característico era el enfitéutico a perpetuidad, por lo que no estaban sometidos a aumentos de rentas. En Galicia y Asturias eran los FOROS, fijos durante tres generaciones; pero la falta de tierra provocó la división, los subforos, y con esto el minifundismo. En Extremadura y Andalucía lo característico eran contratos a corto plazo y la existencia de jornaleros. Su situación era la más dura, contando además con la competencia de la ganadería ovina extensiva. Los grandes propietarios se organizaban en el Honrado Concejo de la Mesta y preservaban la tierra para pasto.
Las actividades artesanales seguían organizadas de forma gremial, con un estricto control sobre la producción y la creación de talleres. El gremio organiza y controla la producción, regula el precio y las características de los productos, pero impide las innovaciones
El comercio era muy débil, se limitaba al intercambio de tipo local o comarcal, dificultado por los problemas del transporte (vías y medios de transporte muy pobres). Comercio internacional marítimo con América y Europa.
1.3.      UNA MONARQUÍA ABSOLUTA
El monarca absoluto constituía la encarnación misma del Estado. Los Borbón impusieron el modelo de absolutismo implantado en Francia con Luís XIV. De ese modo, asumieron la tarea de unificar y reorganizar los diferentes reinos peninsulares. Esto significó la pérdida de su soberanía.
El poder supremo o soberanía residía en el rey, y este poder debía ser ejercido sin limitaciones, ya que lo recibía directamente de Dios (justificación del origen divino del poder). Los reyes actuaban con un sentido patrimonial del estado. A pesar de estos intentos absolutistas, en España existió un alto grado de diversidad jurídica, administrativa y diferencias regionales.





Bloque 4. España en la órbita francesa: el reformismo de los primeiros Borbones (1700-1788)
 B4.1. Cambio dinástico y Guerra de Sucesión: una contienda civil y europea; la Paz de Utrecht y el nuevo equilibrio europeo; los pactos de familia con Francia.
HEB4.1.1. Explica las causas de la Guerra de Sucesión Española y la composición de los bandos en conflicto.
HEB4.1.2. Representa una línea del tiempo desde 1700 hasta 1788, y sitúa en ella los principales acontecimientos históricos.
HEB4.1.3. Detalla las características del nuevo orden europeo surgido de la Paz de Utrecht y el papel de España en ella.
2.      LA LLEGADA DE LOS BORBÓN

2.1.      LA GUERRA DE SUCESIÓN (1700-1713)

En el año de 1700 muere Carlos II de Austria y, como no tenía descendencia, se promovieron candidatos para ocupar el trono. Eran Felipe d’Anjou, nieto de Luís XIV de Francia y de Mª Teresa de Austria, y el archiduque Carlos de Habsburgo, hijo del emperador Leopoldo I de Austria. Carlos II designó como sucesor a Felipe[1], que fue proclamado rey en 1701 como Felipe V. En principio aceptado por todas las potencias europeas, aceptado por las Cortes de Castilla y reconocido como rey por Aragón, Cataluña, Sicilia, Nápoles y Milán.
Pero este nombramiento fortalecía el poder de los Borbón en Europa y así Gran Bretaña, Holanda y Portugal declararon su apoyo al candidato austríaco (Alianza de la Haya o Gran Alianza) y entraron en guerra contra España y Francia (mayo de 1702), en la denominada Guerra de Sucesión.
En el interior de España la cuestión sucesoria también dividió a los reinos peninsulares. Castilla fue partidaria de Felipe, mientras que Aragón se decantó por Carlos, ante el temor a las tendencias centralizadoras y uniformizadoras de los Borbón, que rompían la tendencia pactista de Aragón.
HEB4.1.1. Explica las causas de la Guerra de Sucesión Española y la composición de los bandos en conflicto.
-Impedir la hegemonía borbónica y defender la candidatura de archiduque Carlos de H.
-Conseguir la división de las posesiones españolas y obtener ventajas comerciales en el comercio colonial.
-a nivel interno: Se enfrentaban dos modelos: el de los Austria, tradicionalmente pactista, que respetaba las instituciones forales de los reinos y su diversa legislación y fiscalidad; y el de los Borbones, que importaba el modelo francés absolutista, unificador y centralizador.
La composición de los bandos:
Felipe V: Castilla junto con provincias vascas y el reino de Navarra y Francia.
Carlos de Habsburgo: La Corona de Aragón (Cataluña, Aragón, Valencia y Baleares), Austria, Inglaterra, Portugal y el ducado de Saboya, Prusia y las Provincias Unidas.

El principio de la guerra fue favorable a Carlos. Fue proclamado rey en Barcelona en 1705 y en 1710 toma Madrid. Pero, en 1711, muere su hermano el emperador José I (1705-1711). Así, ingleses y holandeses prefirieron acabar la guerra y reconocieron como rey a Felipe V.
En los tratados de Utrech (1713) Felipe V es reconocido como rey de España y de las colonias americanas (renunciando a los derechos sobre el trono de Francia), pero los territorios europeos de la monarquía son repartidos: el Milanesado, Flandes, Nápoles y Cerdeña para Austria; Sicilia para Saboya (liderará la unificación italiana); fortalezas en Bélgica para los Países Bajos y Gibraltar y Menorca para Gran Bretaña, junto con el monopolio del comercio de esclavos con América (Tratado de asiento de negros). Los catalanes mantienen la guerra, pero Felipe V toma Barcelona en 1714 y el emperador Carlos VI acepta el tratado de Utrech por las paces de Rastatt y Baden.
 HEB4.1.3. Detalla las características del nuevo orden europeo surgido de la Paz de Utrecht y el papel de España en ella.
Se establece un nuevo sistema de relaciones internacionales basado en el equilibrio, para evitar que una potencia se impusiese a las demás.
España pierde las posesiones europeas (se pueden detallar). De este modo, los principales intereses españoles pudieron concentrarse en preservar América. Pasamos a ser una potencia menor. Intereses en recuperar posesiones españolas en Europa. Alianzas con Francia con los Tratados de Familia.
El Reino Unido se confirmó con la principal potencia marítima del mundo. La guerra le permitió no solamente apoderarse de algunos enclaves estratégicos: Gibraltar (1704), Menorca, etc, sino sobre todo, introducirse en el comercio americano, gracias al navío de permiso, y monopolizar el tráfico de esclavos africanos hacia América.  Además, consiguió la cesión de los territorios franceses de Nueva Escocia, la bahía de Hudson, la isla de Terranova y la isla de San Cristóbal en el mar Caribe.
HEB4.1.2. Representa una línea del tiempo desde 1700 hasta 1788, y sitúa en ella los principales acontecimientos históricos.     Puede mandar colocar cualquier fecha
Etapas/Reinados
Felipe V --- 1701-1746
Fernando VI  --- 1746-1759
Carlos III  ---  1759-1788

Acontecimientos
1700 - Inicio de la dinastía de los Borbones
1701 - Formación de la Gran Alianza de la Haya
1701 - Guerra de Sucesión española
1707 - Decreto de Nueva Planta para Valencia y Aragón
1713 - Tratados de Utrecht
1714 - Tratado de Rastatt
1715 - Decreto de Nueva Planta para Mallorca
1716 - Decreto de Nueva Planta para Cataluña
1733 - Primer Pacto de Familia
1743 - Segundo Pacto de Familia
1749 - Catastro de Ensenada
1761 - Tercer Pacto de Familia
1765 - Primera Sociedad Económica de Amigos del País
1765 - Ley de Libre Circulación de Granos
1766 - Motín de Esquilache
1767 - Expulsión de los jesuitas
1778 - Ley de Libertad de comercio
1783 - Ley declarando honestas todas las profesiones



2.2.      REFORMA DE LA MONARQUÍA: CENTRALIZACIÓN Y UNIFORMIZACIÓN
Los reyes Borbón del XVIII son: Felipe V (1700-1724, 1724-1746), Luis I (1724, hijo de Felipe V), Fernando VI (1746-1759, hijo de Felipe V), Carlos III (1759-1788, hermanastro de Fernando) y Carlos IV (1788-1808, hijo de Carlos III).
Los reyes Borbón van a cambiar el modelo de monarquía autoritaria de los Austria por el modelo de monarquía centralizada y absoluta característica de los Borbón
HEB4.2.1. Define los decretos de nueva planta y explica su importancia en la configuración del nuevo Estado borbónico.

Los Decretos de Nueva Planta son un conjunto de decretos promulgados entre 1707 y 1716, por el rey Felipe V de Borbón, vencedor de la Guerra de Sucesión Española, por los cuales quedaron abolidas las leyes e instituciones propias del Reino de Valencia y del Reino de Aragón el 29 de junio de 1707, del Reino de Mallorca el 15 de noviembre de 1715 y del Principado de Cataluña el 16 de enero de 1716, todos ellos integrantes de la Corona de Aragón que se habían decantado por el archiduque Carlos, poniendo fin así a la estructura compuesta de la Monarquía Hispánica de los Austrias. Se impone la organización política y administrativa de Castilla a todo el territorio (excepción de Navarra y provincias vascas).  La Nueva Planta también fue aplicada a la organización jurídica y administrativa de la Corona de Castilla. Formalmente, los Decretos eran una serie de Reales Cédulas por las que se establecía la «nueva planta» de las Reales Audiencias de los estados de la Corona de Aragón y a la Corona de Castilla.
Se puede decir, sin duda, que comienza la historia del Estado español como unidad administrativa.

Los principales cambios introducidos son:
Felipe V mediante los DECRETOS DE NUEVA PLANTA (Valencia y Aragón 1707, Mallorca 1715 y Cataluña 1716) impuso la organización político-administrativa de Castilla a todo el territorio con la excepción de Navarra y el País Vasco. Con la Nueva Planta se abolieron las cortes de los diferentes reinos quedando sólo las de Castilla. De ese modo, todo el territorio constituía una única estructura de carácter uniforme. El Consejo de Aragón fue abolido y el de Castilla quedó como órgano esencial de gobierno ya que contaba con funciones consultivas, legislativas y judiciales y actuaba como Tribunal Supremo de Justicia.
Por encima de todo, el poder del monarca que estaba auxiliado por los Secretarios (Estado, Asuntos Extranjeros, Justicia, Guerra y Hacienda), nombrados y destituidos por el rey.
A nivel provincial, los Borbón intentaron racionalizar el territorio y para eso eliminaron los Virreinatos (salvo América) y crearon demarcaciones provinciales. Al frente de cada provincia un Capitán General, con funciones militares y administrativas. Implantaron Reales Audiencias con funciones judiciales y los Corregidores para el control de las ciudades. Por último, crearon los Intendentes (de inspiración francesa) que dependían directamente del rey y tenían como misiones la recaudación de impuestos y dinamizar la economía, controlar las autoridades locales, cuidar de las reales fábricas, confeccionar mapas, hacer censos...
A nivel de Hacienda también se producen cambios, ya que un Estado sólido necesita una Hacienda sólida. Se pretendió, sin éxito, la unificación de las monedas y el aumento de la recaudación con un sistema fiscal basado en la riqueza de cada habitante, incluidos los propietarios, pero no fueron capaces. En la Corona de Aragón, con los decretos de Nueva Planta se aplicó la Contribución Única, en Valencia el Equivalente, en Mallorca la Talla y el Catastro en Cataluña. En Castilla el Marqués de la Ensenada intentó aplicar el modelo, pero fracasó ante la oposición de la nobleza y clero.
También debemos destacar el cambio en la ley de sucesión. En Castilla las mujeres podían heredar el trono, y en la corona de Aragón las mujeres transmiten el derecho a sus hijos. Felipe V introduce la Ley sálica que da preferencia al varón desplazando a las mujeres. 

HEB4.2.2. Elabora un esquema comparativo del modelo político de los Austrias y de los Borbones.

AUSTRIAS
BORBONES
MONARQUÍA AUTORITARIA DESCENTRALIZADA: los  territorios peninsulares y europeos  conservan sus leyes e instituciones propias y tradicionales, sus fueros. El monarca ve limitadas sus atribuciones en algunos de esos territorios: Corona de Aragón.
MONARQUÍA ABSOLUTA UNITARIA Y CENTRALIZADA: las mismas leyes e instituciones en todos los territorios, reducida a la España peninsular y a América. El monarca tiene todo el poder, y el mismo poder, en todos los territorios. Excepción: conservación de los fueros vasco-navarros.
GOBIERNO  Y ADMINISTRACIÓN CENTRAL
GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN CENTRAL
SISTEMA POLISINODIAL DE GOBIERNO derivado de la gran extensión del Imperio, y la dispersión y heterogeneidad de los territorios que lo componen: CONSEJOS territoriales, Consejos técnicos y Consejo de Estado, situados en la Corte, junto al rey.
 Los Consejos territoriales estaban integrados por personas originarias de los territorios para cuyo gobierno se habían establecido.
Los Consejos, por su sistema de funcionamiento, ralentizaban la acción de gobierno y la toma de decisiones.
Sustitución gradual de los Consejos por las SECRETARÍAS DE ESTADO Y DESPACHO para una gestión más rápida y eficaz de los asuntos de gobierno pues a su frente estaban los Secretarios -precedentes de los ministros- que despachaban directamente con el rey.
Estaban especializadas en los diferentes asuntos de gobierno, Estado, Justicia, Hacienda, Guerra, Marina e Indias etc. Su número fue variando.
Se suprimieron por innecesarios los Consejos de Aragón, Italia y Flandes y otros se ignoraron o vieron reducidas sus competencias. Únicamente el Consejo de Castilla se mantuvo como máximo órgano político al redactar las leyes y actuar como Tribunal Supremo de Justicia, siendo su presidente el cargo político más importante después del rey.
CADA REINO CONSERVABA SUS CORTES PARTICULARES. Las Cortes de la Corona de Aragón supervisaban que el rey no incumpliese sus fueros, especialmente a través de las Diputaciones.
CORTES GENERALES DEL REINO: únicas para toda la monarquía; escasa significación política pues apenas eran convocadas y sólo para ratificar decisiones de la monarquía o jurar al heredero de la Corona.
ADMINISTRACIÓN TERRITORIAL
ADMINISTRACIÓN TERRITORIAL

VIRREYES: representaban al rey y asumían sus funciones en territorios no castellanos (Corona de Aragón, Italia, América...)

AUDIENCIAS: tribunales superiores de justicia en sus respectivos territorios.

CHANCILLERÍAS: tribunales de justicia de Castilla de rango superior a las anteriores.


En los antiguos territorios de la Corona de Aragón los virreyes fueron sustituidos por un CAPITÁN GENERAL (gobernador militar) al frente de una AUDIENCIA.
INTENDENCIAS: nueva división administrativa de España, similar a las actuales provincias, que seguía el modelo francés y tenía el objetivo de controlar desde el poder central todo el territorio.
A su frente los INTENDENTES, hombres de confianza de la monarquía, que actuaban como delegados territoriales del gobierno, con amplias y variadas funciones (judiciales, policiales, fiscales, militares, etc), y a través de los cuales la monarquía impulsó a nivel provincial muchos   de sus proyectos de reforma.
AUDIENCIAS
CHANCILLERÍAS


ADMINISTRACIÓN LOCAL (municipal)
ADMINISTRACIÓN LOCAL (municipal)

El Cabildo o Ayuntamiento estaba compuesto por un número variable de REGIDORES, la mayoría de los cuales en la Edad Moderna eran nombrados por el Rey con carácter vitalicio, lo que llevó, junto con la venta de estos cargos, a que los municipios más importantes estuvieran dominados por las oligarquías locales (los más ricos y poderosos, la mayoría nobles junto con algún burgués enriquecido) que se perpetuaban en el poder generación tras generación.

El CORREGIDOR era el delegado y representante político del rey para el control de la política y la vida municipal. Sus funciones eran muy amplias, judiciales, miliares, fiscales...


Los Borbones no introdujeron grandes cambios en la administración de los municipios de la España peninsular.
ADMINISTRACIÓN DE AMÉRICA
ADMINISTRACIÓN DE AMÉRICA
En la Península:
  • CONSEJO DE INDIAS: principal órgano de gobierno; jurisdicción sobre todo los territorios y organismos americanos: elaboraba las leyes para América, nombraba sus cargos y controlaba o fiscalizaba sus asuntos económicos.
  • CASA DE CONTRATACIÓN: organizaba, registraba y controlaba todo el comercio y navegación con América para mantener el monopolio sobre estos de la monarquía hispánica.

En América:
  • Virreinatos: circunscripción de rango superior:
    • VIRREINATO DE NUEVA ESPAÑA
    • VIRREINATO DEL PERÚ
  • Audiencias: tribunales superiores de justicia que también tienen importantes funciones gubernativas al servicio de los virreyes.
  • Gobernaciones: equivalentes a provincias regidas por gobernadores o capitanes generales subordinados a los virreyes.
  • Corregimientos: de menores dimensiones que las gobernaciones, a cargo de un corregidor
  • Cabildos o ayuntamientos.

  • Aspectos militares, organización de la defensa: efectivos de tropas reducidos: guardias de los virreyes, pequeñas  guarniciones de puertos; algunas fortificaciones.
En la Península:
  • La SECRETARÍA DE MARINA E INDIAS asume las funciones del Consejo de Indias, este sólo mantiene algunas limitadas al ámbito judicial y al asesoramiento.
La Casa de Contratación fue reduciendo su actividad con la progresiva liberación del comercio con América a lo largo del siglo. Disuelta en 1790.

En América:  nuevas divisiones administrativas para mejorar el control de los territorios y obtener mayores beneficios económicos para la monarquía y el país:
  • Dos nuevos virreinatos:
    • VIRREINATO DE NUEVA ESPAÑA
    • VIRREINATO DEL PERÚ
    • VIRREINATO DE NUEVA GRANADA
    • VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA
  • Establecimiento de las INTENDENCIAS desde 1764, sustituyendo a gobernaciones y corregimientos.





  • Aspectos militares, organización de la defensa: organización de un EJÉRCITO REGULAR AMERICANO, con destacamento en diversos enclaves estratégicos.



HEB4.2.3. Explica las medidas que adoptaron o proyectaron los primeiros Borbones para sanear la Hacienda Real.
Felipe V, como consecuencia derivada de los Decretos de Nueva Planta, obligó a contribuir también a los territorios de la Corona de Aragón, estableciendo para cada reino una cantidad, en forma de impuesto único o unificado, equivalente a la que se pagaba en Castilla (en Castilla, como resultado de la suma de una gran diversidad de impuestos): fueron el catastro en Cataluña, el equivalente en Valencia, la única contribución en Aragón y la talla en Baleares.
Fernando VI pretendió implantar una reforma fiscal en Castilla según un proyecto elaborado por su ministro el marqués de la Ensenada. Consistía en sustituir la gran diversidad de impuestos que se cobraban por una única contribución proporcional a la riqueza de cada uno, inspirada en el catastro catalán, que aumentaría la racionalidad y eficacia del sistema tributario. Para establecer la cuantía que cada súbdito debía tributar se inició una investigación o recuento de todos los habitantes de Castilla, así como de sus oficios, propiedades e ingresos, que se conoce como Catastro de Ensenada. Las protestas y reclamaciones frustraron el ambicioso proyecto, que habría supuesto un duro golpe a los estamentos privilegiados, pues los obligaba a contribuir en parte. Finalmente, se mantuvo el sistema anterior.
Las reformas anteriores, limitadas o fracasadas, no consiguieron sanear la Hacienda, agravándose el déficit en el reinado de Carlos III a raíz de los gastos ocasionados por la participación española en la Guerra de Independencia de Estado Unidos. La necesidad urgente de ingresos llevó al monarca a emitir deuda pública, en concreto, los denominados vales reales que presentaban la particularidad de que sus compradores, normalmente casas de comercio que recibían un interés anual del 4% por ciento, podían conservarlos hasta la devolución de su importe o utilizarlos como medio de pago, constituyendo un precedente de los billetes o papel moneda.
Esta fórmula tuvo muy buena acogida y las emisiones de vales reales se sucedieron una tras otra hasta tal punto que en el siguiente reinado, el de Carlos IV, el abuso de esta medida imposibilitó el pago de los intereses, con lo que los vales eran rechazados y empezaron a perder su valor. Para la gestión de los vales reales y de toda la deuda se fundó en 1782 el Banco Nacional de San Carlos.

2.3. LA POLÍTICA EXTERIOR DE LOS BORBÓN
La pérdida de peso en Europa supuso un siglo de relativa paz y neutralidad que fue aprovechada para reconstruir el ejército y la flota, y mejorar la Administración y el comercio con América.
De 1717 a 1720: intentos de recuperar posesiones en Italia. Se obtienen en 1720 los ducados de Parma, Plasencia y Toscana para los infantes Carlos y Felipe (hijos de Isabel de Farnesio).
En 1725: primer tratado de Viena con Austria, asedio de Gibraltar.
En 1734: Primer Tratado de Familia con Francia, Carlos (III) obtiene Nápoles y Sicilia.
En 1743: Segundo Tratado de Familia.
En 1761: Tercer Pacto de Familia. Intervención en la Guerra de los Siete años; Paz de París de 1763, España obtiene Manila, La Habana y Luisiana (francesa).
LOS PACTOS DE FAMILIA: Son alianzas de España con Francia, monarquías de la misma familia borbónica, contra Inglaterra. Dos de ellos en la época de Felipe V y otro en la de Carlos III.
Felipe V quería recuperar lo perdido en el Tratado de Utrecht, y esto le llevaba también a la guerra contra Austria. El Primer Pacto de Familia es en 1733, cuando la Guerra de Sucesión de Polonia, uno de las guerras internacionales de la época, fue aprovechada por Felipe V, que se alía con Francia, para atacar a Austria y recuperar Nápoles y Sicilia, donde entroniza como rey a su hijo el infante Carlos (el futuro Carlos III).
El Segundo Pacto de Familia, en 1743, cuando aprovechó la Guerra de Sucesión de Austria para conseguir los ducados de Parma, Plasencia y Guastalla para su hijo el infante Felipe.
Fernando VI (1746-1759) lleva a cabo una política de neutralidad activa entre Inglaterra y Francia.  Fortalece la flota para evitar verse arrastrado a la guerra y liquida el Pacto de Familia, lo que le desliga de apoyar a Francia en sus guerras.
A cambio, Inglaterra acepta la supresión del asiento de negros y del navío de permiso.
Carlos III (1759-1788) vuelve a la política belicista directamente contra Inglaterra para recuperar Gibraltar y Menorca y firma el Tercer Pacto de Familia en 1761, que le lleva a entrar en la última fase de la Guerra de los Siete Años en apoyo de Francia contra Inglaterra, y a la derrota que le ocasiona considerables pérdidas al final, en 1763: las dos Floridas, que entrega a Inglaterra, y el Sacramento (al sur de Brasil), a Portugal.
Renovado en 1779 ese mismo Tercer Pacto de Familia con Francia, se toma la revancha contra Inglaterra en la Guerra de Independencia de los EEUU (1775-1783), en la que entra en ese año 1779, recuperando Menorca (1782) y las dos Floridas.
Las guerras del XVIII no son ya por ideales, sino por intereses de poder de las dinastías o los Estados. En los Pactos de Familia, cada parte busca su interés. España muchas veces queda abandonada por Francia cuando a ésta ya no le interesa la guerra.
Como consecuencia de las guerras de Carlos III, vuelve la crisis de la Hacienda, aumentada en la época de Carlos IV.
En la época de Carlos IV y Godoy, el Tratado de San Ildefonso de 1796 es una alianza con la Francia de la Revolución, que, como es contra Inglaterra, se presenta como una vuelta a la política de los Pactos de Familia. Pero resulta paradójico e incluso contradictorio presentarlo así, porque en Francia ya no hay Borbones, precisamente porque han sido eliminados por la Revolución Francesa.
2.4. FERNANDO VI
            En el reinado de Fernando VI destacamos su política pacifista en el exterior, para dedicar los esfuerzos económicos a revitalizar la economía interna (Marqués de la Ensenada). En lo referente a la política absoluta, destacamos la consolidación del regalismo, es decir, subordinar la autoridad de la Iglesia a la de los reyes; en este sentido nuevos acuerdos con el Papa y firma de un Concordato en 1753 (presentación de obispos).
2.5. CARLOS III. EL REFORMISMO ILUSTRADO – DESPOTISMO ILUSTRADO
            Durante el reinado de Carlos III se van a multiplicar las reformas. Esto se explica por dos razones: 1ª es el Borbón mejor preparado, 2ª confluye la llegada de la Ilustración y del despotismo ilustrado.
Las medidas más importantes son:
a)             En lo referente al fortalecimiento del estado: Aumentar los poderes del rey, aumentar la administración, mejorar los ayuntamientos, más tribunales de justicia, bandera para la monarquía.
b)             En lo referente a la agricultura: Limitar los privilegios de la Mesta, impulsar la colonización de nuevas tierras (Sierra Morena, Olavide), construcción de alguna infraestructura de regadío, defender el sistema de “montes abiertos” para mantener el ganado e impulsar los programas de Reforma Agraria[2] para aumentar los propietarios y arrendatarios. Entre estos programas destacamos los de Campomanes, Olavide y Jovellanos.
c)             En cuanto al comercio: Crear mercados de bienes y capitales fomentando el transporte y la libre circulación de mercancías (libre circulación de grano en 1765, fin del monopolio comercial de Cádiz con América, creación del banco de S. Carlos en 1782). Fomento para la creación de compañías comerciales privilegiadas con una zona y con un producto.
d)             En lo referente a la industria: Apoyar la actividad industrial liberalizando el proceso de fabricación (ataque a los gremios), estableciendo aranceles y tratados comerciales para defender la industria nacional. Uno de los esfuerzos más  interesantes fue el apoyo a las Sociedades Económicas de Amigos del País; la primera fue fundada por el conde de Peñaflorida en  1765 con la intención de fomentar la agricultura, industria y comercio. Potenciar la industria del campesino (a tiempo parcial). Defender el valor del trabajo artesanal (que es compatible con la nobleza).
e)             Reformas educativas: Defendieron los ilustrados la necesidad de una enseñanza útil y práctica. En consecuencia adoptaron una serie de iniciativas entre las que destacamos: la creación de las Reales Academias, paso de las universidades a la jurisdicción real, apoyo a los manteistas (universitarios no privilegiados) en detrimento de los colegiales (privilegiados), creación de los Estudios de S. Isidro con planes modernos de enseñanza, fundación de nuevas instituciones culturales y científicas (Jardín Botánico).
f)              Política regalista con la Iglesia: pretende el control y sometimiento de la iglesia al Estado. Esta política implica: restricción de los derechos temporales del clero, freno a la Inquisición, expulsión de los Jesuitas en 1767.
g)             Reforma del ejército y de la armada: Son reformas que se plantean desde Felipe V: cambios en el sistema de reclutamiento, con la leva obligatoria entre los campesinos (establecida en 1704, duraba 3 años); los cambios en la organización militar: el tercio es sustituido por el regimiento; la idea de crear un ejército permanente profesionalizado costeado con los presupuestos (gran carga no realizable); potenciar la marina (defensa de posesiones y comercio) con la construcción de nuevos astilleros y arsenales (Ferrol), más barcos y mejores

HEB4.2.4. Describe las relaciones Iglesia-Estado y las causas de la expulsión de los jesuitas.
Con la llegada de Felipe V, y de los Borbones, al trono de España, las relaciones con la Santa Sede entraron en una fase de fricciones y dificultades por el apoyo papal al candidato austriaco en la Guerra de Sucesión y, fundamentalmente, por el enérgico regalismo de los nuevos monarcas. El regalismo era una doctrina jurídica, surgida y desarrollada en paralelo a la monarquía absoluta, que propugnaba (defendía) la superioridad del rey sobre la Iglesia en cualquier ámbito que no fuera la pura doctrina religiosa; en este sentido, los monarcas borbónicos españoles, como otros monarcas absolutos, pretendían someter a su autoridad a la Iglesia de su nación, especialmente, mediante el nombramiento de los principales cargos eclesiásticos (Patronato regio).
Durante el reinado de Fernando VI se normalizaron las relaciones con el Concordato de 1753, por el que el Papa concedió a los monarcas hispánicos un patronato prácticamente universal sobre la Iglesia española (el derecho a nombrar los cargos eclesiásticos en todos los territorios españoles, ya existía el derecho de patronato sobre Granada y América desde la época de los Reyes Católicos).
Con Carlos III surgió un nuevo conflicto. El rey decretó la expulsión de los jesuitas en 1767 tomando como pretexto su supuesta instigación del Motín de Esquilache en 1766 y los subsiguientes motines de la primavera de ese año.
Realmente, la causa de los motines fue el descontento social ante la carestía de los alimentos, tras varios años de malas cosechas, desde 1759, agravados por la liberalización del precio de los cereales, decretada por la monarquía, que acabó disparando el precio del trigo debido a las prácticas especulativas.
Aunque es posible que los jesuitas, o algún sector de los mismos, junto con alguna nobleza  y el clero, instigasen el Motín de Esquilache por su descontento con la política reformista del rey y de sus colaboradores italianos, lo cierto es que el motivo principal de la expulsión fue el mismo que ya la había motivado en otros estados europeos: su inmenso poder económico y social - en sus colegios se educaban las élites- y su obediencia directa al Papado, la convertían en un peligroso enemigo dentro del Estado al servicio de los intereses de Roma. Las monarquías absolutas, desde su perspectiva regalista, no lo podían permitir.  De hecho, ante las sucesivas expulsiones y la presión ejercida por muchos estados, el propio Papa Clemente XIV acabó disolviendo la Compañía en 1773, no siendo restablecida hasta 1814.
3.      LÍMITES DEL REFORMISMO
Carlos III se enfrentó al principio de su reinado con una fuerte oposición de los grupos privilegiados. Las clases populares se oponían por la ignorancia y las privilegiadas por el temor a perder los privilegios.
 En 1766, el 23 de marzo, se produce el Motín de Esquilache. Como consecuencia de una orden sobre indumentaria (capas y sombreros) estallan motines populares contra Esquilache y los “reformadores” (también se critica el precio de los alimentos, los ministros extranjeros, oposición de los privilegiados, etc.). Carlos III destituyó a Esquilache, frenó las reformas y bajó el precio de algunos productos. Los motines cesaron y Carlos III continuó las reformas con ministros españoles. En 1767 decretará la expulsión de la Compañía de Jesús por ser uno de los principales instigadores de los motines y por no supeditarse a su poder (problema con 4º voto: obediencia al Papa). Fue una medida regalista para limitar el poder de la Iglesia.
Las reformas tuvieron siempre un alcance limitado ya que el límite de las reformas estaba en la pervivencia del sistema político absoluto. De este modo, cuando muere Carlos III en 1788, la mayor parte de las reformas están paralizadas, no se hizo apenas nada para evitar la concentración de riqueza en los privilegiados. Así, una parte de la población estaba desencantada: primero la burguesía urbana, que tenía dinero pero no tenía poder político, segundo el campesinado que se veía atacado por los privilegiados y por los burgueses que querían invertir en la tierra.


B4.3. Economía y política económica: recuperación demográfica; problemas de la agricultura, la industria y el comercio; liberalización del comercio con América.

HEB4.3.1. Compara la evolución demográfica del siglo XVIII con la de la centuria anterior.
            En el siglo XVII se produjo un importante descenso demográfico debido al incremento de la mortalidad tanto por las grandes epidemias de peste que lo azotaron, como por las guerras constantes y las crisis de subsistencia periódicas; además, las dificultades económicas con la caída de la producción agropecuaria, la crisis de la industria y la gran presión fiscal sobre sectores del estado llano condujeron a una reducción la natalidad. También contribuyó al descenso de población, fundamentalmente en los reinos de la Corona de Aragón, la expulsión de los moriscos.
            El régimen demográfico es de tipo antiguo: Las tasas de natalidad elevadas: natalidad sin control. Las tasas de mortalidad son altas: hambre, epidemias, guerra, muerte; tasas de mortalidad infantil muy elevadas y baja esperanza de vida. El crecimiento natural lento (rombos de crisis).
            Sin embargo, desde 1680 se inició en España una nueva fase de expansión demográfica que continuaría a lo largo del siglo XVIII; si al iniciarse este siglo la población era de unos siete millones y medio de habitantes, al concluir alcanzaba los diez millones y medio.
            Se entra en la fase de la transición demográfica al bajar la mortalidad, lo que dispara el crecimiento natural y provoca el éxodo rural y la emigración a las ciudades.
            Las causas de este crecimiento fueron el aumento de la natalidad, debido a la reactivación económica, y el descenso de la mortalidad  por la inexistencia de epidemias de peste (su trasmisora, la rata negra, desapareció), por  la escasa incidencia de las guerras que, en general, se desarrollaron en el exterior y fueron poco devastadoras, así como  por la solución del problema del hambre en la España mediterránea, que importaba trigo de mar en barco desde Sicilia, aunque la amenaza del hambre seguía presente en la España interior como quedó patente en los motines por crisis de subsistencias de 1766.
            En cualquier caso, el crecimiento demográfico no se produjo por igual en toda España, sino que fue mayor en la periferia, que se benefició de un mayor impulso económico, en el comercio y en la industria, y en Madrid, por su capitalidad, y menor en la España interior.
            Los recuentos generales de población elaborados durante la centuria (Campoflorido en 1712-1717, Ensenada en 1752, Aranda en 1768, Floridablanca en 1787 y Godoy en 1797), así como los diversos estudios parroquiales elaborados en los últimos años, muestran bien a las claras que la población española tuvo un evidente crecimiento secular. En efecto, el número de habitantes inició en el Setecientos un lento pero seguro despegue que supuso finalmente un crecimiento aproximado de 3 millones de personas entre 1717 y 1797. Este aumento de un 40%, hizo pasar al país de 7,5 u 8 millones de habitantes en 1717 a 10,5 u 11 en 1797. Un auge de tono europeo, algo inferior al inglés o al de los países nórdicos, similar al italiano y superior al francés.

HEB4.3.2. Desarrolla los principales problemas de la agricultura y las medidas impulsadas por Carlos III en este sector.
            La agricultura era la base de la economía. A esta actividad se dedicaba el 80% de la población. La propiedad de la tierra estaba en manos de la Iglesia y de la nobleza y la mayor parte estaba amortizada (instituciones laicas o eclesiástica) o vinculada (bienes de las familias), no se podía comprar ni vender (manos muertas). La institución del mayorazgo ejemplificaba esta situación. Consistía en el derecho a vincular el conjunto de bienes al título nobiliario. Además, la nobleza, iglesia y corona eran titulares de los señoríos, extensas posesiones de las que recibían rentas.
Problemas: un general déficit de producción agraria, con frecuentes crisis de subsistencias. En ese problema general influye: la excesiva cantidad de tierras amortizadas (manos muertas), la falta de abonado, el sistema de cultivo es extensivo, con rotación bienal o trienal con barbecho, los rudimentarios aperos de labranza (atraso técnico), el predominio del secano, un desequilibrio en la estructura de la propiedad con predominio de latifundios y minifundios, el precio de los arrendamientos, la poca tierra en manos de los agricultores (pocos propietarios), los privilegios de la Mesta, la mala calidad de las semillas, etc.
Alguna de las acciones: Limitar los privilegios de la Mesta, impulsar la colonización de nuevas tierras (Sierra Morena, Olavide), construcción de alguna infraestructura de regadío, diversificar cultivos, Se fomentó el arrendamiento de tierras comunales a los campesinos ricos que tuvieran medios para ponerlos en cultivo, aunque los campesinos más desfavorecidos se vieron privados del uso de estas tierras, defender el sistema de “montes abiertos” para mantener el ganado e impulsar los programas de Reforma Agraria para aumentar los propietarios y arrendatarios. Entre estos programas destacamos los de Campomanes, Olavide y Jovellanos.
El objetivo de la política ilustrada fue conseguir más estabilidad social y más rentas para el Estado. Para ello, intentaron defender la creación de una mesocracia rural que, al frente de unidades de explotación familiares produjeran para un mercado cada vez más liberado de trabas y más dirigido a beneficiar a los consumidores. Para alcanzar estas metas, la política ilustrada se centró en dos grandes frentes de actuación: reformar la estructura de la propiedad y las relaciones de producción para liberalizar el comercio de granos y limitar los intereses ganaderos de la Meseta, y la colonización de nuevas tierras, realización de obras públicas destinadas a favorecer el transporte de mercancías, fomentar la industria popular en el campo y difundir nuevas técnicas y cultivos mediante su divulgación en los periódicos.
Sin embargo, la resistencia encarnizada de clases privilegiadas y la existencia de una realidad agraria muy plural provocaron medidas legislativas más ambiguas o contradictorias que acabaron beneficiando a los que más recursos económicos y jurídicos tenían.

HEB4.3.3. Explica la política industrial de la monarquía y las medidas adoptadas respecto al comercio con América.
La preocupación por el fomento de la industria nacional fue una constante entre los gobernantes del siglo. Destaca el ministro Campomanes con sus dos obras capitales: Discurso sobre el fomento de la industria popular (1774) y Discursos sobre la educación popular de los artesanos (1775). Desde una óptica esencialmente mercantilista se pensaba que para mantener una balanza comercial favorable, era preciso crear una industria nacional potente, capaz de competir con los productos extranjeros y de asegurar el abastecimiento a todos los dominios españoles, peninsulares y coloniales. En tal sentido, destaca la creación de las “Manufacturas Reales”. Se trataba de una iniciativa destinada a crear una estructura industrial en un país eminentemente rural. Esta nueva industria se apoyaba en una financiación pública y en la producción de artículos de lujo para que las clases ricas españolas no acudieran a Francia a comprar tales productos. Así se crearán talleres de tapices, porcelanas… La experiencia no logró crear un tejido industrial privado vinculado a estas industrias artesanales y habrá que esperar un siglo para el desarrollo de la industrialización en España.
Reforzaron el proteccionismo, con el fin de dificultar la importación de ciertas manufacturas extranjeras, especialmente textiles. Esto favoreció sobre todo a las manufacturas catalanas.
Se impulsó la construcción naval en los astilleros reales de Cádiz, Ferrol y Cartagena, de donde surgió la flota de guerra que hizo de España la tercera potencia naval del Mundo.
Uno de los esfuerzos más interesantes fue el apoyo a las Sociedades Económicas de Amigos del País; la primera fue fundada por el conde de Peñaflorida en 1765 con la intención de fomentar la agricultura, industria y comercio.
Potenciar la industria del campesino (a tiempo parcial).
el valor del trabajo artesanal (que es compatible con la nobleza).
En cuanto al comercio con América es, sobre todo, a partir de a mediados del siglo cuando se modifica la política hacia América, decidiendo incrementar la explotación colonial para aumentar su rentabilidad.
El principal y más importante cambio del siglo ocurrió en 1717, cuando Felipe V trasladó el monopolio americano de Sevilla a Cádiz. Se acompañó en 1735 con la supresión del sistema de flotas (1735), desde ese momento cada barco zarpaba de Cádiz cuando quería sin esperar a formar una flota.
También con la creación de compañías comerciales a las que se le concedían privilegios en un territorio o el monopolio de algún producto (Compañía Guipuzcoana de Caracas (1728). No tuvieron éxito y acción limitada sin ser capaces de controlar el contrabando y la piratería.
La segunda gran novedad del comercio con América la constituyó el decreto de libre comercio de 1778. Antes, en 1765, se autorizó a nueve puertos españoles el tráfico directo con islas de las Antillas. Los positivos resultados de la medida hicieron que se ampliase a otras zonas del continente americano. Finalmente, en 1778, se concedido la libertad de tráfico a trece puertos españoles (Sevilla, Cádiz, Málaga, Almería, Cartagena, Alicante, Alfaques de Tortosa, Barcelona, Santander, Gijón, Coruña, Palma de Mallorca y Santa Cruz de Tenerife), y a 22 puertos americanos.
Por último, en 1790 se suprimió la Casa de Contratación. Gracias a estas dos reformas de Carlos III y Carlos IV, el tráfico con América en los últimos años del siglo creció en torno a un 400% de promedio anual. Algunas zonas peninsulares se beneficiaron de ello, pues la proporción de productos españoles en estos envíos pasó a crecer un 4% más como mínimo en los quince primeros años posteriores a 1778.


 B4.4. Despegue económico de Cataluña. Estancamiento económico de Galicia.

         En Galicia el sistema económico sigue centrado en la tierra. Se va a producir una diversificación de las actividades, pero el crecimiento es menor en comparación con otras partes de España.
            En la agricultura se produce una notable diversificación con la continuación del cultivo del maíz y de la patata.
            En las actividades textiles sigue siendo un trabajo doméstico y familiar en el campo, sobre todo en el sector del lino y en el curtido.
            Otro sector que experimenta un crecimiento fue el pesquero, con la llegada de los catalanes, que introducen nuevas técnicas de pesca y de conservación, así como el trabajo asalariado y la comercialización a gran escala.
            En el sector siderúrgico coexistieron las pequeñas herrerías y el proyecto de Antonio Raimundo Ibáñez que fundó una industria siderúrgica para abastecer el ejército, y una industria de cerámica.
            El último gran foco de industrialización estaba centrado en el arsenal de Ferrol, que poco a poco entrará en declive.

HEB4.4.1. Especifica las causas del despegue económico de Cataluña en el siglo XVIII.
            Cataluña representaba, dentro del conjunto de la economía española del siglo XVIII, un caso particular, pues experimentó un despegue económico que la convirtió en la zona más dinámica y avanzada de España, y la única encaminada con una trayectoria firme hacia la revolución industrial.
            En dicho despegue económico influyeron varios factores.
            El crecimiento demográfico que experimenta.
            La mejora de sus rendimientos agrícolas y orientar buena parte de su producción hacia el mercado, lo que permitió a sus agricultores obtener unos beneficios que, a su vez, contribuirían al desarrollo industrial. Lo primero fue posible gracias al sistema de contratos enfitéuticos, es decir, los propietarios feudales catalanes habían cedido el disfrute de la tierra a los campesinos en contratos perpetuos o a muy largo plazo a cambio de una renta fija que, con el paso del tiempo y la inflación, había quedado reducida a una cantidad muy pequeña. Esto le dejaba al campesino catalán la casi totalidad de los beneficios y, por tanto, tenía incentivos para realizar mejoras en la tierra, lo que hizo, especialmente plantando vides para la comercialización de vinos y aguardientes. Además, el campesinado, orientó su producción al mercado y no al autoconsumo, disponía de más ingresos y compraba en los mercados aquello que necesitaba y no producía. Esta demanda campesina estimuló la producción industrial catalana; también parece que algunos capitales agrícolas se invirtieron en industria.
            Otro factor muy importante para el despegue de la industria catalana, fundamentalmente la textil, fue la política proteccionista de la Corona, que prohibió la importación de ciertos productos extranjeros, como las telas de Asia, para evitar que pudieran hacer la competencia a los españoles. La producción e indianas.
Por último, la liberalización del comercio con América resultó especialmente beneficiosa para Cataluña, ya que desde el puerto de Barcelona se exportaban a América productos, en su mayoría, catalanes, como vinos, aguardientes y textiles.

 B4.5. La Ilustración en España y Galicia: proyectistas, renovadores e ilustrados; despotismo ilustrado; nuevo concepto de educación; Sociedades Económicas de Amigos do País; prensa periódica.
            La introducción y difusión de las nuevas ideas ilustradas en España fue lenta y difícil. La ausencia de amplios grupos burgueses, el anquilosamiento y conservadurismo de los medios intelectuales universitarios y el enorme peso de la Iglesia obstaculizaron la difusión hasta la segunda mitad del siglo XVIII. A partir de 1750-1760 surgió un generación de pensadores (nombres) . No formaban un grupo homogéneo, pero coincidían en el interés por la ciencia, el espíritu crítico y la idea de progreso. Aunque con varios decenios de retraso respecto a algunos países europeos, en esencia se expandieron los mismos principios y se intentaron parecidas reformas.
            Las ideas dela Ilustración calaron en una minoría de intelectuales españoles pertenecientes a la baja nobleza y a la burguesía. El principal obstáculo a su difusión fue el fanatismo religioso y el temor a la Inquisición.
            La preocupación básica de los ilustrados era encontrar soluciones a la decadencia española. Para ello propugnaban: Una reforma del sistema educativo, primando el estudio de las ciencias, para lograr un progreso técnico y científico. Eje sobre el que debía sustentarse el cambio social. Para conseguir ese objetivo los ilustrados se enfrentaron a los estamentos privilegiados y defendieron la necesidad de una enseñanza útil y práctica, obligatoria para todos los niveles, común a los dos sexos, impregnada por los nuevos conocimientos y relacionada con el extranjero. Era la educación un objetivo prioritario. Un segundo objetivo: la economía. Preocupación básica. Todos ellos eran conscientes del atraso del país que provenía de la gran cantidad de tierras amortizadas en manos de la nobleza y el clero y del desconocimiento de las nuevas técnicas e inventos, aplicados ya en Inglaterra y en Holanda para desarrollar la industria. Una crítica a los estamentos privilegiados, por considerarlos clases improductivas, que paralizaban la modernización de España Un desarrollo de las actividades económicas fomentado por las “Sociedades económicas de amigos del País”. La prensa, que nació en el siglo XVIII (El Pensador), y las tertulias de salón donde se reunían las personas cultas y en las que intercambiaban experiencias y noticias.
             Los ilustrados llegaron al poder en el reinado de Fernando VI y Carlos III y desplegaron una amplia política reformista. Constituían una minoría dentro del panorama español, pero de gran influencia y poder, destacando entre ellos el padre Feijoo, el padre Flórez y los políticos Campomanes, Floridablanca, Jovellanos, Olavide, Aranda. El naturalista Celestino Mutis, el químico Antonio Ulloa, el literato Leandro Fernández de Moratín. Se impulsaron, bajo patronato real, las expediciones científicas y la creación de Academias – de la Lengua, de la Historia, de Bellas Artes.
                        En la Ilustración gallega destacaron Feijoo, José Cornide Saavedra, Pedro Antonio Sánchez y Lucas Labrada. Todos critican la situación de Galicia. Hay cierto dinamismo cultural y se fundan varias instituciones como la Academia de Agricultura del Reino de Galicia, el Real Consulado del Mar de la Coruña y las Sociedades Económicas de Amigos del País.

 HEB4.5.1. Comenta las ideas fundamentales de la Ilustración y define el concepto de despotismo ilustrado.
            La Ilustración es una corriente de pensamiento que nace en Francia en el XVIII. La característica básica es una confianza ilimitada en la razón. Nada puede estar por encima de la razón. Solo así se podría alcanzar el conocimiento, que era la base de la felicidad. Por eso defiende la educación y el progreso.
            De ahí se deriva una crítica a todos los principios de la sociedad estamental: afirman la igualdad, el derecho a la libertad y niegan la transmisión hereditaria de virtudes y privilegios. Defienden la propiedad y la libertad de comercio e industria, y critican los inconvenientes de la organización económica (gremios). Se oponen al dominio ideológico de la Iglesia y sus privilegios y, finalmente, critican el absolutismo monárquico defendiendo el modelo de contrato entre gobernantes y gobernados (Montesquieu, separación de poderes; Rousseau, contrato social).
            En España la difusión de estas ideas es muy lenta, se produce sobre todo a partir de 1760: Feijoo, Campomanes, Aranda, Floridablanca, etc. Se preocupan sobre todo de la educación, base del cambio, y de la lucha contra las órdenes religiosas y los estamentos privilegiados. Otro tema importante fue la cuestión económica: reformas en la agricultura e introducir la industria.
            El Despotismo Ilustrado es una corriente de pensamiento que pretende reforzar la autoridad del monarca, pero entendida para el servicio al pueblo. Se mantiene el poder absoluto de la monarquía y el rey se debe ilustrar (ideal de rey filósofo) con las luces de la razón para incorporar los adelantos a su pueblo y conseguir la felicidad y bienestar de todos. Su acción se resume en el lema: todo para el pueblo, pero sin el pueblo.

HEB4.5.2. Razona la importancia de las Sociedades Económicas de Amigos do País y de la prensa periódica en la difusión de los valores de la Ilustración.
            Las Sociedades Económicas de Amigos del País fueron uno de los instrumentos más originales de actuación de la Ilustración española. Eran instituciones privadas, fomentadas y patrocinadas por Carlos III, que reunían a grupos de ilustrados, nobles, clérigos y algunos burgueses, cuyos objetivos principales era la difusión de nuevas teorías y técnicas para desarrollar la economía de sus provincias y el fomento de la educación técnica de artesanos y campesinos. La primera fue la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País (fundada por el marqués de Peñaflorida 1765) que serviría de modelo al  resto.
            Durante el reinado de Carlos III, se constituyeron en distintas localidades más de sesenta Sociedades, que organizaban actividades de todo tipo: realizaban estudios sobre las causas del atraso de la región y los medios para solucionarlo; impartían clases de agricultura, artes e industria; propiciaban la aplicación de nuevas técnicas; difundían las nuevas teorías económicas; creaban talleres y manufacturas; publicaban libros y prensa periódica etc. Aunque no todas tuvieron el mismo éxito y muchas de ellas pasada la euforia inicial entraron en declive.
            La prensa periódica fue una novedad de este siglo y uno de los cauces más importantes por los que circularon las nuevas ideas de la Ilustración.
            Era una prensa científica, literaria, filosófica o sociológica que difundía las novedades científicas y culturales.  Los lectores eran una minoría culta perteneciente a la nobleza, el clero, el funcionariado y la burguesía, ya que, tanto por su elevado coste como por el alto índice de analfabetismo no podía ser una prensa de masas
            Ente los numerosos periódicos que se publicaron se podrían citar el Diario de los Literatos de España, de carácter cultural y literario; el Diario noticioso, curioso, erudito y comercial, público y económico, primer periódico diario español; o el Pensador, periódico costumbrista. Por su parte, la Gaceta de Madrid , cuyo origen se remonta al siglo XVII, se convirtió con Carlos III en el órgano de prensa de la monarquía, al servicio del reformismo oficial




[1] Los asesores de Carlos II prefirieron a Felipe porque Francia podía defender mejor la integridad de las posesiones españolas frente a las potencias europeas que querían fragmentarlas. 
[2] Campomanes: “Tratado de la regalía de la amortización”, 1765 y  “Memorial ajustado del Expediente para una Ley Agraria” ,1795.  Olavide: “Expediente de Ley Agraria”, 1784. Jovellanos: “Informe sobre la ley agraria”.

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