INSTAURACIÓN E INSTITUCIONALIZACIÓN
Desde
el momento en el que Franco alcanza el poder durante la Guerra civil (1-X-36 y
formación del primer gobierno en enero del 38) va a llevar a cabo la creación de un nuevo Estado, un estado
totalitario, que se puede definir como una dictadura militar y eclesiástica
de tipo tradicional que se fundamenta en el pensamiento conservador católico
español y que incorpora elementos del fascismo italiano. Un sistema totalitario
que concentra todos los poderes en la figura del Jefe del Estado, el general
Francisco Franco.
La
implantación de este nuevo estado es posible gracias a la victoria en la guerra
y a la gran represión que ejercerá sobre toda la oposición (Ley de
responsabilidades políticas, etc.) hasta su muerte el 20 de noviembre de 1975.
La
instauración del franquismo arranca con el nombramiento de Franco como
Generalísimo de los ejércitos y Jefe del Estado Español, el 1 de octubre de
1936 (sucede a Cabanellas, ante la muerte de Sanjurjo). A este acontecimiento
sigue la formación de un único partido, FET y de las JONS, en 1937, por la
unión de la Falange
de José Antonio Primo de Rivera con los grupos carlistas y tradicionalistas, y
dirigido por Franco. Culmina este proceso con la formación de su primer gobierno
a principios de 1938, que comienza a legislar imponiendo la ideología del nuevo
estado. También podemos señalar la identificación de la Iglesia con los postulados
franquistas, defendiendo la guerra como una Cruzada y ayudando a presentar a
Franco como un hombre providencial que viene a salvar a España.
Ideológicamente este nuevo estado se aparta de las ideas de las democracias
tradicionales. Franco va empleando ideas de los falangistas, del
conservadurismo antiparlamentario, del catolicismo tradicional, de negar el
reformismo republicano, de impedir el liberalismo, el comunismo, el separatismo
y el anticatolicismo. También, Franco se fue rodeando de una propaganda que
lo presentaba como un hombre providencial, investido de una misión divina, que
encarnaba la unidad nacional. Una referencia a estas ideas la podemos ver en el
documento 1, discurso de Franco en conmemoración del Alzamiento
Nacional el 18 de julio del 38; podemos leer la amenaza que supone para nuestra
cultura los principios comunistas (doc. 1 lín. 1-2), eliminar la lucha de
clases (lín. 6), eliminar el separatismo (lín. 5), etc., elevar los principios
del Movimiento; es decir los principios
de la Falange: una España unida, fuerte y centralizada; una “unidad de
destino en lo universal”; una entidad única, indivisible; una España inspirada
en las doctrinas de la Iglesia
católica y del nacional-catolicismo falangista; una España dirigida por el
Caudillo en el que se concentran todos los poderes; una España que recoja la
“verdadera tradición española”, es decir, sin liberalismo, sin democracia, sin
comunismo, sin masonería, sin judaísmo...; todas ideologías “degeneradas” y
“extranjerizantes”.
A este grupo
de ideas que sumar las que se derivan del militarismo
y la fuerte presencia militar en todo el franquismo, su propia formación
militar y las ideas conservadoras y de las que tienen los militares sobre
España. Y que no solo apartan de los valores democráticos, sino que son hostiles a la democracia.
Señalar que
todos estos elementos ideológicos están presentes durante todo el franquismo,
pero que en función de las circunstancias políticas tuvieron una presencia
mayor o menor. Así en la primera etapa (1939-45) tienen más presencia los
aspectos militares y falangistas, en la segunda (1945-59) cobran más importancia
el catolicismo y en la última (59-75) del anticomunismo y de los valores de una
España tradicional. Cambios que se producen en función del contexto
internacional, pero también en función del propio interés de Franco, por eso
tampoco dota al régimen de una constitución, sino que irá promulgando leyes
para ir institucionalizando el régimen y acomodarse al contexto internacional:
las llamadas Leyes Fundamentales.
Franco, desde
el momento en que alcanza el poder, empieza a legislar para dotarse de
legalidad y para institucionalizar el régimen. Derogó toda la
legislación republicana, promulgó la Ley de le Administración del Estado (le
atribuye los poderes ejecutivos, legislativos y judiciales) y promulgó la
primera de sus Leyes Fundamentales, el Fuero
del Trabajo (9 de marzo de 1938). La ley exponía lo esencial de los
principios de régimen: el nacionalsindicalismo. De este modo se PROHIBIAN TODOS
LOS SINDICADOS DE CLASE Y SE ESTABLECIA EL ÚNICO SINDICATO PERMITIDO, EL
LLAMADO SINDICATO VERTICAL. El Fuero del Trabajo se complementaba con la ley de Unidad Sindical de 1940, que
desarrolla la nueva organización sindical (Doc. 2). Estas leyes imponían la Unidad , Totalidad y
Jerarquía (doc. 2 lín. 2); solo habrá un
sindicato (“habrá (…) una sola orden de sindicatos…”.) que será dependiente
del único partido permitido FET y de las JONS (doc.2, art. 1º); es la creación
de los sindicatos verticales, integrando en ellos, obligatoriamente a
empresarios, técnicos y trabajadores bajo la dirección de la Falange
(“…encuadrados todos los sectores de la economía…”); además quedaban prohibidas
las huelgas y era el estado el que fijaba las normas y el salario del trabajo. El
régimen de Franco eliminaba los sindicatos de clase, pero también se presentaba
como defensor de los trabajadores y sustituía la lucha de clases, con las
disposiciones que dictaba Franco y que todos debían cumplir.
En los años
siguientes el régimen sigue su proceso de institucionalización. El régimen franquista
de 1939 a 1945 es totalitario,
es la etapa azul o etapa del Nacional sindicalismo. Franco tiene que
asentar el régimen y por eso se basa en la Falange y en el ejército y emplea las ideas de la Falange y del fascismo, y
tiene el contexto de la 2ª Guerra Mundial.
La segunda Ley Fundamental que promulga es la Ley constitutiva de Cortes de
1942. Es la creación de un
pseudoparlametarismo, ya que son unas Cortes creadas para asesorar á
Franco, ya que él mantiene la potestad de dictar normas jurídicas (doc. 3, lín.
1), es decir no hay separación de poderes. Pero son presentadas como un órgano
de participación del pueblo español, en la idea
de la creación de una “democracia orgánica”, como fue llamada por el régimen
(doc.3 art. 1º). Estas Cortes estaban formadas por procurados. Como vemos en el
art. 2. del doc. 3, unos lo eran en razón del cargo, los miembros natos: los
ministros, consejeros nacionales de FET, rectores de universidades, etc.; otros
eran elegidos por los concejales de ayuntamientos, por los cabezas de familia
de cada provincia y por los miembros de los sindicatos (los tercios sindical,
municipal y familiar, formadores de la democracia orgánica); Franco también
podía nombrar hasta 25 procuradores (50 hasta la LOE del 67).
Todos sabían
que su misión era “ayudar” a Franco. Su actuación fue, sobre todo, de caja de
resonancia de las disposiciones de Franco. Son presentadas para dar la
apariencia, ante las potencias aliadas, de cierta representatividad e inicio de
alejamiento del fascismo. También le
permiten controlar a la Falange y diluir un poco su poder. Pero Franco mantiene
todo el poder.
Todo el poder depende de
Franco, en él se CONCENTRAN TODOS LOS PODERES: Tiene el poder ejecutivo y legislativo.
Recibió el nombre de Caudillo de España y fue considerado símbolo y
encarnación de la voluntad de la nación española. Al principio su poder no tuvo
ninguna limitación legal; posteriormente, la Ley Orgánica del
Estado de 1967 precisó sus funciones, separando las funciones de Jefe de Estado
y de Jefe de Gobierno, que hasta entonces estaban unidas. Las limitaciones
legales al poder de Franco eran pocas, pero existían ciertas restricciones
derivadas de la propia formación del dictador como católico, anticomunista y
monárquico.
En
la evolución del régimen, a partir de
1943, se producen varios hechos que hacen que cambie un poco el régimen
adecuándose a las nuevas circunstancias. Por un lado, la guerra va mal para los países fascistas, España es no beligerante[1], pero
no quiere identificarse más con Alemania; por otro lado, la
Falange quiere más
poder y supeditar al propio Franco (incidente de Begoña). Por estas razones
empieza un cambio que es definitivo a
partir de 1945 con la derrota de
Alemania. Entramos de este modo en
la etapa católica o nacional catolicista (1945-59).
Franco
se adecúa a los nuevos tiempos y para eso promulga,
en 1945, dos leyes fundamentales más. El Fuero de los Españoles (doc. 4),
ley que recoge obligaciones: fidelidad a la patria, al Jefe del Estado,
obediencia a las leyes (art. 2) y derechos: participar en las funciones
públicas (a través de familia, municipio o sindicato) y a expresar las ideas mientras
no atenten contra los principios del Estado (art. 10 e 12), establece la religión
católica como la oficial, etc. Recoge derechos, pero con gran dificultad para
aplicarlos ya que se subordinan a Franco y a los principios del Movimiento. En
realidad, se mantiene la ELIMINACIÓN DE CUALQUIER TIPO DE LIBERTAD CIVIL O
POLÍTICA.
La siguiente ley es la Ley de Referéndum Nacional de
1945, solo 3 artículos que facultaban a Franco a someter a referéndum los
aspectos que consideraba importantes.
Junto
a estas leyes acometió otro cambio:
prescinde de los falangistas más duros y emplea a gente que viene de las
asociaciones católicas, poniendo énfasis en el catolicismo (el Nacional
catolicismo) para intentar evitar el aislamiento
internacional que no consigue, ya que las potencias vencedoras le impiden la
entrada en la ONU
y retiran a los embajadores. Franco
logrará salir del aislamiento gracias a las políticas de los católicos y a la
alianza con USA en el contexto de la “guerra fría” (Acuerdos de las bases
de 1953 y entrada en la ONU
y organismos internacionales en 1955).
En
el proceso de institucionalización promulga, en
1947, la 5ª Ley Fundamental: la Ley de sucesión a la Jefatura del Estado;
por esta ley se definía España como Reino, se nombraba a Franco como Jefe de
Estado vitalicio, se establecía una
monarquía, que de momento no tenía rey, y se facultaba a Franco para
presentar a las Cortes el sucesor; de este modo Franco conseguía institucionalizar
el régimen y controlar a la familia monárquica (problemas con militares
monárquicos y con D. Juan de Borbón).
Con
estos cambios, Franco lograba controlar a las distintas familias al tiempo que
con la represión (eliminación de los “maquis”) sobre cualquier oposición mantenía
todo el poder. Así llega hasta mediados de la década de los cincuenta; logra
superar el bloqueo gracias a la política anticomunista que lo hace aliado de
EE.UU. (Acuerdo de las Bases de 1953) y que nos integra en la ONU en 1955; pero la economía autárquica fue un fracaso,
por lo que necesita un recambio. Este cambio
se produce en 1957, entran los tecnócratas del Opus Dei que son necesarios
para mejorar la economía y llevar a cabo la integración en Europa.
A nivel institucional, en
1958, se promulga la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional.
Ley que recoge doce principios que
se consideraban permanentes e inmutables (unidad, reino, católico...). Siguen
siendo las ideas básicas de la Falange, aunque se prescinde de los falangistas
duros, que se presentan de un modo claro para preparar a España para la nueva
etapa que se presenta. No hay más ideología que la del Movimiento Nacional. Hay
que mejorar la economía al tiempo que las políticas de los católicos están agotadas.
A partir de aquí se entraba en la etapa tecnocrática (1959-75), entraban los
ministros del Opus Dei (desde el gobierno de 1957), y el crecimiento económico
y la represión apuntalaban el régimen. Franco quería completar el proceso de institucionalización y para eso promulga la
última Ley fundamental, la Ley Orgánica del Estado de 1967[2]. El
texto pertenece a un proyecto del almirante Carrero Blanco hecho en 1958. La
Ley estaba pensada para asegurar el futuro del Régimen. Era como una
refundición de las leyes anteriores, pero eliminando el lenguaje fascista y las
contradicciones:
-
Separaba los cargos de Jefe del Estado y de Gobierno y las funciones de cada uno.
-
Aumentaba las funciones del Consejo del Reino, para condicionar al futuro rey.
- Las
Cortes aumentaban en número de procuradores: aparecen los procuradores por el
tercio familiar (dos por provincia) y
- se abre
la posibilidad a la creación de asociaciones de acción política (los
partidos siguen prohibidos) siempre que acaten los principios del Movimiento
(tendrá poca incidencia).
- el ejército
se mantiene como pieza clave y garante de la integridad territorial y de la
seguridad.
Esta Ley es presentada
como la “definitiva Constitución española”, pero no lo es ya que son
“disposiciones” del Régimen no fruto de la deliberación y aprobación del pueblo
español (fue sometida a referéndum y aprobada, pero no libre).
El punto final para la institucionalización
y perpetuación del Régimen era resolver el problema de la sucesión. La Ley de 1947 dejaba la posibilidad
de varios candidatos, pero Franco se decantó por D. Juan Carlos de Borbón.
El 22 de julio de 1969 Franco presentó la propuesta en las Cortes que fue aceptada
y, el 23 de julio, D. Juan Carlos juraba fidelidad al Régimen. La intención era
crear una monarquía que garantizase el funcionamiento de las instituciones
franquistas después de la muerte del Dictador. En palabras de Franco: “...queda
todo atado y bien atado”.
De este modo se concluía el proceso de
legislación y todo quedaba preparado para que el régimen pudiese continuar
después de la muerte de Franco.
En este proceso de instauración e
institucionalización fue fundamental el empleo y apoyo de distintos grupos o familias, como nos cita en el doc. 5
Dionisio Ridruejo. (Dionisio Ridruejo Fue miembro de Falange, luchó en la
División Azul, pero al regreso de la guerra se vuelve crítico con Franco y se
aparta de Falange. Es encarcelado en el 56 por participar en las
manifestaciones, vinculado con el PCE, etc. Represaliado por participar en el “contubernio
de Munich” estuvo exiliado en Francia; murió en julio de 1975). Franco no emplea
a todas las familias al mismo tiempo, tiende a enfrentarlas, emplea subfamilias
dentro de ellas y nunca le da toda la confianza; de este modo mantiene el
control sobre todas y las tiene constantemente “amenazadas”. Estos grupos o
familias no son ninguna novedad, son como señala Dionisio Ridruejo en el Doc.
5, “los poderes antiguos” que Franco repone en el sitio que le corresponde y
que elimina a los que los podrían amenazar. Entre ellos se encuentran:
La Iglesia: presencia muy
fuerte, hasta convertir al Movimiento en un Nacional-Catolicismo. La Iglesia se
convirtió en legitimadora del régimen. Calificó la Guerra Civil como una
Cruzada. A cambio de su apoyo, la Iglesia pasó a tener un inmenso poder. No se
mantiene siempre fiel. Los enfrentamientos con el régimen no se producirán hasta
finales de los 60[3] (influencia del Concilio
Vaticano II: misa en castellano, preocupación por los desfavorecidos, exigencia
de libertad, curas obreros, etc.). Después Franco tiene el apoyo del grupo del
Opus Dei, técnicos que no discutirán las ideas del régimen y pondrán las bases
del desarrollo económico.
La Falange: “…
proporcionaría el personal político…” (doc. 5),
dotó al régimen de un programa típico fascista: dominio ideológico, encuadramiento
de la sociedad (sindicatos verticales, sindicatos de estudiantes (SEU),
mulleres...), control de la información, concentraciones, etc. Formaba el Movimiento Nacional. Al
principio una gran presencia y poder, progresivamente pasa a convertirse en un
aparato burocrático, sobre todo desde que intentó controlar al propio Franco.
Existe una Falange defensora de un gran protagonismo (idea de Serrano Súñer,
Fernández Cuesta) y otra Falange más dócil y aduladora de Franco.
El ejército: Punto
central, empleado como elemento de disuasión ante cualquier discrepancia. “una
fuerza básica y arbitral” (Doc, 5, lín. 3). Aunque no es un bloque homogéneo,
podemos ver militares que prefieren la monarquía y los que quieren mantener la
dictadura. Sus gobiernos siempre contarán con muchos ministros militares.
Franco se rodeó de los más leales y colocó en puestos menos destacados a los
que le podrían causar problemas.
A estas tres principales familias tenemos que añadir:
Los monárquicos: divididos
entre los carlistas, de corte tradicional, y los “donjuanistas” (partidarios de D. Juan de Borbón). También
se barajó la idea de Alfonso de Borbón (hijo de D. Jaime) sobre todo tras la boda
con la nieta de Franco, Carmen Martínez Bordiú.
Los franquistas. También
podemos dividir esta familia entre la gente que ve “bien” las ideas de Franco
por convicción y otra parte que las acepta por sumisión. Había grupos muy
duros, intransigentes, y grupos más aperturistas.
Los poderes económicos:
oligarquía terrateniente e industrial. Había empresarios que preferían el
franquismo porque les daba buenas condiciones para el desarrollo (orden,
estabilidad, mano de obra barata, proteccionismo...) y otros porque podían
enriquecerse con facilidad (arribistas, especuladores, etc.).
Un grupo de poderes que eran,
como expone Dionisio Ridruejo al final del texto, los antiguos poderes,
repuestos en sus sitios, después de haber destruido a los otros poderes que los
amenazaban.
Con el apoyo de estas familias,
la fortísima represión y la legislación Franco consiguió instaurar e
institucionalizar su régimen hasta su muerte, el 20 de noviembre de 1975.
[1] Al
principio de la Guerra
Mundial se declaró neutral, pero por presión de Alemania
(entrevista en Hendaya con Hitler) cambia a la posición de no beligerancia. El
cambio de l a guerra hará que se vuelva a la situación de neutralidad.
[2]
Aprobada y sometida a referéndum en 1966, entra en vigor el 10 de enero de
1967.
[3] El
régimen se separa ligeramente de la Iglesia con la promulgación en 1967 de la
Ley de Libertad Religiosa, que permitía los cultos no católicos, con bastantes
limitaciones de forma privada. Una parte de la Iglesia y sectores católicos,
por influencia do Concilio se vuelven
críticos con el régimen.
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