BLOQUE
8. CONTINUIDAD Y TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS EN EL SIGLO XIX: UN DESARROLLO
INSUFICIENTE
COMPOSICIONES:
10. LA REFORMA AGRARIA LIBERAL: LAS
DESAMORTIZACIONES
ORIENTACIONES GRUPO DE TRABAJO: Sempre tendo en conta a información
subministrada polos documentos, o alumnado deberá demostrar que entende o
concepto de desamortización e, daquela, referirá as razóns explicativas que a
facían necesaria. Ademais, terá que vincular o proceso de desamortización
desenvolvido en España no s. XIX coas tendencias liberais que o favorecen e
paralizan. Tamén será preciso que afonde nas etapas fundamentais do devandito
proceso, indicando os seus obxectivos así como os beneficiados e os
prexudicados por ese feito. Finalmente, cumprirá que realice un balance global
dos efectos das desamortizacións nos distintos eidos (político, socioeconómico
e cultural).
11. LOS PRINCIPALES SECTORES
INDUSTRIALES Y EL PAPEL DEL FERROCARRIL (SECTORES TEXTIL Y SIDERURGICO Y SUS
DIFERENCIAS REGIONALES, Y EL DESARROLLO FERROVIARIO ESPAÑOL Y EFECTOS EN EL
CONJUNTO DE LA ECONOMÍA) … modelo de examen de septiembre de 2018.
ORIENTACIONES GRUPO TRABAJO: Sempre tendo en
conta a información subministrada polos documentos, o alumnado deberá demostrar
que coñece xenericamente as dificultades do proceso de industrialización en
España e que identifica os sectores pioneiros e as áreas xeográficas en que se
localizan (industria téxtil, centrada en Cataluña, e siderúrxica
–individualización dos tres focos clásicos–). Respecto ao papel xogado polo
ferrocarril, deberá vinculalo coa Lei de Ferrocarrís como impulsora do mesmo,
así como analizar as principais características da rede ferroviaria española e
as súas consecuencias. Neste punto será interesante valorar a súa relevancia
como estimulador ou non da industrialización española.
B8.1. Lento crecimiento de la
población: mantenimiento de un régimen demográfico antiguo; excepción de
Cataluña.
A lo largo del siglo
XIX la población creció de manera importante, pero fue un crecimiento menor que
en otros países de Europa por el mantenimiento de unas tasas de mortalidad
elevadas. Junto con el crecimiento es importante destacar los movimientos
migratorios interiores y exteriores que muestran las dificultades de la
estructura económica española.
De 1797 a 1900 la
población pasó de 11,5 a 18,6 millones de habitantes, un crecimiento del 60%
aproximadamente, menor que en otros países de Europa. Esto es debido al mantenimiento
de un régimen demográfico propio de Antiguo Régimen, con altas tasas de
natalidad y mortalidad, mortalidad infantil y una esperanza de vida de 35 años
en 1900.
La mortalidad
se mantiene elevada, sobre el 29‰, desapareció la peste, pero aparecen
otras enfermedades: viruela, tifus, fiebre amarilla, y sobre todo el
cólera (1833, 54-55, 85), y aunque se aumenta la superficie cultivada y se
introducen nuevos cultivos (maíz, patata) siguen produciéndose crisis de
subsistencia provocadas por las malas cosechas.
Las crisis
demográficas están relacionadas con épocas de escasez (1857, 67-8) que
se deben a problemas coyunturales (sequía) y estructurales (bajos rendimientos,
etc.). A estos elementos que mantenían la mortalidad elevada y que afectaban
más a las clases desfavorecidas, habría que añadir los problemas de higiene,
sanidad e ignorancia.
También hay que
señalar la incidencia de las distintas guerras
que se producen durante el XIX.
La reducción de las
tasas de mortalidad se produce a finales de siglo. (1900, 27 por mil)
Finalmente, hay que
hacer mención a la incidencia de la
emigración en el lento crecimiento de la población.
Los movimientos migratorios se dirigen
hacia las capitales de provincia, que se desarrollan por la industrialización
y el crecimiento de actividades administrativas, y que provocan zonas
casi despoblados. Al mismo tiempo se produce un crecimiento, aunque muy lento
de la urbanización (solo 11 ciudades superan los 100.000 habitantes en 1900).
En cuanto a la emigración exterior: No alcanzaron un volumen considerable hasta
principios del siglo XX, y además es muy difícil de cuantificar. Entre 1882 y
1914 se calcula sobre un millón, y como en el resto de la
emigración europea está relacionada con las coyunturas económicas y
políticas mundiales.
Los emigrantes eran
mayoritariamente varones, procedentes de zonas rurales: Galicia,
Asturias, Castilla, Extremadura, y con destino a la costa mediterránea, América
del Sur e también Francia.
La natalidad
se mantiene elevada por encima del 34 ‰, las únicas causas que inciden
en su descenso son las derivadas de las dificultades de acceso al
matrimonio (económicas) y de su ruptura por las guerras, enfermedades o
migraciones.
Cataluña fue una excepción porque
industrialmente estaba a la cabeza de España y, así, va a iniciar su transición
al régimen demográfico moderno como en el resto de Europa. De 1787 a 1900 la
población aumentó un 145%, sólo por debajo de Gran Bretaña. Las tasas de
natalidad se mantienen elevadas, hay mucha inmigración, y se reduce la
mortalidad, antes y con más intensidad que en el conjunto de España.
HEB8.1.1. Identifica los factores
del lento crecimiento demográfico español en el siglo XIX.
De 1797 a 1900 la
población pasó de 11,5 a 18,6 millones de habitantes, un crecimiento del 60%
aproximadamente, menor que en otros países de Europa. Esto es debido al mantenimiento
de un régimen demográfico propio de Antiguo Régimen, con altas tasas de natalidad
y mortalidad.
Los factores que influyen en este
lento crecimiento son: La mortalidad se mantiene elevada por:……completar con lo
anterior.
También influye la emigración…
HEB8.1.2.
Compara la evolución demográfica de Cataluña con la del resto de España en el
siglo XIX.
Históricamente, Cataluña
siempre ha sido una región bastante más poblada que la media de la península.
En el siglo XVIII, coincidiendo con el declive de la economía castellana, se
produjo un resurgimiento económico catalán. Este resurgimiento, principalmente
comercial, impulsó la producción y explica la aglomeración barcelonesa. En esa
época, igual que actualmente, la densidad de población decrecía en proporción
directa a la distancia a la capital, aunque en 1857, la población urbana no
pasaba aún del 28%. No obstante, la fuerte industrialización de Cataluña
produjo la llegada de inmigrantes, tanto regionales como del resto peninsular
de forma constante. Desde mediados del siglo XIX el área de Barcelona recibió
inmigrantes de las zonas agrarias, que elevaron sus tasas demográficas, pero la
situación de exceso de mano de obra, que generaba pobreza, hizo retrasar el
descenso de las tasas de mortalidad frente a otras zonas industriales.
B8.2. Economía española en el XIX: agricultura protegida y estancada (efectos
de las desamortizaciones; bajos rendimientos); deficiente industrialización
(industria textil catalana, siderurgia y la minería); dificultades de los
transportes (condicionamientos geográficos; red de ferrocarriles); comercio (proteccionismo
frente a librecambismo); finanzas (a peseta como unidad monetaria; desarrollo
de la banca moderna; problemas de la Hacienda; inversiones extranjeras. El caso
gallego.
LA
AGRICULTURA
La
agricultura española está condicionada por la distribución de la propiedad
(latifundio y minifundio), la calidad de las tierras y la climatología. Las
situaciones climáticas establecen la distinción fundamental:
En la España húmeda de la fachada
cántabro-atlántica prevalece la pequeña o mediana propiedad y, a veces, el
minifundio.
En la España seca está la zona
levantina de regadíos (pequeña y mediana propiedad y régimen de aparcería en
los arrendamientos), la submeseta norte y parte de Aragón (propiedad media),
Cuenca-Guadalajara-Madrid (alternancia de propiedad grande y mediana, en
tierras de baja calidad), La Mancha-Extremadura-Andalucía (latifundismo, sin
clase media agraria).
La
agricultura era la principal actividad económica, aunque estaba atrasada
respecto al norte de Europa. La población agrícola se mantenía elevada (65% en
1910), la productividad era baja y la difusión de nuevas técnicas era poca. En
este desarrollo podemos indicar las siguientes etapas:
A) Desde la Guerra de Independencia,
sobre todo después de 1830, la producción agraria se expandió debido a:
- Aumento
de la superficie cultivada.
- Aumentos
en los rendimientos.
- Implantación
de políticas liberales: libertad comercio, ataque a la Mesta, etc.
- Intensificación
y especialización de cultivos mediterráneos.
Es
un aumento pequeño, que se consume con el aumento de la población y que no
permite aumentar el producto disponible por habitante ni liberar mano de obra
para la industria.
B) A
partir de la segunda mitad de siglo los rendimientos dejan de crecer y como
consecuencia se producen crisis de subsistencias como en 1856/7 y 1866-68.
C) A
partir de 1882, se produce una crisis de carácter internacional, conocida como
gran depresión o crisis agraria
finisecular. El origen está en la entrada masiva en los mercados europeos
de productos de ultramar (trigo, carne, arroz), por la revolución de los
transportes. La situación se fue agravando hasta 1895, y sobre todo, desde 1890
por la destrucción de las vides por la filoxera. Las consecuencias económicas
de esta crisis fueron:
a. Las zonas trigueras del interior de
la Península perdieron sus mercados europeos y hubo una reducción de las
superficies cultivadas con la consiguiente disminución en la producción de
cereales.
b. Los cultivadores de viñedos vieron su
producción reducida a cero, teniendo que hacer fuertes inversiones para plantar
de nuevo vides.
España dejó de ser un país
crónicamente deficitario en cereales hacia 1820 para alcanzar el
autoabastecimiento, y esto teniendo en cuenta el aumento de población
experimentado y el aumento del consumo, por las mejoras alimenticias. Desde
1820 hasta 1868 sólo excepcionalmente hubo que importar trigo.
El
otro sector productivo que experimentó un fuerte empujón entre 1820 y 1860 fue
el viñedo, repartido por todo el país.
Pero
el progreso agrícola se vio frenado por la
falta de capacidad inversora o de reinversión de beneficios para las mejoras
que condujesen a una explotación más rentable. Además, la escasa capacidad
adquisitiva de la población campesina restaba posibilidades a nuestro sector
primario de crear un mercado necesario para el progreso industrial.
En el cultivo y la producción
agrícolas, durante el último tercio del XIX destacan tres aspectos: la
disminución del área de cultivo cerealista, el aumento de las áreas de viña y
olivar y la extensión de regadíos y frutales.
Efectos
de las desamortizaciones: No cabe duda que debe haber permitido una
gran expansión de los cultivos y de la producción. Aunque esto parece lo más
lógico, no puede tomarse como definitivo. Otros factores, tales como la abolición
del diezmo, la supresión de la Mesta, la mejora de las condiciones de
transporte y comunicación, las políticas proteccionistas en favor del cultivo
de cereales a partir de 1820, y el aumento sostenido de población, pueden haber
causado una presión en favor de la extensión y la intensificación del cultivo
tanto o más decisiva que los cambios en la estructura de la propiedad, que
llevó a cabo la desamortización.
De todas formas, puede afirmarse que la
estructura de la agricultura española permaneció bastante estable a lo largo
del siglo XIX. Era una estructura típicamente mediterránea, basada en el
cereal, en especial el trigo, el olivo y la vid.
La agricultura siempre tuvo una fuerte
protección arancelaria. Esta situación mantuvo altos los precios del
trigo e impidió que hubiese una disminución en este sector y un aumento en
otros productos agrícolas de los que se era deficitario y donde las tierras
podían ser más productivos. Esto hubiera llevado consigo una redistribución de
recursos hacia productos y técnicas más productivos y competitivos y, al mismo
tiempo, hubiera causado un flujo de emigración de la árida meseta hacia las
ciudades y el extranjero. Todo esto ocurrió, pero a un ritmo muy lento que
conllevó un lento crecimiento de la renta. Por otro lado, el proteccionismo,
que arranca en 1820, fue, en parte, beneficioso, al mantener los precios altos
estimuló una pequeña especialización regional e Impulsó los intercambios y
la creación de un mercado nacional.
La falta de un mercado nacional es otro
elemento que dificulta el crecimiento agrícola. El sistema de intercambios
del Antiguo Régimen se caracterizaba por la existencia de mercados de ámbito
local o comarcal escasamente relacionados entre sí, lo que repercutía
negativamente en el sector agrario:
- Mantenía economías de autoabastecimiento
basadas en el cereal.
- Provocaba fuertes oscilaciones en los
precios.
- El interior era más caro y el litoral más
barato.
La
mejora de la red de transportes ayudara a la creación de ese mercado nacional y
en los avances en la agricultura.
10. LA
REFORMA AGRARIA LIBERAL: LAS DESAMORTIZACIONES
LA REFORMA
AGRARIA LIBERAL
La reforma agraria liberal que va a llevar a
cabo la burguesía forma parte del proceso de sustitución del Antiguo Régimen
por la sociedad capitalista, con el libre desarrollo de la propiedad agraria.
Se pretendía establecer una propiedad libre y “perfecta” frente a las
amortizaciones y vinculaciones. Para crear este nuevo tipo de propiedad los
gobiernos liberales llevaron adelante las siguientes medidas:
- La
desamortización eclesiástica y municipal.
- La
desvinculación.
- La
abolición el régimen señorial.
- La
supresión del diezmo.
- La
regulación de los derechos de producción y distribución: libertades de mercado.
A) LA
DESAMORTIZACIÓN
La desamortización consiste en la
nacionalización por parte del Estado liberal de las propiedades rústicas y
urbanas en poder de la Iglesia y de los ayuntamientos para ser vendidos en
subasta. Afecta sobre todo a las propiedades que estaban en “manos muertas”.
Comienzan las desamortizaciones durante el
reinado de Carlos III, siendo afectadas, en parte, las tierras municipales. Con
Godoy, en tiempos de Carlos IV, se atacaron mínimamente los bienes
eclesiásticos, para paliar el déficit de la Hacienda, entre 1798 y 1808 se
pusieron a la venta las tierras pertenecientes a Hospitales, Hospicios, Casas
de Misericordia, de Reclusión y de Expósitos, Cofradías, Memorias, Obras pías y
Patronatos de Legos, así como el resto de propiedades de la Compañía de Jesús,
expulsada en 1767. Se continua el proceso desamortizador con las leyes de 1813
(Cortes de Cádiz), 1820 (Trienio), 1836 (desamortización eclesiástica de
Mendizábal), 41,42 (Espartero) y 1855 (desamortización general de Madoz).
Los objetivos eran:
- Adaptar
la propiedad de la tierra a los principios del liberalismo y asentar una
propiedad individual y libre.
- Remediar
el déficit de la hacienda.
- Obtener
los fondos para la guerra carlista.
- Fortalecer
las bases sociales del régimen liberal al ampliar los propietarios y crear una
clase media favorable al régimen liberal.
Objetivos: Los objetivos de la desamortización
eran varios: Desde el punto de vista
económico se trataba de obtener dinero para el pago de la deuda pública y
mantenimiento de la guerra carlista; acabar con la gran cantidad de bienes
rústicos y urbanos en poder de la Iglesia, bienes de “manos muertas”, para que
entraran en el mercado libre; consolidar la propiedad privada; aumentar la
producción y productividad y crear un sistema económico liberal que fuera la
base para la industrialización y el crecimiento. Desde el punto de vista socio-político quería quitar la influencia
de la Iglesia y su apoyo a la causa carlista, crear una numerosa clase media de
propietarios agrícolas que apoyaran el nuevo sistema liberal constitucional.
La
desamortización de Mendizábal
se lleva a cabo entre 1836 y 49, afectando a los bienes del clero regular, salvo los que se dedicaban al
auxilio social (hospicios, hospitales, enseñanza de pobres...). Subastaron
no solamente tierras, sino casas, monasterios y conventos con todos sus enseres
-incluidas las obras
de arte y
los libros-. Primero fueron extinguidas las órdenes
religiosas (decreto de 11 de oct. de 1835), después incautados los bienes
(decreto de 19 de feb. 1836 y decreto de 29 julio de 1837) y finalmente puestos
a la venta en subastas públicas.
Durante la
regencia de Espartero (41-43) fueron puestos en venta los bienes del clero
secular (ley de 2 de sept. de 1841). Con esta operación pasaron a manos
privadas y del Estado una gran cantidad de propiedades rústicas y urbanas
(edificios y solares). Estas, a veces fueron abandonadas sufriendo un gran
deterioro, otras pasaron a ser empleadas por el Estado como centros educativos
o administrativos. Como compensación el Estado se obligó a sostener los gastos
de culto y clero (Concordato de 1851).
A partir de 1844, los gobiernos moderados
paralizaron la desamortización. Alejandro Mon, ministro de Hacienda del
gabinete constituido por Narváez el 3 de abril de 1844, mandó a Pedro Sainz de
Andino la redacción de un decreto para suprimir las ventas, por los retrasos en
los pagos al clero, por la mala conservación de los templos y por la retirada
de la ley de 1841. En 1851 llegaron a acuerdos con el Vaticano (Concordato de
1851) por los que la Iglesia aceptaba las desamortizaciones hechas a cambio del
pago de los gastos de culto y clero y otros privilegios.
La
desamortización de Madoz se produce
durante el Bienio Progresista (1854-56). Afectaba a los bienes pertenecientes
al Estado y Municipios, y los que quedaban del clero sin vender; por esto fue conocida como desamortización General.
La parte de tierras más importante era la de los ayuntamientos; por eso esta
ley también es conocida como la desamortización municipal. Las tierras
afectadas en los ayuntamientos eran las llamadas “de propios” (tierra que el
ayuntamiento tenía arrendada a un particular y que le permitía obtener ingresos
para cubrir sus gastos de funcionamiento) y “comunes” (propiedades colectivas
de los vecinos trabajadas de modo colectivo o repartidas por turno). Los
“bienes comunes” de los ayuntamientos podían no ser vendidos si se consideran
de interés común. Fue de gran importancia para financiar obras públicas, como
el ferrocarril, y pagar la Deuda. Supuso un duro golpe para la financiación de
los ayuntamientos y para los campesinos con menos ingresos que se beneficiaban
de las tierras colectivas.
El procedimiento de venta era el de subasta. Las propiedades eran organizadas en lotes y
tasadas, y después se hacía la subasta, siendo adjudicadas al mejor ofertante
(La división en lotes fue asignada a las comisiones municipales que no van a
controlar el proceso). El pago se podía hacer de dos modos: en efectivo, un
primer pago por valor de una quinta parte y el resto en quince años, o bien un
pago con títulos de deuda y el resto en plazos durante ocho años. Estos
mecanismos de pago favorecían a la burguesía y nobleza, ya que los lotes
ofertados eran grandes (precios altos que no podían pagar los campesinos) y los
mecanismos de pago les favorecían (son los que tienen dinero en efectivo y
títulos de deuda).
Algunos problemas
planteados: La Iglesia amenazó con la excomunión a los vendedores
y a los compradores. La división en lotes fue asignada a las comisiones
municipales que no van a controlar el proceso. Más interés en recaudar dinero y
favorecer a la burguesía, que en repartir la tierra y reformar la agricultura. Los
lotes no eran asequibles a los pequeños propietarios y fueron comprados por la
gente con dinero (burguesía-nobleza). No
se recauda tanto porque se admite el pago con títulos de deuda, que además
estaban devaluados, con su valor nominal (favorecer a la burguesía).
Como CONSECUENCIAS
y a modo de balance podemos decir que:
- como
medida política: fue un éxito ya que consolida el régimen liberal. Los
compradores no tuvieron interés en volver al Antiguo Régimen. Hay que indicar
que una parte de los católicos se vuelven muy hostiles con el liberalismo, y
también que una parte del campesinado se vuelve antiliberal al ser perjudicado
por las reformas, ya que no puede comprar las tierras y se actualizan las
rentas, lo que los perjudica.
- A
nivel económico:
Logro
reducir, en parte, el déficit de la Hacienda y financió obras públicas
(ferrocarril).
Obtuvo
el dinero para la guerra carlista.
No
impulsó un crecimiento de la productividad agraria ni transformaciones técnicas
en el proceso productivo. No se pensaba en una reforma Agraria sino en una
solución para la Hacienda.
Quizás
perjudicó a la industrialización al desviar dinero hacia la compra de tierras.
Los
ayuntamientos perdieron mecanismos para financiar actividades.
No
se logró una transformación de la distribución de la propiedad: en el sur se
acentuó la concentración de la propiedad (aumentan los latifundios) y en el
norte la dispersión. Los que ya eran rentistas y propietarios fueron los que
tenían dinero para comprar tierras.
No
se recauda tanto porque se admite el pago con títulos de deuda, que además
estaban devaluados, con su valor nominal (favorecer a la burguesía).
-
A nivel social: Se obtiene la propiedad plena en la mayoría
de los casos, a excepción de Galicia donde se mantuvo la división característica
del sistema foral y los montes comunales de municipios apenas se privatizaron.
Los
jornaleros y pequeños propietarios fueron perjudicados al perder los bienes
comunales y aumentarle las rentas a partir de 1840. Empeoran su situación.
No
se logra crear una masa de pequeños propietarios (Flórez Estrada[1])
interesada en la producción agrícola; lo que en realidad se produjo fue un gran
número de asalariados campesinos.
Los
lotes no eran asequibles a los pequeños propietarios y fueron comprados por la
gente con dinero (burguesía-nobleza).
La
Iglesia pierde las propiedades, por lo que el Estado se ve obligado a
compensarla con el pago de los gastos de culto e clero (Ley de 1841); también
se perdieron bienes de interés artístico. La Iglesia amenazó con la excomunión
a los vendedores y a los compradores.
La
gran beneficiada es la burguesía que adquiere la tierra, las propiedades
urbanas, el prestigio y el poder político. Más interés en recaudar dinero y
favorecer a la burguesía, que en repartir la tierra y reformar la agricultura.
B) LA
DESVINCULACIÓN
La
desvinculación es el proceso de eliminación de figuras jurídicas como el
mayorazgo, que impedían la libre disposición de la tierra por parte de sus
dueños. La tierra era recibida en herencia, no en propiedad sino como
usufructuario, y tenía que ser transmitida íntegramente al heredero, no se
podía fragmentar. Las Cortes de Cádiz inician el proceso de desvinculación,
será continuado durante los periodos progresistas (1820, 1836) rematando
definitivamente a partir de 1841.
C) LA
ABOLICIÓN DEL RÉGIMEN SEÑORIAL
Es
la eliminación de los dominios que ejercían los señores sobre los habitantes de
unos territorios y la conversión de esas tierras en particulares y libres. La
abolición del régimen señorial se lleva a cabo por las leyes de 1811, 1823 y
1837. Viene motivado por dos causas:
-Resultado del principio de soberanía nacional
marcado en las Cortes de Cádiz.
-Resultado de la falta de pago de las rentas
por parte del campesinado desde 1808.
Las
leyes de abolición distinguieron entre el señorío jurisdiccional y el
territorial. Los jurisdiccionales y los derechos procedentes de ellos fueron
suprimidos, mientras los territoriales pasaron a ser propiedad privada plena.
El conflicto radicó en distinguir entre señorío territorial y jurisdiccional.
Por la ley de desvinculación de patrimonios de 1837 los señores perdían sus
atribuciones jurisdiccionales, pero conservaban la propiedad de las tierras
(salvo que el campesino pudiera demostrar en un juicio la propiedad de la
tierra).
Como
consecuencia de este proceso de abolición de los señoríos los señores logran
consolidar la propiedad donde ya tenían propiedades desde el siglo XVIII
(Castilla la Mancha, Andalucía y Extremadura), aunque en otras zonas sufren
reducciones. La Iglesia perdió todo ya que la ley le impide tener propiedades.
D) LA
SUPRESIÓN DEL DIEZMO
El
diezmo era un impuesto que gravaba sólo a una clase social: la labradora. Su
base era el 10 % del producto agrícola y ganadero bruto –lo hace injusto-. Su
origen era feudal, aunque era un tributo eclesiástico y se repartía en tres
partes: una para el Tesoro (30 %), un 10 % a particulares y el 60% a la
Iglesia.
Es
suprimido definitivamente en 1837 y convertido en un impuesto general que cobra
la administración y que una parte destina a los gastos de culto y clero con los
que se dota a la Iglesia católica. En 1845, con la reforma impositiva los
gastos de culto y clero pasan a considerarse como un gasto más dentro de los
presupuestos generales del Estado. Como consecuencia, La iglesia perdió una
parte de sus ingresos, que no compensó la dotación estatal. Los campesinos
siguieron pagando lo mismo, ahora con otro nombre. Y los propietarios de las
tierras y los compradores de las tierras nacionalizadas se beneficiaron al
poder subir las rentas diciendo que ya no se pagaban los diezmos. Por su parte,
la Hacienda se vio perjudicada al tener que afrontar un gasto para el que no
tenía fuente de financiación.
El
diezmo y el poder de la Iglesia era algo que la ideología liberal progresista
no podía mantener y que había que eliminar, aunque no hubiese ninguna
rentabilidad económica. El liberalismo no se podía permitir un contratrapoder
(la Iglesia) financiado, además, con un impuesto no estatal. Y, finalmente, con
su supresión se ahondaba en la revolución liberal.
E)
REGULACIÓN DE LOS DERECHOS DE PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN: LIBERTADES DE MERCADO
El Estado liberal formuló disposiciones sobre
la libertad de explotaciones de la propiedad de la tierra, del comercio y de la
industria: fin de la Mesta, libertad de contratos, de precios, libertad en el
comercio interior, abolición de gremios( que quedan como asociaciones de
beneficencia o apoyo mutuo, etc.
CONSECUENCIAS
DE TODA LA REFORMA AGRARIA LIBERAL
De modo general y sintético podemos señalar
las consecuencias siguientes que se desprenden de los procesos antes
mencionados:
- Como
medida política fue un éxito ya que ayudó a consolidar el régimen liberal.
- Ayudó
en el proceso de redistribución de riqueza
- El
poder de la Iglesia fue eliminado.
- Los
nobles disminuyeron.
- El
patrimonio de los ayuntamientos fue suprimido.
- Los
campesinos pobres y jornaleros ven empeorar su situación.
- Aumentó
ligeramente el número de propietarios.
- Marca
la formación de las clases sociales en el XIX: Declive de la nobleza, se
consolida la burguesía y diferencia entre propietario y jornalero.
- Ayuda
a formación de una economía de mercado.
- Fue
distinta según las regiones.
2.1.1 LA DESAMORTIZACIÓN EN GALICIA: LA
PERMANENCIA DE LOS FOROS
En
Galicia al mantenerse el sistema foral hizo que una de las características de
la desamortización fuese la abundancia de rentas forales en las que lo que se
traspasó al adquiriente fue únicamente el dominio directo, es decir, el derecho
a percibir rentas forales, y no el dominio útil o la capacidad de explotar la
tierra, que siguió en manos del campesino. Antes de la Ley Madoz la desamortización
afectó casi exclusivamente al patrimonio eclesiástico, sobre un 70 %.
Los
que adquirieron los bienes desamortizados fueron nobles, hidalgos,
profesionales, funcionarios urbanos, comerciantes, grandes arrendatarios y
burgueses que tenían títulos de deuda Pública para pagar el precio en la puja.
Pero la estructura de la propiedad no se alteró: los foros de los monasterios
eran de los nuevos adquirientes, y los subforos de los hidalgos siguieron en la
misma situación.
En lo que se refiere a los bienes de propios
fue casi inexistente, y los montes siguieron en manos de las comunidades
explotados conjuntamente.
La
redención de los foros se realizó en el primer tercio del XX. La liquidación
del régimen foral se explica por tres motivos: la lucha que el campesinado hace
a favor de la redención dentro del movimiento agrarista que se desarrolló a
principios del XX; el aumento de los campesinos por la venta de excedentes y la
llegada a Galicia del dinero procedente de ultramar. En 1926 se promulgó la Ley
de redención de foros, por la que los pagadores de renta podían convertirse,
pagando una indemnización, en propietarios plenos de las tierras que
trabajaban.
HEB6.2.3.
Explica las medidas de liberalización del mercado de la tierra llevadas a cabo
durante el reinado de Isabel II.
Las
primeras medidas se producen en dos etapas: 1º. De septiembre de 1835 a mayo de
1836. 2ª de agosto de 1836 a junio de 1837.
La acción fundamental fue en el derecho de
propiedad, sobre todo de la agraria, e incluía tres aspectos esenciales:
- Disolución del régimen señorial, ley de
26 de agosto 1837. Los señores perdían las atribuciones jurisdiccionales, pero
conservaban la propiedad de la tierra que el campesino no diese acreditado. El
campesino pasa a ser arrendatario o jornalero.
- Desvinculación de 1837: afecta, sobre
todo, a los mayorazgos y supone la liberalización definitiva de las tierras ya
que sus propietarios pueden venderlas sin obstáculos.
- Desamortización: La desamortización
consiste en la nacionalización por parte del Estado liberal de las propiedades
rústicas y urbanas en poder de la Iglesia y de los ayuntamientos para ser
vendidos en subasta. Afecta sobre todo a las propiedades que estaban en “manos
muertas”
HEB6.2.4. Compara las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz, y especifica los
objetivos de cada una.
LA
DESAMORTITZACIÓN DE MENDIZABAL
El proceso se realizó entre 1837 y
1849, y afectó a los bienes del clero
regular, salvo los que se dedicaban al auxilio social (hospicios, hospitales,
enseñanza de pobres...). Primero fueron extinguidas las órdenes religiosas
(decreto de 11 de oct. de 1835), después incautados los bienes (decreto de 19
de feb. 1836 y decreto de 29 julio de 1837) y finalmente puestos a la venta en
subastas públicas.
Objetivos: Los objetivos de la desamortización eran
varios: Desde el punto de vista económico se trataba de obtener dinero para el
pago de la deuda pública y mantenimiento de la guerra carlista; acabar con la gran
cantidad de bienes rústicos y urbanos en poder de la Iglesia, bienes de “manos
muertas”, para que entraran en el mercado libre; consolidar la propiedad
privada; aumentar la producción y productividad y crear un sistema económico
liberal que fuera la base para la industrialización y el crecimiento. Desde el
punto de vista socio-político quería quitar la influencia de la Iglesia y su
apoyo a la causa carlista, crear una numerosa clase media de propietarios
agrícolas que apoyaran el nuevo sistema liberal constitucional.
Fases: Real Decreto de 1835 por el que se obligaba
a la exclaustración de religiosos, supresión de conventos y monasterios, por lo
que estas propiedades pasaban al Estado; Decreto de Desamortización
eclesiástica del clero regular (órdenes religiosas) de 1836, por el que se
nacionalizaban dichos bienes y se sacaban a pública subasta y Decreto de 1837
por el que quedaban abolidos los señoríos, desvinculación de mayorazgos y
supresión de todo tipo de privilegios legales.
Posteriormente, durante la Regencia de
Espartero, en 1841 se decretó la desamortización de los bienes del clero
secular.
El proceso de desamortización de 1836
se hizo mediante la subasta pública
de bienes con dos formas de pago: se pagaba en metálico 1/5 parte y el resto se
pagaba con títulos de Deuda pública (esto suponía una pérdida del valor real de
la tierra por el poco valor de los títulos de Deuda Pública); si se hacía el
pago íntegro en efectivo, se pagaba 1/5 parte y el resto a lo largo de seis
años. Este sistema de pago provocó la pérdida de beneficios
Problemas:
La
Iglesia amenazó con la excomunión a los vendedores y a los compradores.
La
división en lotes fue asignada a las comisiones municipales que no van a
controlar el proceso.
Más interés en recaudar dinero y
favorecer a la burguesía, que en repartir la tierra y reformar la agricultura.
Los
lotes no eran asequibles a los pequeños propietarios y fueron comprados por la
gente con dinero (burguesía-nobleza).
No
se recauda tanto porque se admite el pago con títulos de deuda, que además
estaban devaluados, con su valor nominal (favorecer a la burguesía).
LA
DESAMORTITZACIÓN DE MADOZ
El proceso se realizó entre 1855 y
1867, y afectó a: “toda clase de propiedades rústicas y urbanas, censos y foros
pertenecientes al Estado, al clero, a las órdenes militares de Santiago,
Alcántara, Calatrava, Montesa y San Juan de Jerusalén, a cofradías, obras pías
y santuarios, a los bienes procedentes del secuestro de los del infante don
Carlos a los propios y comunes de los pueblos, a la beneficencia, a la
instrucción pública y cualesquiera otros bienes pertenecientes a manos
muertas”. Por esto fue conocida como desamortización General. La parte de
tierras más importante era la de los ayuntamientos; por eso esta ley también es
conocida como la desamortización municipal (las tierras afectadas en los
ayuntamientos eran las llamadas “de propios” (tierra que el ayuntamiento tenía
arrendada a un particular y que le permitía obtener ingresos para cubrir sus
gastos de funcionamiento) y “comunes” (propiedades colectivas de los vecinos
trabajadas de modo colectivo o repartidas por turno). Los “bienes comunes” de
los ayuntamientos podían no ser vendidos si se consideran de interés común.
Objetivos: fundamentales en esta.
•Sanear la Hacienda pública y
amortizar parte de la deuda.
•Financiar la construcción de
infraestructuras, especialmente los ferrocarriles.
HEB8.2.1. Explica los efectos económicos de las desamortizaciones de Mendizábal
y Madoz.
Entre
los efectos económicos destacamos:
Logro
reducir, en parte, el déficit de la Hacienda (se recogió menos dinero por
aceptar como pago los títulos de deuda (que estaban en poder de la burguesía)
ya que al estar depreciados suponían en realidad menos dinero) y financió obras
públicas (ferrocarril).
Obtuvo
el dinero para la guerra carlista.
No
impulsó un crecimiento de la productividad agraria ni transformaciones técnicas
en el proceso productivo. No se pensaba en una reforma Agraria sino en una
solución para la Hacienda.
Permitió
poner en cultivo tierras que estaban abandonadas.
Quizás
perjudicó a la industrialización al desviar dinero hacia la compra de tierras.
Los
ayuntamientos perdieron mecanismos para financiar actividades.
El
poder económico de la Iglesia es eliminado.
Los
campesinos pobres y jornales empeoran su situación.
La
nobleza pierde poder y disminuye su número.
La
gran beneficiada es la burguesía que adquiere la tierra, las propiedades
urbanas, el prestigio y el poder político.
No
se logró una transformación de la distribución de la propiedad: en el sur se
acentuó la concentración de la propiedad (aumentan los latifundios) y en el
norte la dispersión (minifundios). Los que ya eran rentistas y propietarios
fueron los que tenían dinero para comprar tierras.
HEB8.2.2. Especifica las causas de los bajos rendimientos de la agricultura
española del siglo XIX. deben ampliarse….
Entre
las causas de los bajos rendimiento de la tierra debemos destacar: el
mantenimiento de unos sistemas de cultivo en los que no se producen innovaciones;
la falta de abonado por la débil ganadería y la insuficiente industrialización,
la reducida capacidad de compra del campesinado, el predominio de las tierras
de secano, el mantenimiento de una agricultura basada en el cereal, y también
la falta de atención por parte del estado en la modernización del sector
agrícola.
LA INDUSTRIA
Algunos de
los factores que contribuyeron a dificultar y limitar el desarrollo económico
son:
- Obstáculos físicos y naturales: el
relieve que dificulta las comunicaciones, ríos poco navegables, deficiente
calidad de las tierras (mucho secano), escasas materias primas (minas de
calidad mediocre) y fuentes de energía...
- Escasas transformaciones en los
sistemas agrarios: mantenimiento de una agricultura y ganadería tradicional,
que no proporcionó ni la mano de obra ni los recursos ni el mercado para el
resto de los sectores económicos.
- Reducida capacidad de consumo del
mercado interior: niveles de renta muy baja lo que imposibilitaba comprar
nuevos productos.
- Falta de competitividad de los
productos españoles: altos costes de producción (provocados por los
inconvenientes citados antes, más la poca especialización y nula renovación
técnica) que se mantienen por el sistema proteccionista que reserva el mercado
español para los productores nacionales.
- A la ausencia de un mercado nacional
integrado. Las transformaciones se concentran en unas regiones (Cataluña, País
Vasco, Asturias…) pero el resto se desarrolla muy poco y, además, no están bien
relacionadas por las dificultades de las comunicaciones.
- Despreocupación por las innovaciones
técnicas: los grupos dominantes despreocupados de la educación e investigación
ya que el dominio político les permitía seguir al frente del estado y el
dominio económico vivir sin realizar transformaciones.
- Escasez de capitales y preferencia
por inversiones especulativas (Bolsa, Deuda) o inmobiliarias frente a las
productivas.
- Mentalidad de los empresarios y
políticos: buscan la protección del Estado, la explotación de los trabajadores y
la protección legal para esas actividades antes de volverse innovadores y
competitivos.
- La guerra de la Independencia y la
pérdida de los territorios en América. Supuso la destrucción del tejido
productivo, interrupción de las inversiones, pérdida demográfica, etc.
LOS SECTORES
INDUSTRIALES PRINCIPALES SON: EL TEXTIL, EL SIDERÚRGICO Y EL FERROCARRIL.
EN EL SECTOR
TEXTIL DESTACA CATALUÑA. …..Continua.
HEB8.2.3. Describe la evolución de la industria textil catalana, la siderurgia
y la minería a lo largo del siglo XIX.
Composición:
11.
LOS PRINCIPALES SECTORES INDUSTRIALES Y EL PAPEL DEL FERROCARRIL (SECTORES
TEXTIL Y SIDERURGICO Y SUS DIFERENCIAS REGIONALES, Y EL DESARROLLO FERROVIARIO
ESPAÑOL Y EFECTOS EN EL CONJUNTO DE LA ECONOMÍA)
LA INDUSTRIA TEXTIL CATALANA. En
Cataluña ya existía a finales del XVIII un proceso de protoindustrialización
ligado a la industria algodonera y las fábricas de indianas (tejidos de algodón
estampados), aunque este se vio truncado en los inicios del S.XIX por la Guerra
de Independencia y la pérdida del mercado americano. El despegue del sector
textil algodonero se va a producir en los años 20 y principios de los 30,
cuando se producen unas reformas de carácter liberal que impulsaron la
actividad industrial y favorecieron la mecanización de las fábricas, unido al
proteccionismo para defenderlos de los productos foráneos. Así empiezan a
introducirse el sistema de fábrica acompañado de un proceso de mecanización en
el hilado y en el tejido. Esta mecanización (máquina de vapor –las primeras
fueron las de la fábrica El Vapor de los hermanos Bonaplata en Barcelona-,
husos mecánicos, selfactinas, etc.) se aceleró debido a la falta de mano de
obra, y por la abundancia de capital que venía repatriado de las colonias americanas.
También se benefició de la protección arancelaria. Otros sectores que se
industrializan son lo de la producción de lana (Sabadell y Tarrasa) y de seda.
La
mecanización provocó un aumento de la productividad y una disminución de costes
y precios de venta, además de aumentar la producción con menos mano de obra.
Al
principio la localización de estas fábricas en más próximas a la costa, por la
dependencia del carbón inglés para su funcionamiento. Desde los años 60 el agua
se convirtió en la escogida por muchos empresarios catalanes que trasladaron
sus fábricas de la costa hacia las cuencas fluviales para aprovechar la energía
hidráulica. Los ríos Besòs, Llobregat, Cardener y Ter atrajeron la mayoría de
la actividad industrial de aquél período. Con este cambio nacieron las
“colonias”, un nuevo concepto de producción industrial, alejado de las grandes
urbes, cuyo eje era la fábrica pero que además disponía de todo tipo de
servicios complementarios para los obreros y sus familias, entre ellos iglesias,
escuelas, economatos o las mismas residencias familiares.
El crecimiento del sector textil es
constante desde la década de los treinta. Después de superada la crisis de
1868, se produce un fuerte crecimiento por el aumento de la mecanización y por
el crecimiento de la demanda, que se veía potenciada por el sistema
proteccionista (durante la vigencia del arancel librecambista de Figuerola se
incrementaron las ventas al mercado cubano, compensando de ese modo la
facilidad de la entrada de productos extranjeros en España). La guerra de Cuba
supone otro fuerte impulso al sector por la necesidad de vestir a las tropas.
En
Cataluña se desarrolló un fuerte núcleo industrial en base a la industria
textil y a las industrias mecánicas complementaria de esa actividad. También se
desarrolló algo de siderurgia y un poco de industrias químicas (para la textil
y agrícola). El éxito se debe a la incorporación de máquina, al dinamismo de la
burguesía catalana y al proteccionismo que reservaba el mercado español a las producciones
catalanas.
A pesar de todo, en Cataluña se
siguieron manteniendo los pequeños talleres y los trabajos a domicilio.
A lo largo del siglo la industria
creció, pero le seguía faltando competitividad por:
- Costes
de producción elevados, por la falta de fuentes de energía (carbón) y materias
primas.
- La
escasa capacidad de compra.
- La
situación geográfica que elevaba los costes do transporte.
El resto de sectores textiles en
España, el lanero o el del lino, al principio de siglo mantienen sus producciones,
pero no sufren el mismo proceso de mecanización y modernización que el sector
textil, por lo que progresivamente sufrirán la competencia de los textiles
catalanes. Así los centros laneros tradicionales (Béjar, Segovia, Ávila o
Palencia) se desplazan a Sabadell o Tarrasa que facilita la modernización, la
abundancia de capital, el contacto con otras industrias complementarias, mayor
dinamismo comercial y mejores vías de comunicación para abastecerse de materias
primas y vender los productos elaborados.
LA INDUSTRIA SIDERÚRGICA. Su evolución
refleja las insuficiencias energéticas (carbón de mala calidad), las
dificultades para la aplicación de innovaciones tecnológicas procedentes del
exterior y la falta de demanda de productos siderúrgicos.
Los
tres focos siderúrgicos que se desarrollaron durante el XIX revelan: a)
crisis del carbón vegetal, b) su sustitución por la hulla asturiana y c) el
triunfo definitivo del coque inglés como elemento impulsor del despegue vasco.
En
España había minas de carbón (Asturias, Serra Morena, León) pero de difícil
extracción, de calidad media y de situación difícil, lo que encarecía los
productos finales. Resultaba más barato el carbón británico que será empleado
al principio por la siderurgia vasca.
La siderurgia malagueña, entre 1830-64, fue la pionera en la apertura
de altos hornos, pero fracasó debido a los altos costes de producción derivados
del empleo de carbón vegetal. A mediados del siglo XIX producía el 85% del
hierro colado de España. Su decadencia fue debida a la competencia de las
instalaciones del norte y de los productos extranjeros. Tuvo su impulso por las
guerras carlistas.
La siderurgia asturiana, entre 1864-79, que no logro consolidarse al
carecer de carbón mineral de calidad y por la falta de demanda de productos
industriales. Le repercute negativamente las franquicias arancelarias para el
ferrocarril y el arancel librecambista de Figuerola.
La siderurgia vasca se desarrolla a finales del siglo. Contaba
con varias condiciones favorables:
- El carbón galés a cambio de hierro.
Eje comercial Bilbao-Cardiff.
- La política arancelaria
proteccionista de los años 90 que hizo que el Estado comprase el material
vasco.
-
Se complementaba con el desarrollo de empresas navales y mecánicas.
Fundación
de la empresa Altos Hornos de Vizcaya en 1882.
LA MINERIA: La minería española se mantuvo estancada
durante todo el XIX por varias razones: la baja demanda por el atraso
económico, la falta de capital y tecnología para explotar los yacimientos y por
la excesiva intervención del Estado.
El
crecimiento de la minería se produce sobre todo a partir de 1868, con la Ley de
Bases sobre Minas que facilita la explotación de las minas españolas por
particulares y permite las inversiones extranjeras. Se conoció como la desamortización
del subsuelo, y permitió la venta de las minas a compañías privadas, sobre todo inglesas y francesas. La mayor
parte de esa producción minera era exportada.
Los principales focos industriales en España se encuentran en la
periferia:
Cataluña: Es el principal y más diversificado. Su
proceso de industrialización arranca unido al sector textil (fábrica de
Bonaplata, 1832) en el que se instalan las primeras máquinas movidas por el
vapor y los modos de producción capitalistas. Paralelamente se desarrolla la
metalurgia de transformación y las industrias química, papelera etc. También
adquieren desarrollo las actividades relacionadas con el mundo agrario (vinos,
corcho, etc.). A finales de siglo aparecen también las industrias eléctricas de
producción y distribución.
Todas estas actividades se vieron
favorecidas por el establecimiento del proteccionismo del mercado interior.
Andalucía
y Levante: En estas
regiones el proceso de industrialización arranca pronto, sobre todo en
Andalucía (Málaga), unido a la industria siderúrgica, pero fracasaron por los
elevados costes de producción y la competencia de otras regiones. También
destaca las industrias extractivas (cobre, mercurio), aunque no ejercieron un
gran impulso en la zona dado que estaban en manos de compañías extranjeras
(inglesas y francesas). En cuanto a la industria textil, destaca algún sector
especializado como el de la seda.
Asturias
y País Vasco. Asturias se
desarrolla unida, sobre todo, a la minería del carbón. Su crecimiento se vio
perjudicado por la calidad del mineral y de las minas. El proteccionismo
siempre le benefició. El País Vasco creció unido al mineral de hierro. Se
convierte en el principal foco siderúrgico con las principales empresas de
altos hornos. Unido a esto está la industria metalúrgica de transformación
(maquinaria, motores, hojalata) y la naval.
Galicia: El desarrollo industrial es pobre. Los
sectores tradicionales (textil, curtidos, etc.) se arruinaron por la
competencia de otras zonas. El lino se arruinó por la competencia del algodón.
Destaca la industria de conservas de pescado que parte de las tradicionales
industrias de salazón, sobre todo a finales del XIX y en las Rías Bajas. Esta
industria se vio favorecida por tener acceso a las materias primas de forma
fácil (aceite, sal, sardina) y por el capital invertido (salazón, conservero,
familias…). Junto a la industria de conserva se desarrolla, la naval, la de
hojalata, litográfica, etc. Debemos mencionar también la instalación de
pequeñas empresas de electricidad y minería.
HEB8.2.4. Compara la revolución industrial española con la de los países más
avanzados de Europa.
El
desarrollo industrial español es limitado y con graves deficiencias, más tardío
y menos profundo que el de Gran Bretaña y el norte de Europa.
Causas de ese retraso (están puestas en otro apartado…. Se deben
incorporar aquí de modo resumido…..)
En
el s. XIX, en el caso de la industrialización española sólo son positivos los siguientes factores:
tenemos abundancia de materias primas fundamentales (carbón y hierro) y
contamos con abundancia de mano de obra (aunque retenida por la agricultura,
cuando la necesitaba la industria).
Sin embargo, no contamos con los
otros factores:
a)
La
agricultura española no se transformó en el siglo XIX. Con las desamortizaciones cambió de
propietario, pero no cambió su forma de explotación ni sus rendimientos (éstos
continuaban siendo pobres y además ocupaba a millones de españoles). La
agricultura no proporcionó ni el capital ni la mano de obra ni la compra de
productos industriales.
b)
Tenemos poco
capital para invertir. El capital que
se invierta en la industrialización española será básicamente extranjero, y con
la intención de obtener beneficios rápidos -explotaciones mineras y
construcción del ferrocarril-. Una de las razones para esta ausencia de capital
español es comprar tierras desamortizadas. Excepciones: Cataluña: la acumulación de beneficios por la
venta de vinos en el período y por el negocio colonial, permitió la acumulación
de capitales que se reinvirtieron en una industria que empezó a diversificarse
(inicialmente textil). País Vasco: a partir de 1874 se produce un proceso de
acumulación de capital creado por los beneficios de la venta del mineral de
hierro a Gran Bretaña y de reinversión de éstos en la creación de empresas de
tipo bancario e industrial.
c)
España no
cuenta con un mercado unificado ni articulado.
Hay una separación tajante entre un interior del país agrícola y una zona
costera catalana y vasca industrializada. De tal manera, que ambas zonas crecen
una a espaldas de la otra cuando deberían ser clientes mutuos.
Pese a todo, en España habrá
industria:
1. Liderada por la textil (Cataluña) y la
siderúrgica (País Vasco y Asturias)
• Son focos industriales aislados y
separados entre sí
• Madrid como centro
financiero/administrativo y demandador de bienes de consumo
• Escasos pequeños focos industriales
diseminados por la Península de industrias tradicionales o agrarias
2.
Con una maquinaria atrasada y dependiente del exterior
3.
Dependiente de la inversión extranjera
4.
Con un minifundismo empresarial
5.
Manteniendo el proteccionismo como política económica
Este desfase en el proceso de
industrialización lleva a plantear opiniones distintas en los historiadores:
-
unos historiadores hablan de “fracaso de la revolución industrial”, Nadal
-
otros, de “patrón
latino de modernización” (Tortella) que se caracteriza por:
- lentitud
y tardanza
- menor profundidad
- desfase
evolutivo
No se hicieron las mismas
transformaciones, pero no son desdeñables los cambios producidos.
HEB8.2.5. Relaciona las dificultades del transporte y del comercio interior con
los condicionamientos geográficos.
Al
empezar el siglo España, si quería lograr un desarrollo económico, tenía que
modernizar su red viaria y superar los obstáculos naturales (relieve
accidentado que encarecía la construcción de infraestructuras) y fiscales
(abundancia de impuestos arbitrarios a la circulación de productos) para así
facilitar los intercambios comerciales y crear un mercado integrado y
articulado que no existía, es decir, que un producto pudiera llegar a cualquier
parte del país en un tiempo razonable. Se consiguió sólo parcialmente.
EL FERROCARRIL
Es un
elemento fundamental en el proceso de industrialización: primero, por el
consumo que hace de materias primas e impulso sobre otras industrias (hierro,
madera, carbón, etc.); segundo, por facilitar la introducción de avances
tecnológicos (máquinas, etc.); tercero, por la incidencia en los mercados de
trabajo y cuarto, por las ventajas que introduce en toda la economía nacional
una vez construido (abarata costes, relaciona mercados, etc.).
Desarrollo
tardío con respecto a Europa. La primera línea se abre en 1848, uniendo
Barcelona y Mataró, y a principios de los 50 la línea Madrid-Aranjuez. En esos
años es necesario aumentar la construcción para impulsar economía y dar salida
a los productos agrícolas del interior de España[2].
Los objetivos vendrían a ser entre otros:
a.- Activar
la economía nacional gracias a un medio de transporte moderno, mecanizado.
b.- Crear un
mercado nacional, en el cual gracias al ferrocarril se podían llevar las
mercancías de un lugar a otro de la Península en cuestión de días.
c.- Invertir
el capital excedente que se había ido generando en las últimas décadas.
d.-
Desarrollar la industria nacional gracias a la demanda que generaba el tendido
ferroviario.
En junio de 1855,
sale a la luz la Ley de ferrocarriles que va propiciar un crecimiento
espectacular por:
-
El apoyo del Estado: subvenciones y franquicias arancelarias para
importar materias primas.
-
Entrada masiva de capital extranjero. La ley permite la entrada de
compañías extranjeras para facilitar la construcción. Sobre todo, francesas.
-
Ley Madoz que proporciona recursos financieros.
Pero en esa
ley se señalan aspectos que condicionarán la historia económica
posterior:
-
La estructura radial con centro en Madrid, idea de
consolidar un Estado centralizado, pero que no articula el mercado interno, no
interrelaciona zonas productoras y consumidoras. Es más una red de extracción
de materias primas (cereales y productos mineros) que de relación de mercados
en el interior de España.
-
El ancho de vía (1,67m. frente a 1,44m. usado en Europa)
que dificultará los intercambios internacionales. Vías más anchas para poner
locomotoras más potentes (relieve difícil) y también era el ancho que se iba a
poner de moda en Europa[3];
también se explicó como un intento de evitar invasiones (idea errónea) o
también para poder controlar el comercio exterior.
-
La autorización para
importar los productos extranjeros que mermó el desarrollo interno al poder
importar cualquier producto (impulsa economías extranjeras).
-
La construcción y explotación podía hacerla el Gobierno o
compañías privadas. Quedará en manos privadas lo que llevará los beneficios a
particulares y a Francia, origen, en su gran parte, del capital invertido.
La idea era
construir con rapidez, que no sería posible con la producción interna, para dar
salida al cereal del interior. Pero no se pensaba en lo que se tendría que
transportar.
Fases de la construcción:
-
Antes de 1855, pocos kilómetros en torno a Madrid, Barcelona y
Asturias.
-
De 1856 a 1866: Expansión por la ley y el capital invertido.
-
De 1866 a 1876: Paralización.
-
De 1877 a 1895: Relanzamiento de la actividad por la construcción
de compañía en su zona de explotación (Caminos de Hierro del Norte,
Ferrocarriles Andaluces y Ferrocarriles de Madrid, Zaragoza y Alicante).
-
De 1896 a 1936: continuación lenta.
Como consecuencias de la introducción del ferrocarril
podemos señalar las siguientes:
-
Fue un elemento decisivo en el proceso de modernización económico.
-
Revolucionó los transportes. Contribuye a la integración de los
distintos espacios y regiones.
-
Ayudó a la bajada de los precios y al aumento de los intercambios.
-
Aumentó la demanda de trabajo.
-
No impulsó a las industrias siderúrgicas y metalúrgicas españolas
(por permitir a las compañías constructoras la importación de casi todo el
material).
-
La rentabilidad fue escasa para la inversión; la especulación
arrastró la economía a una gran crisis entre (1866 – 1876) que ocasionó la
quiebra del sistema bancario y un déficit presupuestario crónico. La red viaria
sufre dificultades para mantener el servicio y modernizarse. Los beneficios
fueron para compañías extranjeras.
-
Las cargas financieras absorbieron los beneficios y las compañías
tenían dificultades para mantener el servicio y materiales. La red empeora.
HEB8.2.6. Explica los objetivos de la red ferroviaria y las consecuencias de la
ley general de ferrocarriles de 1855.
Los objetivos vendrían
a ser entre otros:
a.- Activar la economía nacional gracias a un medio de
transporte moderno, mecanizado.
b.- Crear un mercado nacional, en el cual gracias al
ferrocarril se podían llevar las mercancías de un lugar a otro de la Península
en cuestión de días.
c.- Invertir el capital excedente que se había ido
generando en las últimas décadas.
d.- Desarrollar la industria nacional gracias a la
demanda que generaba el tendido ferroviario.
Entre las consecuencias podemos
hallar algunas negativas y otras de carácter más positivo, que vendrían a ser
las siguientes:
Negativas. La rentabilidad fue escasa para la
inversión; la especulación arrastró la economía a una gran crisis entre (1866 –
1876) que ocasionó la quiebra del sistema bancario y un déficit presupuestario
crónico. La red viaria sufre dificultades para mantener el servicio y
modernizarse.
Los beneficios fueron para las compañías extranjeras.
No impulsó a industrias nacionales.
Positivas: Dos cifras elocuentes. El ferrocarril
aumentó la carga transportada entre 1870 y 1900 de 3.000 millones de Tm a
16.000, lo que muestra la primacía de este medio de transporte, que revolucionó
las comunicaciones, creó un mercado nacional, ayudó a desarrollar la industria
y podía haber ayudado más. Ayudó a integrar regiones. Aumentó el mercado de
capitales. Aumento la demanda de trabajo. Contribuyó a la bajada de los
precios….
HEB8.2.7. Compara los apoyos, los argumentos y las actuaciones de proteccionistas
y librecambistas a lo largo del siglo XIX.
Apoyos:
Los
industriales catalanes, sobre todo, los terratenientes castellanos o andaluces
y los siderúrgicos vascos se oponían a la libertad de mercado que preconizaba
el librecambismo, porque amenazaba sus negocios.
Argumentos:
El
argumento del proteccionismo se basa en que la producción nacional es
prioritaria frente a la de otros países; en el caso español, lo que se
intentaba sobre todo era evitar la competencia de la industria británica.
Por su parte, el liberalismo defiende que el
librecambismo estimula la innovación de las empresas para adaptarse a la
competencia y resulta más favorable para el consumidor ya que mejora la
concurrencia entre las empresas que compiten por ganar cuotas de mercado.
La defensa del
librecambismo procedía de los sectores comerciales y de los dedicados a
una agricultura intensiva exportadora.
Actuaciones:
En España la política seguida fue, durante casi todo
el siglo XIX, proteccionista con algunas excepciones como la aprobada al efecto
por las Cortes de Cádiz, que tuvo poco recorrido; la reforma de Mon-Santillán
en 1845 y el arancel de 1849 introdujeron algunos matices librecambistas, pero
de moderado alcance afectaba solo afectaba a manufacturas de algodón. Por último,
el Arancel de Figuerola de 1869, en pleno Sexenio Democrático, se inclinó más
claramente hacia el librecambismo al suprimir el derecho diferencial de bandera
(Diferencia de derechos que se pagan porteando las
mercancías en buques de unas u otras naciones). No es del todo librecambista.
Las razones por las que se considera el más
librecambista, aunque no acabó de todo con el proteccionismo, son
principalmente dos: no prohibía la importación de ningún producto, y los
aranceles sobre los productos importados deberían haberse rebajado gradualmente
desde 1875 hasta 1881. No obstante, con la Restauración se suspendió
definitivamente la reducción arancelaria prevista, ya que durante el período
que siguió al Sexenio se retornó al proteccionismo. Finalmente, Cánovas impulsa
el arancel proteccionista de 1891. La política proteccionista continuó de forma
ininterrumpida hasta 1960.
HEB8.2.8. Explica el proceso que condujo a la unidad monetaria y a la banca
moderna.
Unidad monetaria.
Durante el primer tercio del siglo XIX existía en
España una anarquía de monedas, pesos y medidas. Esta diversidad entorpecía el
comercio interior y los intercambios.
Las leyes de 1848 y 1864 intentaron implantar un
sistema bimetálico basado en el oro y la plata y con el real como unidad
monetaria, pero fracasó. En 1864 se pasó al escudo (dividido en 10 reales) como
unidad basada en el sistema decimal, pero no cuajo. La reforma definitiva en el
sistema monetario llegaría con la revolución de 1868 y la implantación de la
peseta (4 reales) como unidad monetaria. Se basaba más en la plata que en el
oro y tenía monedas de oro, plata y cobre (para las clases populares). El uso
de la peseta tardó en generalizarse, pero a finales de siglo ya era la unidad
monetaria utilizada en todas las transacciones económicas.
Banca moderna.
A fines del XVIII se crea el primer banco español
(Banco Nacional de San Carlos en 1782), para administrar la deuda pública.
Hasta que no se aprueba una Ley de Banca en 1855, la banca española fue poco
dinámica; a partir de entonces, creció notablemente. La crisis financiera de
1866 dio paso a una nueva estructura bancaria: quedaría por un lado el Banco de
España (creado en 1856) con el monopolio de emisión de billetes; mientras que
la banca privada fue desmantelada casi en su totalidad, dejando entidades como
el Banco de Barcelona, Bilbao o el de Santander. La banca española fue poco
utilizada como instrumento de desarrollo productivo y más como prestamista del
Estado y captador de recursos externos para inversiones pública a través de la
deuda pública.
HEB8.2.9. Explica la reforma Mon-Santillán de la Hacienda pública y sus
efectos.
La Hacienda
estaba en crisis por las
guerras, la pérdida de las colonias americanas, las exenciones de la nobleza e
iglesia, y la incapacidad para tener otras fuentes alternativas. En esta
situación era imprescindible hacer una reforma
fiscal. Hasta 1845 no se
logró aprobar la reforma de Mon.
Esta reforma simplificó el
número de impuestos y concretó
las bases imponibles. Alejandro Mon, ministro de Hacienda y Ramón Santillán,
gobernador del Banco de España.
La reforma trataba de introducir los principios
tributarios liberales: legalidad, suficiencia y generalidad e implantar un
sistema fiscal unificado para todo el país y eliminar las trabas
al crecimiento económico, y así se suprimieron
las aduanas interiores, los diezmos, la alcabala (tributo
que el vendedor pagaba a la Hacienda en una compraventa) y los
millones (impuesto indirecto gravaba algunos alimentos –carne, aceite, vinagre,
jabón- desde el siglo XVI). En el nuevo sistema tributario se dio mucha más
importancia a los impuestos directos que a los impuestos
indirectos, la base del nuevo sistema estaba compuesta por cinco impuestos:
·
Impuestos directos
·
Contribución
sobre bienes inmuebles, cultivos y ganadería: según las
previsiones presupuestarias debía cubrir aproximadamente el 25% de los ingresos
del Estado.
·
Subsidio industrial y del comercio: Gravaba las
actividades industriales y comerciales, dividiéndose en dos partes, una fija y
otra variable proporcional.
·
Derecho
de inquilinato, cuya vigencia apenas llegó a un año.
·
Impuestos indirectos
·
Impuesto de
consumo de especies determinadas (pago por entrar o vender productos en una
ciudad), rentas de estancos y monopolios (tabaco, sal y loterías)
y el gravamen del consumo de bebidas alcohólicas,
el aceite de oliva, el jabón y la carne.
·
Derecho
de Hipotecas.
Fue muy criticado por hipotecas,
gravaba la transmisión, arrendamiento y el establecimiento de cargas
sobre bienes inmuebles.
Esta reforma también aprobó los presupuestos
generales del Estado, las cuentas públicas, y se adoptaban medidas para reducir
la deuda pública, debido al escaso éxito de la desamortización.
Pese a todo, la reforma fue incapaz de generar los ingresos necesarios, así fue necesario
recurrir a los procedimientos extraordinarios para obtener ingresos: la Deuda, los préstamos y las concesiones.
Las clases populares se vieron
perjudicadas porque se obtenía más dinero por los impuestos indirectos, los que
gravaban el consumo, que por los impuestos indirectos, que gravaban la riqueza.
Será causa de disputa constante entre los liberales moderados y los
progresistas, que pretenderán la eliminación de los impuestos de consumos.
HEB8.2.10. Especifica como las inversiones en España de Francia e de Inglaterra
afectaron al modelo de desarrollo económico español durante el siglo XIX.
En general los capitales que había en
España en el siglo XIX son de origen extranjero, y no es porque en el país no
hubiera grandes fortunas y hombres de negocio, era debido, sobre todo, a la
mentalidad conservadora que tenían en España los industriales y financieros.
En general predominaban las inversiones especulativas (ganar mucho a corto
plazo) que las productivas (invertir en negocios sólidos y recibir beneficios a
medio y largo plazo). Destacan dos hombres de negocios: Muñoz, esposo de la
regente María Cristina, y José de Salamanca, los dos grandes financieros y con
sólidos contactos en el aparato del Estado, pero sus inversiones eran
exclusivamente especulativas, y todo lo reinvertían al final en tierras. Por
eso el desarrollo industrial fue lento. Los grandes negocios y los grandes
proyectos fueron obra de inversores extranjeros. La política gubernamental
favorable al capital extranjero surtió efectos y llegaron tres grupos
financieros franceses que invirtieron en el ferrocarril aprovechando las
subvenciones estatales y la ausencia de aranceles para los productos
ferroviarios. Así se construyó el ferrocarril español y las compañías
ferroviarias que operaban en España tenían, casi todas, su sede más allá de los
Pirineos. La crisis de 1866 hizo que estas se remodelarán, pero siguieron
existiendo. Como vemos se invierte en un negocio especulativo, como puso en
evidencia la misma crisis. El capital inglés sería predominante en el sector
minero en el que España era especialmente atractiva por su gran riqueza en
minerales: cobre, estaño, hierro, plomo, mercurio… Este proceso se intensifica
a partir de 1880 y sirve de palanca a la formación de grupos capitalistas
vascos a la sombra del negocio de exportación del mineral de hierro para la
industria británica, esos grupos capitalistas nacionales realizarán importantes
inversiones industriales en contraste con el resto del país. El capital inglés
se dirigirá también a lugares con productos agrarios muy peculiares como el
brandy o el vino de Jerez. Como vemos, salvo algunas excepciones, ni la
agricultura ni la industria fueron sectores atractivos para la inversión de
capitales exteriores y eso explica en parte su escaso desarrollo.
[1]
Político y economista del XIX. Crítico con la desamortización de Mendizabal argumentando
que favorecía claramente a las clases adineradas, cuya capacidad adquisitiva
les permitía comprar las tierras subastadas y aumentar sus extensas
propiedades. Ello hacía inviable un reparto de tierras equilibrado entre un
amplio sector de colonos y pequeños propietarios, circunstancia que hubiera
permitido incrementar la producción agraria. Como alternativa, planteó que el
Estado conservara la propiedad de las tierras desamortizadas y las cediese en
arriendo a los colonos que las trabajasen.
[2]
Grandes producciones de cereales de los terratenientes que sustentan los
gobiernos de Isabel II; es necesario rentabilizar sus inversiones.
[3] El
ancho de vía se fijó atendiendo a los criterios del conocido como Informe
Subercase de 24 de noviembre de1844. Informe realizado por una comisión
organizada por el gobierno para conocer las necesidades técnicas en la
construcción de ferrocarril. La comisión estaba presidida por Juan Subercase,
de ahí su nombre. Este informe se mantiene en la Ley de 1855, pese a que ya no
está de moda ese ancho de vía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario