ya

domingo, 18 de septiembre de 2011

EL SEXENIO DEMOCRÁTICO 1868-1874

EL SEXENIO  DEMOCRÁTICO 1868-1874

El Sexenio revolucionario o democrático es un periodo tremendamente agitado en el que se produce:
- Destronamiento de Isabel II tras la revolución de septiembre de 1868.
- Promulgación de la primera constitución democrática en 1869. Establece un nuevo sistema basado en los principios del liberalismo democrático y en los intereses de las clases medias.
- Aparición de una nueva dinastía: el reinado de Amadeo de Saboya (1871-1873).
- Primera república (1873-1874).

1.      LA REVOLUCIÓN DE 1868. LA CAÍDA DEL MODERANTISMO

1.1.   ANTECEDENTES

A la Revolución de 1868 se llegó por el agotamiento del moderantismo y de la monarquía de Isabel II. En la Revolución confluyen cuatro tipos de causas:

A)    ECONÓMICAS: LA CRISIS DE 1866

La crisis es triple: financiera, industrial y de subsistencias. El origen de la crisis financiera está en las inversiones en el ferrocarril que no daban beneficios, y el valor de las acciones cayó en la Bolsa. La crisis industrial viene motivada por el aumento del precio del algodón que viene de América y que se encuentra en guerra, en un momento de contracción de la demanda por la crisis agraria. Finalmente, la crisis de subsistencias por las malas cosechas con la consiguiente carestía del trigo y aumento del precio.

            B) POLÍTICAS

Una gran parte de la población estaba en contra de la política moderada, que gobernaba a golpe de represión (noche de S. Daniel). Los gabinetes de O´Donnell, Narváez y González Bravo gobernaban por decreto manteniendo las cortes cerradas. El partido progresista optó por el “retraimiento” y se decantó por la vía conspirativa para acceder al poder.
Los progresistas junto a los demócratas firman, en agosto de 1866, el Pacto de Ostende en torno a dos principios básicos:
-          rechazo a la dinastía borbónica.
-          apertura de un proceso constituyente basado en la aplicación de un sufragio universal.
A este pacto se unirán los Unionistas en noviembre de 1867, que fue definitivo para el éxito de la revolución, ya que dio entrada a los militares que se asocian a este proyecto civil.

C)    IDEOLÓGICAS

Difusión de ideas de democracia política, secularización religiosa y librecambismo económico.
Influencia del partido demócrata: soberanía popular, derechos del hombre, sufragio universal.

D)    SOCIALES

Una sociedad cada vez más enfrentada. Sobre todo por el nacimiento de un proletariado que está muy alejado de las cuestiones de gobierno.

1.2.   LA “GLORIOSA” REVOLUCIÓN

Los unionistas proporcionan la fuerza armada, los progresistas mueven las masas, y los demócratas dan las ideas.

El 18 de septiembre de 1868 la escuadra del almirante Topete se subleva en Cádiz (“España con honra”), se unen Prim y Serrano y la Revolución se extiende. Se forman Juntas Revolucionarias que se legitimaban sometiéndose a un proceso electoral y que sustituían a las autoridades del régimen. Las Juntas pedían: el sufragio universal, la abolición de los impuestos de consumos, de las quintas, elecciones a Cortes constituyentes, etc.; un conjunto de ideas progresistas y demócratas.
El gobierno y la Corona estaban aislados, la derrota de sus tropas en el Puente de Alcolea marcó la huida de Isabel II hacia Francia y la dimisión del gobierno.
El poder quedó en manos de las Juntas Revolucionarias. De nuevo una intervención militar, un pronunciamiento, había cambiado el gobierno y, ahora, derribaba la monarquía de Isabel II.
En los primeros días los firmantes del Pacto de Ostende –unionistas y progresistas- constituyen un Gobierno Provisional en el que entran militares como Prim, Serrano y Topete y civiles como Sagasta y Ruiz Zorrilla.


1.3.   EL GOBIERNO PROVISIONAL

El gobierno provisional puso rápidamente en marcha un programa de reformas que recoge las aspiraciones de las Juntas Revolucionarias:

Ø  Se instauran las libertades básicas: asociación, expresión, enseñanza, religiosa (expulsión de los jesuitas, libertad de cultos, abolición del fuero eclesiástico).
Ø  Reanudación de la desamortización de bienes eclesiásticos.
Ø  Se adoptaron medidas económicas de inspiración librecambista: modificación del sistema arancelario –arancel de Figuerola de 1869- (apertura del mercado español al capital extranjero: se pretendía favorecer la competencia y la libre iniciativa y rentabilizar las estructuras comerciales e industriales); supresión de los impopulares consumos; imposición de la peseta como unidad monetaria.
Ø  Se implanta de nuevo la elección popular de los alcaldes.
Ø  Se optó por la monarquía como forma de gobierno.
Ø Se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes mediante sufragio universal masculino (+ 25) y amplias circunscripciones electorales para favorecer la participación.

1.4.   LOS PARTIDOS POLÍTICOS

La Revolución fue obra de 3 partidos: Unionista, Progresista y Demócrata.

La mayoría política en la Cámara estaba formada por una coalición monárquico-demócrata, que estaba integrada por:

·         Unionistas: Ríos Rosas y Serrano (69).
·         Progresistas, como Prim, Sagasta o Ruiz Zorrilla (159).
·        Demócratas (los címbrios) que aceptaban la monarquía, como Rivero, Martos o Moret (20).

Contaban con el apoyo de la burguesía industrial y financiera, clases medias urbanas, ejército y profesionales liberales.
A la izquierda estaban los Republicanos, que tenían sus apoyos en la costa mediterránea. Aunque con tendencias muy diversas la hegemónica era la federalista de Pi i Margall.

A la derecha: primero los moderados, como Cánovas del Castillo, fieles a Isabel II. Contaban con el apoyo de la burguesía agraria latifundista. Y finalmente, los carlistas que tenían su base en el País Vasco y Navarra y defendían la unidad religiosa y la monarquía tradicional.


2.      LA CONSTITUCIÓN DE 1869 Y LA REGENCIA DE SERRANO

Inspirada en los principios del liberalismo democrático declara la Nación, reunida en Cortes por sufragio universal, como depositaria de la soberanía; todo los demás poderes son delegados.

La Constitución tiene tres grandes novedades:

--   Establece la soberanía Nacional. Define de forma precisa que el origen del poder político es la Nación, que se refuerza con la
-- División de los tres poderes:
El poder ejecutivo: ejercido por el Rey a través de sus ministros, libremente escogidos y responsables ante las Cortes. El rey sanciona y promulga las leyes sin capacidad de vetarlas y sin iniciativa legislativa, y tiene la potestad de suspender y disolver las Cortes pero solo una vez por legislatura.
El poder legislativo: ejercido por unas Cortes bicamerales (Congreso y Senado), elegidas por sufragio universal masculino. Controlan las acciones del gobierno y aprueban los presupuestos.
El poder judicial: ejercido por los tribunales de justicia. Quedó asegurada la independencia judicial  mediante un sistema de oposiciones a juez (se acaba así con los nombramientos gubernamentales) y juicio por jurados.
-- Contiene un catálogo de derechos y de libertades del ciudadano, y que define bien el ideario democrático. Están presentes las libertades de expresión, reunión, cultos y hasta correspondencia.
-- Se adoptó como forma de gobierno la monarquía democrática. La monarquía se concibe como una figura política que encabeza el poder executivo pero que debe ejecutar los acuerdos de los ministros.

-- Se establece la tolerancia  religiosa, pero mantiene los gastos de culto y clero.

En resumen, recoge las aspiraciones del liberalismo progresista y de la democracia, establece un equilibrio de poderes, la defensa de las libertades del individuo y el sufragio universal masculino. Un conjunto de medidas que parecían encaminar a la sociedad española hacia la democracia política.

Después de promulgada la Constitución, el general Serrano fue nombrado Regente Provisional, mientras se buscaba un nuevo rey para España que tenía que ser católico, liberal y contar con la aprobación de las potencias europeas. Los carlistas defendieron a su candidato Carlos VII; Cánovas del Castillo consiguió que Isabel II abdicase en su hijo Alfonso y defendió  su candidatura; Prim se negó a cualquier posibilidad de aceptar a un Borbón (“¡Jamás, jamás, jamás!”); los portugueses presentaron a Fernando de Coburgo; y los franceses no aceptaban al duque de Montpensier ni a Leopoldo de Hohenzollern Sigmarigen (guerra franco-prusiana); el candidato elegido fue Amadeo de Saboya, hijo de rey de Italia Víctor Manuel II.


3.      LA MONARQUÍA DE AMADEO DE SABOYA (1870-73)

El triunfo de los monárquicos determinó la búsqueda de un rey para sustituir a los Borbones. Fue Prim el encargado de buscar el nuevo monarca, y consigue imponer la candidatura de Amadeo de Saboya. El nuevo Rey llegó el 30 de diciembre de 1870 a Cartagena, y fue proclamado como Rey el 2 de enero de 1871.
La nueva monarquía tuvo que hacer frente a una fuerte oposición y una gran inestabilidad, además de producirse la muerte de Prim.

LA OPOSICIÓN:
-          De los moderados: pretendían el regreso de los Borbón. Cánovas del Castillo fue aglutinando esa opción.
-          De los republicanos y sectores populares.
-          De los carlistas: la nueva monarquía le daba más argumentos.
-          De la iglesia: opuesta sobre todo desde el decreto que la obligaba a jurar la Constitución.
-          De las élites del dinero: por la legislación que atentaba contra  sus intereses.

LA INESTABILIDADE:
-          La guerra carlista que se inicia en 1872.
-          La guerra de Cuba (1868-78).
-          El movimiento obrero.
-          Las insurrecciones federalistas, a partir de 1872.
-          La crisis gubernamental: la coalición gubernamental formada por unionistas, progresistas y demócratas se mantiene poco tiempo. A partir de 1871 aparecen dos grupos, el grupo constitucionalista, dirigido por Práxedes Mateo Sagasta, y el grupo radical, dirigido por Ruiz Zorrilla. Las razones de la escisión eran de tipo personal y de tipo político (abolición de la esclavitud, separación Iglesia-Estado. Orientación económica. A partir de 1872 la inestabilidad es total: 6 gobiernos y 3 elecciones.

Ante todas estas dificultades, y sin poder formar un gobierno para encauzar las distintas cuestiones a las que tiene que hacer frente, Amadeo de Saboya presenta  su renuncia[1] al trono el diez  de febrero de 1873.


4.      LA PRIMERA REPÚBLICA

La República cuenta con problemas graves:

-          La guerra carlista de 1873-5.
-          La guerra de Cuba iniciada en 1868.
-          El Cantonalismo.
-          División de los republicanos entre unitarios y federales (defienden la insurrección).
-          La fuerte conflictividad social.


El 11 de febrero de 1873 las Cortes, Congreso y Senado conjuntamente, votaron y proclamaron la República por 258 votos a favor y 32 en contra. A pesar de eso el apoyo era mínimo ya que los monárquicos votaron a favor en el marco de una estrategia para forzar la vuelta de los Borbón. Además los propios republicanos estaban divididos en Unitarios y Federales. Así la República contaba con pocas posibilidades de éxito.

Durante la República se suceden cuatro presidentes, en realidad Jefes del poder ejecutivo: Figueras, Pi i Margall, Salmerón y Castelar; y será constante la inestabilidad política y social.

Estanislao Figueras: Desde el 11 de febrero de 1873 hasta el 9 de junio de 1873 asume la presidencia. Durante su mandato se mantiene la Constitución de 1869, se realizan las elecciones a Cortes constituyentes y se forman Juntas Revolucionarias integradas por republicanos.

En las elecciones obtienen la victoria los republicanos federales así,  del 11 de junio al 18 de julio es presidente el federalista Francisco Pi i Margall.  Intentó llevar a cabo la construcción de una República Federal. Las Cortes  intentaron plasmarla en una nueva Constitución que fue redactada por Castelar. La Constitución iba precedida de un preámbulo en el que se subrayan tres exigencias básicas:

-          Conservar la libertad y la democracia conquistadas en la “Revolución de Septiembre”.
-          Establecer una nueva división territorial que asegure una estructura federal del estado.
-          Delimitar los poderes públicos para que fuese imposible una dictadura.

Entre las características del texto constitucional de 1873 destacamos:
-          España se organiza como una federación compuesta por 17 estados (se contaba con Cuba y Puerto Rico). Suponía la descentralización política y la plasmación del principio doctrinal del pacto federal.
-          El poder se descentralizaba y se repartía entre ayuntamiento, región y nación.
-          La soberanía reside en todos los ciudadanos.
-          La separación de poderes se entendía muy rígida, sin interferencias entre los poderes, por eso incluso aparece el “poder de relación entre poderes” que recoge la Constitución, que sería ejercido por el Presidente de la República. El Presidente de la República era elegido por sufragio universal indirecto (cada provincia elegía unos electores y esos se reunían en Madrid para la elección del Presidente y Vicepresidente).
-          El poder ejecutivo lo ejercía el Consejo de ministros, que estaba formado por un Presidente, nombrado por el Presidente de la República, y los ministros.
-          A las Cortes le correspondía en exclusiva el poder legislativo y estaban compuestas por dos cámaras: el Senado representativo de los estados federales (4 representantes por cada estado) y el Congreso elegido por sufragio universal directo por todo los españoles mayores de 21 años.
-          El poder judicial en manos de los jueces y se establece el juicio por jurados para todos los delitos.
-          La declaración de derechos reproduce casi literalmente la de la Constitución de 1869.

Por último señalar que en esta constitución aparecen como novedades: la sanción civil de los matrimonios, nacimientos y defunciones; abolición de los títulos nobiliarios y separación de Iglesia-Estado con la prohibición expresa de subvencionar cualquier culto –construir un estado “neutro”-.
Mientras se discutía y aprobaba en las Cortes la Constitución la agitación social y política se incrementó en toda España. En algunas zonas los obreros y campesinos, estimulados muchas veces por la federación española de la AIT, protagonizaron huelgas y protestas, ocuparon tierras y exigieron mejoras de sus condiciones sociales. Entre estas acciones destaca la revuelta social acontecida en Alcoy (8-7-73) donde las masas populares asesinaron a las autoridades e incendiaron las fábricas; la noticia causó un fuerte temor en la burguesía. Al mismo tempo los federales intransigentes comenzaron a proclamar la independencia de los cantones[2] sin esperar a que se promulgara la Constitución. En Levante y Andalucía se extendió el movimiento cantonalista, destacando la proclamación del Cantón de Cartagena (12-7-73/12-1-74).
Estos problemas daban al régimen una imagen de desorden, tanto en el aspecto territorial como social, lo que propicia un giro cara posiciones más conservadoras. Así Pi i Margall es sustituido por Nicolás Salmerón (18 de julio al 7 de septiembre) que se encarga de reprimir el movimiento cantonal pero que dimite antes de firmar unas penas de muerte.
El 7 de septiembre llega al poder Emilio Castelar que obtiene poderes extraordinarios para hacer frente a las guerras cantonalista, carlista y cubana: así pudo gobernar por decreto tomando medidas drásticas y represivas y apoyándose en militares conservadores hasta el 2 de enero de 1874. Ese mismo día el gobierno de Castelar es derrotado en las Cortes  por los diputados de centro-izquierda, que tenían la intención de tomar de nuevo el control, pero el día 3 de enero el general Pavía sublevó la guarnición de Madrid y disolvió por la fuerza las Cortes, sin apenas oposición.
Desde ese momento Serrano asume el gobierno en el que entran monárquicos y moderados. Formalmente se mantiene la República hasta el 29 de diciembre, cuando el general Martínez Campos se pronuncia por la restauración de la monarquía en la persona de Alfonso XII de Borbón.

           
           




[1]  Frase de Castelar: “Con Fernando VII murió la monarquía tradicional; con la fuga de Isabel II, la monarquía constitucional y con la renuncia de Amadeo la monarquía democrática; nadie ha acabado con ella, murió por sí misma”.
[2]   En diversas ciudades (Cartagena, Valencia, etc.) grupos revolucionarios proclamaban la independencia y se constituían en repúblicas independientes, que después se federarían.  En ellas estuvieron implicadas dos revoluciones: una revolución autonomista liderada por la burguesía con la adhesión de las clases populares y una revolución social dirigida por jornaleros (influencia del pensamiento anarquista), etc., que exigía reformas económicas y aspiraba a transformar la sociedad. Ambas fuerzas marcharan paralelas pero no siempre unidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario