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jueves, 23 de mayo de 2019

TEORÍA COMPOSICIÓN 1. LA CRISIS DE LA MONARQUÍA ABSOLUTA (ABDICACIONES, OCUPACIÓN NAPOLEÓNICA)



COMPOSICIÓN 1. LA CRISIS DE LA MONARQUÍA ABSOLUTA (ABDICACIONES, OCUPACIÓN NAPOLEÓNICA)
ORIENTACIONES GRUPO DE TRABAJO: Sempre tendo en conta a información subministrada polos documentos, o alumnado deberá contextualizar a crise da monarquía absoluta española no reinado de Carlos IV, facendo referencia aos problemas económicos, políticos e sociais que o caracterizan, así como ao impacto da Revolución Francesa sobre o mesmo. Explicar o proceso de abdicacións en Baiona e demostrar que coñece as repercusións da ocupación napoleónica tanto na súa vertente política –goberno francés/Xuntas revolucionarias– como militar –guerra, pero sen entrar no desenvolvemento da mesma–.

EL REINADO DE CARLOS IV Y EL IMPACTO DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA
         El reinado de Carlos IV tiene que hacer frente a un contexto muy negativo:
a)      El fin de la prosperidad de la etapa anterior e inicio de problemas económicos.
b)      El desarrollo de graves problemas políticos: la ineficacia de gobierno, la crítica de los privilegiados, el odio a Godoy, los intentos de Fernando VII de alcanzar el poder, unido a la agudización de la crítica de cierto sector de los ilustrados que demandaban cambios más profundos.
c)      Las consecuencias de la revolución francesa.
            Carlos IV tiene que hacer frente a las consecuencias que se derivan del desarrollo de la Revolución Francesa. El gobierno de Carlos IV frente a la amenaza revolucionaria de Francia paralizó su política de reformas y cerró la frontera francesa. Cesó a los ministros reformistas (Floridablanca, Aranda) y se produce el ascenso de nuevas personalidades, como la de Manuel Godoy y Álvarez de Faria[1]. El 15 de noviembre de 1792 Manuel Godoy es nombrado secretario de Despacho. Ocupa el cargo después del cese de Floridablanca y de Aranda, al no lograr solucionar los problemas con la Francia revolucionaria. Su rápido ascenso vendría dado por: su relación con la reina, a la incapacidad de Floridablanca y Aranda de solucionar los problemas derivados de la revolución francesa y por ser un noble de origen humilde que es encumbrado con títulos por los reyes para poder enfrentarse a los privilegios de la alta nobleza.
             El ascenso de Godoy fue mal acogido y simbolizó la corrupción y la incapacidad de la familia real. Fue odiado por todos, nobles (por ser de origen hidalgo), iglesia (por los ataques a sus privilegios y propiedades), ilustrados, pueblo, partido fernandino…
 Por otro lado, la Revolución Francesa dividió, además, a los ilustrados. Unos, como el conde Floridablanca[2] (José Moniño), se pusieron de parte de la tradición y del orden; otros, como el abate Marchena[3], se pusieron a favor de la revolución; y los menos, como Jovellanos[4], confiaban en el Estado como instrumento de reformas.
La gestión de Godoy no fue buena y agrava la crisis. En política interior intentó impulsar una política ilustrada: intentos de contribución única, desamortización de bienes de la iglesia en 1798, aumento de la presión fiscal. Pero esas medidas no fueron suficientes y contaron siempre con la oposición de los privilegiados.
En política exterior la gestión fue nefasta. Cuando se inicia la Revolución Francesa el conde de Floridablanca rompe la alianza de los pactos de Familia para pasar a una política de neutralidad y se cierran las fronteras (para evitar el contagio revolucionario), no se declara la guerra porque Luis XVI se mantiene como rey constitucional y después se intenta salvar su vida. Con la llegada de Godoy, al fracasar en el intento de salvar a Luis XVI, se inicia una guerra contra la Francia revolucionaria (1793-5, Guerra del Rosellón, de los Pirineos o de la Convención), que fue un fracaso y se tiene que firmar la Paz de Basilea[5],  que suponen pérdidas para España aunque Godoy es nombrado Príncipe de la Paz. Después nos aliamos con Francia (Tratados de San Ildefonso 1796 y 1800) y entramos en guerra contra Gran Bretaña y su aliado Portugal. En 1800, en la llamada Guerra de las Naranjas, ocupamos la plaza de Olivenza.  Pero en 1805,  nos supondrá la pérdida de parte de la flota en 1805 (Batalla de Trafalgar[6]). Napoleón, ante la fallida invasión de Inglaterra, decreta el bloqueo continental de todos los puertos europeos a los productos ingleses, y Portugal, aliada de Inglaterra se niega a efectuarlo, por lo que Napoleón nos solicita ayuda para la conquista conjunta de Portugal.  Se firma el Tratado de Fontainebleau (27 de octubre de 1807) que permite pasar los ejércitos franceses por territorio español para conquistar Portugal. Portugal, una vez conquistado, sería divido en tres zonas: el norte (Oporto y Entre-Miño-y-Duero) sería entregado, con el nombre de Reino de Lusitania Septentrional, al antiguo rey de Etruria, Carlos Luis de Parma (Luis II de Etruria), sobrino de Fernando VII; la zona centro (Beiras, Trás-os-Montes y Estremadura portuguesa) se reservaría para un posible cambio por Gibraltar y la isla de Trinidad, en manos de Gran Bretaña; la zona sur (Alentejo y Algarve) pasaría a Manuel Godoy y su familia como Principado de los Algarves, lo que colmaba sus aspiraciones.
La oposición a Godoy favoreció la formación de un “partido fernandino” compuesto por nobles y clérigos favorables al príncipe Fernando.  Este grupo preparó, a finales de 1807, una conspiración contra el rey, en la que estaba implicado Fernando, la Conjura del Escorial[7]. Pero Godoy consiguió abortar la conspiración avisando en secreto a Carlos IV. Fernando VII y sus colaboradores son detenidos y él tiene que pedir perdón, pero los colaboradores son desterrados. De este modo Godoy se libraba, momentáneamente, de Fernando VII.
El punto final de este enfrentamiento fue el desarrollo del Motín de Aranjuez, del 17 al 19 de marzo de 1808. Motín de inspiración fernandista y dirigido por la nobleza palaciana y el clero, que se aprovecha del descontento popular por la presencia de las tropas francesas en España y por la posible marcha de los reyes hacia Sevilla y después a América, como habían hecho los reyes portugueses. El día 17 se inician las protestas y el asalto al palacio de Godoy, que es detenido y Carlos IV lo cesa. El día 19 Carlos IV, ante las protestas, abdica, aduciendo motivos de salud, en Fernando. Con el motín el partido fernandino consigue la destitución de Godoy[8] y la abdicación de Carlos IV a favor de Fernando VII.
Carlos IV, arrepentido protesta por haber sido la abdicación forzada, quiere contactar con Napoleón para que no reconozca a Fernando y así recuperar el trono. Este también quiere el apoyo de Napoleón. Ambos, manejados por los ayudantes de Napoleón, que les indican la conveniencia de entrevistarse con Napoleón, marchan a su encuentro. Napoleón quiere una familia real desunida y ve la posibilidad de capturar a la familia real para obtener la corona de España y añadirla a su Imperio. Así, Fernando y Carlos salen de Madrid para encontrarse con Napoleón y entran en Bayona a finales de abril.  En España, Fernando dejó una Junta de Gobierno presidida por su tío el infante Antonio de Borbón, con órdenes de atender bien a los franceses. En Bayona, Napoleón obligó a Carlos (5 de mayo), ante los sucesos del 2 de mayo[9], a cederle sus derechos al trono de España, con la promesa de mantener la integridad de los reinos y la defensa de la religión católica en España; al día siguiente, Fernando cedió sus derechos a Carlos IV y en los días siguientes cederían sus derechos todos los miembros de la familia real.
Una vez llevadas a término las renuncias reales y la sumisión de las autoridades, en mayo, Napoleón, depositario de los derechos del Trono, encomendó al Lugarteniente del Reino, el general Murat (que había sido nombrado por Carlos IV el 4 de mayo para que gobernase el reino en su nombre mientras él estaba en Bayona) y a la Junta suprema de gobierno, que también preside ahora Murat, la convocatoria de una Diputación general o asamblea de notables de 150 personas, que se reuniría en Bayona para tratar el estado del reino de España.
            El 6 de junio, Napoleón nombró a su hermano José I Bonaparte rey de España. Para ratificarlo y darle al país una Constitución, ordenó a la Junta de Gobierno que había dejado Fernando VII la convocatoria de unas Cortes en Bayona para junio de 1808.           
            En las Cortes de Bayona se aprobó el Estatuto de Bayona (julio de 1808). Inspirado en las ideas de la Revolución Francesa intentó una serie de reformas para acabar con el Antiguo Régimen. El Estatuto establecía un sistema político basado en la monarquía autoritaria con una gran capacidad legislativa. En segundo lugar, fijaba un poder legislativo en dos cámaras (Senado y Cortes) que respetaban la estructura estamental, elegidas por sufragio censitario, y que no tenían muchas atribuciones. También reconocía la igualdad de los españoles ante la ley, impuestos y cargos. Finalmente, las reformas económicas serían implantadas muy lentamente.
El rey José la juró el 7 de julio y entró en España el 9 de julio
            El Consejo de Castilla, en agosto de 1808, no aceptó las renuncias de Bayona y reconoció a Fernando VII como rey “in absentia”. Por su parte, Gran Bretaña aceptaba a Fernando como rey de España.



OCUPACIÓN FRANCESA Y GUERRA INDEPENDENCIA
  Desde la firma del tratado de Fontainebleau (* usar lo anterior para completar) se produce la entrada de los ejércitos franceses, primero para la conquista de Portugal y después la ocupación y conquista de España. En noviembre de 1807 entran unos 20.000 soldados mandados por el general Junot, para reforzar el ejército español. El 30 de noviembre toman Lisboa. El 22 de diciembre otro ejército francés liderado por Dupont con 22.000 efectivos de infantería y 3.500 de caballería entró en España sin anuencia de la Corte española; y el 9 de enero, cruzó la frontera franco-española otro ejército al mando de Moncey con 25.000 efectivos de infantería y 2.700 de caballería. Los franceses empiezan a ocupar algunas ciudades como Valladolid, Burgos y Barcelona. En principio eran recibidos como aliados y libertadores, pero pronta cambia la actitud al darse cuenta de que actúan como conquistadores y a darse cuenta de la invasión. La familia real se traslada a Aranjuez, y allí se produce el motín que provoca la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en Fernando VII. Napoleón envía a su cuñando Joaquín Murat a Madrid, que fue ocupada por las tropas francesas el 23 de marzo de 1808, actuando como gobernador. Varios cuerpos de ejército franceses se despliegan por todo el territorio nacional: Burgos, Salamanca, Pamplona, San Sebastián, Barcelona o Figueras son ocupadas por los ejércitos franceses.
Carlos IV y Fernando VII, en sus disputas por el trono, se dejan manejar por Murat, para acudir a un encuentro con Napoleón para que él dirimiera en sus reclamaciones. Napoleón había pensado que ante el vacío de poder político en España podría obtener el trono de España sin muchas dificultades. Murat organiza la marcha de los reyes a Bayona, para entrevistarse con Napoleón. El día 10 de abril salió Fernando VII que llegó a Bayona el día 20 y ahí ya se entera de los planes de Napoleón de sustituir a los Borbón por los Bonaparte. El día 22 de abril sale Carlos IV y llegan a Bayona el día 30, siento recibidos como los verdaderos reyes. El día 2 de mayo estaba prevista la salida del resto de la familia real. El 1 de mayo Napoleón presiona a Fernando para que devuelva el trono a su padre, pero se niega. El día 5 de mayo, conocidos los sucesos del levantamiento del pueblo de Madrid contra los franceses, Carlos IV concluye la cesión del trono de España a Napoleón (con la promesa de mantener la integridad de los reinos y la defensa de la religión católica en España), y lo mismo hace Fernando VII. En los días siguientes firmaron la renuncia los demás miembros de la familia real.
La guerra se inició, el 2 de mayo, cuando el pueblo de Madrid se levantó contra el ejército francés que llevaba a la familia real (el infante Francisco de Paula) para Bayona. En el levantamiento no participan las autoridades españolas, Consejo de Castilla o Junta de Gobierno, ya que quedaran con las órdenes de los reyes de atender bien a los franceses.

Los motivos del levantamiento de las masas populares contra la ocupación francesa fueron:
è la defensa de la integridad nacional frente a un aliado traidor,
è la convicción del carácter tiránico de Napoleón, y
è el sentido patriótico.
            El Dos de mayo fue la rebelión de la Nación española contra los franceses, comenzada por las clases populares de Madrid contra el ocupante tolerado (por indiferencia, miedo o interés) por gran cantidad de miembros de la Administración. Al pueblo se unieron los artilleros del Parque de Monteleón que desobedecieron las órdenes de no enfrentarse a los franceses. Los héroes de mayor graduación de aquella jornada fueron los capitanes Luis Daoíz, Pedro Velarde y el teniente Jacinto Ruiz.
El movimiento fue duramente reprimido[10] por el general Joaquín Murat[11] (Bando que emite, fusilamientos del 3 de mayo), pero continuó por todo el país. El 2 de mayo el Bando de los alcaldes de Móstoles (firmado por Andrés Torrejón y Simón Hernández) hace el llamamiento a la defensa de España y es continuado por otras personas en distintas localidades apareciendo Juntas de Armamento y Defensa que asumían el poder en su jurisdicción, primero locales hasta formar una Junta Central, presidida por el conde de Floridablanca, que coordinó la defensa contra los franceses.
Las Juntas estaban formadas por representantes de la autoridad anterior (obispos, curas, capitanes generales, etc.) y nuevas figuras que se significaban contra la ocupación francesa. La creación de las juntas fue un acto de soberanía, ya que asumían la autoridad en nombre del pueblo que por primera vez se convertía en protagonista de la acción política. Estas Juntas eran instrumentos de autoorganización de la respuesta popular ante el vacío de poder, y se caracterizaron por:
è Tener un perfil revolucionario, al proclamarse soberanas.
è Representar una ruptura político-administrativa con el pasado.
è Asumir un poder sin limitaciones, que actuaba en nombre de Fernando VII y como responsable del pueblo/nación española.
El ejército tradicional, que estaba desplegado en Portugal y disperso por toda España, fue incapaz de detener el avance de los franceses, aunque hay que destacar la victoria del general Castaños en Bailén (19 de julio de 1808), que da esperanza y permite mantener, en principio, a los franceses lejos de Andalucía. Los franceses tienen que replegarse, incluso abandona Portugal. Pero después con la llegada del propio Napoleón Bonaparte ocuparán toda España y Portugal.
 En la guerra debemos destacar la fuerte defensa hecha por el pueblo, que desembocó en ocasión en los llamados sitios (Zaragoza, Palafox y Agustina de Aragón, Girona), es decir, en la resistencia de algunas ciudades para desgastar al ejército enemigo y permitir la reorganización del resto del país y las acciones de las guerrillas (El Empecinado, Espoz y Mina, el cura Merino). La guerrilla es una forma espontánea y popular de resistencia armada contra el invasor. Hostigaban constantemente al enemigo. Conocían el terreno y obligaban a los franceses a tener muchos soldados desplegados y que no tuvieran un perfecto control. La Junta Central y las Cortes intentaron regularizar sus acciones. La base social era fundamentalmente de campesinos. Había partidas, grupos, cuadrillas, Cuerpos de Voluntarios, Partidas de Cruzada, etc. El número de integrantes variaba notablemente, algunas acabaron integrándose y formando grupos muy numerosos (División Navarra de Espoz y Mina, Regimiento de Húsares de Burgos, 7º Ejército del general Gabriel de Mendizábal). Estaban dirigidas por antiguos soldados (Juan Díaz Porlier, Antonio Cuesta), campesinos (Francisco Espoz y Mina, Juan Martín “El Empecinado”), miembros del clero (Jerónimo Merino, el cura Merino; Juan Medieta, el Capuchino), desertores militares o contrabandistas. Sus acciones son fundamentales para la victoria en la guerra. Algunas guerrillas acabarán cayendo en el bandolerismo.
5.1.   LAS DIFERENTES FUERZAS POLÍTICAS
La invasión francesa obligó a la toma de postura por parte de las diferentes corrientes ideológicas:
               Los afrancesados, aceptaron el nuevo gobierno de José I (eran los josefinos) y participaron en él, unos por oportunismo y otros procedentes del despotismo ilustrado que creyeron que podían realizar las reformas necesarias para la modernización del país. Considerados traidores, al final de la guerra tuvieron que exiliarse.
               El frente patriótico, el grueso de la población que se opuso a la invasión, aunque entre ellos hay muchas diferencias:
               Los absolutistas o serviles: una parte de la nobleza y clero que pretendían una vuelta al absolutismo.
                Los ilustrados (Floridablanca, Jovellanos...) que pretendían el regreso de Fernando VII para que realizase reformas.
                Los sectores liberales que ven en la guerra el momento para transformar España en un sistema liberal-parlamentario; pretendían: soberanía nacional, división de poderes y una Constitución.

EL CURSO DE LA GUERRA
La resistencia popular impide el dominio francés. La defensa de Girona y Zaragoza resistieron durante meses el avance francés, y la derrota de Bailén (julio de 1808) los obligó a abandonar Andalucía. Napoleón tuvo que venir a España para intentar controlar todo el territorio, pero en 1812 la guerra con Rusia obligó a Francia a desdoblar el ejército. Así, fue incapaz de mantener dos frentes y, a finales de 1813, tuvo que abandonar España.
La guerra se divide en tres fases:
Primera fase: Ocupación de las tropas francesas de los lugares estratégicos (mayo-octubre 1808). Algunas ciudades, como Zaragoza y Girona se sublevaron y fueron sitiadas resisten (Zaragoza, febrero de 1809, Girona, diciembre de 1809). El ejército francés dirigido por el general Dupont, encargado de dominar Andalucía, fue derrotado en Bailén (julio 1808); obligándoles a retroceder hasta el Ebro, y José I abandonó Madrid y se trasladó a Vitoria-Gasteiz. Los ingleses, dirigidos por Wellington, tras ganar la batalla de Talavera (1809) se replegaron y resistieron en Portugal.
- Segunda fase: Predominio francés (octubre 1808-julio 1812). Napoleón entra en España con 250.000 soldados de la Grande Armée. El general Soult derrota al general británico John Moore en la batalla de Elviña en enero de 1909, supone la retirada de las tropas británicas. La Junta Central Suprema se traslada a Sevilla y posteriormente a Cádiz. Derrotas españolas (Uclés –Cuenca- y Ocaña –Toledo-) y rendición de Zaragoza y Girona (1809). Ocupan toda Andalucía a excepción de Cádiz (enero de 1810). Los franceses ocuparon oficialmente toda España, aunque en realidad solo dominaron las ciudades y grandes rutas, el campo se hallaba en manos guerrilleras.
- Tercera fase: ofensiva hispano-inglesa (julio 1812-1814). Se abre el frente ruso. Napoleón retira tropas de España. La Junta Suprema Central firmó con Inglaterra una alianza contra Napoleón. El ejército hispano-inglés al mando del duque de Wellington, derrotó a los franceses en Arapiles (julio 1812). Cambia la guerra: 1813 derrota francesa en Vitoria y San Marcial, Pamplona se rindió en octubre y a principios de 1814 evacuaron las últimas plazas en Cataluña.

El 11 de diciembre de 1813 Napoleón firmó el Tratado de Valençay, por el que reconocía como rey a Fernando VII, quien recobrará la corona el 22 de marzo de 1814.



[1]                      Hidalgo nacido en Badajoz, con una buena preparación cultural. Se integra en la Guardia de Corps real en 1784. Una parte de la historiografía lo acusa de mantener una relación amorosa con la reina María Luisa de Parma y ser el motivo de su rápido ascenso. Otros de ser un noble libre de influencias no vinculado ni con el grupo de Floridablanca ni con el de Aranda y solo leal y fiel a los reyes.
[2]                    Secretario de Despacho con Carlos III y Carlos IV, partidario de las reformas hasta la Revolución francesa. Después defiende posturas muy reaccionarias.  Con la llegada de Godoy es cesado y pasó por la cárcel.
[3]                    José Marchena Ruiz, político y escritor, exiliado en Francia participó muy activamente en la Revolución, incluso colaboró con Sieyès. Después participó en el gobierno de José I Bonaparte.
[4]                    Jovellanos fue expedientado por la Inquisición por sus ideas avanzadas. Nombrado por Godoy, en 1797, Secretario de Justicia. Fue cesado después y juzgado por la Inquisición y condenado a prisión en Mallorca.
[5]                    Francia devolvía los territorios españoles ocupados (Guipúzcoa…) y España entregaba Santo Domingo (los franceses ya ocupaban Haití).
[6]                    Sucede el 21 de octubre de 1805 cerca del cabo Trafalgar (Cádiz). Se enfrenta la armada franco española, mandada por el almirante francés P. Villeneuve y el español Federico Gravina, contra la armada británica dirigida por el almirante Horatio Nelson. La idea era distraer la flota inglesa para poder llevar a cabo la invasión del Reino Unido, pero el plan fracasó produciéndose la batalla que acaba con el proyecto de invasión.
[7]                    Godoy hizo llegar a Carlos IV, mediante anónimo, un supuesto plan, organizado por Fernando VII, para deshacerse de los reyes. Fernando VII y sus colaboradores son detenidos.
[8]                    Llevado a prisión, después liberado por Murat y trasladado a Francia. Fue despojado de todas sus propiedades y títulos en España. Murió en Paris en 1851.
[9]                    Levantamiento popular de Madrid dirigido por los capitanes Daoíz y Velarde y el teniente Ruiz para oponerse a la marcha del resto de la familia real para Bayona. Reprimido por el general Murat.
[10]                   Cuadro de Goya La carga de los mamelucos. Los mamelucos son soldados de origen turco que formaban parte de la guardia de honor de Murat. Los franceses cuentan en Madrid unos 35.000 soldados. Fusilamientos en la Moncloa, el Retiro, el Prado y la Montaña del Príncipe Pio.
[11]                 Murat, cuñado de Napoleón, mariscal de Francia, Gran duque de Berg. Fue gobernador de Madrid y dirigió las tropas francesas en España. Después rey de Nápoles.

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