14. EL CAMBIO DINÁSTICO Y LA GUERRA DE SUCESIÓN (CAUSAS DE LA GUERRA,
BANDOS EN CONFLICTO, LA PAZ DE UTRECHT)
Dada la falta de descendencia de
Carlos II, comenzó una red de intrigas en torno de la sucesión. Primero fue
proclamado heredero José Fernando de Baviera; su muerte complicó la
situación. Carlos II hizo nuevo testamento
el 3 de octubre de 1700 en favor de Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de
Francia y de su hermana, la infanta María Teresa de Austria. Mariana de
Neoburgo, su mujer, en cambio, apoyaba las pretensiones de su sobrino, el
archiduque Carlos de Austria, hijo del emperador Leopoldo I. Las pretensiones
del archiduque austríaco fueron respaldadas por Inglaterra y Holanda, las
tradicionales enemigas de España durante el siglo XVII, que además rivalizaban
con la Francia hegemónica de Luis XIV. Al morir el rey Carlos II en noviembre
de 1700 Felipe de Anjou salió para España y fue reconocido como rey por las
Cortes de Castilla, Aragón, Cataluña, Sicilia, Nápoles y Milán, jurando
respetar en cada territorio sus privilegios forales.
Los Habsburgo no aceptaron el
testamento, y las demás potencias europeas temían el engrandecimiento de la
posición de Luis XIV de Francia. El 7 de septiembre de 1701 Inglaterra, las
Provincias Unidas y Austria firmaron el Tratado de La Haya y en mayo de 1702
todos declararon la guerra a Francia y España. Se inicia la Guerra de Sucesión
(1702-1713/15). Un conflicto internacional y también interno ya que el interior
de España la cuestión sucesoria también dividió a los reinos peninsulares.
Castilla, las provincias vascas y Navarra fuero partidarias de Felipe, mientras
que Aragón (Aragón, Cataluña, Mallorca y Valencia, a partir de 1705 se
decantaron por Carlos, ante el temor a las tendencias centralizadoras y
uniformizadoras de los Borbón, que rompían la tendencia pactista de Aragón.
Entre las causas del conflicto podemos señalar: Impedir la hegemonía borbónica y defender la
candidatura de archiduque Carlos de H. Conseguir la división de las posesiones
españolas y obtener ventajas comerciales en el comercio colonial.
-a nivel interno: Se enfrentaban
dos modelos: el de los Austria, tradicionalmente pactista, que respetaba las
instituciones forales de los reinos y su diversa legislación y fiscalidad; y el
de los Borbones, que importaba el modelo francés absolutista, unificador y
centralizador.
La composición de los bandos:
Felipe V: Castilla junto con
provincias vascas y el reino de Navarra y Francia.
Carlos de Habsburgo: La Corona de
Aragón (Cataluña, Aragón, Valencia y Baleares), Austria, Inglaterra, Portugal y
el ducado de Saboya, Prusia y las Provincias Unidas.
El principio de la guerra fue
favorable a Carlos. Fue proclamado rey en Barcelona en 1705 y en 1710 toma
Madrid. Pero, en 1711, muere su hermano el emperador José I (1705-1711). Carlos
de Habsburgo pasaba a ser el emperador, por lo que la unión de con la Corona
española era ahora tan temida como la alianza de España y Francia. Así, ingleses y holandeses prefirieron acabar
la guerra y reconocieron como rey a Felipe V.
La guerra con las potencias
europeas finaliza con el Tratado de
Utecht (1713). El objetivo era mantener el equilibrio europeo (idea
inglesa). Felipe V es reconocido como rey de España y de las colonias
americanas (renunciando a los derechos sobre el trono de Francia), pero los
territorios europeos de la monarquía son repartidos: Austria obtiene: el
Milanesado, Flandes, Nápoles y Cerdeña; Saboya obtiene Sicilia (liderará la
unificación italiana); los Países Bajos: fortalezas en Bélgica y Gran Bretaña:
Gibraltar y Menorca, junto con el monopolio del comercio de esclavos con
América (Tratado de asiento de negros) y un navío de permiso para comerciar con
América.
El emperador Carlos no acepta el
tratado e intenta mantener la guerra, también en Cataluña. Pero Felipe V toma
Barcelona en 1714 (en 1715 ocupará Mallorca e Ibiza) y el emperador Carlos VI
acepta el tratado de Utrecht por las paces
de Rastatt y Baden (Alemania) de 1714.
Para España supone la pérdida de
posesiones (sobre todo en Italia) que años más tarde intentarán recuperarse
(Tratados de Familia con Francia). De este modo, los principales intereses
españoles pudieron concentrarse en preservar América. Pasamos a ser una
potencia menor.
15. LOS DECRETOS DE NUEVA PLANTA Y SUS EFECTOS
Con Felipe V de Borbón se tendrán
cambios en el sistema político, en la forma de gobierno y en la política
exterior, que están inspirados en el modelo francés. La idea es la construcción
de una monarquía absoluta y centralizada en la persona del rey, que pretende
uniformizar todo el territorio con las mismas leyes e instituciones. Acabar con
los diferentes reinos que formaban España y poner fin al sistema polisinodial
de gobierno de los Austrias. Se impone el reformismo y centralismo borbónico:
concentrar en pocas manos las decisiones políticas y controlar de modo más
efectivo todo el territorio. Incluso se tiene que subordinar el poder de la
Iglesia aplicando políticas regalistas (regalismo, doctrina que afirma la
superioridad de la autoridad real sobre la Iglesia en sus reinos). Este proceso
de construcción de un estado absoluto y centralizado comienza durante la Guerra
de Sucesión Española.
Los Decretos de Nueva Planta son un conjunto
de decretos promulgados entre 1707 y 1716, por el rey Felipe V de Borbón, vencedor
de la Guerra de Sucesión Española, por los cuales quedaron abolidas las leyes e
instituciones propias del Reino de Valencia y del Reino de Aragón el 29 de
junio de 1707, del Reino de Mallorca el 15 de noviembre de 1715 y del
Principado de Cataluña el 16 de enero de 1716, todos ellos integrantes de la
Corona de Aragón que se habían decantado por el archiduque Carlos. Se impone la
organización política y administrativa de Castilla a todo el territorio
(excepción de Navarra y provincias vascas). No serán aplicadas a los
territorios de Navarra y las Provincias Vascas, por mantenerse fieles a Felipe
V.
Entre los efectos que se producen podemos señalar:
Se potencia la figura del rey. El
monarca tiene todo el poder, y el mismo poder, en todos los territorios.
Excepción: conservación de los fueros vasco-navarros.
Se unifican todas las formas de
gobierno desapareciendo las instituciones propias de la Corona de Aragón. El
Consejo de Aragón fue abolido y el de Castilla quedó como órgano esencial de
gobierno ya que contaba con funciones consultivas, legislativas y judiciales y
actuaba como Tribunal Supremo de Justicia. Se integran en las Cortes de
Castilla los representantes de la Corona de Aragón, que pasan a ser como unas
Cortes españolas.
Desaparecen los reinos y aparecen
las provincias, gobernadas por un capitán general (desaparecen los virreyes
salvo en América), con funciones militares y administrativas (militarización de
la administración). En las ciudades se potenciaba la figura del Corregidor para
el control y subordinación al poder del rey.
Se crearon los Intendentes (de
inspiración francesa) que dependían directamente del rey y tenían como misiones
la recaudación de impuestos y dinamizar la economía, controlar las autoridades
locales, cuidar de las reales fábricas, confeccionar mapas, hacer censos...
Se someten todos los súbditos al
mismo ordenamiento jurídico de Castilla. Los tribunales judiciales fueron
modificados mediante la creación de Audiencias en Zaragoza, Valencia, Mallorca
y Barcelona a imitación de las de Castilla.
Se eliminan las aduanas entre
Castilla y Aragón, lo que favorece al comercio catalán. Se aplica una sola
lengua administrativa, el castellano.
La reordenación se extiende
también a la Hacienda. El modelo impuesto estaba basado en un único impuesto de
cuotas fijas, repartido en función de la riqueza de los vecinos, que habría de
inspirar el proyecto de Única Contribución que intentó implantar en Castilla en
marqués de la Ensenada. La idea era que la Corona de Aragón contribuyera como Castilla
en los gastos de la Corona: llevó el nombre de catastro en Cataluña,
equivalente en Valencia, contribución única en Aragón y talla en Mallorca.
Los Decretos de Nueva Planta son
un avance en la construcción de un estado centralizado y la administración
mejoró en su eficacia. Pero el resultado final fue un proceso incompleto en
cuanto a la aplicación de medidas y a su extensión sobre el territorio, ya que
las Provincias Vascas y Navarra conservaron su régimen foral, por su fidelidad
a Felipe V durante la guerra de Sucesión y muchas tierras y personas siguieron
bajo la jurisdicción de los señores feudales.
16. EL REFORMISMO BORBÓNICO EN GALICIA (LA MATRÍCULA DE MAR, EL ARSENAL
DE FERROL, LA APERTURA DEL COMERCIO COLONIAL).
En
Galicia coexistieron las viejas instituciones creadas por los Austrias con una
nueva institución fruto del reformismo borbónico: la Intendencia del Reino de
Galicia. Creada en 1712 y establecida en 1718. El Intendente tenía amplias
competencias en temas relacionados con el ejército (recluta, alojamiento de
tropas, abastecimientos, fortificación de ciudades), hacienda (administración y
control de las rentas y contribuciones reales), justicia y policía. Su sede
estaba en A Coruña, convirtiéndose en la principal institución potenciadora del
desarrollo económico de Galicia. El cargo desaparece a partir de 1775 con la
muerte del último intendente. Esta institución tendrá conflictos casi
constantes con el Capitán General y con la Audiencia por la duplicidad de funciones
en todas las materias, por lo que su funcionamiento será muy irregular durante
todo el siglo.
Galicia
mantuvo su importancia estratégica como baluarte en la defensa del imperio
colonial americano, frente al paso de las armadas enemigas, sobre todo
inglesas. Entre las principales realizaciones destacan:
El arsenal de Ferrol y las fortificaciones costeras. Por su
posición geoestratégica, Galicia se convirtió en el lugar en el que recibir y
rechazar los ataques de las flotas extranjeras (inglesas) que se dirigían a
saquear las ciudades costeras españolas o a capturar los barcos del comercio
colonial. Ante esta situación la costa fue reforzada con la construcción de
castillos y baterías de defensa. En 1726 José Patiño decidió establecer en
Ferrol la sede del Departamento Marítimo del Norte y una base de las Armadas
reales. Con el marqués de la Ensenada, a partir de 1746, se inició la
construcción de los astilleros y del arsenal que convirtieron a Ferrol en la
principal ciudad de Galicia y en objeto de admiración por los extranjeros.
Para la formación de los mandos
militares de la Armada se creó, en 1776, la Academia de Guardias Marinos. La
llegada masiva de población a Ferrol obligó a añadir los barrios nuevos
Esteiro, para trabajadores y el de Magdalena, sobre todo para oficiales de la
Armada; el diseño de estos barrios siguió el modelo de cuadrículas que era el
preferido por los arquitectos ilustrados.
Estos cambios supondrán una gran
transformación en la ciudad y alrededores al crearse los astilleros y
arsenales. Cambios urbanísticos y sociales y desarrollo de actividades de tipo
industrial en una región esencialmente agraria.
La Matrícula de Mar fue un sistema de inscripción marítima que
buscó garantizar y mejorar la oferta de tripulaciones para la Armada. Fue
establecida en el siglo XVI (1625), reformada con Felipe V con la Ordenanza del
Infante Almirante de 1737 y definitivamente consolidada con la Ordenanza de
1751. La mejora de la Armada pasaba para el reformismo borbónico por la
ordenación racional del territorio costero (creación de los tres departamentos
marítimos en 1726 de Cartagena, Ferrol, y Cádiz), la recluta de soldados para
los barcos de guerra (la matrícula de mar) y la formación de los soldados
(creación de Academias de Guardias Marinos). La Matrícula de Mar (similar a las
"quintas" para el Ejército) se basaba en la obligación de servir en
la marina de guerra a todos aquellos jóvenes que luego quisieran ejercer
oficios relacionados con el mar. Eran los matriculados. Eran tres listas de
matrícula: la marinería, la maestranza (carpinteros, toneleros, etc.) y
embarcaciones. Teóricamente, el servicio naval se compensó con privilegios de
orden militar (la exención de quintas y de levas para el Ejército de tierra),
jurisdiccional (el fuero de Marina), económico (la controvertida exclusividad
para el desempeño de las actividades marítimas, actividades pesqueras,
marisqueo y explotación de algas (fertilizante) y también para tener empleos en
la navegación) y la exención de alojamientos (obligación de dar alojamiento a
soldados) y de ciertas cargas municipales. La matrícula fue complicada de
gestionar, posiblemente desalentó las inversiones en el sector pesquero
(reducción de pescadores, carpinteros… en tiempos de guerra), no logró el
alistamiento y control de todos los profesionales del mar ni cubrir por
completo las demandas de hombres para la Armada en tiempo de guerra.
La apertura del comercio colonial, Los Correos Marítimos y el comercio
con América. La eliminación del monopolio con América ejercido por Sevilla
y Cádiz favoreció a Galicia, sobre todo a Coruña. En 1764, el gobierno de
Carlos III estableció en A Coruña el Servicio de Correos Marítimos, una
compañía estatal de buques encargada de llevar la correspondencia al puerto de
la Habana y desde 1777 al de Buenos Aires, y también podía transportar personas
y mercancías, salvo en tiempo de guerra momento en el que se transformaban en
barcos de guerra. En 1765 el puerto de A Coruña fue autorizado a comercias
directamente con América. Con estas medidas se pretendía favorecer el
crecimiento comercial y la renovación urbanística y portuaria de la ciudad
(restauración Torre de Hércules, 1791).
Otras instituciones ilustradas
relacionadas con el reformismo del XVIII son: la fundación de la Academia de la
Agricultura del Reino de Galicia, promovida entre otros por Cornide Saavedra
que, aunque tenía como objetivo principal investigar las causas del descenso de
la agricultura gallega y alentar su desarrollo, no logro sus objetivos por los
enfrentamientos entre sus miembros. En 1785 se fundó El Real Consulado del Mar
de A Coruña, una institución que nace con el objeto de regular el tráfico
mercantil del puerto de la Coruña que desde 1764 tenía autorizado el comercio
con las colonias de América. Entre sus miembros figuran Lucas Labrada, que fue
su secretario. Realizó una intensa actividad (apoyo a las manufacturas,
creación de escuelas técnicas, edición de informes…). Entre sus realizaciones
destaca la restauración de la Torre de Hércules. Otras instituciones impulsadas
por el reformismo borbónico fueron las Sociedades Económicas de Amigos del País
de Santiago y Lugo, fundadas en 1784 y 1785. Para fomentar el desarrollo
económico de su territorio y lograr la participación de la nobleza y clero en
la regeneración. La de Santiago fomentó las industrias textiles a partir del
lino y del cáñamo y estableció una escuela de hilado y una industria de
mantelería, etc., y difundió sus novedades a través de la Revista Económica. La
de Lugo, con menor actividad, también promovió la industria textil y la
creación de escuelas de primeras letras.
17. LAS IDEAS DEL PENSAMIENTO ILUSTRADO
La ilustración surge a finales
del XVII en el Reino Unido, pero es en Francia, a lo largo del XVIII, el siglo
de las Luces (la luz de la razón combate las tinieblas), donde encuentra su
centro difusor. Es una nueva corriente de pensamiento que se caracteriza por la
utilización de la razón para la comprensión de la realidad. Nada puede estar
por encima de la razón, ni la autoridad, ni la tradición, ni la revelación.
Sólo con la razón se podría alcanzar el conocimiento, que es la base de la
felicidad. Por eso defiende la educación y el progreso. La idea del pensador
ilustrado es aplicar la razón para conocer la naturaleza, resolver los
problemas y mejorar la sociedad.
La
introducción y difusión de las nuevas ideas ilustradas en España fue lenta y
difícil. La ausencia de amplios grupos burgueses, el anquilosamiento y
conservadurismo de los medios intelectuales universitarios y el enorme peso de
la Iglesia obstaculizaron la difusión hasta la segunda mitad del siglo XVIII.
Durante el reinado de Felipe V y de Fernando VI, se denomina protoilustración,
estaba encabezada por los llamados proyectistas (por elaborar proyectos para el
gobierno) y los novatores (por querer innovavar en el pensamiento y en la
ciencia, entre ellos destacan Feijoo y Mayans. A partir de 1750-1760 surgió una
generación de pensadores plenamente ilustrados; Campomanes, Floridablanca,
Olavide, y destaca Cornide en Galicia. No formaban un grupo homogéneo, pero
coincidían en el interés por la ciencia, el espíritu crítico y la idea de
progreso. Aunque con varios decenios de retraso respecto a algunos países
europeos, en esencia se expandieron los mismos principios y se intentaron
parecidas reformas.
Las
ideas de la Ilustración calaron en una minoría de intelectuales españoles
pertenecientes a la baja nobleza y a la burguesía. El principal obstáculo a su
difusión fue el fanatismo religioso y el temor a la Inquisición.
En
general la ilustración española fue más moderada y prefirió colaborar con la
Corona (reformismo y despotismo ilustrado), era partidaria de compaginar las
reformas con el mantenimiento del orden establecido.
La
preocupación básica de los ilustrados era encontrar soluciones a la decadencia
española. Para ello propugnaban:
La
crítica a la realidad vigente, a la ignorancia, a la falta de cultura, al
atraso técnico y económico, a los prejuicios sociales y a los abusos de los
poderosos.
Un
primer objetivo era una reforma del sistema educativo, primando el estudio de
las ciencias, para lograr un progreso técnico y científico. Defendieron la
necesidad de una enseñanza útil y práctica, obligatoria para todos los niveles,
común a los dos sexos, impregnada por los nuevos conocimientos y relacionada
con el extranjero. Creación de Escuelas Técnicas y Academias (Lengua,
Historia…).
Un
segundo objetivo: la economía. Preocupación básica. Conscientes del atraso del país que provenía
de la gran cantidad de tierras amortizadas en manos de la nobleza y el clero y
del desconocimiento de las nuevas técnicas e inventos. Algunos criticaron la
miseria en la que vivía el campesinado, el predominio de la propiedad privada
vinculada, el escaso rendimiento de los montes. Potenciaban el desarrollo de
las actividades económicas fomentado por las “Sociedades económicas de amigos
del País” (la Bascongada creada en 1765); en Galicia destacó el Real Consulado
de La Coruña (1785). También el desarrollo de la prensa para difundir esas
ideas: El Pensador, El Censor, las tertulias de salón en donde se reunían las
personas cultas como un medio para intercambiar experiencias. Además, los
ilustrados criticaban a los estamentos privilegiados, por considerarlos clases
improductivas, que paralizaban la modernización de España.
Carlos III impulso parte de estas
ideas de la Ilustración uniéndolas con el absolutismo monárquico, fue llamado
el despotismo ilustrado. Reforzar el poder del rey, impulsar las reformas para
aumentar la riqueza y la felicidad de los súbditos, pero sin contar con ellos:
“todo para el pueblo pero sin el pueblo”. Se apoyó en los partidarios de las
reformas y buscó la colaboración de los nobles. Pero tuvo que hacer frente a la
oposición de los privilegiados y a la ignorancia de las masas populares. Un
ejemplo de esa oposición lo constituye el motín de Esquilache.
Las reformas ilustradas presentan
un balance positivo: se mejora la Administración, se hacen progresos en las
actividades comerciales, agrícolas e industriales, en la educación, en el
urbanismo.
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