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jueves, 23 de mayo de 2019

TEORÍA COMPOSICIÓN 21: EL FRANQUISMO: POLÍTICA ECONÓMICA


COMPOSICIÓN 21: EL FRANQUISMO: POLÍTICA ECONÓMICA

ORIENTACIONES GRUPO TRABAJO: Sempre tendo en conta a información subministrada polos documentos, o alumnado deberá demostrar que coñece a política económica do franquismo nas súas distintas etapas: os principais trazos da política autárquica característica da primeira fase (período de illamento internacional e bloqueo económico); a política de liberalización económica desenvolvida polo goberno dos tecnócratas; as causas e consecuencias do chamado Desarrollismo e os efectos da crise económica internacional no tardofranquismo.


La política económica del franquismo la podemos dividir en dos grandes etapas: la primera que se extendería entre 1939-59, la etapa de la autarquía, y la etapa de 1959 a 1975, que se puede denominar del desarrollismo.

La guerra remató con la etapa de crecimiento económico de los treinta primeros años de siglo. Después de la Guerra Civil se va a dar una etapa de estancamiento económico en el que se afianza un capitalismo corporativo. La economía estará muy protegida, y el Estado asumirá un gran protagonismo en la producción.

LA POLÍTICA AUTÁRQUICA

El establecimiento de la política autárquica (de autoabastecimiento) parte de los siguientes elementos: situación de destrucción después de la Guerra Civil y la falta de capital, inicio de la Segunda Guerra Mundial y posterior aislamiento, culminación de las tendencias proteccionistas, defensa de lo español e interés político por controlarlo todo.
Las autoridades franquistas pretendían convertir a España en una nación autosuficiente. Para eso se va a orientar toda la producción interior al aprovechamiento de los recursos propios y substituyendo, en todo lo posible, los productos extranjeros por los nacionales. Esto va a llevar a una fuerte intervención de la Administración en la economía, que no es solo fruto de la política económica, sino también de la imposición de la política internacional (Guerra Mundial y aislamiento) y del interés del Estado por controlarlo todo.
Para conseguir la autosuficiencia había que:
-          férreo control del comercio exterior para reducir las importaciones.  (hay que impedir las importaciones que no sean imprescindibles y las que sean necesarias hay que reducirlas, para evitar la salida de capital). El modo de conseguir el control es mediante la concesión de licencias administrativas por parte del ministerio de Industria y Comercio. Solo se permite importar cereales, maquinaria, petróleo y materias primas. Las exportaciones eran muy pocas, solo cítricos y materias primas para la industria bélica (wolframio para Alemania, por la ayuda de la Guerra Civil), que no compensan la balanza de pagos.
Para el control interior se crean: la comisaria de abastecimientos y transportes (1939) y la fiscalía de tasas y Junta de precios; se establece el racionamiento y las cartillas de racionamiento.

-          el desarrollo de la industria de forma rápida para garantizar la autosuficiencia. Para eso se promulgan leyes para proteger y fomentar la industria (Ley de Protección y Fomento de la Industria Nacional, Ley de Ordenación y Defensa de la Industria Nacional, la dos de 1939). El Estado concede la autorización para la creación de industrias de bienes de equipo, al tiempo que impone restricciones a las inversiones extranjeras. Pero ante la falta capital privado y como no se construyen industrias, en la década de los 40, el Estado se convierte en un gran empresario: se nacionalíza RENFE y la Compañía Telefónica, y en septiembre de 1941 se crea el INI (Instituto Nacional de Industria): un conglomerado de empresas públicas para industrializar rápidamente ante la falta de iniciativa privada. Inversiones, sobre todo, en la producción de energía (ENDESA) y construcción de embalses[1], material de transporte (SEAT, CASA), siderurgia, construcción naval (ASTANO) (industrias de carácter estratégico para el conjunto de la economía del país).

-              En cuanto a la agricultura: En principio se continuó con la contrarreforma agraria iniciada en la guerra, a través del Servicio de Reforma Social de la Tierra, pero solo beneficiaba a los terratenientes. Se intentan incrementar las producciones, pero la falta de maquinaria, abonos, malas condiciones meteorológicas (“la pertinaz sequía”, años 44, 45, 46) provocaron unos resultados negativos: no se recuperan las producciones de antes de la guerra y sigue el racionamiento hasta los años 50 (hambre, importaciones, mercado negro –se vende casi un 50%-).
Los resultados de esta política autárquica fueron negativos: una situación de atraso y estancamiento, con una economía poco competitiva donde la escasez, el tráfico de influencias y corrupción eran frecuentes. Y con los niveles de producción son muy bajos. La falta de abastecimientos impone el racionamiento (Cartillas de racionamiento –también para los productos industriales-) viéndose la población obligada a acudir al mercado negro y a los estraperlistas. Todo regulado por la Comisaria de abastecimientos y transportes.

ABANDONO DE LA AUTARQUÍA

Estos malos resultados de la economía ponían al régimen de Franco en una situación muy difícil, incluso aparecen algunas protestas (algún intento de huelga…). Había que abandonar la política autárquica.  España necesitaba ayuda extranjera e integración en el mercado internacional para desarrollar el capitalismo.

La solución a esa situación viene de la mano de los EE.UU. La política anticomunista de España era favorable a los intereses americanos en el contexto de la “guerra fría”. Por eso USA ayudó a desbloquear a España y a facilitar la entrada en los organismos internacionales. Apertura de la frontera francesa, entrada en organismos internacionales, etc. (aunque España no recibe las ayudas del plan Marshall). El punto final de esta alianza fue el acuerdo Hispano-americano de 1953 para el uso de 4 bases militares (Zaragoza, Rota, Morón e Torrejón, en caso de ataque de la URSS) a cambio del pago de 1500 millones de dólares, maquinaria y alimentos. España y USA eran aliados, culminará esa amistad con la visita del presidente Eisenhower en 1959.

Estas ayudas, junto a las buenas cosechas agrícolas, permitieron poner fin al racionamiento (1951) y salvar la bancarrota en la que se encontraba la economía. La economía empieza a crecer: más industrias, más crecimiento urbano, reducción de la agricultura, aumento demográfico…
               Pero era necesario salir de la autarquía, España necesitaba ayuda extranjera e integración en el mercado internacional para desarrollar el capitalismo. Por eso se inicia un proceso liberalizador dando entrada, a partir de 1957, a unos ministros favorables al aperturismo económico.

Franco en 1957 formó un nuevo gobierno que se decantó por la liberalización económica. Entran los tecnócratas vinculados al Opus Dei encabezados por Laureano López Rodó, Navarro Rubio, López Bravo, etc.

Comenzaron a cambiar poniendo unas medidas preestabilizadoras. El punto definitivo de esta política es el decreto-ley de Nueva Ordenación Económica (21 de julio de 1959) conocido como Plan de Estabilización[2], que contó con la aprobación de los organismos internacionales FMI (Fondo Monetario Internacional) y OCDE (Organización Europea para la Cooperación y el Desarrollo) en los que entró España en 1959 y que concedieron importantes créditos.
Entramos en la segunda etapa de la política económica, el desarrollismo de 1959 a 1975.

Los objetivos del Plan de Estabilización eran los siguientes:

-          Cortar la inflación y sanear las cuentas exteriores: limitar el gasto del sector público, elevar los tipos de interés (para frenar el crédito) frenar importaciones especulativas, liberalizar el comercio exterior, frenar demanda, estabilizar precios, nuevo cambio de la peseta (60 pesetas por dólar), liberalizar las importaciones de capitales, etc.
-          Deshacer el capitalismo corporativo y establecer un modelo de economía de mercado semejante a la de Europa occidental.

El Plan de Estabilización sentó las bases para el crecimiento. Los efectos fueron positivos: se redujo la demanda y la inflación, saneamiento del comercio exterior..., pero a costa de la congelación salarial y un aumento del paro que encontrará una solución con la fuerte emigración a Europa, que se inicia en los años 60 (vive una fase de prosperidad económica).

Para alcanzar los objetivos planteados en el plan de Estabilización el Estado va a desarrollar la PLANIFICACIÓN INDICATIVA: Las ideas eran: aumentar las producciones, conectar con la economía europea, reducir el paro, redistribuir más equitativamente las rentas, hacer más flexible el sistema económico.

En 1962 se creó la Comisaría del Plan de Desarrollo (dirigida por López Rodo) que intentó copiar el modelo francés de planificación indicativa. Se van a elaborar tres planes: I Plan de Desarrollo (1964-67), II Plan de Desarrollo (1968-71) e III Plan (1972-75). Los planes pretendían programar el crecimiento de la economía, sobre todo de la industria, y de determinadas zonas que estaban atrasadas pero que tenían posibilidades de crecimiento. Se pusieron en marcha los Polos de Desarrollo y los Polígonos industriales, para extender la industria y corregir los desequilibrios regionales (Burgos, Vigo, A Coruña, Valladolid, Zaragoza, Huelva y Sevilla). Los planes constaban de dos partes: una, de carácter indicativo (eran las proyecciones de crecimiento), y otra, de carácter vinculante para a administración (indicativa para los particulares) concretada en el programa de inversiones públicas, créditos, ventajas fiscales, etc.

La planificación tuvo un éxito importante, unas tasas de crecimiento medio próximo al 7% anual (superior al resto de Europa). Fue presentado por el régimen como “el milagro económico español”. Pasamos a ser la décima potencia mundial. Crecen todos los sectores industriales: producción de energía-embalses, industrias de base, de bienes de consumo (el automóvil -600-), también crece la agricultura, las ciudades, carreteras…
 Por el contrario, no evitó los desequilibrios regionales, ni sociales, ni la dependencia exterior (de capital y tecnología) y permitió la entrada de capital extranjero en las grandes empresas españolas. Los grandes problemas de la planificación fueron: no ser verdaderamente indicativos (proyecciones mal hechas y no revisadas), no fueron verdaderamente vinculantes (inversiones que no se cumplieron), no fueron equilibradores (agudización de desequilibrios interprovinciales y sociales), eran demasiado técnicos y manejaban estadísticas poco fiables. Por estas razones se habla de “desarrollismo” y no de verdadero desarrollo.

LOS PILARES sobre los que se asentó el éxito de la planificación fueron:

-          LA EMIGRACIÓN: válvula de escape al paro y a la tensión sobre los salarios. Los efectos son: descenso del paro en España, entrada de divisas (compensa la Balanza de Pagos), aumento del consumo en España.
-          EL TURISMO: Pieza clave del “milagro español”. Pasó de un millón de turistas en 1952 a 34,5 millones en 1973. Proporcionan la entrada de divisas y compensan la Balanza de Pagos.
-          EL CAPITAL EXTRANJERO: en 1959 se liberalizaron las inversiones de capital extranjero que vieron en España un buen lugar para invertir por: estabilidad política, ilegalidad de las huelgas y mano de obra barata. La inversión será sobre todo americana y dirigida a: construcción de materiales de transporte, química, alimentación y eléctrica. Fue muy beneficiosa, pero provocó: desnacionalización de sectores básicos, entrada de multinacionales y más dependencia tecnológica y comercial.

LOS LÍMITES DEL “DESARROLLISMO” Y LA CRISIS DE 1973-75

El crecimiento económico no fue constante ni homogéneo. Hay también desequilibrios muy fuertes en la distribución de los beneficios entre la población y sectores. Se produjo un deterioro progresivo de la renta agraria y se acentuaron las desigualdades sociales. Las causas: apoyo a las clases altas y grandes empresas, sistema fiscal que daña a la clase trabajadora, fraude fiscal.
Por otra parte, existían unos grandes desequilibrios regionales: cinco provincias concentraban en 1973 el 43% de la producción total.
En esta situación se inicia la crisis de 1973 por el efecto de la crisis mundial del petróleo (alza precios consecuencia de la guerra del Yom Kipur entre árabes e Israel en 1973) ), y se agrava durante 1974 (confluyendo con el proceso político) y se desencadena en 1975: el PIB crece menos del 1%.
En 1975 se produce estancamiento económico acompañado de inflación (estanflación). Aumenta el paro y baja la renta. Era necesario un cambio en la economía.
El paro se disparó al frenarse también la emigración. La inflación crece, se devalúa la peseta, las empresas reducen su actividad (cierres, etc.), aumenta la conflictividad social. Se hace necesario un cambio en la economía.





[1]              Se construirán en toda la época más de 500 embalses. La capacidad de los pantanos existentes era de 3.930 Hm³, a su muerte se sitúa en 40.264 Hm³
[2]              Se caracterizaba por la introducción de medidas liberalizadoras.

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