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jueves, 23 de mayo de 2019

TEORÍA COMPOSICIÓN 12. EL MOVIMIENTO OBRERO (SEXENIO DEMOCRÁTICO Y RESTAURACIÓN)


COMPOSICIÓN 12. EL MOVIMIENTO OBRERO (SEXENIO DEMOCRÁTICO Y RESTAURACIÓN)

ORIENTACIONES GRUPO DE TRABAJO: Sempre tendo en conta a información subministrada polos documentos, o alumnado terá que contextualizar a expansión do movemento obreiro no período político do Sexenio Democrático, relacionándoo co recoñecemento de dereitos na constitución de 1869 e coa influencia da AIT. Tamén deberá ofrecer unha explicación básica dos principios esenciais defendidos polas ideoloxías obreiras anarquista e marxista/socialista (obxectivos e medios empregados para a súa consecución). Así mesmo, cumpriría que se referise á evolución do movemento obreiro no último terzo do século XIX, sinaladamente da Restauración, como momento de consolidación das organizacións de traballadores e do recoñecemento dos sindicatos, sen esquecer os episodios represivos.     

Hacemos una alusión/referencia a la situación anterior al Sexenio…      CONDICIONES DE VIDA Y TRABAJO.. RESUMEN MUY GENERAL PARA PONERNOS EN EL INICIO DEL SEXENIO.
           
Los inicios del movimiento obrero se desenvuelven parejos a la industrialización, de modo que este grupo no alcanza importancia numérica significativa hasta el siglo XX. Eran trabajadores procedentes del campo y también de los talleres artesanales, arruinados por la competencia de las máquinas. Los obreros industriales tuvieron que soportar unas duras condiciones de vida: jornadas extenuantes, pésimas condiciones de trabajo, códigos y disciplina laboral para favorecer al empresario, salarios ínfimos, trabajo infantil, explotación laboral, viviendas y barrios obreros insalubres, falta de higiene, enfermedades (venéreas), alimentación muy deficiente, esperanza de vida muy baja, mortalidad más elevada que la burguesía, no acceso a la educación, impuestos elevados…. por lo que tuvieron que organizar acciones reivindicativas para ir logrando mejoras salariales y laborales.
Con la instalación del liberalismo son suprimidos los gremios y los trabajadores no tenían ningún tipo de organización asociativa, a excepción de las asociaciones de ayuda mutua que solo servían para ayudarse en caso de una desgracia, pero que no tenían una función reivindicativa. Por eso los obreros comienzan a protestar y a intentar organizarse cuando se introducen las máquinas, aumentan los trabajadores asalariados y empeoran las condiciones de vida y trabajo. Irán naciendo sociedades de socorro mutuo o resistencia y los sindicatos por oficios.
Las primeras formas de lucha y protesta serán los motines (que se realizarán durante todo el siglo) y las acciones ludistas (los ataques a las fábricas), pero con ellas los obreros no consiguen nada (se quedan sin trabajo y los empresarios y el estado los reprime duramente) por lo que tendrán que organizarse mejor para desarrollar una forma de lucha más organizada que será la huelga. La huelga es ilegal durante todo el XIX, castigada duramente en el código penal. No es tolerada hasta 1902, y reconocida legalmente en 1909.También se dieron cuenta los trabajadores que la lucha tenía que tomar otro camino, el poder tener sociedades para defender sus intereses.
            Así en la década de los treinta aparecieron sociedades (al amparo de la orden de 28 de febrero 1839 que permite las sociedades obreras de ayuda mutua y beneficencia) que en principio son de oficio y tienen solo un carácter mutual, para ser después más reivindicativas (mejoras salariales...). De este modo, en 1840 se fundó en Barcelona el primer sindicato: la Asociación de Tejedores de Barcelona.  Estas asociaciones, en principio reconocidas, son prohibidas por el Regente, Espartero, y tienen que pasar a la clandestinidad, aunque mantienen sus peticiones. En la década moderada la situación de los trabajadores empeoró, ya que se vuelven a dictar órdenes de prohibición (en 1844 se ilegalizaron las sociedades obreras) y los conflictos son constantes. La represión es dura y las sociedades tienen que desenvolver su labor desde la clandestinidad.
            Durante el Bienio progresista, a partir del conflicto de las selfactinas de 1854 en Barcelona son reconocidas las Sociedades Obreras y autorizadas debido a la masiva petición de los obreros. En Madrid en 1854 se funda el primer semanario obrero en España, El Eco de la clase obrera. En 1854 apareció en Barcelona la primera Confederación de Sociedades Obreras de España. Su denominación fue «Unión de clases». Luchan por conseguir el derecho de asociación. Pero el gobierno contestó con represión. Dimitió Espartero y entra O´Donnell y se pasa u otro momento de clandestinidad.    Después del Bienio, durante el gobierno de la Unión Liberal volverán a ser prohibidas. Pero el asociacionismo obrero continuó su marcha en la clandestinidad.  También se produce una calma en sus reivindicaciones, en parte por la represión y por la buena marcha de la economía.
Desde finales del Bienio hasta el Sexenio el sindicalismo se hace más fuerte, desde las asociaciones de oficio a las uniones locales y de éstas a la federación regional de clases. En los años 1864 a 1868, hubo una cierta tolerancia gubernamental que permitió reconstruir las sociedades de resistencia obrera. Al tiempo se produce un aumento en la formación cultural y de conciencia de clase y política de los trabajadores. Desde instituciones como el Fomento de las Artes de Madrid o el Ateneo de la Clase Obrera de Barcelona, se dan clases a los trabajadores y se difunden ideas socialistas.  Estas asociaciones van tomando más fuerza y entran en contacto con los movimientos europeos, con los que empiezan a relacionarse.  (relación con el doc. Del modelo de examen: mensaje de las asociaciones obreras de Cataluña al Congreso de Bruselas de 1868, realizado en vísperas de la Revolución septembrina, aun en la ilegalidad, acude un representante español al III Congreso, el de Bruselas, de 1868, Antonio Marsal Anglora). Por su parte, el Consejo General de la AIT, sito en Londres, se ocupó de España en diversas ocasiones, pero siempre sin eficacia y a través de la correspondencia. En diciembre de 1868 se convocará un Congreso Obrero en Barcelona a instancias de la Dirección Central de Sociedades Obreras de Barcelona, en el que participan 61 sociedades catalanas; entre los acuerdos destacan: el apoyo al establecimiento de la República Federal y a la participación de la clase obrera en las elecciones y la decisión de publicar un semanario con el nombre de La Federación.
            Durante el Sexenio Democrático es cuando maduran las organizaciones obreras, toman conciencia de clase y entran en contacto con las ideologías dominantes en Europa. Y al igual que en la Primera Internacional, se producirá una separación entre las ideas marxistas y anarquistas.
            Desde ese momento van a desarrollarse numerosas asociaciones de obreros, con un número de obreros no muy numerosos, y que responden a una variada tipología asociativa: sociedades de oficios, cooperativas, socorros mutuos, sindicatos, etc.  Y que estarán influenciadas por diversas ideologías, entre las que se pueden destacar: el anarquismo, el socialismo o el sindicalismo católico.
            En Cataluña, en 1869, en el contexto de la concesión del derecho de asociación, se van a reunir varias asociaciones textiles en una sola, la llamada Federación de las Tres Clases de Vapor. Comenzaron con unos 1000 afiliados y alcanzaran los 30000 en 1886. A partir de ahí comenzará su declive. No tienen un alto nivel de afiliación, al igual que el resto de asociaciones.
            Por lo que respecta a las sociedades que estarán influenciadas por las ideas anarquista y socialistas: partimos de la fundación de la Primera Internacional o Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) fue fundada en Londres en 1864, que fue una organización que agrupó inicialmente a los sindicalistas ingleses, anarquistas y socialistas franceses e italianos republicanos. Sus fines eran la organización política del proletariado en Europa y en el resto del mundo, así como un foro para examinar problemas en común y proponer líneas de acción. Colaboraron en ella Karl Marx, Friedrich Engels (marxistas o socialistas) y Mijaíl Bakunin (anarquistas).
            En noviembre de 1868, el gobierno provisional de Serrano, decretó el derecho de asociación. En octubre ya habían llegados los enviados de la Internacional, para formar sindicatos y que se adhiriesen a la Internacional. Previamente había tenido contacto entre algunas asociaciones españolas y la AIT. El primero fue Giuseppe Fanelli (enviado de Bakunin), y a partir de ahí se crean las primeras asociaciones que se unían a la A.I.T. en Madrid y en Barcelona. (ya se habían tenido unos mínimos contactos, (doc del examen) pero había que extender en España las ideas de la AIT).
            Fanelli difundió las ideas anarquistas como si fuesen de la A.I.T.:  contrarios a la participación política y a la propia existencia del Estado, sustituido por “la unión universal de las libres asociaciones”, además de una postura claramente anticlerical. La Alianza para la Democracia Socialista, corriente dentro de la AIT de Bakunin, había sido disuelta en la AIT y sus estatutos prohibidos. Pero sus ideas son las que extiende Fanelli y son el punto de partida para el triunfo definitivo del anarquismo como la gran ideología obrera española de la segunda mitad del siglo XIX, que tendrá un gran peso en Cataluña y Andalucía, mientras que el socialismo tendrá más apoyos en el centro y norte de España.
             En junio de 1870 se celebra en Barcelona el 1º Congreso Obrero Español donde se constituyó la Federación Regional Española dentro de la Internacional. Pero pronto surgieron las diferencias entre la corriente anarquista y la socialista.
La FRE crece por Cataluña, Levante y Andalucía, llega a tener unos 40000 afiliados. Tiene una gran actividad con huelgas y protestas, como los sucesos de Alcoi de 1873 y la participación en el cantonalismo durante la Primera República, por lo que causa un gran temor en los empresarios y burguesía (durante el reinado de Amadeo de Saboya se intentó ilegalizar a la AIT, pero fue rechazado por el Tribunal Supremo), lo que propicia la prohibición de las actividades de la Internacional en España, que se producirá desde enero de 1874, decretado por el gobierno del general Serrano. La federación se mantendrá en la clandestinidad hasta su disolución en 1881.
            Aprovechando una circular del ministerio de gobernación de 1881, que permitía salir de la clandestinidad a las asociaciones obreras, la F.R.E. pasó a llamarse Federación de Trabajadores de la Región Española, debido a estar prohibidas las asociaciones de carácter internacional.  A partir de ahí empieza su crecimiento, expansión y acciones. Tendrán un debate intenso entre mantenerse públicas o clandestinas (una parte quería mantenerse en la clandestinidad para evitar las represalias de empresarios) y en las acciones a desarrollar: la lucha legal o la “propaganda por el hecho”. Su base social se encontraba en Cataluña y Andalucía, pero era fuertemente reprimida por lo que una parte se decanta por la “acción directa”, comenzando a atentar contra: Estado, burguesía e Iglesia. Destacadas las acciones atribuidas a la Mano Negra en Andalucía (se produjeron en el bienio 1882-1883, en el contexto de un clima de aguda lucha de clases en el campo andaluz). De 1893 a 97 será el momento de acción más fuerte con varios atentados y un fuerte proceso represivo como los procesos de Monjuïc de 1897 en los que son condenados 5 anarquistas –atentado a Martínez Campos-).             Estas acciones dividirán a los anarquistas entre: Radicales, mantienen los atentados; los anarcocomunismo: partidarios de Kropotkin.; y los anarcosindicalistas partidarios de crear un gran movimiento de masas con la creación de sindicatos, abandono de la insurrección y defensa de la lucha sindical para conseguir reformas. Fundación del sindicato “Solidaridad Obrera” en 1907 y la Confederación Nacional del Trabajo (C.N.T.) en 1910.          Principios anarquistas: (se puede hacer alguna mención…depende de los textos) - Destrucción del Estado. - Economía colectivizada, cada comunidad tiene autonomía. - Propiedad colectiva administrada por todos. - Rechazo de la participación política: revolución violenta para acabar con el Estado. - Sociedad sin clases: cada individuo tiene plena libertad.
La difusión de las ideas marxistas correrá a cargo de Paul Lafargue, que llega a Madrid en 1871 y forma un grupo con José Mesa, Pablo Iglesias Posse y Francisco Mora. Al contrario que los anarquistas, optaron por la lucha política y el moderantismo en sus reclamaciones, a la espera de que la clase obrera estuviese preparada para la revolución socialista. Partiendo de los principios marxistas (lucha por la abolición de las clases sociales, socialización de los medios de producción y dictadura del proletariado), se aferraron a un programa reformista, cuyo objetivo era lograr mejoras laborales y sociales para los trabajadores a través de la lucha política.
            Fundaron, en 1871, la Asociación del Arte de Imprimir. En el congreso de la Federación Regional Española de Zaragoza de 1872, controlado por los anarquistas, serán expulsados, lo que llevó a ese grupo a constituirse en la “Nueva Federación Madrileña”, presidida por Pablo Iglesias. Sería el núcleo del que nació el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1879.
            Inmediatamente después del golpe de Pavía, el gobierno del general Serrano decretará la ilegalización de la Internacional. El 10 de enero de 1874 el General Francisco Serrano dictó un Decreto por el que se ilegalizaban las asociaciones obreras y políticas y cuyo objetivo principal era impedir la actividad de la Primera Internacional.
            Con la Restauración el movimiento seguirá siendo ilegal teniendo que pasar a la clandestinidad.
Los socialistas madrileños se reorganizaron en torno a un núcleo de tipógrafos y algunos intelectuales. En 1879 la Nueva Federación Madrileña pasó a denominarse Agrupación Socialista Madrileña, fundando Pablo Iglesias el PSOE, de carácter marxista. Su primer programa se basaba en:  la abolición de las clases y la emancipación de trabajadores, la transformación de la propiedad privada en colectiva y la conquista del poder político por la clase trabajadora; además de otras reivindicaciones políticas y laborales. Con la Ley de asociación de 1887, aprobada bajo el gobierno de Sagasta, en agosto de 1888, (hasta ese momento los trabajadores no tenían regulado el derecho de asociación que si estaba recogido en la Constitución de 1876) se celebra en Barcelona un Congreso Nacional obrero en que participan unas 44 asociaciones, en las reuniones se decide la creación de un sindicato, la Unión General de Trabajadores (UGT).  La UGT se organizaría a través de Sociedades Obreras o de Oficios en el nivel local, y luego con Federaciones en un nivel nacional. La UGT defendía que se fijasen salarios mínimos y que se luchara por la fijación de la jornada de ocho horas. La UGT tendría desde sus inicios una vocación internacionalista. El partido se afilia a la 2ª Internacional, participando en la celebración del 1º de mayo de 1890. Cuenta con un periódico, El Socialista, fundado en 1886.
El crecimiento del movimiento será lento. Los lugares de mayor implantación serán Madrid, Vizcaya, Asturias, y más tarde en Barcelona y en el campo andaluz. Desde 1890, el partido Socialista, se presenta a las elecciones municipales y generales; los primeros concejales socialistas se consiguen en Bilbao en 1891, la primera acta de diputado no se consigue hasta 1910 (Pablo Iglesias) en alianza con los republicanos.
Principios marxistas: ((Se pueden citar o no depende de los textos))
-           Propiedad en manos del Estado.
-           Estado dictatorial (dictadura del proletariado) previo a la instauración definitiva del comunismo.
-           Economía centralizada y colectiva.
-           Creación de partidos y sindicatos que promueven la conquista del estado por medio de la revolución. Las condiciones materiales y sociales determinan las condiciones sociopolíticas; el medio más eficaz para conseguir esa modificación es la lucha de clases; los cambios debe realizarlos el proletariado organizado en sindicatos y partidos políticos. Los trabajadores deben conquistar el poder, establecer una dictadura del proletariado para eliminar todas las diferencias de clase (acabar con la propiedad privada; conseguido esto todos los individuos deberían tener las mismas condiciones de vida en la nueva sociedad socialista.
-           Sociedad sin clases sociales, pero el individuo queda anulado por la colectividad.
            La guerra de Cuba permite aumentar su popularidad entre los trabajadores. Los socialistas se opusieron al servicio militar y denunciaron la guerra como imperialista y antisocial.
            A partir de 1900 la UGT aumentará sus afiliados. Su carácter moderado, republicano y antimilitarista tendrá una gran acogida entre los trabajadores. La UGT intentará mantenerse apartada del PSOE, pero no siempre lo conseguirá. Poco a poco se irá politizando cada vez más y dependiendo más de la dirección del PSOE.
                El PSOE en el siglo XX pasó de su aislamiento a colaborar con otras fuerzas de izquierda, y así establecer coaliciones electorales con los republicanos: la Conjunción Republicano-Socialista de 1907, que permitió la elección de Pablo Iglesias como diputado en 1910 (primer diputado socialista). De este modo el socialismo comenzó a crecer a costa del republicanismo.
            A partir de 1917, en el PSOE se producirá un fuerte debate a raíz del triunfo de la Revolución bolchevique y por la fundación de la III Internacional Comunista por Lenin en 1919, sobre la conveniencia o no de seguir el modelo soviético. Fruto de este debate, en 1921, se producirá una escisión fundándose el Partido Comunista de España, en el que confluyen dos grupos el Partido Comunista Español, fundado en 1920, y el Partido Comunista Obrero Español (1921) (este es la escisión del PSOE ante la negativa a sumarse a las III Internacional).
            En cuanto al asociacionismo influido por el catolicismo: está basado en la doctrina social de la Iglesia, formulada en la encíclica Rerum Novarum (1981) del Papa León XIII, que fue la respuesta de la Iglesia ante las formulaciones revolucionarias y ateas del socialismo y anarquismo. Pretendía paliar los problemas del paro, de las duras condiciones de trabajo, etc. Mediante una relación paternalista entre patrón y obrero; pero partía de la desigualdad social como un hecho que no se podía eliminar.  Los primeros círculos católicos aparecen en Alcoi, en 1872, fundados por el padre Vicent y tendrán un desarrollo importante en Valencia, Tortosa y Alicante. Entre los sindicatos de esta tendencia destacaron el Sindicato Católico de Ferroviarios Españoles y el Sindicato Católico Obrero de Mineros Españoles. Con el siglo XX empezaron un proceso de declive. Predicaban la colaboración (sumisión) de las clases y no el enfrentamiento.  En el sector agrario fue donde tuvo más influencia, sobre todo en el norte de Castilla, creándose la Confederación Nacional Católica Agraria, CONCA, compuesta por pequeños propietarios.
            Durante todo el siglo XIX el movimiento obrero tuvo que luchar contra los empresarios, que utilizaron todos sus medios y la legislación para impedir cualquier concesión a las reivindicaciones de los trabajadores y a la falta de interés del Estado para atender a sus reclamaciones.  Los gobiernos moderados o conservadores siempre fueron prohibitivos, mientras que los progresistas eran más tolerantes y los demócratas eran partidarios de su legalización. En este sentido podemos decir que la acción del Estado, durante el siglo XIX, pasó por tres fases:  la primera, hasta los años 70, negativa a toda petición o manifestación; la segunda, hasta principios del siglo XX, de tolerancia con los trabajadores e inicios de una preocupación por su situación; la tercera, en el siglo XX, en la que se van reconociendo lentamente una serie de derechos para los trabajadores (derecho a la huelga en 1909, jornada de ocho horas en 1919). En la primera etapa, no hay ninguna legislación laboral y a los trabajadores no se les reconoce ninguno derecho; se produce abolición de los gremios y de cualquier asociación que impida la libre negociación de las condiciones de trabajo entre el empresario y el trabajador (como el empresario es más poderoso impone sus condiciones…). En la segunda etapa, ya desde el inicio del Sexenio se reconoce el derecho de asociación y empieza un cambio en la acción del Estado. Durante la Primera República se promulgará la primera ley laboral, conocida como ley Benot (ministro de Fomento Eduardo Benot Rodríguez), que prohibía el trabajo en fábricas, talleres, fundiciones y minas de los menores de 10 años, limitaba la jornada para los menores de quince años, obligaba a las empresas a disponer de escuelas de enseñanza primaria, e introducía las primeras normas de seguridad e higiene en el trabajo. Durante los primeros años de la Restauración hay un parón, al compás de la vuelta a la prohibición del derecho de Asociación y de la represión sobre el movimiento obrero. Pero, a partir de 1878 se continúan aprobando las primeras leyes de regulación de los trabajos peligrosos para los niños, la creación de asilos para inválidos de trabajo y la construcción de barrios para obreros. El paso siguiente fue la creación de la Comisión de Reformas Sociales de 1883, Comisión para el estudio de las cuestiones que interesan a la mejora o bienestar de las clases obreras, tanto agrícolas como industriales, y que afectan a las relaciones entre el capital y el trabajo. La Comisión funcionó entre 1883 y 1903, año en que fue sustituida por el Instituto de Reformas Sociales.
            En la tercera etapa se van reconociendo los derechos. A partir de la Ley de Asociaciones de 1887, las sociedades de socorros mutuos van a arraigar y desarrollarse en España, en ese año ya se registran por el Ministerio de Gobernación 663 sociedades. Desde ese momento el Estado empezará un lento camino para atender algunas de las reclamaciones de la clase obrera. En este sentido podemos relacionar la ley Dato (doc. Del modelo de examen). Esta primera disposición legislativa, conocida como Ley Dato o Ley sobre Accidentes de Trabajo, se publicó en la GACETA DE MADRID, antecedente del actual Boletín Oficial del Estado, el 31 de enero de 1900. Se produce en el contexto de un REGENERACIONISMO (contexto histórico), PARA atender las demandas del movimiento obrero y mantener sus votos hacia los partidos dinásticos. Es el germen de lo que posteriormente se generalizó como Seguridad Social. La Ley Dato trataba de paliar, de alguna manera, las consecuencias económicas que los accidentes de trabajo tenían para los trabajadores y sus familias en caso de incapacidad o muerte. En la Ley (se usa el texto…) se define el accidente de trabajo (texto) y se obliga al empresario a hacerse responsable de los gastos que se deriven y de las indemnizaciones correspondientes (se usa texto), incluso los gastos del sepelio (se usa texto). Las cuantías son mínimas, pero es un primer paso para el reconocimiento de los derechos de los trabajadores y de su situación. Esta ley es el primer paso para la creación de un sistema de seguros sociales, y además incorporaba otras novedades: la edad mínima para trabajar en 9 años, si saben leer y escribir; tres semanas de descanso para las mujeres después de dar a luz y conservando el puesto de trabajo; la jornada de 8 horas para niños de 10 a 14 años, etc. De este modo se inicia una legislación que será continuada, sobre todo, durante el mandato de Canalejas, aunque en un primer momento la oposición consideraba que esta ley no tendría ninguna utilidad práctica.
 Se puede hacer referencia a este párrafo ,,,depende de tiempo y textos
Finalizar la redacción
                        Estas actuaciones legislativas se continúan en los años siguientes. La Comisión de Reformas Sociales en 1903 se convertirá en el Instituto de Reformas Sociales con la finalidad de asesorar al Gobierno e impulsar la legislación en materia laboral (gobierno del conservador Francisco Silvela).  En 1908 se creó el Instituto Nacional de Previsión para la gestión de una incipiente seguridad social (creado por el conservador Antonio Maura y promulgado por Alfonso XIII por la Ley del 27 de febrero de 1908). Durante esto años se producen avances, promovidos tanto por gobiernos conservadores como por liberales, a veces más preocupados por desarmar al movimiento obrero que en atender sus peticiones. En 1904 se promulga la Ley del Descanso dominical. El derecho a la huelga se consigue en 1909.  El 3 de abril de 1919 fue aprobado (gobierno de Romanones) el llamado "Decreto de la jornada de ocho horas" y a partir del 1 de octubre de 1919 la jornada máxima total de trabajo fue de 8 horas al día y de 48 a la semana, convirtiendo a España en el primer país europeo con jornadas de este tipo.​

MODELO EXAMEN SELECTIVIDAD 2018, PROPUESTO DE EJEMPLO POR GRUPO HISTORIA
ESTE MODELO NO SIRVE PARA ESTE AÑO…. NO ES EL MISMO MARCO CRONOLÓGICO.

Os seguintes textos deben permitirche facer unha redacción sobre o movemento obreiro en España
no século XIX. Tendo en conta os documentos e a súa contextualización, debes atender cando
menos ás razóns das reivindicacións obreiras, á evolución das formas de organización dos
traballadores desde as sociedades de socorros mutuos ata as organizacións de clase, ós poderes ós
que tiveron que facer fronte e ós efectos das súas loitas.
Doc. 1. En setembro de 1855, El Eco de la Clase Obrera publicaba a seguinte petición ás
Cortes:
“Señores Deputados das Cortes Constituíntes:
Hai anos que a nosa clase vai camiñando cara á súa ruína. Os salarios minguan… As crises
industriais sucédense. Temos que (…) mandar ao taller ás nosas donas con prexuizo da educación
dos nosos fillos, sacrificar a estes mesmos fillos a un traballo prematuro.
Pedímosvos unicamente o libre exercicio dun dereito: o dereito de ASOCIARNOS… Hoxe
concédesenos só para favorecernos nos casos de enfermidade ou de falta de traballo;
concédasenos en adiante para opoñernos ás desmedidas esixencias dos donos dos talleres…”
Doc. 2. Mensaxe enviado polas asociacións obreiras de Cataluña ó Terceiro Congreso da
Asociación Internacional de Trabajadores de Bruselas (1868)
“Encadeadas despois de longo tempo por un poder despótico, as sociedades obreiras de
España envían un saúdo cordial ós seus irmáns do resto de Europa. O momento presente non é
moi favorable ás asociacións. Non obstante,… en Cataluña e en Andalucía as asociacións obreiras
desenvólvense pouco a pouco… Os obreiros españois están dispostos a loitar cos seus irmáns
contra esa formidable asociación do Exército, do Trono e do Altar, para establecer ao fin, sobre
bases sólidas, a paz, a xustiza e o traballo”.
Doc. 3. Lei de accidentes de traballo publicada na Gaceta de Madrid o mércores 31 de xaneiro
de 1900.
“A tódolos que a presente viran e entenderan, sabede: que as Cortes decretaron e Nós
sancionamos o seguinte:
Artigo 1º. Para os efectos da presente lei, enténdese por accidente toda lesión corporal que o
operario sufra con ocasión e a consecuencia do traballo que executa por conta allea.
Art. 2º. O patrón é responsable dos accidentes ocorridos aos seus operarios con motivo e no
exercicio da súa profesión ou traballo que realicen.
Art. 4º. Os obreiros terán dereito a indemnización polos accidentes indicados no artigo 2º, que
produzan unha incapacidade de traballo absoluta ou parcial, temporal ou perpetua.
Art. 5º. Se o accidente producise a morte do obreiro, o patrón queda obrigado a sufragar os
gastos de enterro, non excedendo estes de 100 pesetas, e ademais a indemnizar á viúva,
descendentes lexítimos menores de dez e seis anos e ascendentes”.
SOLUCIÓN DADA POR EL GRUPO DE HISTORIA,,,, SIRVE DE EJEMPLO PARA VER USO TEXTOS.
3.Composición histórica: ata 5 puntos
(Espazo utilizado: 75 liñas)
A mediados do século XIX os obreiros españois tiñan que facer fronte a duras condicións laborais e salarios reducidos. Esta situación era resultado dun proceso industrializador baseado na explotación da man de obra asalariada, o uso de máquinas e a concentración de traballadores en fábricas. Con todo, a nova clase social xurdida da industrialización, o proletariado, foi tomando conciencia da súa situación, como revela o documento 1, no que se insiste na insuficiencia dos salarios e os prexuízos do traballo feminino e infantil.
 A súa publicación en 1855 enmárcase nun contexto de importante conflitividade social. Pese ás importantes reformas económicas impulsadas durante o Bienio Progresista, e o intento de elaborar unha nova Constitución, a de 1856, que non chegou a publicarse, as crises de subsistencias e as epidemias entenderon o malestar entre as clases populares. O propio documento dá conta da situación, ó sinalar que ía dirixido ás Cortes constituíntes, reunidas mentres «as crises industriais se suceden». O resultado sería unha sucesión de folgas obreiras, iniciadas na industria téxtil catalá e duramente reprimidas polas autoridades, que acabaron desembocando na primeira folga xeral do país. A súa realización é reveladora dos avances experimentados polo movemento obreiro desde os anos vinte, cando tiveron lugar os primeiros movementos ludistas. Tres décadas despois o movemento aparece mellor organizado e a aparición da prensa obreira outorgáballe os medios necesarios para difundir as súas reivindicacións. Por iso, a orixe do documento 1, o periódico El Eco de la Clase Obrera, resulta especialmente significativa.
 A principal demanda do movemento neses anos sería o libre dereito de asociación, como sinala o texto. O obxectivo era superar o modelo inicial de Sociedades de Protección Mutua, asociacións destinadas a facer fronte a situacións de precariedade, como a enfermidade, o paro ou a folga. En lugar destes organismos, que mantiñan reminiscencias cos antigos gremios, aspirábase a avanzar cara a organizacións sindicais, que ademais de garantir a solidariedade entre os membros, actuasen como grupo de presión. Un obxectivo que aparece recollido no propio documento ao indicar «concédasenos en adiante para opoñernos ás desmedidas esixencias dos donos dos talleres».
 Aínda que os patróns constituían o principal grupo opositor, o movemento obreiro tamén tivo que facer fronte á oposición do goberno na época moderada, cando se prohibiron as asociacións obreiras. O encabezamento do documento 2 reflicte esa realidade, ó indicar que as asociacións obreiras estiveron «encadeadas … por un poder despótico». O cambio de situación foi consecuencia da revolución Gloriosa, que tivo lugar no mesmo ano 1868 no que está datado o texto. A revolución recoñeceu o dereito de asociación, permitindo ás sociedades obreiras españolas entraren en contacto cos seus homólogos internacionais, representados na Asociación Internacional de Traballadores ou Primeira Internacional. O ideario internacionalista defendía a necesidade de unir os esforzos da clase obreira de todo o mundo para loitar contra o capitalismo, de aí as apelacións que se fan no texto «ós seus irmáns do resto de Europa».
No caso español, a división ideolóxica do internacionalismo en dúas correntes, a marxista e a anarquista, saldouse inicialmente en favor desta última, sobre todo entre o proletariado catalán e o campesiñado andaluz. Unha realidade que aparece reflectida no documento 2, que tamén sinala algunha das premisas do movemento: a defensa da paz, a xustiza e o traballo, e a loita contra os poderes que o ameazaban. A identificación destes co Exército, a Coroa e a Igrexa responde á realidade dun período no que as manifestacións e folgas eran reprimidas polas forzas militares, a Igrexa utilizaba a súa influencia para defender ós intereses da oligarquía e o crecente autoritarismo e intervencionismo da raíña desembocou no exilio de Isabel II.
Esa primeira orientación anarquista do internacionalismo en España viuse contrarrestada nos anos 70 pola expansión das teorías marxistas e as crecentes discrepancias entre as dúas correntes. A súa evolución estivo moi marcada pola conxuntura política, alcanzando a súa maior expansión durante a Primeira República. Na Restauración correu sorte dispar, sendo duramente reprimido nos primeiros anos da Restauración e recuperando protagonismo na etapa final, cando o goberno liberal legalizou as asociacións obreiras en 1887. De aí que, cando a finais do século teña lugar o desastre do 98, se rexistre un importante aumento da conflitividade social en España.
O impulso rexeneracionista posterior encontrou eco no goberno de Francisco Silvela, responsable da Lei de accidentes de traballo á que se refire o documento 3. No texto indícase a súa condición de lei elaborada polas Cortes e sancionada pola rexente, o que reflicte a soberanía compartida recoñecida pola constitución de 1876. A súa publicación na Gaceta de Madrid, antecedente do actual BOE, certifica a entrada en vigor da lei e a súa condición de norma de obrigado cumprimento. O seu contido, que regula os accidentes laborais e responsabiliza os patróns da súa compensación, é indicativo dos logros do movemento obreiro desde mediados de século. Ben entendido que eran moitas as reivindicacións pendentes, polas que terían que seguir loitando as asociacións de traballadores no século XX.




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