COMPOSICIÓN 12. EL
MOVIMIENTO OBRERO (SEXENIO DEMOCRÁTICO Y RESTAURACIÓN)
ORIENTACIONES GRUPO DE TRABAJO: Sempre tendo en conta a
información subministrada polos documentos, o alumnado terá que contextualizar
a expansión do movemento obreiro no período político do Sexenio Democrático,
relacionándoo co recoñecemento de dereitos na constitución de 1869 e coa
influencia da AIT. Tamén deberá ofrecer unha explicación básica dos principios
esenciais defendidos polas ideoloxías obreiras anarquista e marxista/socialista
(obxectivos e medios empregados para a súa consecución). Así mesmo, cumpriría
que se referise á evolución do movemento obreiro no último terzo do século XIX,
sinaladamente da Restauración, como momento de consolidación das organizacións
de traballadores e do recoñecemento dos sindicatos, sen esquecer os episodios
represivos.
Hacemos una
alusión/referencia a la situación anterior al Sexenio… CONDICIONES
DE VIDA Y TRABAJO.. RESUMEN MUY GENERAL PARA PONERNOS EN EL INICIO DEL SEXENIO.
Los inicios del movimiento obrero se desenvuelven parejos a
la industrialización, de modo que este grupo no alcanza importancia numérica
significativa hasta el siglo XX. Eran trabajadores procedentes del campo y
también de los talleres artesanales, arruinados por la competencia de las
máquinas. Los obreros industriales tuvieron que soportar unas duras condiciones de vida: jornadas
extenuantes, pésimas condiciones de trabajo, códigos y disciplina laboral para
favorecer al empresario, salarios ínfimos, trabajo infantil, explotación
laboral, viviendas y barrios obreros insalubres, falta de higiene, enfermedades
(venéreas), alimentación muy deficiente, esperanza de vida muy baja, mortalidad
más elevada que la burguesía, no acceso a la educación, impuestos elevados….
por lo que tuvieron que organizar acciones reivindicativas para ir logrando
mejoras salariales y laborales.
Con la instalación del
liberalismo son suprimidos los gremios y los trabajadores no tenían ningún
tipo de organización asociativa, a excepción de las asociaciones de ayuda mutua que solo servían para ayudarse en caso de una desgracia, pero que no tenían
una función reivindicativa. Por eso los obreros comienzan a protestar y a
intentar organizarse cuando se introducen las máquinas, aumentan los trabajadores
asalariados y empeoran las condiciones de vida y trabajo. Irán naciendo
sociedades de socorro mutuo o resistencia y los sindicatos por oficios.
Las primeras formas de
lucha y protesta
serán los motines (que se realizarán
durante todo el siglo) y las acciones
ludistas (los ataques a las fábricas), pero con ellas los obreros no
consiguen nada (se quedan sin trabajo y los empresarios y el estado los reprime
duramente) por lo que tendrán que organizarse mejor para desarrollar una forma
de lucha más organizada que será la huelga.
La huelga es ilegal durante todo el XIX, castigada duramente en el código
penal. No es tolerada hasta 1902, y reconocida legalmente en 1909.También se
dieron cuenta los trabajadores que la lucha tenía que tomar otro camino, el
poder tener sociedades para defender sus intereses.
Así en la década de los treinta aparecieron
sociedades (al amparo de la orden de 28 de febrero 1839 que permite las
sociedades obreras de ayuda mutua y beneficencia) que en principio son de
oficio y tienen solo un carácter mutual, para ser después más
reivindicativas (mejoras salariales...). De este modo, en 1840 se fundó en Barcelona el primer sindicato: la Asociación de
Tejedores de Barcelona. Estas
asociaciones, en principio reconocidas, son prohibidas por el Regente,
Espartero, y tienen que pasar a la clandestinidad, aunque mantienen sus
peticiones. En la década moderada la
situación de los trabajadores empeoró, ya que se vuelven a dictar órdenes
de prohibición (en 1844 se ilegalizaron las sociedades obreras) y los
conflictos son constantes. La represión es dura y las sociedades tienen que desenvolver su labor desde la
clandestinidad.
Durante el Bienio progresista, a partir
del conflicto de las selfactinas de 1854 en Barcelona son reconocidas las Sociedades
Obreras y autorizadas debido a la masiva petición de los obreros. En Madrid en
1854 se funda el primer semanario obrero en España, El Eco de la clase obrera. En 1854 apareció en Barcelona la primera
Confederación de Sociedades Obreras de España. Su denominación fue «Unión de
clases». Luchan por conseguir el derecho de asociación. Pero el gobierno
contestó con represión. Dimitió Espartero y entra O´Donnell y se pasa u otro
momento de clandestinidad. Después del Bienio, durante el gobierno de
la Unión Liberal volverán a ser prohibidas. Pero el asociacionismo
obrero continuó su marcha en la clandestinidad. También se produce una calma en sus
reivindicaciones, en parte por la represión y por la buena marcha de la
economía.
Desde finales del Bienio
hasta el Sexenio el
sindicalismo se hace más fuerte, desde las asociaciones de oficio a las uniones
locales y de éstas a la federación regional de clases. En los años 1864 a 1868,
hubo una cierta tolerancia gubernamental que permitió reconstruir las sociedades
de resistencia obrera. Al tiempo se produce un aumento en la formación cultural
y de conciencia de clase y política de los trabajadores. Desde instituciones
como el Fomento de las Artes de Madrid
o el Ateneo de la Clase Obrera de
Barcelona, se dan clases a los trabajadores y se difunden ideas
socialistas. Estas asociaciones van
tomando más fuerza y entran en contacto con los movimientos europeos, con los
que empiezan a relacionarse. (relación
con el doc. Del modelo de examen: mensaje de las asociaciones obreras de
Cataluña al Congreso de Bruselas de 1868, realizado en vísperas de la
Revolución septembrina, aun en la ilegalidad, acude un representante español al
III Congreso, el de Bruselas, de 1868, Antonio Marsal Anglora). Por su parte,
el Consejo General de la AIT, sito en Londres, se ocupó de España en diversas
ocasiones, pero siempre sin eficacia y a través de la correspondencia. En
diciembre de 1868 se convocará un Congreso Obrero en Barcelona a instancias de
la Dirección Central de Sociedades Obreras de Barcelona, en el que participan
61 sociedades catalanas; entre los acuerdos destacan: el apoyo al
establecimiento de la República Federal y a la participación de la clase obrera
en las elecciones y la decisión de publicar un semanario con el nombre de La Federación.
Durante el Sexenio Democrático
es cuando maduran las organizaciones
obreras, toman conciencia de clase y entran en contacto con las ideologías
dominantes en Europa. Y al igual que en la Primera Internacional, se producirá
una separación entre las ideas marxistas y anarquistas.
Desde ese momento van a desarrollarse numerosas asociaciones de obreros,
con un número de obreros no muy numerosos, y que responden a una variada
tipología asociativa: sociedades de oficios, cooperativas, socorros mutuos,
sindicatos, etc. Y que estarán
influenciadas por diversas ideologías, entre las que se pueden destacar: el
anarquismo, el socialismo o el sindicalismo católico.
En Cataluña,
en 1869, en el contexto de la concesión del derecho de asociación, se van a
reunir varias asociaciones textiles en una sola, la llamada Federación de las
Tres Clases de Vapor. Comenzaron con unos 1000 afiliados y alcanzaran los 30000
en 1886. A partir de ahí comenzará su declive. No tienen un alto nivel de
afiliación, al igual que el resto de asociaciones.
Por lo que
respecta a las sociedades que estarán influenciadas por las ideas anarquista
y socialistas: partimos de la fundación de la Primera Internacional o
Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) fue fundada en Londres en 1864,
que fue una organización que agrupó inicialmente a los sindicalistas ingleses,
anarquistas y socialistas franceses e italianos republicanos. Sus fines eran la
organización política del proletariado en Europa y en el resto del mundo, así
como un foro para examinar problemas en común y proponer líneas de acción.
Colaboraron en ella Karl Marx, Friedrich Engels (marxistas o socialistas) y
Mijaíl Bakunin (anarquistas).
En noviembre
de 1868, el gobierno provisional de Serrano, decretó el derecho de asociación. En octubre ya habían llegados los
enviados de la Internacional, para formar sindicatos y que se adhiriesen a la
Internacional. Previamente había tenido contacto entre algunas asociaciones
españolas y la AIT. El primero fue Giuseppe Fanelli (enviado de Bakunin), y a
partir de ahí se crean las primeras asociaciones que se unían a la A.I.T. en
Madrid y en Barcelona. (ya se habían tenido unos mínimos contactos, (doc del
examen) pero había que extender en España las ideas de la AIT).
Fanelli
difundió las ideas anarquistas como
si fuesen de la A.I.T.: contrarios a la
participación política y a la propia existencia del Estado, sustituido por “la
unión universal de las libres asociaciones”, además de una postura claramente
anticlerical. La Alianza para la
Democracia Socialista, corriente dentro de la AIT de Bakunin, había sido
disuelta en la AIT y sus estatutos prohibidos. Pero sus ideas son las que
extiende Fanelli y son el punto de partida para el triunfo definitivo del
anarquismo como la gran ideología obrera española de la segunda mitad del siglo
XIX, que tendrá un gran peso en Cataluña y Andalucía, mientras que el
socialismo tendrá más apoyos en el centro y norte de España.
En junio de 1870 se celebra en Barcelona el 1º
Congreso Obrero Español donde se constituyó la Federación Regional Española dentro
de la Internacional. Pero pronto surgieron las diferencias entre la corriente
anarquista y la socialista.
La FRE crece por Cataluña, Levante y Andalucía, llega a tener
unos 40000 afiliados. Tiene una gran actividad con huelgas y protestas, como
los sucesos de Alcoi de 1873 y la participación en el cantonalismo durante la
Primera República, por lo que causa un gran temor en los empresarios y
burguesía (durante el reinado de Amadeo de Saboya se intentó ilegalizar a la
AIT, pero fue rechazado por el Tribunal Supremo), lo que propicia la
prohibición de las actividades de la Internacional en España, que se producirá
desde enero de 1874, decretado por el gobierno del general Serrano. La
federación se mantendrá en la clandestinidad hasta su disolución en 1881.
Aprovechando
una circular del ministerio de gobernación de 1881, que permitía salir de la
clandestinidad a las asociaciones obreras, la F.R.E. pasó a llamarse Federación
de Trabajadores de la Región Española, debido a estar prohibidas las
asociaciones de carácter internacional.
A partir de ahí empieza su crecimiento, expansión y acciones. Tendrán un
debate intenso entre mantenerse públicas o clandestinas (una parte quería
mantenerse en la clandestinidad para evitar las represalias de empresarios) y
en las acciones a desarrollar: la lucha legal o la “propaganda por el hecho”.
Su base social se encontraba en Cataluña y Andalucía, pero era fuertemente
reprimida por lo que una parte se decanta por la “acción directa”, comenzando a
atentar contra: Estado, burguesía e Iglesia. Destacadas las acciones atribuidas
a la Mano Negra en Andalucía (se produjeron en el bienio 1882-1883, en el
contexto de un clima de aguda lucha de clases en el campo andaluz). De 1893 a
97 será el momento de acción más fuerte con varios atentados y un fuerte
proceso represivo como los procesos de Monjuïc de 1897 en los que son
condenados 5 anarquistas –atentado a Martínez Campos-). Estas acciones dividirán a los anarquistas entre: Radicales, mantienen los atentados; los
anarcocomunismo: partidarios de
Kropotkin.; y los anarcosindicalistas
partidarios de crear un gran movimiento de masas con la creación de sindicatos,
abandono de la insurrección y defensa de la lucha sindical para conseguir
reformas. Fundación del sindicato “Solidaridad Obrera” en 1907 y la
Confederación Nacional del Trabajo (C.N.T.) en 1910. Principios
anarquistas: (se puede hacer alguna mención…depende de los textos) -
Destrucción del Estado. - Economía
colectivizada, cada comunidad tiene autonomía. - Propiedad colectiva administrada por todos. - Rechazo de la
participación política: revolución violenta para acabar con el Estado. - Sociedad sin clases: cada individuo
tiene plena libertad.
La difusión de las
ideas marxistas
correrá a cargo de Paul Lafargue, que llega a Madrid en 1871 y forma un grupo
con José Mesa, Pablo Iglesias Posse y Francisco Mora. Al contrario que los
anarquistas, optaron por la lucha política y el moderantismo en sus
reclamaciones, a la espera de que la clase obrera estuviese preparada para la
revolución socialista. Partiendo de los principios marxistas (lucha por la
abolición de las clases sociales, socialización de los medios de producción y
dictadura del proletariado), se aferraron a un programa reformista, cuyo
objetivo era lograr mejoras laborales y sociales para los trabajadores a través
de la lucha política.
Fundaron, en
1871, la Asociación del Arte de Imprimir. En el congreso de la Federación
Regional Española de Zaragoza de 1872, controlado por los anarquistas, serán
expulsados, lo que llevó a ese grupo a constituirse en la “Nueva Federación
Madrileña”, presidida por Pablo Iglesias. Sería el núcleo del que nació el
Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1879.
Inmediatamente después del golpe de Pavía,
el gobierno del general Serrano decretará la ilegalización de la Internacional.
El 10 de enero de 1874 el General Francisco Serrano dictó un Decreto por el que
se ilegalizaban las asociaciones obreras y políticas y cuyo objetivo principal
era impedir la actividad de la Primera Internacional.
Con la
Restauración el movimiento seguirá siendo ilegal teniendo que pasar a la
clandestinidad.
Los socialistas madrileños se reorganizaron en torno a un
núcleo de tipógrafos y algunos intelectuales. En 1879 la Nueva Federación
Madrileña pasó a denominarse Agrupación Socialista Madrileña, fundando Pablo
Iglesias el PSOE, de carácter marxista. Su primer programa se basaba en: la abolición de las clases y la emancipación
de trabajadores, la transformación de la propiedad privada en colectiva y la
conquista del poder político por la clase trabajadora; además de otras
reivindicaciones políticas y laborales. Con
la Ley de asociación de 1887, aprobada bajo el gobierno de Sagasta, en
agosto de 1888, (hasta ese momento los trabajadores no tenían regulado el
derecho de asociación que si estaba recogido en la Constitución de 1876) se
celebra en Barcelona un Congreso Nacional obrero en que participan unas 44
asociaciones, en las reuniones se decide la creación de un sindicato, la Unión
General de Trabajadores (UGT). La UGT se
organizaría a través de Sociedades Obreras o de Oficios en el nivel local, y
luego con Federaciones en un nivel nacional. La UGT defendía que se fijasen
salarios mínimos y que se luchara por la fijación de la jornada de ocho horas.
La UGT tendría desde sus inicios una vocación internacionalista. El partido se
afilia a la 2ª Internacional, participando en la celebración del 1º de mayo de
1890. Cuenta con un periódico, El
Socialista, fundado en 1886.
El crecimiento del movimiento será lento. Los lugares de
mayor implantación serán Madrid, Vizcaya, Asturias, y más tarde en Barcelona y en
el campo andaluz. Desde 1890, el partido Socialista, se presenta a las
elecciones municipales y generales; los primeros concejales socialistas se
consiguen en Bilbao en 1891, la primera acta de diputado no se consigue hasta
1910 (Pablo Iglesias) en alianza con los republicanos.
Principios marxistas: ((Se pueden citar o no depende de los
textos))
- Propiedad en manos del Estado.
- Estado dictatorial (dictadura del
proletariado) previo a la instauración definitiva del comunismo.
- Economía centralizada y colectiva.
- Creación de partidos y sindicatos que
promueven la conquista del estado por medio de la revolución. Las condiciones
materiales y sociales determinan las condiciones sociopolíticas; el medio más
eficaz para conseguir esa modificación es la lucha de clases; los cambios debe
realizarlos el proletariado organizado en sindicatos y partidos políticos. Los
trabajadores deben conquistar el poder, establecer una dictadura del
proletariado para eliminar todas las diferencias de clase (acabar con la
propiedad privada; conseguido esto todos los individuos deberían tener las
mismas condiciones de vida en la nueva sociedad socialista.
- Sociedad sin clases sociales, pero el
individuo queda anulado por la colectividad.
La guerra de
Cuba permite aumentar su popularidad entre los trabajadores. Los socialistas se
opusieron al servicio militar y denunciaron la guerra como imperialista y
antisocial.
A partir de
1900 la UGT aumentará sus afiliados. Su carácter moderado, republicano y
antimilitarista tendrá una gran acogida entre los trabajadores. La UGT
intentará mantenerse apartada del PSOE, pero no siempre lo conseguirá. Poco a
poco se irá politizando cada vez más y dependiendo más de la dirección del
PSOE.
El
PSOE en el siglo XX pasó de su
aislamiento a colaborar con otras fuerzas de izquierda, y así establecer
coaliciones electorales con los republicanos: la Conjunción
Republicano-Socialista de 1907, que permitió la elección de Pablo Iglesias como
diputado en 1910 (primer diputado socialista). De este modo el socialismo
comenzó a crecer a costa del republicanismo.
A partir de
1917, en el PSOE se producirá un fuerte debate a raíz del triunfo de la
Revolución bolchevique y por la fundación de la III Internacional Comunista por
Lenin en 1919, sobre la conveniencia o no de seguir el modelo soviético. Fruto
de este debate, en 1921, se producirá una escisión fundándose el Partido
Comunista de España, en el que confluyen dos grupos el Partido Comunista
Español, fundado en 1920, y el Partido Comunista Obrero Español (1921) (este es
la escisión del PSOE ante la negativa a sumarse a las III Internacional).
En cuanto al asociacionismo influido por
el catolicismo: está basado en la doctrina social de la Iglesia,
formulada en la encíclica Rerum Novarum
(1981) del Papa León XIII, que fue la respuesta de la Iglesia ante las
formulaciones revolucionarias y ateas del socialismo y anarquismo. Pretendía
paliar los problemas del paro, de las duras condiciones de trabajo, etc.
Mediante una relación paternalista entre patrón y obrero; pero partía de la
desigualdad social como un hecho que no se podía eliminar. Los primeros círculos católicos aparecen en
Alcoi, en 1872, fundados por el padre Vicent y tendrán un desarrollo importante
en Valencia, Tortosa y Alicante. Entre los sindicatos de esta tendencia
destacaron el Sindicato Católico de Ferroviarios Españoles y el Sindicato
Católico Obrero de Mineros Españoles. Con el siglo XX empezaron un proceso de
declive. Predicaban la
colaboración (sumisión) de las clases y no el enfrentamiento. En el sector agrario fue donde tuvo más
influencia, sobre todo en el norte de Castilla, creándose la Confederación
Nacional Católica Agraria, CONCA, compuesta por pequeños propietarios.
Durante todo el siglo XIX el movimiento obrero tuvo que luchar contra los empresarios, que
utilizaron todos sus medios y la legislación para impedir cualquier concesión a
las reivindicaciones de los trabajadores y a
la falta de interés del Estado para atender a sus reclamaciones. Los gobiernos moderados o conservadores
siempre fueron prohibitivos, mientras que los progresistas eran más tolerantes
y los demócratas eran partidarios de su legalización. En este sentido podemos
decir que la acción del Estado,
durante el siglo XIX, pasó por tres fases: la
primera, hasta los años 70, negativa a toda petición o manifestación;
la segunda, hasta principios del
siglo XX, de tolerancia con los trabajadores e inicios de una preocupación por
su situación; la tercera, en el
siglo XX, en la que se van reconociendo lentamente una serie de derechos
para los trabajadores (derecho a la huelga en 1909, jornada de ocho horas
en 1919). En la primera etapa, no
hay ninguna legislación laboral y a los trabajadores no se les reconoce ninguno
derecho; se produce abolición de los gremios y de cualquier asociación que
impida la libre negociación de las condiciones de trabajo entre el empresario y
el trabajador (como el empresario es más poderoso impone sus condiciones…). En la segunda etapa, ya desde
el inicio del Sexenio se reconoce el derecho de asociación y empieza un cambio
en la acción del Estado. Durante la Primera República se promulgará la
primera ley laboral, conocida como ley Benot (ministro de Fomento Eduardo Benot
Rodríguez), que prohibía el trabajo en fábricas, talleres, fundiciones y minas
de los menores de 10 años, limitaba la jornada para los menores de quince años,
obligaba a las empresas a disponer de escuelas de enseñanza primaria, e
introducía las primeras normas de seguridad e higiene en el trabajo. Durante los primeros años de la
Restauración hay un parón, al compás de la vuelta a la prohibición del derecho
de Asociación y de la represión sobre el movimiento obrero. Pero, a partir de
1878 se continúan aprobando las primeras leyes de regulación de los trabajos
peligrosos para los niños, la creación de asilos para inválidos de trabajo y la
construcción de barrios para obreros. El paso siguiente fue la creación de la
Comisión de Reformas Sociales de 1883, Comisión para el estudio de las
cuestiones que interesan a la mejora o bienestar de las clases obreras, tanto
agrícolas como industriales, y que afectan a las relaciones entre el capital y
el trabajo. La Comisión
funcionó entre 1883 y 1903, año en que fue sustituida por el Instituto de
Reformas Sociales.
En la tercera etapa se van reconociendo los
derechos. A partir de la Ley de Asociaciones de 1887, las sociedades de
socorros mutuos van a arraigar y desarrollarse en España, en ese año ya se
registran por el Ministerio de Gobernación 663 sociedades. Desde ese momento el
Estado empezará un lento camino para atender algunas de las reclamaciones de la
clase obrera. En este sentido podemos relacionar la ley Dato (doc. Del modelo
de examen). Esta primera disposición legislativa, conocida como Ley Dato o Ley sobre
Accidentes de Trabajo, se publicó en la GACETA DE MADRID, antecedente del
actual Boletín Oficial del Estado, el 31 de enero de 1900. Se produce en el
contexto de un REGENERACIONISMO (contexto histórico), PARA atender las demandas
del movimiento obrero y mantener sus votos hacia los partidos dinásticos. Es el
germen de lo que posteriormente se generalizó como Seguridad Social. La Ley
Dato trataba de paliar, de alguna manera, las consecuencias económicas que los
accidentes de trabajo tenían para los trabajadores y sus familias en caso de
incapacidad o muerte. En la Ley (se usa el texto…) se define el accidente de
trabajo (texto) y se obliga al empresario a hacerse responsable de los gastos
que se deriven y de las indemnizaciones correspondientes (se usa texto),
incluso los gastos del sepelio (se usa texto). Las cuantías son mínimas, pero
es un primer paso para el reconocimiento de los derechos de los trabajadores y
de su situación. Esta ley es el primer paso para la creación de un sistema de
seguros sociales, y además incorporaba otras novedades: la edad mínima para
trabajar en 9 años, si saben leer y escribir; tres semanas de descanso para las
mujeres después de dar a luz y conservando el puesto de trabajo; la jornada de
8 horas para niños de 10 a 14 años, etc. De este modo se inicia una legislación
que será continuada, sobre todo, durante el mandato de Canalejas, aunque en un
primer momento la oposición consideraba que esta ley no tendría ninguna
utilidad práctica.
Se puede hacer referencia a este párrafo
,,,depende de tiempo y textos
Finalizar la redacción
Estas
actuaciones legislativas se continúan en los años siguientes. La Comisión de
Reformas Sociales en 1903 se convertirá en el Instituto de Reformas Sociales
con la finalidad de asesorar al Gobierno e impulsar la legislación en materia
laboral (gobierno del conservador Francisco Silvela). En 1908 se creó el Instituto Nacional de
Previsión para la gestión de una incipiente seguridad social (creado por el
conservador Antonio Maura y promulgado por Alfonso XIII por la Ley del 27 de
febrero de 1908). Durante esto años se producen avances, promovidos tanto por
gobiernos conservadores como por liberales, a veces más preocupados por
desarmar al movimiento obrero que en atender sus peticiones. En 1904 se promulga
la Ley del Descanso dominical. El derecho a la huelga se consigue en 1909. El 3 de abril de 1919 fue aprobado (gobierno
de Romanones) el llamado "Decreto de la jornada de ocho horas" y a
partir del 1 de octubre de 1919 la jornada máxima total de trabajo fue de 8
horas al día y de 48 a la semana, convirtiendo a España en el primer país europeo
con jornadas de este tipo.
MODELO EXAMEN SELECTIVIDAD 2018,
PROPUESTO DE EJEMPLO POR GRUPO HISTORIA
ESTE MODELO NO SIRVE PARA ESTE AÑO…. NO
ES EL MISMO MARCO CRONOLÓGICO.
Os seguintes textos deben permitirche
facer unha redacción sobre o movemento obreiro en España
no século XIX. Tendo en conta os
documentos e a súa contextualización, debes atender cando
menos ás razóns das reivindicacións
obreiras, á evolución das formas de organización dos
traballadores desde as sociedades de
socorros mutuos ata as organizacións de clase, ós poderes ós
que tiveron que facer fronte e ós
efectos das súas loitas.
Doc. 1. En setembro de
1855, El Eco de la Clase Obrera publicaba a seguinte petición ás
Cortes:
“Señores Deputados das Cortes
Constituíntes:
Hai anos que a nosa clase vai camiñando
cara á súa ruína. Os salarios minguan… As crises
industriais sucédense. Temos que (…)
mandar ao taller ás nosas donas con prexuizo da educación
dos nosos fillos, sacrificar a estes
mesmos fillos a un traballo prematuro.
Pedímosvos unicamente o libre exercicio
dun dereito: o dereito de ASOCIARNOS… Hoxe
concédesenos só para favorecernos nos
casos de enfermidade ou de falta de traballo;
concédasenos en adiante para opoñernos
ás desmedidas esixencias dos donos dos talleres…”
Doc. 2. Mensaxe enviado
polas asociacións obreiras de Cataluña ó Terceiro Congreso da
Asociación Internacional de
Trabajadores de Bruselas (1868)
“Encadeadas despois de longo tempo por
un poder despótico, as sociedades obreiras de
España envían un saúdo cordial ós seus
irmáns do resto de Europa. O momento presente non é
moi favorable ás asociacións. Non
obstante,… en Cataluña e en Andalucía as asociacións obreiras
desenvólvense pouco a pouco… Os obreiros
españois están dispostos a loitar cos seus irmáns
contra esa formidable asociación do
Exército, do Trono e do Altar, para establecer ao fin, sobre
bases sólidas, a paz, a xustiza e o
traballo”.
Doc. 3. Lei de
accidentes de traballo publicada na Gaceta de Madrid o mércores 31 de
xaneiro
de 1900.
“A tódolos que a presente viran e
entenderan, sabede: que as Cortes decretaron e Nós
sancionamos o seguinte:
Artigo 1º. Para os efectos da presente
lei, enténdese por accidente toda lesión corporal que o
operario sufra con ocasión e a
consecuencia do traballo que executa por conta allea.
Art. 2º. O patrón é responsable dos
accidentes ocorridos aos seus operarios con motivo e no
exercicio da súa profesión ou traballo
que realicen.
Art. 4º. Os obreiros terán dereito a
indemnización polos accidentes indicados no artigo 2º, que
produzan unha incapacidade de traballo
absoluta ou parcial, temporal ou perpetua.
Art. 5º. Se o accidente producise a
morte do obreiro, o patrón queda obrigado a sufragar os
gastos de enterro, non excedendo estes
de 100 pesetas, e ademais a indemnizar á viúva,
descendentes lexítimos menores
de dez e seis anos e ascendentes”.
SOLUCIÓN DADA POR EL GRUPO DE HISTORIA,,,, SIRVE DE EJEMPLO
PARA VER USO TEXTOS.
3.Composición
histórica: ata 5 puntos
(Espazo utilizado: 75 liñas)
A mediados do século
XIX os obreiros españois tiñan que facer fronte a duras condicións laborais e
salarios reducidos. Esta situación era resultado dun proceso industrializador
baseado na explotación da man de obra asalariada, o uso de máquinas e a
concentración de traballadores en fábricas. Con todo, a nova clase social
xurdida da industrialización, o proletariado, foi tomando conciencia da súa
situación, como revela o documento 1, no que se insiste na insuficiencia dos
salarios e os prexuízos do traballo feminino e infantil.
A súa publicación en 1855 enmárcase nun
contexto de importante conflitividade social. Pese ás importantes reformas
económicas impulsadas durante o Bienio Progresista, e o intento de elaborar
unha nova Constitución, a de 1856, que non chegou a publicarse, as crises de
subsistencias e as epidemias entenderon o malestar entre as clases populares. O
propio documento dá conta da situación, ó sinalar que ía dirixido ás Cortes
constituíntes, reunidas mentres «as crises industriais se suceden». O resultado
sería unha sucesión de folgas obreiras, iniciadas na industria téxtil catalá e
duramente reprimidas polas autoridades, que acabaron desembocando na primeira
folga xeral do país. A súa realización é reveladora dos avances experimentados
polo movemento obreiro desde os anos vinte, cando tiveron lugar os primeiros
movementos ludistas. Tres décadas despois o movemento aparece mellor organizado
e a aparición da prensa obreira outorgáballe os medios necesarios para difundir
as súas reivindicacións. Por iso, a orixe do documento 1, o periódico El Eco
de la Clase Obrera, resulta especialmente significativa.
A principal demanda do movemento neses anos
sería o libre dereito de asociación, como sinala o texto. O obxectivo era
superar o modelo inicial de Sociedades de Protección Mutua, asociacións
destinadas a facer fronte a situacións de precariedade, como a enfermidade, o
paro ou a folga. En lugar destes organismos, que mantiñan reminiscencias cos
antigos gremios, aspirábase a avanzar cara a organizacións sindicais, que
ademais de garantir a solidariedade entre os membros, actuasen como grupo de
presión. Un obxectivo que aparece recollido no propio documento ao indicar «concédasenos
en adiante para opoñernos ás desmedidas esixencias dos donos dos talleres».
Aínda que os patróns constituían o principal
grupo opositor, o movemento obreiro tamén tivo que facer fronte á oposición do
goberno na época moderada, cando se prohibiron as asociacións obreiras. O
encabezamento do documento 2 reflicte esa realidade, ó indicar que as
asociacións obreiras estiveron «encadeadas … por un poder despótico». O cambio
de situación foi consecuencia da revolución Gloriosa, que tivo lugar no mesmo
ano 1868 no que está datado o texto. A revolución recoñeceu o dereito de
asociación, permitindo ás sociedades obreiras españolas entraren en contacto
cos seus homólogos internacionais, representados na Asociación Internacional de
Traballadores ou Primeira Internacional. O ideario internacionalista defendía a
necesidade de unir os esforzos da clase obreira de todo o mundo para loitar contra
o capitalismo, de aí as apelacións que se fan no texto «ós seus irmáns do resto
de Europa».
No caso español, a
división ideolóxica do internacionalismo en dúas correntes, a marxista e a
anarquista, saldouse inicialmente en favor desta última, sobre todo entre o
proletariado catalán e o campesiñado andaluz. Unha realidade que aparece
reflectida no documento 2, que tamén sinala algunha das premisas do movemento:
a defensa da paz, a xustiza e o traballo, e a loita contra os poderes que o
ameazaban. A identificación destes co Exército, a Coroa e a Igrexa responde á
realidade dun período no que as manifestacións e folgas eran reprimidas polas
forzas militares, a Igrexa utilizaba a súa influencia para defender ós
intereses da oligarquía e o crecente autoritarismo e intervencionismo da raíña
desembocou no exilio de Isabel II.
Esa primeira
orientación anarquista do internacionalismo en España viuse contrarrestada nos
anos 70 pola expansión das teorías marxistas e as crecentes discrepancias entre
as dúas correntes. A súa evolución estivo moi marcada pola conxuntura política,
alcanzando a súa maior expansión durante a Primeira República. Na Restauración
correu sorte dispar, sendo duramente reprimido nos primeiros anos da
Restauración e recuperando protagonismo na etapa final, cando o goberno liberal
legalizou as asociacións obreiras en 1887. De aí que, cando a finais do século
teña lugar o desastre do 98, se rexistre un importante aumento da
conflitividade social en España.
O impulso
rexeneracionista posterior encontrou eco no goberno de Francisco Silvela,
responsable da Lei de accidentes de traballo á que se refire o documento 3. No
texto indícase a súa condición de lei elaborada polas Cortes e sancionada pola
rexente, o que reflicte a soberanía compartida recoñecida pola constitución de
1876. A súa publicación na Gaceta de Madrid, antecedente do actual BOE,
certifica a entrada en vigor da lei e a súa condición de norma de obrigado
cumprimento. O seu contido, que regula os accidentes laborais e responsabiliza
os patróns da súa compensación, é indicativo dos logros do movemento obreiro
desde mediados de século. Ben entendido que eran moitas as reivindicacións
pendentes, polas que terían que seguir loitando as asociacións de traballadores
no século XX.
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