RESUMEN
EVOLUCIÓN POLÍTICA ÉPOCA DE ISABEL II DE 1833 A 1868
Reinado en el que se
instala definitivamente el liberalismo (a partir de 1836). Liberalismo de tipo
moderado (Doctrinario). Reinado de gran inestabilidad por la falta de
entendimiento entre las distintas ramas liberales.
Recurso frecuente al
pronunciamiento para cambiar el gobierno, y frecuente intervención del ejército
en la vida política. Redacción de cuatro textos constitucionales.
REGENCIA DE MARÍA CRISTINA, 1833-1840: María Cristina comienza
a gobernar introduciendo pocas reformas liberales (Cea Bermúdez, Javier
de Burgos –nueva división provincial-), por lo que no tiene el apoyo suficiente
(solo algo de nobleza, burguesía, ejército). El inicio de la 1ª guerra carlista
(1833-39/40) la lleva a hacer el primer cambio llamando a Francisco Martínez
de la Rosa (liberal moderado), que desarrolla unas pequeñas reformas a
través del llamado régimen del Estatuto
Real de 1834. Estas reformas tampoco satisfacen a los liberales por lo
que, ante el avance del carlismo y habiendo algunos motines y revueltas, tiene
que llamar a los liberales más progresistas en 1835.
Entran los progresistas con Mendizábal al frente. Aplican reformas
liberales (desamortización de bienes
del clero regular, servicio militar, libertades mercado, etc…permiten
recuperación para ganar la guerra carlista), pero los más moderados se asustan,
por lo que es cesado. Vuelven los moderados al poder, pero una revuelta de sargentos en el palacio de la
Granja el 13 de agosto 1836, obliga a llamar de nuevo a los
progresistas (una intervención militar). El liberalismo triunfa
definitivamente y los liberales progresistas imponen su modelo a través de la Constitución de 1837 (aunque tiene
aspectos moderados). Aprobada la constitución se hacen elecciones y el poder
vuelve a los moderados y María Cristina pretende moderar las reformas.
Estas acciones hacen que María C. quede sin apoyos. Su intento de imponer la ley de Ayuntamientos
de 1840, provocará la oposición de los sectores progresistas y forzará a
María Cristina a renunciar a la Regencia y a salir de España. Baldomero Espartero,
líder de los liberales progresistas desde la victoria sobre los carlistas, será
nombrado nuevo regente.
REGENCIA
DE ESPARTERO, 1841-43: Durante su mandato se va intensificar la ruptura liberal entre moderados
y progresistas. Gobernará de un modo autoritario y despótico que lo alejará
tanto de los moderados como de los progresistas. Al final, un
pronunciamiento organizado por los moderados lo aparta del poder (Torrejón de
Ardoz, julio de 1843). Principales acciones:
Desamortización de bienes del clero secular.
Continúa con la desamortización del clero regular. Intento de solución del
particularismo foral vasco-navarro: Ley paccionada con Navarra de 1841
(supresión del particularismo a cambio de un “cupo” económico) y supresión del
vasco (más tarde repuesto).
Insurrección de Barcelona por el aviso de un
arancel librecambista con Inglaterra (perjudica a los productores catalanes)
que es sofocada con bombardeo.
Final de la regencia: pronunciamiento que hacen los moderados: el general Ramón Narváez se enfrenta en Torrejón de Ardoz el 22 de julio de 1843
a las tropas del general Espartero, que son vencidas y Espartero se exilia a
Inglaterra.
REINADO PERSONAL DE ISABEL II 1843-68: Sale Espartero, pero los
progresistas controlan el poder. Para evitar una nueva regencia se adelanta la
proclamación de Isabel II como reina (8-11-43). Los progresistas siguen en el
poder, serán apartados después del incidente
Olozaga (finales noviembre 43). El Jefe de gobierno S. Olozaga fue acusado
de forzar a la reina a firmar el decreto de disolución de Cortes; quería la
disolución de las Cortes para convocar nuevas elecciones y ganarlas teniendo
así unas Cortes dominadas por los progresistas. Los moderados controlan el
poder (general Ramón Narváez) y consolidarán su sistema: políticamente
autoritario, oligárquico y centralista Su aplicación se hace con una fuerte
represión, con el uso sistemático del ejército y la Guardia Civil, del aparato
judicial y del dominio ideológico de la iglesia. Entramos en la Década
moderada.
DÉCADA MODERADA 44-54: Su sistema se basa en la Constitución moderada de 1845 y en la
legislación que promulgan. Destacamos:
- Creación de la Guardia Civil,
1844, en sustitución de la Milicia Nacional.Ley de ayuntamientos de 1845,
alcaldes nombrados por el poder central.
- Reforma de impuestos de Mon y
Santillán, 1845.Reforma muy impopular (motines y lucha por eliminar consumos).
Moderniza el sistema, pero beneficia a burguesía/nobleza.
- Ley electoral de 1846: sufragio
muy censitario.
La práctica política reservada para una camarilla
de los moderados (Narváez) que gobiernan con el apoyo de la corona y el uso
sistemático de la represión sobre las demás fuerzas políticas.
Los progresistas intentan pronunciamientos, pero
fracasan: ejemplo: 1846 pronunciamiento de Miguel Solís en Lugo que acaban
fusilados en Carral: Los mártires de Carral. También se oponen los carlistas:
guerra de los matiners o 2ª guerra
carlista, (levantamientos carlistas entre 1846 y 1849) también fracaso.
(en estos momentos de represión es cuando
aparece el partido demócrata)
De este modo los moderados gobiernan sin oposición
y sin control, pero en los años 50 el
gobierno pasa a manos de los grupos más moderados: en 1851, Bravo Murillo
plantea reformas muy moderadas y firma un nuevo Concordato con la Iglesia en 1851. También intenta una reforma
constitucional para moderarla aún más.
Algunos moderados se dan cuenta de la excesiva
moderación, pero no queda más camino que recurrir a un PRONUNCIAMENTO
para poder cambiar el gobierno. El Pronunciamiento
lo organiza el general Leopoldo O´Donnell en Vicálvaro (30-6-54), que fracasa. O´Donnell encabeza los
moderados puritanos y dirigirá la Unión Liberal. Estos moderados descontentos
ven necesaria la participación de los progresistas. Buscan su apoyo a través
del MANIFESTO DE MANZANARES (7-7-54, redactado par Antonio Cánovas).
Entonces se producen motines en las ciudades y formación de Juntas
revolucionarias e Isabel II tiene que cambiar el gobierno.
BIENIO PROGRESISTA 1854-56: La reina para controlar la
situación tiene que llamar al general Espartero (líder de los progresistas)
como jefe de gobierno, y coloca a O´Donnell (moderado, fundador de la Unión
Liberal) como ministro da Guerra, como freno a los progresistas. Se inician dos
años de gobierno progresista. Las principales acciones son: Redacción de
una nueva constitución: la
non nata de 1856. Progresista. Aprobación de la ley general de
desamortización de 1855 (Ley Madoz) y la Ley de ferrocarriles,
sociedades anónimas y minas de 1855.
Tiene bues acciones en el terreno económico, pero
se olvida del plano social de ahí que se produzcan huelgas en Barcelona en 1855
y en motines en Castilla en 1856.
La falta de entendimiento de
Espartero con los moderados, la hostilidad de la corona (prefiere a los
moderados), etc. llevan a la renuncia de Espartero.
Isabel II
nombra a O´Donnell como jefe del gobierno con la misión de moderar.
ETAPA FINAL. LA UNIÓN LIBERAL 1856-64 Y
DESCOMPOSICIÓN (65-68): O´Donnell controló la situación y después Isabel II llamó a formar
gobierno a Narváez, para volver al sistema de la Constitución de 1845. Puesta
en vigor la Constitución y reprimida la oposición, Isabel II vuelve a llamar a O´Donnell
y a la gente de la Unión Liberal, que gobernará hasta 1863 gracias a:
aislar a los sectores más reaccionarios, manipular los resultados electorales,
por el apoyo de la corona, por la prosperidad económica, y por la política
exterior agresiva (Indochina, Marruecos, México...).
A partir de 1863 el gobierno
vuelve a un mayor moderantismo y a autoritarismo: protestas
estudiantiles: noche de San Daniel (en abril de 1865 por el cese del rector de
la Universidad) y levantamiento de soldados del cuartel de San Gil de Madrid
(en junio de 1866 para intentar tomar el Palacio Real); son sofocados con gran
represión por el gobierno de O´Donnell y provocan que Isabel II llame a Narváez
al gobierno para gobernar con más dureza.
Esta situación empeorará con la crisis
económica: agraria y financiera.
También
durante estos años se extienden las
ideas demócratas, republicanas e incluso empiezan a aparecer las ideas
socialistas (menos).
DESCOMPOSICIÓN:
O´Donnell dimite en 1866 y vuelve Narváez (es jefe de gobierno hasta que
muere en abril del 68), muy ultraconservador, y González Bravo. Esta
situación lleva a que, en el exilio, las fuerzas opositoras,
progresistas y demócratas, dirigidos por el general Prim unan sus fuerzas
para derrocar a Isabel II (Pacto de Ostende 16 de agosto de 1866, para
derribar a Isabel II; desde 1867 entra también la Unión Liberal –pacto de
Bruselas de 1867-.
El 18 de septiembre de 1868 el
general Prim y el almirante Topete inician en Cádiz un
Pronunciamiento que dirige el general Serrano. Del 26-28 de septiembre
se produce la batalla del Puente de Alcolea (Córdoba) y la reina tiene
que huir.
La revolución Gloriosa derrumbó
la monarquía de los Borbón.
ACLARACIONES
1ª GUERRA CARLISTA,
1833-39-40: No es solo un enfrentamiento entre
isabelinos y carlistas, sino también un enfrentamiento por el sistema político:
liberal o absolutista, y por la organización territorial: centralismo o
foralismo. Los carlistas defienden: - Legitimismo: D. Carlos, rey legítimo.
- Tradicionalismo: político, económico y
social e dominio de la Iglesia: Lema:
“Dios, Patria y Rey”
- Foralismo.
No quieren perder privilegios: autonomía administrativa y económica,
limitación poder del rey, no servicio militar, etc.
Están
apoyados por: Clero, hidalguía rural y campesinos; sobre todo de P.V. Navarra,
norte Cataluña, Maestrazgo y norte Valencia; muy poco en Galicia.
Fases
de la guerra: 1ª. 33-35: favorable carlismo. Bien organizados, avance en el
País Vasco, pero la muerte de Zumalacárregui, en el asedio de Bilbao, un revés.
2ª. 35-37: idea de extender la guerra a toda España: un fracaso. 3ª. 37-40:
división del carlismo; moderados (Maroto) firman Convenio de Vergara (respeto
fueros, militares acogidos) en el 39, pero extremistas (Cabrera) continua hasta
ser derrotados en el 40 (tenían poco respaldo).
DIVISIÓN
PROVINCIAL DE JAVIER DE BURGOS de 1833: Javier de Burgos, creó un
Estado centralizado, dividido en 49 provincias y 15 regiones. Las provincias
recibieron el nombre de sus capitales (excepto cuatro de ellas, que conservaron
sus antiguas denominaciones: Navarra, con capital en Pamplona, Álava con
Vitoria, Guipúzcoa con San Sebastián y Vizcaya con Bilbao). Canarias constituía
una única provincia.
EL ESTATUTO REAL DE 1834:
No
es constitución sino Carta Otorgada. Características: La Corona renuncia a mantener en exclusiva el poder, aunque solo
pretende la convocatoria y funcionamiento de unas Cortes muy moderadas. La
soberanía sigue siendo del rey. No
se recogen derechos y libertades. No
hay separación de poderes y la participación es mínima (sufragio censatario).
Establece
dos cámaras: Próceres (para la alta nobleza...) y Procuradores (diputados); con
las funciones de: aprobar impuestos y contestar a las consultas y derecho de petición;
pero no tiene iniciativa legislativa.
Es
un liberalismo muy censitario, solo piensa en obtener apoyo de la nobleza,
burguesía, administración, ejército, etc. para respaldar a Isabel II.
REVUELTAS
DE 1835-36: julio-agosto del 35 se producen revueltas
urbanas (quema fábrica Bonaplata en Barcelona, quema conventos), que obligan a
la Regente a dar un giro más liberal a las reformas.
DESAMORTIZACIÓN
DE MENDIZADAL DE 1835/36: Llamada a la nacionalización
(incautación) y posterior puesta a la venta en subasta de las propiedades del
clero regular. Real Decreto de 1835 por el que se obligaba a la exclaustración
de religiosos, supresión de conventos y monasterios, por lo que estas
propiedades pasaban al Estado; Decreto de Desamortización eclesiástica del clero
regular (órdenes religiosas) de 1836, por el que se nacionalizaban dichos
bienes y se sacaban a pública subasta.
Objetivos: obtener dinero
para la guerra carlista, reducir la influencia de la Iglesia, apoyo al régimen
de Isabel II, etc.
REVUELTA
DE SARGENTOS EN EL PALACIO DE LA GRANJA EL 13 DE AGOSTO 1836: La
revuelta viene precedida de protestas de los liberales progresistas en diversas
ciudades al haber sido cesado Mendizábal, por la entrada de los moderados, por
las supuestas manipulaciones de las elecciones a las Cortes del Estatuto Real
que daban la victoria a los moderados, por el avance del carlismo en la guerra,
y porque los soldados de la guardia no cobraban. En la madrugada del 13 un
grupo de sargentos se amotina y después de tensas conversaciones con María
Cristian, esta acepta la reposición de la Constitución del 12 y la formación de
un gobierno progresista.
RÉGIMEN PROGRESISTA DE
1837. CONSTITUCIÓN, OTRAS LEYES: la Constitución de 1837
contiene elementos progresistas y también moderados. Establece: Soberanía
nacional: reside en las Cortes, pero reforzamiento de las prerrogativas de la
reina: ejerce poder ejecutivo, nombra y separa ministros, comparte el poder
legislativo, tiene veto absoluto, convoca y suspende cámaras, nombra senadores
(escoge uno de un grupo de tres elegidos por cada provincia). No comparte la
soberanía, pero tiene muchos más poderes que en la Constitución de Cádiz.
Cortes
bicamerales: Congreso y Senado. Iguales en funciones. Congreso elegido por
sufragio censitario, Senado nombrado por la reina a partir de terna elegida por
sufragio censitario.
Declaración
de derechos y libertades, más amplia que la del 12. Reconoce la libertad de
Imprenta sin censura previa. Se instituye el Juicio por Jurado. La Milicia
Nacional.
Tolerancia
religiosa, pero manteniendo los gastos de culto e clero.
Elección
popular de ayuntamientos.
CONSTITUCIÓN DE 1845,
moderada
Soberanía:
compartida Reina-Cortes. No aparece el término soberanía en la Constitución.
División
de poderes: pero reforzamiento del poder ejecutivo-reina.
Poder
ejecutivo: Reina. Nombra ministros, designa senadores, convoca y disuelve
Cortes, comparte el poder legislativo.
Poder
legislativo: 2 cámaras: Congreso y Senado. Congreso por sufragio muy
censitario, Senado de nombramiento real, reservado para la aristocracia.
Poder
judicial: pierde la categoría de poder, se habla de administración de justicia.
Declaración
de derechos: semejante a la del 37, pero las leyes posteriores los limitarán.
En
materia religiosa: confesionalidad del Estado y sufragará los gastos de culto y
clero.
REFORMA DE IMPUESTOS DE
MON Y SANTILLÁN, 1845: Impuestos directos: contribución
territorial, comercial e industrial; impuestos indirectos: aduanas, hipotecas,
especias/tabaco y consumos. Reforma muy impopular (motines y lucha por eliminar
consumos). Moderniza el sistema, pero beneficia a burguesía/nobleza.
LA SEGUNDA GUERRA
CARLISTA, ENTRE 1846 Y 1849, tuvo como principal escenario el
campo catalán (los matiners o madrugadores), aunque hubo algunos episodios en otras
zonas. El pretendiente era Carlos VI, hijo de Carlos María Isidro, en quien
este había abdicado para propiciar su posible matrimonio con Isabel II.
Finalmente, este enlace no se lleva a cabo por lo que se cierra la posibilidad
de que Carlos se convierta en rey de España por la vía pacífica. La falta de
recursos y la incapacidad de extender la guerra llevó el intento al fracaso,
pero durante tres años las partidas permanecieron en el Principado, en parte
gracias al apoyo que recibían de la población campesina.
CONCORDATO
CON LA IGLESIA (1851): La Iglesia acepta la desamortización y
reconoce el régimen de Isabel II a cambio de: gastos de culto y clero, prohibir
otras religiones es España y el control educativo.
MANIFESTO
DE MANZANARES (7-7-54, redactado par Antonio Cánovas).
En el Manifiesto se garantizaba el respeto al trono, a la Constitución, la
rebaja de impuestos, la reforma de la ley electoral y de imprenta, la
descentralización del poder la restauración da Milicia Nacional, etc.; al final
se hacía un llamamiento para formar juntas locales y provinciales.
LA
DESAMORTIZACIÓN GENERAL DE PASCUAL MADOZ, DE 1855.
Se ponen a la venta bienes de los ayuntamientos (de propios y comunes), del
Estado, Iglesia, cofradías, órdenes militares e instituciones benéficas. Supuso
un duro golpe para la economía de los ayuntamientos que perdieron gran parte de
los medios con los que contaban para hacer frente a sus gastos de personal y
beneficencia.
LEVANTAMIENTO
DE SOLDADOS DEL CUARTEL DE SAN GIL DE MADRID. En
la preparación estaba desde el exilio (por otro intento de pronunciamiento) el
general progresista Juan Prim. Aprovecha el descontento de los artilleros con
sus problemas de ascensos con el molestar por el exceso de moderación del
gobierno. Se precipita el levantamiento y fracasa. Más de 60 fusilados.
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