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jueves, 23 de mayo de 2019

TEORÍA COMPOSICIÓN 4. LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL (PRINCIPIOS DEL LIBERALISMO Y DIFERENCIAS ENTRE LAS DIFERENTES FAMILIAS POLÍTICAS)



COMPOSICIÓN: LA CONSTRUCCION DEL ESTADO LIBERAL (PRINCIPIOS DEL LIBERALISMO Y DIFERENCIAS ENTRE LAS DIFERENTES FAMILIAS POLÍTICAS)
ORIENTACIONES DEL GRUPO DE TRABAJO: Sempre tendo en conta a información subministrada polos documentos, o alumnado deberá demostrar que coñece as características xerais do liberalismo, distinguindo as dúas correntes básicas dentro da ideoloxía liberal que darán lugar ás tres grandes familias políticas da época; relacionar eses principios ideolóxicos coas diferentes constitucións e identificar os principais líderes das diferentes familias políticas;  indicar que tendencia era a preferida pola monarquía e diferenciar, a teor diso, as distintas etapas do reinado isabelino sen afondar nas mesmas.

Las citas y explicaciones con respecto a los documentos son un ejemplo….se tienen que ampliar….
Ente 1808 y 1833 España vivió un largo proceso histórico caracterizado por el enfrentamiento entre dos modelos políticos e ideológicos bien diferenciados: absolutismo y liberalismo. La influencia de la revolución francesa y la invasión napoleónica marcaron el inicio de la revolución liberal en España que tuvo su máxima expresión en la Constitución de 1812.  El retorno de Fernando VII en 1814 supuso el restablecimiento del absolutismo y del A.R. que, exceptuando el periodo 1820-1823, se mantuvo hasta su muerte. Fue durante el reinado de su hija Isabel II (1833-1868) cuando el liberalismo se asentó definitivamente en España. La construcción del liberalismo se hace de modo lento debido a la unión de varios elementos:  la presión que ejerce el absolutismo, ahora transformado en carlismo que defienden posiciones absolutistas y legitimistas que cuestionan el reinado de Isabel II (se llevarán a cabo dos guerras y provocan fuertes gastos); las dificultades económicas, agravadas por los gastos de las guerras; la falta de unidad y constante enfrentamiento entre los grupos liberales; el excesivo peso de los militares; el fuerte centralismo, etc.
El liberalismo puede definirse como una corriente de pensamiento que defiende un nuevo concepto de poder y de sociedad basado en la libertad, igualdad jurídica, limitación de la autoridad y participación política de los ciudadanos frente al absolutismo y a los privilegios del A.R. Entre sus principios destacamos: igualdad de todos ante la ley, limitación del poder político, soberanía de la nación, división tripartita del poder (ejecutivo, legislativo y judicial), participación de los ciudadanos en el sistema político, existencia de una Constitución como ley suprema fundamental…
 La instauración del liberalismo trajo consigo la formación de órganos representativos (Cortes, diputaciones, ayuntamientos…) y los partidos políticos fueron los instrumentos para proveer de representantes a esas instituciones y organizar las diferentes opciones políticas. Estos primeros partidos tuvieron poco arraigo social ya que no eran más que una agrupación de personalidades alrededor de un notable, civil o militar, y no contaban con programas políticos elaborados. Se trataba de corrientes de opinión vinculadas por relaciones personales o por intereses económicos que se unían para participar en las elecciones. Ambos partidos estuvieron encabezados por espadones, que eran generales del ejército que adquirieron protagonismo político debido a la amenaza carlista y se convirtieron en únicos garantes del trono de Isabel II y árbitros de la situación política.
El liberalismo fue la expresión ideológica de los intereses de la burguesía y no formó una doctrina ideológica homogénea ya que distinguimos entre un liberalismo doctrinario y un liberalismo democrático. El liberalismo doctrinario, corriente ideológica dominante durante el periodo isabelino, se caracterizó por una monarquía constitucional en la que el rey ejercía el poder ejecutivo y compartía el poder legislativo con las Cortes; por una soberanía compartida; por un sufragio censitario; por una limitación de los derechos individuales y por el catolicismo de Estado. Estos principios fueron asumidos, en mayor o menor medida, por los grupos burgueses, pero existieron diferencias a la hora de ponerlos en práctica y provocó la división de los liberales doctrinarios en moderados y progresistas. El liberalismo se fue dividiendo es dos facciones durante el Trienio Liberal, una más exaltada, los llamados “veinteañistas” y otra más moderada, los “doceañistas”. En los años 30 se separan en el grupo moderado, que acoge a los “doceañistas”, que se integran en principio en torno a Francisco Martínez de la Rosa, artífice del régimen del Estatuto Real, y el grupo progresista, los exaltados o “veinteañistas”, que se articulan en torno a Juan Álvarez de Mendizal, que se opone al excesivo moderantismo. Desde ahí se irán conformando las dos opciones del liberalismo.
Un mecanismo fundamental para la difusión de las ideas del liberalismo era la prensa. Al mismo tiempo servía como elemento de confrontación entre los distintos grupos políticos, con diversas visiones sobre la construcción del Estado. La tirada era pequeña y su vida, en muchas ocasiones, corta (por la represión del gobierno, censura o acabar el problema que la hizo aparecer). Algunas duran mucho tiempo manteniendo una corriente de opinión fija: “El Universal” y “El Censor” de ideas moderadas; “El Espectador”, monárquico y clerical; “El eco del comercio” o “la Abeja”, de ideas progresistas.
 Los moderados o conservadores, su principal representante fue el general Ramón Narváez, asumieron plenamente los principios del liberalismo doctrinario y fueron férreos defensores de la exclusión de las masas de la participación política y de un Estado unitario y centralizado a través del control de la vida municipal por el gobierno central (nombramiento de los alcaldes por el gobierno).  La constitución de 1845, algunos de cuyos artículos aparecen recogidos en el doc. 1, adopta los principios del moderantismo entre los que destacamos la soberanía que desaparece del texto constitucional y se entiende compartida entre el rey y las Cortes (preámbulo del doc. 1: “siendo nuestra voluntad y la de las cortes” y art. 12), también vemos en el doc. 3 el autor, Fernando Garrido, ya nos dice que solo conceden a medias el principio de soberanía nacional.  En la Constitución del 45 no se hace alusión a la soberanía, se entiende que es compartida; y es un retroceso con respecto a los textos constitucionales anteriores. El principio de soberanía es un elemento de separación claro entre el absolutismo, que lo mantiene íntegro en el rey, el soberano, y el liberalismo que lo traspasa a la nación; pero entre las distintas tendencias del liberalismo hay diferencias, así los moderados hablan de la soberanía compartida rey-Cortes y los progresistas expondrán la idea de la soberanía nacional, como vemos también en el doc. 3,  parten del principio de la soberanía nacional, que colocan sobre todos los otros”, pero una soberanía que reside en las Cortes (como se expone en la Constitución del 37 y con sufragio censitario) no una soberanía nacional que se pueden entender como popular (en la Constitución del 12 soberanía nacional (Nación reunión de todos los españoles) y sufragio universal masculino), pero que después los liberales moderarán. Serán los demócratas los defensores del principio de soberanía nacional entendida como popular, como se recogerá en la Constitución de 1869; el modelo de sufragio establecido es fuertemente censitario (la ley electoral de 1846 establece un sufragio muy censitario que se reduce a 100.000 los votantes) y fijan condiciones muy elevadas de fortuna para ser candidato a Cortes; confesionalidad católica del Estado (art. 11), Cortes bicamerales (Congreso electivo y Senado de designación real vitalicio, aumentando los poderes del rey) (art. 13) y  restricción  de las libertades individuales entre las que destacamos la censura previa. En esta Constitución se establecía además la supremacía política de la Corona: tenía el poder ejecutivo, compartía la soberanía y el poder legislativo con las Cortes, nombraba libremente el gobierno, tenía derecho a veto, designaba a los senadores y tenía el poder de suspender, disolver y convocar las Cortes casi sin limitación. 
Estos son los principios principales  de la Constitución de 1845 que, junto a la creación de la Guardia Civil en 1844 en sustitución de la Milicia Nacional, a la Reforma fiscal de la Hacienda de 1845 de Alejandro Mon y Ramón Santillán, a la Ley de administración local y ayuntamientos de 1845, a la Ley de imprenta, de 1845, obra de Pidal que recortaba las libertades y otras leyes consolidaban un sistema políticamente autoritario y excluyente, socialmente oligárquico y administrativamente centralista. Que era posible imponer por la aplicación de una fuerte represión sobre las otras opciones políticas y las reivindicaciones sociales, con el uso sistemático del ejército y la Guardia Civil, del aparato judicial y del dominio ideológico de la iglesia sobre una población mayoritariamente analfabeta.
Entre ellos también hay varias tendencias: El grupo de Narváez, que podemos considerar de centro; LOS VILUMISTAS: Partidarios del ministro marqués de Viluma: pretendieron integrar el carlismo mediante el matrimonio de Isabel II con el sucesor de D. Carlos, regresar a una carta otorgada y dar marcha atrás a las desamortizaciones; enlazan con el movimiento neocatólico; Y LOS PURITANOS: Liderados por Joaquín F. Pacheco (será jefe de gobierno de marzo a agosto de 1847). Defendieron la Constitución de 1837 e integrar a los progresistas. Defendían la legalidad y tolerancia, por eso fueron llamados puritanos.
Algunos de los apartados de la constitución hay que aumentar para hacer explicaciones más profundas y hacer 2 o tres citas más del documento ejemplo como la soberanía. 
(Al hablar de la constitución se puede comparar con la constitución de 1837, si es así, entonces más abajo, donde está explicada la constitución del 37 se modifica ya que ya lo habríamos puesto) y   AUMENTAR ALGO DE CONTEXTO ….Caída de Espartero y llegada de los moderados desde 1844-54, alusión al incidente Olozaga, etc. Construcción del régimen moderado, alusión a las otras medidas que se ponen en marcha, etc.

Esta opción política moderada es la preferida por la Corona. Estará en el poder de 1844 al 54, la Década Moderada, siendo el general Ramón Narváez el artífice de su construcción, y después, desde 1858 al 68, colaborando con la Unión Liberal. Era la opción preferida de la reina que siempre nombraba como Jefes de Gobierno a políticos de tendencia moderada.

Por lo anterior, también podemos destacar que un rasgo en la actuación de estos partidos es el del intento de monopolizar el poder y emplear todos los medios para que el otro partido no lo alcance. Por ese motivo, unido a la preferencia de la reina en nombrar jefes de gobierno del partido moderado, es lo que hace que sea necesario el recurso al pronunciamiento militar para acceder al poder (se puede definir pronunciamiento y poner ejemplos: el de Torrejón de Ardoz o la Vicalvarada). Y de ahí la constante presencia y necesidad de los militares en los partidos políticos. Así la intervención militar se convirtió en un fenómeno crónico que evidencia la debilidad de los grupos civiles y de la burguesía para implantar sólidamente el liberalismo. El ejército se emplea para acceder al poder, mantenerse, combatir la oposición y dominar los grupos populares que exigen reformas más profundas.

Por su parte, en los progresistas, su principal líder fue Espartero. Procedían de los exaltados de las Cortes de Cádiz y del Trienio Liberal y siguieron una línea ambigua. Aceptaron gran parte de los principios del liberalismo doctrinario pero reclamaban la primacía de las Cortes sobre el rey, la descentralización municipal y una interpretación más amplia de las libertades.  La constitución de 1837 adopta los principios del progresismo entre los que destacamos la soberanía nacional que se entiende que reside en las Cortes, el aumento de los poderes del Rey, el sufragio censitario, una cierta tolerancia religiosa, Cortes bicamerales (Congreso electivo y senado designado directamente por el rey entre una lista triple por cada provincia), declaración explícita de derechos y libertades individuales entre los que destacamos la libertad de prensa sin censura previa, elección popular de los ayuntamientos… Esta Constitución otorgaba también amplios poderes al monarca que ejercía el poder ejecutivo, que compartía con las Cortes el poder legislativo, que sancionaba y vetaba las leyes, que convocaba, suspendía y disolvía las Cotes, aunque tenía que volver a convocarlas en un plazo de tres meses. Los progresistas ocupan en poder menos tiempo, empiezan con Mendizabal de septiembre del 35 a mayo del 36. Vuelven después del motín de la granja del 36 hasta finales del 37. Vuelven al poder con Baldomero Espartero como presidente del Consejo de Ministros (40-41) y Regente (17 de octubre de 1840-23 de julio de 1843), sigue Salustino Olozaga como presidente del Consejo de Ministros, que cae en noviembre del 43, (pasa el poder a los moderados) Vuelven al poder los progresistas después de la Vicalvarada desde julio del 54 a julio del 56 (Bienio Progresista).
En 1854 se formó con el nombre de Unión Liberal un nuevo partido que nació como una escisión de los moderados pero que atrajo a su seno a los grupos más conservadores del progresismo. Pretendía constituirse como una opción centrista entre los dos partidos clásicos pero no presentaba ideológicamente ninguna novedad. Era básicamente una unión política con finalidades de gobierno que agrupaba a los sectores descontentos con la política moderada. Sus impulsores fueron los generales O´Donnell y Serrano. El primero ejerció el poder en la última etapa del reinado de Isabel II y propició una serie de empresas militares fuera de España con el objetivo de prestigiar la monarquía.  Estén en el poder desde del 56 hasta el 66.
En 1868, la revolución, conocida como la Gloriosa o Septembrina, abrió la posibilidad de configurar un nuevo sistema político basado en los intereses de las clases medias y en los principios del liberalismo democrático entre los que destacamos: la soberanía popular sobre la que debían asentarse todas las instituciones políticas, el sufragio universal masculino, una rígida separación de poderes, la libertad de cultos y la separación Iglesia y Estado.
 Los demócratas, a cuyo manifiesto fundacional hace alusión el doc. 2,  surgieron  en la década de 1840 como una escisión de los progresistas ante su creciente moderación y constituyeron una minoría radical, a su vez dividida ente los partidarios de la monarquía y los partidarios de la república.  También está neófitos del socialismo español. El 8 de abril de 1849, se publica en el diario el Siglo el «manifiesto de la fracción progresista democrática» que se considera el nacimiento del Partido Demócrata. Son más radicales y preocupados de las cuestiones sociales. Defienden la soberanía nacional, el sufragio universal masculino, las libertades de conciencia, asociación y expresión que debían garantizarse por la tolerancia religiosa, el juicio por jurados y la libertad de imprenta. Se declaran republicanos. Eran partidarios de restaurar la Milicia Nacional, y de la abolición de las quintas y la abolición de los fueros y el establecimiento de un sistema fiscal proporcional a la riqueza que anulase los impuestos indirectos, en particular los consumos que afectaban a las clases populares. También en sus publicaciones se hacía difusión del pensamiento socialista. Su crecimiento es lento, tienen cierta actividad durante el Bienio Progresista, pero después pasan casi a la clandestinidad (algunos de sus líderes pasan por la cárcel, sufren cierres de periódicos y grandes multas) hasta los años previos a la revolución del 68. Entrarán en contacto con los progresistas y participarán en los pactos (Ostende y Bruselas) para la preparación de la Revolución del 68. Los principios democráticos aparecen recogidos en la Constitución de 1869 en la que se establecía, además de lo expuesto anteriormente, Cortes bicamerales formadas por Congreso y Senado con iguales atribuciones, libertad de cultos, derechos y libertades recogidos de manera amplia (derecho de asociación y reunión) y la monarquía como forma de gobierno.  (se require aumentar alguna explicación y hacer más citas). La mayoría de los demócratas encabezados por José María Orense, Francisco Pi y Margall, Estanislao Figueras, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar defendieron la República por lo que se refundó el partido bajo el nombre de Partido Republicano Democrático Federal, a partir de la Revolución de 1868, mientras la minoría encabezada por Nicolás María Rivero, Cristino Martos y Manuel Becerra y Bermúdez defendió que lo fundamental era el reconocimiento del sufragio universal (masculino) y de los derechos y libertades individuales y no la forma de gobierno a la que consideraban "accidental". Esta minoría de demócratas que aprobaron la monarquía fueron llamados "cimbrios". En el doc. 3 Fernando Garrido dice:” hay una fracción demócrata que cree posible la amalgama de la monarquía y de los principios democráticos, de la libertad individual y de la soberanía nacional”. Esa fue la separación de demócratas y republicanos que citamos antes.  Principales líderes serían:  Nicolás María Rivero, Cristino Martos y Manuel Becerra y Bermúdez. Prensa con ideas demócratas eran: La Discusión o La Democracia.  Una parte de los “cimbrios” se integrarán en el partido Demócrata Radical de Manuel Ruiz Zorrilla en 1870 (es una parte del antiguo partido Progresista) y el resto desaparecerá en 1912 definitivamente.
El desprestigio de la monarquía isabelina hizo ganar fuerza al republicanismo en detrimento del partido demócrata. Los republicanos defendían la república como la única opción verdaderamente democrática por permitir la elección de todos los cargos públicos, incluyendo la jefatura del Estado, y presentaban un fuerte carácter social y popular. El republicanismo desde sus orígenes estuvo dividido en torno a dos corrientes ideológicas: federalismo cuyo principal representante fue Pi y Margall y el unitarismo cuyo principal representante fue Emilio Castelar.  Tras la revolución de 1868 nace el Partido Republicano Demócrata, formado con una parte importante de demócratas descontentos por el mantenimiento de la monarquía. Entre sus líderes destaca Francisco Pi i Margall. También aparece el Partido Republicano Unitario dirigido por Emilio Castelar, que había abandonado el Demócrata. Otros dirigentes son José María Orense, Estanislao Figueras, Nicolás Salmerón. En el doc. 3…..hacer alusión y explicar…
Estas son las principales tendencias …….párrafo para concluir….
A modo de conclusión podemos decir que el modelo liberal que se asentó durante el reinado de Isabel II, se caracterizó por su inestabilidad política y constitucional con frecuentes cambios y alternativas de gobierno debido fundamentalmente a la falta de consenso entre las familias liberales.


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