COMPOSICIÓN 13. LA CRISIS DE LA
RESTAURACIÓN, LA DESARTICULACIÓN DEL SISTEMA CANOVISTA
Orientaciones del grupo de trabajo:
Sempre tendo en conta a información
subministrada polos documentos, o alumnado deberá explicar dende o Desastre
do 98 ata a Semana Tráxica, tocando os seguintes aspectos que inflúen na
desarticulación do sistema canovista: o rexeneracionismo, o fraccionamento
dos partidos dinásticos, o crecente papel do exército na vida política
(Lei de Xurisdicións de 1906), a tamén crecente contestación política ao
sistema (carlismo, nacionalismos periféricos, republicanismo), o auxe do
movemento obreiro (incremento da conflitividade social e atentados
anarquistas), e a guerra de Marrocos. Finalmente, fará referencia xenérica
ás reformas de Maura e Canalejas para superar a crise e os
seus fallidos resultados.
En 1895, con el grito de Baire se inicia otra
guerra en Cuba (el nombre viene del levantamiento simultaneo de 35 localidades
cubanas, entre ellas Baire). Liderada por José Martí, Máximo Gómez y José
Maceo. España envió a Martínez Campos y después a Valeriano Weyler, que con la
fuerte represión y táctica que aplica (divide la isla en trochas) consigue ir
imponiéndose, pero en 1898 Sagasta (entra por la muerte de Cánovas) lo cesa e
intenta negociar con los independentistas. Pero en ese momento se produce la
intervención de los EE.UU.
En febrero de 1898, se
produce el hundimiento del acorazado Maine
que los EE.UU. habían enviado a La Habana para proteger a los
americanos residentes en la Isla.
El 20 de abril, el presidente McKinley aprobó una propuesta del Congreso en la
que se exigía la inmediata retirada española de Cuba, y ofreció la posibilidad
de compra de la isla. El ultimátum no fue aceptado por el gobierno español, y
el 25 de abril Estados Unidos declaraba la guerra.
Los EE-UU entraron en la guerra tanto en Cuba
como en Filipinas. Las derrotas de Cavite (Filipinas) y Santiago (Cuba)
llevaron a la firma de la Paz de París en diciembre de 1898, que
significó el abandono de Filipinas, Cuba y Puerto Rico y la isla de Guam
(entregadas a EE.UU. por 20 millones de dólares). En 1899 las posesiones que
quedaban en el Pacífico, las islas Carolina y Marianas, fueron vendidas a
Alemania. Desaparecía así el imperio español en América y en el Pacífico.
Doc. 1-. Balance oficial de muertos en la Guerra de Cuba (1898):
En la guerra
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1 general
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60 oficialess
|
1.314 soldados
|
Por heridas
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1 general
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81 oficiales
|
704 soldados
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Por fiebre amarilla
|
313 oficiales
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13.000 soldados
|
|
Por otras enfermedades
|
127 oficiales
|
40.000 soldados
|
|
En la travesía de regreso
|
60 soldados
|
||
TOTAL
|
2 generales
|
581
oficiales
|
55.078 soldados
|
El desastre del 98 pone de
manifiesto todos los problemas de la Restauración. Se inicia el regeneracionismo.
Una reformulación general llevada a cabo por algunos políticos e
intelectuales que buscaban la dignificación de la política, la modernización
social y la superación del atraso cultural. Un movimiento regeneracionista al
margen del sistema parte de Joaquín
Costa, que intentó poner en práctica sus ideas regeneracionistas desde la
Unión Nacional (1900), un partido que quería convertirse en el tercer partido
dinástico, pero que fracasó, en parte por la falta de cohesión interna y la de
una estrategia política clara, y se disolvió en 1903. En las elecciones
obtuvieron unos pobres resultados y sus diputados acabaron integrándose en el
sistema de la Restauración. Después el movimiento se concentró en el análisis
intelectual. En el informe titulado “Oligarquía
y Caciquismo”, Joaquín Costa hacía una dura crítica del gobierno y la
necesidad de cambiarlo. Su programa se resume en el lema: escuela y despensa.
También afirmaba la necesidad de contar temporalmente en España con un
“cirujano de hierro” para solucionar los problemas del país.
Por otro lado, el desastre de
Cuba supuso la caída del gobierno de Sagasta. El nuevo gobierno de Francisco
Silvela, conservador que lidera el partido después de la muerte de Cánovas,
mostró un intento de renovación al dar entrada en el gobierno a figuras
políticas que estaban apoyadas por la burguesía catalana, como Manuel Durán i
Bas o al general Camilo García de Polavieja. Pero no encontrando apoyo
suficiente dimite en 1900. Las ideas de regeneración quedan en suspenso a la
espera de la toma del poder personalmente por el rey Alfonso XIII.
Así, a partir del desastre de
Cuba, la Restauración entra en un
período de crisis, que se produce, entre otras circunstancias por las siguientes: por el desastre
de Cuba, por el fraccionamiento y descomposición los partidos dinásticos al
quedar sin líder claro al desaparecer Cánovas y Sagasta, por fracasar sus
procesos de regeneracionismo al no tener apoyo sus reformas en el propio
partido y finalizar la lealtad y transaccionismo entre conservadores y liberales,
adoptando posiciones muy intransigentes; por la mala solución ante las crisis
que se producen; por la llegada de un nuevo rey que es más intervencionista y
que apoya las demandas de los militares;
por el cambio en la mentalidad en
los militares que adoptaron una postura de defensa corporativa de sus intereses
y de desprecio de la sociedad civil y del sistema liberal (los militares se
defendían diciendo que fueron enviados a una guerra sin los medios suficientes
para poder ganarla); por el mantenimiento del fraude y del caciquismo que
desacredita las propuestas de los partidos dinásticos y también por el
debilitamiento del caciquismo que les no les permite contralar a las fuerzas de
la oposición. En ese sentido la sociedad española sufre un proceso de
crecimiento económico y modernización social. Estas transformaciones ayudarán a
que las fuerzas de la oposición (los nacionalismos, republicanos, movimiento
obrero, anarquismo...) adquiriesen una mayor presencia e influencia en la vida
social y política, lo que contribuye a la crisis de la Restauración.
Los
gobiernos desde el desastre de Cuba hasta el inicio del reinado de Alfonso XIII
están marcados por el regeneracionismo. Primero el conservador Francisco
Silvela y después, desde octubre de 1901, el liberal Sagasta. Son años en los
que los partidos del turno se debaten en luchas internas ante la falta de un
líder. En el partido conservador se afianzará Antonio Maura. Maura no logrará
mantenerse debido a los problemas con el rey (nombramientos militares) y al
problema de la Semana Trágica. Desde 1913 el líder es Eduardo Dato. El partido
queda dividido entre los mauristas y los partidarios de Dato, los llamados
“idóneos”, aunque Maura formó un gobierno en 1918. En el partido liberal están enfrentados:
Eugenio Montero Ríos, José López Domínguez, Francisco Romero Robledo,
Segismundo Moret y José Canalejas, que será el que logre aglutinar al partido.
Se disputan el liderazgo Montero Ríos, en el sector más a la izquierda
(introducir reformas de signo social), y Segismundo Moret, más centrista, hasta
que José Canalejas formó gobierno en 1910[1].
Gobiernan del 5 al 7. El partido está muy dividido, cae por la Ley de
Jurisdicciones (está Montero Ríos que cesa y lo sucede Moret) que provoca una
gran división entre los liberales.
Las
primeras acciones de estos gobiernos iniciales quedan a la espera de la llegada del nuevo rey, Alfonso XIII,
que asume el reinado en mayo de 1902, con 16 años. De él se esperaba que
encabezara la regeneración, pero su reinado será propiciatorio de la crisis ya
que será un rey que quiere hacer política y no quedar solo como árbitro de
partidos y se identificará con las demandas de los militares.
“Yo puedo ser un rey que se llene de gloria regenerando a la patria,
cuyo nombre pase a la Historia como recuerdo imperecedero de su reinado, pero
también puedo ser un rey que no gobierne, que sea gobernado por sus ministros y
por fin puesto en la frontera. (...) Yo espero reinar en España como Rey justo.
Espero al mismo tiempo regenerar la Patria y hacerla, si no poderosa, al menos
buscada, o sea, que la busquen como aliada. Si Dios quiere para bien de
España."
Fuente: diario de Alfonso XIII, 1
de enero de 1902."
PRIMER CONSEJO DE MINISTROS DEL
REY ALFONSO XIII
(...) el Rey, como si en vida hubiera hecho otra cosa que presidir
ministros, con gran desenvoltura, dirigiéndose al de la Guerra en tono
imperativo, le sometió a detenido interrogatorio acerca de las causas
motivadoras del cierre decretado de las Academias militares. Amplia
explicación, amplia para su acostumbrado laconismo, le dio el general Weyler;
no quedó satisfecho Don Alfonso, opinando que debían abrirse de nuevo. Replicó
D. Valeriano con respetuosa energía, y cuando la discusión tomaba peligroso
giro, la cortó Sagasta, haciendo suyo el criterio del Rey, resultando con
esto vencido el ministro de la Guerra. (...)”.
El turno entre los partidos se mantiene,
pero debilitado. El gobierno de Sagasta da paso en 1903 al de Antonio
Maura, hasta 1905. Maura intenta
plantear la idea de una “revolución desde arriba”. Pretendía una
regeneración del sistema a partir del apoyo de las “clases neutras” (clases
medias). Quería un gobierno fuerte que desarmase al caciquismo, pero
manteniendo controladas a las masas populares. Pero su primera etapa de gobierno
cae por la intromisión del rey por unos nombramientos militares (nombrar
al general Polavieja como Jefe del Estado mayor en lugar del candidato de
Maura). Le sucede en el turno el liberal Montero Ríos, que planteaba un proceso
de descentralización política, pero se tuvo que enfrentar con el problema
del aumento de la presencia de los militares en la vida política y del ataque de los militares al semanario
Cu-Cut, que provoca su caída. En 1905 un grupo de militares asaltaron la
redacción de la revista satírica Cu-Cut y del periódico La Veu de Catalunya,
por las críticas que hacían al ejército y la defensa que hacían del
catalanismo. La mayor parte de los militares aplaudieron la acción; Montero
Ríos quería sancionarlos, pero el rey salió en su defensa y Montero Ríos tuvo
que presentar la dimisión.
Su sucesor Segismundo Moret tiene
que aceptar la Ley de Jurisdicciones de 1906. Ley de jurisdicciones por la
que se sometía al código militar los delitos de opinión y obra contra la patria
y el ejército y se endurecían las penas. Esta ley desprestigió a los liberales
y su derogación se convirtió en la reivindicación clave de los partidos
nacionalistas, republicanos y movimiento obrero. Además, ayudó a unir las
principales fuerzas nacionalistas catalanas. A raíz de la aprobación de esta
ley Moret fue perdiendo apoyo en las Cortes, y finalmente cae por el atentado
al rey por Mateo Morral en mayo de 1906. Los liberales mantienen el turno pero
muy enfrentados, por lo que finalmente el rey llamó de nuevo a los conservadores.
Entra Maura en enero de 1907 para formar el llamado “gobierno largo” hasta
octubre de 1909. Los militares tienen cada vez más presencia en la vida
política.
Maura
continua con la idea de la revolución desde arriba y de platear reformas que
acabaran con las críticas de la oposición. Entre sus principales medidas
destacamos:
- Una
reforma de la administración local de 1907, dando mayor autonomía y
competencias a los ayuntamientos. Intentaba conseguir el apoyo de la gente que
pedía descentralización (pretendía eliminar así la crítica desde el
nacionalismo, sobre todo el catalanismo). También se permitía la creación de
mancomunidades provinciales (para atraerse al nacionalismo), pero fue una ley
muy debatida y no se aprobó.
- En
la economía, una mayor intervención (Ley de protección industrial). Para
ganar el voto de los productores, sobre todo catalanes.
- En
política social, creación del Instituto Nacional de Previsión. Para
conseguir el apoyo del proletariado y desarmar al movimiento obrero.
- Una
“moralización” de las elecciones con la Ley electoral de 1907. Para
acabar con la crítica al caciquismo y el fraude. Introducía el voto obligatorio
y las reclamaciones de las votaciones ante el Tribunal Constitucional; pero
que permitía no celebrar votaciones (art. 29) si en el distrito electoral
se presentaba el mismo número de candidatos que diputados a elegir, por lo
que se aumentaba la corrupción (contrasentido de la ley).
Pero
su gobierno se tuvo que enfrentar a la
crisis de la Semana Trágica de Barcelona y sus consecuencias.
Esta
crisis viene motivada por los intereses de los militares por tener más
prestigio y poder, y por la represión que ejerció el gobierno para
controlar las manifestaciones antimilitaristas y anticlericales. Para acabar
esta revuelta, Maura lleva a cabo una fuerte represión que lo desprestigia y lo
obliga a dimitir. Su caída provoca más inestabilidad, y que el partido
conservador quede sin líder.
La Semana Trágica se inició
por la movilización popular contra la guerra de África. En 1906 se realiza
la Conferencia Internacional de Algeciras que le otorgó a España el
protectorado (junto con Francia) sobre Marruecos, y los enclaves de Ifni y Río
de Oro. La presencia española motivó los ataques de los rifeños (cabilas), el 9
de julio de 1909. Este ataque inicia la llamada Guerra de Melilla que se
extiende hasta diciembre de 1909. El gobierno decretó el envío de más soldados.
La recluta de las quintas y de reservistas (casados y con hijos) provocó el
inicio de las protestas de la población, en julio de 1909, en Barcelona; aún
más al comprobarse que los ricos podían librarse pagando un cupo en metálico. Los
socialistas (UGT) y anarquistas (Solidaridad Obrera) promovieron una huelga
general. Se inicia la huelga el 26 de julio: Las noticias de la derrota del
Barranco del Lobo (el 27 de julio de 1909, muerte de unos 300 reservistas del
contingente de julio) provocaron que la huelga general convocada para protestar
desembocase en una insurrección conocida como Semana Trágica de Barcelona.
La revuelta tuvo un fuerte componente antimilitarista y de rechazo a la
hegemonía social y cultural de la Iglesia. Fue alentada por los radicales
(Lerroux), anarquistas y socialistas; tuvo una gran participación del
pueblo; quemaron iglesias, etc.
El gobierno respondió
declarando el estado de guerra y reprimiendo con el ejército la revuelta.
78 muertos, cientos de heridos, más de 2000 procesados. La represión posterior sobre los líderes
obreros fue muy fuerte, con 17 condenados a muerte y 5 ejecutados, entre ellos Francisco
Ferrer y Guardia (pedagogo anarquista impulsor de la Escuela Moderna). La
revuelta fue parada por la dura represión, la falta de seguimiento en el resto
de España, el cansancio obrero y la promesa por parte de la patronal de no
descontar los días de huelga en caso de volver al trabajo.
Como consecuencia, Maura tuvo
que abandonar el gobierno (¡Maura no!) ante la campaña de denuncia de la
fuerte represión Maura presentó su dimisión esperando que el rey no la
aceptara, pero en su lugar nombró un gobierno liberal encabezado por Segismundo
Moret. Por otra parte, el movimiento catalanista se fragmentó. La Lliga y la
burguesía fueron acusadas de colaborar con la represión, y dio lugar a la
aparición de un movimiento nacionalista republicano y de izquierdas que se
concretó en la Unión Federal Nacionalista Republicana en 1910.
La crisis de gobierno se saldó
con la dimisión de Maura y la llegada de los Liberales. Y significó el
fin del poco entendimiento que quedaba entre los conservadores y los liberales,
al no haber apoyado estos al gobierno (en opinión de Maura) en los momentos
críticos de ese año.
En febrero de 1909 entra en el
gobierno José Canalejas, sustituyendo a Moret, hasta que es asesinado en
noviembre de 1912. En su actuación destacamos:
- Una
mayor intervención del estado en materia social y laboral (jornada de 8 horas,
regulación del trabajo de mujeres y niños, seguridad social, reducción de
impuestos de consumos, reclutamiento (nueva ley que obliga a todos los
hombres y suprime la redención o pago para librarse del servicio militar,
aunque mantiene el pago para reducir el tiempo del servicio), etc.
- Una
secularización de la vida política, separando claramente Iglesia y Estado.
Había que atender el problema de “la cuestión religiosa”: disminuir el peso de
la iglesia en la educación, disminuir el gran número de congregaciones
religiosas, rebajar los costes de los gastos de culto y clero. Supuso la oposición de la Santa Sede y la promulgación de la Ley del Candado
de 1910 (nueva Ley de asociaciones y que las órdenes religiosas deben
acogerse a ella) para limitar la presencia de órdenes religiosas en España; muy
criticada fue retirada posteriormente. Se produce en un ambiente de aumento del
sentimiento anticlerical, que va creciendo cada vez más en la opinión pública
urbana.
Sus acciones
quedan truncadas con su asesinato. Le sucede en el cargo el conde de Romanones
que es incapaz de mantenerse en el poder por las rivalidades dentro de su
partido. En ese momento entran en el turno los conservadores, pero sin líder
por la marcha de Maura, se acentuará la crisis del sistema de la Restauración y
con el inicio de la Primera Guerra Mundial todos los problemas se verán
empeorados.
Durante estos
años también se produce un
fortalecimiento de la oposición. Cada vez aumenta su crítica hacia el
sistema y les resta poder a los partidos dinásticos. El movimiento obrero cobra
fuerza: En 1907 se funda la confederación sindical Solidaridad Obrera en
Barcelona, de tendencia anarcosindicalista, y que publica un órgano de
expresión de mismo nombre, periódico conocido popularmente como la
"Soli". En 1910 fundan la CNT (Confederación Nacional del Trabajo)
que superá en afiliados al sindicato socialista de la UGT. La CNT se
definía como revolucionaria, proclamaba la independencia del proletariado de la
burguesía y de sus instituciones (Estado) y la necesidad de unidad sindical.
Entre los líderes destacan: Salvador Seguí, Ángel Pestaña y Joan Peiró. A pesar
de los intentos de los gobiernos por iniciar una legislación laboral no se
logró nada, de ahí la lucha de los obreros por conseguir mejores condiciones de
trabajo y salario. Las manifestaciones aumentan, sobre todo en los
núcleos industriales, y también se produce un aumento de atentados terroristas
llevados a cabo por anarquistas (al rey, Maura, Canalejas, etc.)
Los partidos
políticos de la oposición están divididos en varias facciones, el partido
Radical de Alejandro Lerroux (fundado en 1908), con fuerte apoyo en
Barcelona, muy anticlerical, antimilitarista y populista; y el partido
Reformista, creado en 1912 por Melquíades Álvarez. El Partido
Socialista, sigue creciendo y paso a colaborar con otras fuerzas de
izquierda y establecer coaliciones con los republicanos, creando la Conjunción
Republicano-Socialista, en 1907; le permitirá obtener su primer diputado en
1910 (Pablo Iglesias). El Carlismo mantiene su peso en las provincias
vascongadas manteniendo sus reivindicaciones fueristas y hasta autonomistas. Y
sigue creciendo el nacionalismo: En el catalanismo destaca la creación
de la Lliga Regionalista tras la confluencia de los intereses de sectores
catalanistas y la burguesía industrial. Entre sus líderes estaban Prat de la
Riba y Francesc Cambó. Su programa era conservador e incluso
elitista. Desde su fundación conquista éxitos electorales y, a partir de
1907, con la fundación de “Solidaritat Catalana” en unión con los
carlistas y republicanos, dominan las elecciones en Cataluña. El
nacionalismo vasco se
consolida en los primeros años del XX, y controla sobre todo la provincia de
Vizcaya. El discurso del P.N.V. se hizo más moderado para captar a la
burguesía. Finalmente, el nacionalismo en Galicia no logró consolidarse
como fuerza política ya que los grupos regionalistas se integraron en los
partidos dinásticos. Lo único destacable es la formación de “Solidaridad
Gallega” en 1907, pero que tuvo poco éxito. En cuanto al movimiento obrero Los
sindicatos tuvieron un fuerte crecimiento: tanto los marxistas, la UGT,
como los anarquistas. Uno de los elementos que determinó el crecimiento fue la
fuerte conflictividad laboral. El
anarquismo fue más importante en Cataluña. En 1907 crearon Solidaridad
Obrera y en 1910 la CNT (Confederación Nacional del Trabajo).
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