COMPOSICIÓN 24. LA CRISIS DE LA UCD Y EL GOLPE DE ESTADO
COMPOSICIÓN 24. LA CRISIS DE LA UCD Y EL GOLPE DE ESTADO
ORIENTACIONES DEL GRUPO DE TRABAJO: Sempre tendo en conta
a información subministrada polos documentos, o alumnado deberá
demostrar que coñece as dificultades
básicas polas que pasou UCD e que levaron ao seu líder, Adolfo Suárez, a
presentar a dimisión. Igualmente analizará o intento de golpe de Estado que
tivo lugar no contexto do proceso de substitución do presidente de goberno
(obxectivo, principais líderes, actuación da monarquía e consecuencias).
Adolfo Suárez (presidente en 3
ocasiones: 1ª julio 76 a julio 77, 2ª de julio del 77 a abril del 79 y 3ª de
abril del 79 al 29 de enero del 81) desenvolvió un programa de gobierno
centrado en la democratización de la vida española, iniciándose la puesta en
marcha de los principios constitucionales. Entre las principales medidas
destacan:
- La reforma del Ejército y de la legislación
militar para adaptarlo al nuevo marco constitucional. En esta labor contó con el teniente general Manuel
Gutiérrez Mellado que desempeñó la Vicepresidencia del Gobierno y el Ministerio
de Defensa.
- Los Pactos de la Moncloa. Acuerdo firmado
durante la etapa constituyente que manifiesta el espíritu de consenso (octubre
de 1977). En él los agentes sociales se comprometían a establecer una
estrategia común para lograr la estabilidad del país mediante la consolidación
de la democracia, reducir la conflictividad social y adoptar medidas para
abordar la crisis económica (crisis que venía desde 1974). - Inicios de la Reforma Fiscal. Impulsada por Francisco Fernández Ordóñez
con la introducción de un nuevo sistema impositivo sobre las personas físicas y
su patrimonio (IRPF). Base para la creación del Estado de Bienestar.
- También una reforma en la Seguridad Social y un
incremento de su financiación pública, lo que permitió la extensión del
seguro de desempleo y un incremento de las pensiones de jubilación.
- Proyección exterior e integración en
Europa: reinicio de las gestiones para entrar en la CEE.
- Desarrollo del proceso autonómico. De 1978
a 1983 el Estado español quedó organizado en 17 CC.AA. regidas por sus
Estatutos de Autonomía.
Después de aprobada la Constitución se celebraron elecciones el 1 de
marzo de 1979, que tuvieron unos resultados
semejantes a los del 77. No supusieron un reforzamiento de la UCD, como pensaba
Suárez, ni un triunfo de la alternativa socialista. También fueron convocadas elecciones municipales para el 3 de
abril, consiguiendo el PSOE un triunfo en los núcleos urbanos. Pero también se había producido otro
acontecimiento que fue la fuerte
abstención del electorado; se estaba incubando el fenómeno del desencanto político.
Suárez comenzaba a tener problemas para
gobernar y al no tener mayoría absoluta tenía que ir pactando para sacar
adelante las distintas leyes orgánicas que desarrollaban la Constitución. Eran
momentos de tensión y de gran éxito, como fue la aprobación consensuada de los
Estatutos de Cataluña y del País Vasco o el desarrollar el proceso autonómico a
través del artículo 143 (vía lenta). Su posición se erosionaba no solo en el Parlamento.
El desarrollo del estado de las autonomías era un gran problema:
Los nacionalismos históricos tenían un gran peso y los nacionalismos no históricos
reivindicaban una forma de acceso a la autonomía y un techo competencial
similar a las nacionalidades históricas. Era lo que se llamaba "café para
todos". Los vascos y los catalanes se negaban a ello, pues entendían que
no se les reconocía su hecho diferencial y que era una forma de diluir sus
reivindicaciones históricas. En este sentido, especialmente graves fueron los
problemas políticos surgidos con Valencia y Andalucía que querían acceder a la
autonomía por la vía del art. 151., que permite acceder más rápido que por la
vía del art. 143 de la Constitución, y permite acceder a un techo competencial
más elevado.
La autonomía catalana: Suárez había pactado con el líder
nacionalista Josep Tarradellas su vuelta del exilio (era presidente de la
Generalitat en el exilio desde 1954) y el restablecimiento provisional de la
Generalitat. Por el Real Decreto-Ley 41/1977, de 29 de septiembre de 1977,
quedaba restablecida y Tarradellas se convertía así en el primer presidente de
la nueva Generalitat, el 17 de octubre del 77 (discurso desde el balcón del
palacio de la Generalitat: «Ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí!»), a la vez
que se elaboraba un proyecto de Estatuto de Autonomía. La negociación del
proyecto de Estatuto será muy dura, las enmiendas que presenta la UCD rebajan
los contenidos del estatuto, que será finalmente aprobado, pero que llevan al
enfrentamiento de la UCD con Convergencia i Unió de Jordi Pujol. En las
elecciones al parlamento catalán de 1980, gana Convergencia y la UCD queda
relegada al cuarto lugar.
En el País Vasco, los obstáculos fueron mucho mayores por la
existencia de la banda terrorista ETA y un sector independentistas más radical
y violento. Sin embargo, eso no impidió que se aprobara en enero de 1978 el
Consejo General Vasco, por Real Decreto-ley 1/1978, de 4 de enero, y se
elaborara el proyecto de Estatuto. El primer presidente del Consejo fue el
socialista Ramón Ruibal. El segundo Consejo General Vasco se constituyó en
junio de 1979, siendo su presidente Carlos Garaikoetxea, del Partido
Nacionalista Vasco. El proyecto presentado llevó al enfrentamiento con la UCD,
como en el caso catalán, y después de ser aprobado en el Parlamento, fue
sometido a referéndum el 25 de octubre de 1979, siendo aprobado.
En el caso de Galicia, el proceso fue un poco más lento: Fue
aprobado por la Asamblea el 25 de junio del 79. Sometido a votación (el BN-PG
pedía el No y el Partido Obreiro Galego la abstención) fue aprobado el Estatuto
de Autonomía el 21.12.80 y ratificado por las Cortes el 17-2-1981. Promulgado
mediante la Ley Orgánica de 6 de abril de 1981.
El resto de comunidades mostraban un descontento, como Andalucía y
Valencia (que conseguirán más adelante ser admitidas por la vía del 151), lo
que desgasta la posición de la UCD.
Por otra parte, dentro de su partido se hacían más fuertes
las diferencias ideológicas y los personalismos, o que unido a la pérdida
de apoyo en los distintos procesos electorales llevaría a la UCD, finalmente, a
su desintegración en 1983.
Por su parte ETA seguía con los atentados terroristas (ahora más numerosos que
durante el régimen de Franco) a los que se añadían los realizados por la
ultraderecha.
Por otra parte, el principal partido de la oposición, el PSOE,
llevó a cabo una serie de cambios para presentarse como una alternativa viable.
Cambios en la organización y dirección que lo convierten en un partido muy
centralizado y cohesionado con gran disciplina.
No ganar las elecciones había sido una decepción y la dirección, Felipe
González, planteó, en el 28 Congreso Socialista, la necesidad de abandonar el
marxismo de la definición del partido, para poder aumentar su base electoral;
no fue aceptada y la dirección presentó la dimisión. En septiembre de 1979, se
celebró el 29 Congreso, siendo aclamado Felipe González y aceptadas sus tesis,
ahora integrado en la socialdemocracia europea. En lo que respecta a la
estrategia política, a partir de mayo de 1980, abandonan la política de
consenso, y presentan una
moción de censura al gobierno, que fracasa pero que potenció la figura de Felipe González y erosionó definitivamente la de Adolfo
Suárez.
Finalmente, a estas dificultades
políticas hay que añadir las económicas, el avance del terrorismo (más de 200
muertos entre 1979 y 1980,) y la presión
de los militares (romper la unidad de España con las Autonomías y no parar
el terrorismo) es constante, en 1978 se frustra un intento de golpe (la
Operación Galaxia _nombre del bar de las reuniones-) en la que estaban
implicado el t. coronel Tejero, que solo es condenado a 7 meses; la débil
condena y la presión de la derecha erosiona aún más a Suárez, lo que le lleva a presentar
la dimisión el 29 de enero de 1981.
El candidato propuesto para la
presidencia del gobierno fue Calvo Sotelo. Al no tener la UCD la mayoría
absoluta fue necesaria una segunda votación. El 23 de febrero de 1981 cuando se estaba celebrando la votación se
produjo el intento de golpe de estado
(23-F). El teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero, que ya
había participado en otras intentonas golpistas, al mando de unos cuatrocientos
guardias asaltó el Congreso y mantuvo como rehenes al gobierno y a los
parlamentarios, mientras se anunciaba la llegada de una autoridad (hablaban del
Rey, ¿sería el “Elefante Blanco” ¿¿??) que se pondría al mando. Más tarde llegó
el general Armada, para formar un gobierno de concentración. (Su plan era
capturar a los poderes ejecutivo y legislativo, levantar varias regiones
militares –Valencia, Madrid, Valladolid…-, para forzar el seguimiento de las
demás, y presentarse en el Congreso para la formación de un gobierno encabezado
por el general Armada, que supuestamente contaba con la aprobación de la
Corona). El resto de capitanías generales y regiones militares mantuvo la
legalidad, menos el general Miláns del Bosch en Valencia, que sacó los tanques
a la calle exigiendo la rendición de la población, y el general Torres Rojas,
que llegó de A Coruña a Madrid e intentó movilizar la división acorazada
Brunete y controlar la radio y la tele (son ocupadas, pero el regreso del
general Juste que era el jefe de la Brunete desmoviliza esa operación). Dentro
del Congreso seis diputados son apartados del resto (Adolfo Suárez, Gutiérrez
Mellado, Rodríguez Sahagún (de UCD), Felipe González, Alfonso Guerra y Santiago
Carrillo. Fuera, para evitar un vacío de poder, se formó un gobierno
Provisional o Comisión permanente con los subsecretarios de todos los
ministerios, presidido por Francisco Laína. Se intenta negociar con Tejero y se
llama a la calma de la población, que se mantiene expectante ante los hechos.
La radio fue fundamental para conocer los acontecimientos (“noche de los
transistores”). El general Armada tenía un plan que consistía en acudir a
Zarzuela, para que el rey le autorizase a ir al Congreso para formar un
gobierno de coalición (con Felipe González y gente de todos los partidos,
incluso comunistas; pero no acudió (o no lo dejaron acudir; “no está ni se le
espera” fue la frase del Secretario de la Casa del Rey, el general Sabino
Fernández Campos al general Juste, jefe de la Brunete, para constatar que el
rey no estaba en los planes del golpe; eso hizo que Juste no movilizara sus
tropas sobre Madrid). Armada fue al Congreso, pero el plan no fue del gusto de
Tejero por la presencia de gente de la izquierda, por lo que no permitió la proclamación
de ese gobierno. La actuación del Rey fue clave para la resolución del
conflicto. Desde el palacio de la Zarzuela convocó la Junta de Jefes de Estado
Mayor, contactó con las capitanías, exigiendo el respeto a la Constitución y su
lealtad, y emitió un mensaje por la televisión (a la una y cuarto de la
madrugada del 24) en la que confirmaba que había ordenado mantener el orden
constitucional vigente y que no toleraba la interrupción por la fuerza del
proceso democrático. Tras el mensaje del Rey, Miláns retira sus tropas, y en el
Congreso queda solo Tejero. La situación queda controlada y en la mañana
siguiente se produce la rendición de los sublevados (se negocia la salida de
Tejero sin periodistas y que solo fuesen juzgados los participantes de teniente
para arriba). A las doce y cuarto de la mañana todo acababa. Armada, Tejero y
Miláns serán condenados a 30 años de prisión
El día 25 de febrero inicia Calvo Sotelo su
gobierno durante el que se lleva a cabo la aprobación de leyes muy importantes
como: la ley del Divorcio, la Ley del defensor del Pueblo, y la LOAPA (ley que
obligaba a las comunidades autónomas no históricas a desarrollar su estatuto de
Autonomía por el artículo 143 (vía lenta)). También se produce en junio de 1982
la entrada de España en la OTAN.
El
gobierno de Calvo Sotelo fue ganando cada vez una oposición mayor, sobre todo
con la LOAPA y la entrada en la OTAN. A eso se une el proceso de descomposición
de la UCD tras la salida de Adolfo Suárez. En ese contexto se produce la
disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones para el 28 de octubre
de 1982.
El resultado de esas
elecciones fue el aplastante triunfo del PSOE (48%), y la casi desaparición de
la UCD (7%). La coalición de derechas AP-PDP quedó en segundo lugar, pero muy
lejos (106 deputados), y los partidos nacionalistas se mantuvieron. El PCE
llevó un gran descalabro.
El
triunfo socialista en estas elecciones cerraba la etapa de la transición
democrática. La mayoría de la población apostaba por el cambio ofertado por los
socialistas. Se inauguraba el periodo de la consolidación democrática.
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