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miércoles, 6 de septiembre de 2017

BLOQUE 3. La formación de la monarquía hispánica y a su expansión mundial (1474-1700)

Bloque 3. La formación de la monarquía hispánica y a su expansión mundial (1474-1700)

§ B3.1. Los Reyes Católicos: unión dinástica de Castilla y Aragón; reorganización del Estado; política religiosa; conquista de Granada; descubrimiento de América; incorporación de Navarra; relaciones con Portugal.

§ HEB3.1.1. Define el concepto de unión dinástica aplicado a Castilla y Aragón en tiempos de los Reyes Católicos y describe las características del nuevo Estado.
§ HEB3.1.2. Explica las causas y las consecuencias de los hechos más relevantes de 1492.
§ HEB3.1.3. Analiza las relaciones de los Reyes Católicos con Portugal y los objetivos que perseguían.

§ B3.2. Auge del Imperio en el siglo XVI: dominios de Carlos I y de Felipe II; modelo político de los Austrias; conflictos internos; conflictos religiosos en el seno del Imperio; conflictos exteriores; exploración y colonización de América y del Pacífico; política económica respecto a América; la revolución de los precios y el coste del Imperio.
§ HEB3.2.1. Compara los imperios territoriales de Carlos I y de Felipe II, y explica los problemas que provocaron.
§ HEB3.2.2. Explica la expansión colonial en América y en el Pacífico durante el siglo XVI.
§ HEB3.2.3. Analiza La política respecto a América en el siglo XVI y sus consecuencias para España, Europa y la población americana.

§ B3.3. Crisis y decadencia del Imperio en el siglo XVII: los validos; expulsión de los moriscos; proyectos de reforma de Olivares; guerra de los Treinta Años y pérdida de la hegemonía en Europa en favor de Francia; rebeliones de Cataluña y Portugal en 1640; Carlos II y el problema sucesorio; crisis demográfica y económica.
§ HEB3.3.1. Describe la práctica del valimiento y sus efectos en la crisis de la monarquía.
§ HEB3.3.2. Explica los principales proyectos de reforma del Conde Duque de Olivares.
§ HEB3.3.3. Analiza las causas de la guerra de los Treinta Años y sus consecuencias para la monarquía hispánica y para Europa.
§ HEB3.3.4. Compara y comenta las rebeliones de Cataluña y Portugal de 1640.
§ HEB3.3.5. Explica los principales factores de la crisis demográfica y económica del siglo XVII, y sus consecuencias.
§ HEB3.3.6. Representa una línea del tiempo desde 1474 hasta 1700, y sitúa en ella los principales acontecimientos históricos.

§ B3.4. El Siglo de Oro español: del Humanismo a l Contrarreforma; Renacimiento y Barroco en la literatura y en el arte.
§ HEB3.4.1. Busca información de interés (en libros e internet) y elabora una breve exposición sobre los siguientes pintores del Siglo de Oro español: El Greco, Ribera, Zurbarán, Velázquez e Murillo.
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§ B3.1. Los Reyes Católicos: unión dinástica de Castilla y Aragón; reorganización del Estado; política religiosa; conquista de Granada; descubrimiento de América; incorporación de Navarra; relaciones con Portugal.
UNIÓN DINÁSTICA: INTEGRACIÓN DE LAS CORONAS DE CASTILLA Y ARAGÓN.
            La unión dinástica de la Corona de Aragón y de Castilla se produce por el matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón. En matrimonio se celebró en secreto en 1469.
            La guerra sucesoria en Castilla. Isabel I de Castilla asciende al poder tras una guerra civil. Durante el reinado de Enrique IV (1454-1474) se produce un levantamiento de la nobleza ("Farsa de Ávila") y éste, para evitar la guerra, nombra heredero a Alfonso de Castilla, su hermanastro, en vez de a su hija Juana. Muerto Alfonso (1468) sus derechos pasaron a su hermana Isabel. Tras un nuevo enfrentamiento armado se llega al acuerdo de los Toros de Guisando en que Enrique IV reconoce a Isabel como su heredera.
            A la muerte de Enrique IV estalla una guerra civil entre los partidarios de Isabel I y los partidarios de Juana " La Beltraneja". A Isabel le apoyarán las ciudades, parte de la nobleza y la Corona de Aragón; a Juana le apoyarán la gran nobleza temerosa de una monarquía fuerte, Portugal y Francia.
            En 1469 se pone fin a la guerra civil con el tratado de Alcaçobas. La ya reina Isabel dominó a la levantisca nobleza castellana que a partir de ese momento perderá todo su poder político y vivirá a la sombra de la monarquía.
            Fernando II de Aragón hereda los dominios de su padre en 1479, uniéndose las Coronas de Castilla y Aragón. Según la Concordia de Segovia firmada en 1475, ambos monarcas dispondrán de igual poder "Tanto monta, monta tanto".

HEB3.1.1. Define el concepto de unión dinástica aplicado a Castilla y Aragón en tiempos de los Reyes Católicos y describe las características del nuevo Estado.

Unión dinástica.
“Unión dinástica” es la unión de varios reinos, Estados, dominios, etc, bajo un mismo soberano o gobernante por derecho dinástico. Como consecuencia de tal tipo de unión, estos reinos o Estados que han sido fusionados, no han sido integrados, sino que la misma persona posee cada uno de ellos de forma independiente, y, por lo general cada territorio mantiene sus propias instituciones y legislación (particularismo).
            La unidad dinástica no supuso la unión política, ni la unidad de los pueblos. Fue un vínculo personal entre los soberanos, entre los representantes de dos dinastías. Cada reino conservó su organización institucional, sus antiguas leyes, sus propias formas de recaudar impuestos, y sus monedas, pesos y medidas. Así también, cada reino continuó teniendo su particular estructura económica y social, dentro del ordenamiento feudal. Incluso, en el plano legal, los súbditos de una Corona eran considerados extranjeros en la otra. Las aduanas entre unos y otros territorios certificaban esta situación de independencia.
            En la Corona de Aragón continuaron vigentes las Cortes de cada reino y sus instituciones. El nuevo reinado, no obstante, impuso dos instituciones nuevas de gran importancia: el virrey, verdadero delegado real con poderes ejecutivos y judiciales, y el Consejo de Aragón (1494), que tenía funciones de carácter consultivo y de asesor de los monarcas en las cuestiones que se refirieran a la Corona catalana-aragonesa.
            Por su parte, en Castilla también continuaron las Cortes, que en este caso estaban constituidas por los nobles, los eclesiásticos y los representantes de las principales ciudades castellanas. Pero su vida fue poco activa. De hecho, el fortalecimiento financiero de la propia Monarquía llevó a que las Cortes fueran convocadas en muy pocas ocasiones.

Características del nuevo Estado
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El objetivo principal de los Reyes Católicos fue el reforzamiento del poder real y uno de sus mejores medios fue la política religiosa, concretada en las dos siguientes actuaciones:

a.- Con permiso papal crearon el Santo Oficio o Inquisición (1478) para controlar la uniformidad religiosa.
b.- Fomentaron las regalías, que suponían, entre otras cosas, un control en el nombramiento de los obispos (Patronato Regio).
La uniformidad religiosa se concretó en la expulsión de los judíos decretada en 1492 (70.000 sefardíes abandonaron Sefarad (España); y 50.000 se convirtieron al cristianismo). También se persiguió a los mudéjares, que tuvieron que convertirse al cristianismo (moriscos).
Los Reyes Católicos crearon otros instrumentos para aumentar su poder: entre ellos un ejército permanente pagado por la monarquía, y un cuerpo de funcionarios reales.
La política institucional también se orientó para lograr una monarquía autoritaria y fuerte. Pretendían socavar los privilegios políticos de la nobleza, la Iglesia y las ciudades y reforzar el poder central. Para ello reformaron instituciones ya existentes, especialmente en Castilla:
Se reorganizó el Consejo Real de Castilla (1480), principal órgano de gobierno. Su función era asesorar a los monarcas sobre los aspectos más importantes de la gobernación del reino, estaba formado por juristas de la absoluta confianza política de los reyes. Se redujo la influencia de la nobleza. Junto a este Consejo se establecieron también el Consejo de Aragón, el Consejo de las Órdenes Militares, Consejo de las Indias, Consejo de Hacienda y Consejo de la Inquisición.
La Administración de Justicia:  correspondía al rey y se hacía en su nombre. La impartían las Chancillerías que eran la máxima autoridad judicial tras el Consejo Real y tenían por debajo las Audiencias. La Chancillería tenía su sede en Valladolid, más tarde se creó la de Granada y dos Audiencias la de Santiago de Compostela y la de Sevilla.
Se redujo el papel de las Cortes de Castilla.
En los municipios se revitalizó el cargo de corregidor. Nombrados por el rey eran sus delegados en las villas y ciudades, presidían los ayuntamientos y tenían funciones judiciales y policiales.
Se creó la Santa Hermandad. Se trataba de una institución para conservar el orden. Perseguía y condenaba los delitos cometidos en despoblado. A la Santa Hermandad pertenecía un grupo de hombres que recorrían todos los caminos persiguiendo y castigando la gente que había cometido delitos y actuado fuera de la ley. Tenían poder para juzgar y castigar, y eran temidos y respetados.
A partir de los Reyes Católicos, aparecerá la diplomacia. El renacentista Maquiavelo, en su obra “El Príncipe” reconoció en la persona del rey Fernando el Católico al paradigma de príncipe renacentista para el que la Razón de Estado supeditaba todos los demás principios. Las relaciones internacionales hicieron necesaria la figura del embajador permanente en las principales ciudades, comoRoma.

HEB3.1.2. Explica las causas y las consecuencias de los hechos más relevantes de 1492.
Los hechos más relevantes de 1492 fueron la expulsión de los judíos, la finalización de la conquista del Reino nazarí de Granada y el descubrimiento de América por Colón.
Expulsión de los judíos y Conquista del reino nazarí de Granada.
Causas: El objetivo proclamado era lograr la uniformidad religiosa en la península, que solo hubiera cristianos. Esta política respondía a la premisa de que la fe cristiana era el fundamento espiritual y político de la unidad de los reinos. Al mismo tiempo, la homogeneidad religiosa era un elemento de paz interior.
Pero no se nos escapa que lo perseguido era, sobre todo, aumentar las posesiones (tierras, rentas, súbditos…) a costa del reino musulmán granadino; así como de los numerosos bienes de los judíos. También actuó como causa una animadversión hacia la población judía que solían ocupar cargos y puestos apetecidos por los cristianos.
Consecuencias: En lo religioso, en principio se logrará la uniformidad religiosa solo con los judíos. En el caso de los musulmanes, se les obligó a convertirse pero ellos continuaron siendo mahometanos en la práctica. A este nuevo grupo social se les llamará moriscos y pervivirán en Granada hasta 1571 y en los reinos de Valencia, Aragón y Murcia hasta 1609 -1614, fechas de su definitiva expulsión. Pérdida de población: Más de 150 000 judíos emprendieron el camino del norte de África llegando hasta Turquía (los sefardíes), donde todavía conservan el idioma castellano (ladino). Retroceso en algunas actividades económicas practicadas por judíos.
La conquista de Granada se inició en 1483, finalizando con las capitulaciones de Santa Fe (2 de enero de 1492). Éstas garantizaban a los musulmanes granadinos el derecho a usar su lengua, vestidos y costumbres, a practicar su propio culto y a ser juzgados por sus propios jueces. Finalizaba así la conquista cristiana peninsular.
Descubrimiento de América.
Causas: La búsqueda de una nueva ruta hacia las Indias promovida por Colón, que consistía en navegar hacia Occidente. Ello fue posible por los avances en las técnicas de navegación (astrolabio, brújula, carabela, etc) y a los vientos alisios, que hicieron viable el viaje. Isabel le dio el visto bueno porque no tenía nada que perder y sí que ganar: riquezas de lo descubierto y cristianizar a la población que hallasen. Colón erró bastante en sus cálculos de las dimensiones de nuestro planeta, pero tuvo la suerte de encontrarse con un insospechado continente en su viaje hacia las Indias.
Consecuencias: Nuevas tierras, nuevos súbditos, nuevos productos, llegada con el tiempo de metales preciosos que promoverá la economía europea, Sevilla como centro de todos estos nuevos intercambios, emigración hacia América de españoles, intercambios, y sobre todo, sometimiento a una situación de casi esclavitud de los habitantes de esas nuevas tierras. Unos siglos más tarde, los productos más decisivos, para la mejora del bienestar de los europeos, serán la patata y el maíz.

incorporación de Navarra; relaciones con Portugal.
Navarra constituía un enclave estratégico entre la Monarquía hispánica y el reino de los francos. Su incorporación a Castilla se produjo en 1515, muerta ya Isabel I (1504), como consecuencia de los enfrentamientos con Francia por el tema italiano (1512). Esta anexión dejaba intacto el propio ordenamiento navarro, su autonomía y sus instituciones.

§ HEB3.1.3. Analiza las relaciones de los Reyes Católicos con Portugal y los objetivos que perseguían.
Las relaciones entre los Reyes Católicos y Portugal comenzaron siendo muy conflictivas, por hostiles. Y ello porque la muerte de Enrique IV de Castilla (1454 – 1474), abrió una época de guerra civil para dilucidar su herencia. En esta guerra, al tema dinástico se unieron otros intereses: banderías nobiliarias, fortalecimiento del poder real contra la nobleza. Un tema no menos importante se decidía en este conflicto: las tres grandes coronas peninsulares se iban a fundir en dos.

          Por el tratado de los Toros de Guisando en 1468, Enrique IV, reconocía a su hermanastra Isabel como reina, pero la boda de esta, en secreto, con el heredero de Aragón, contrarió al rey. En el testamento real definitivo reconoció la legitimidad de su hija Juana, la Beltraneja. Habrá una guerra civil en Castilla entre los partidarios de Isabel-Fernando y los partidarios de Juana la Beltraneja, recientemente casada a la edad de 13 años con el rey de Portugal, su tío Alfonso V. En esta guerra y en este conflicto sucesorio, Portugal tendrá un papel fundamental.
            Portugal invadió Castilla y obtuvo una serie de éxitos iniciales, pero finalmente vence Castilla en las batallas de Toro (1476) y Albuera (1479). Se firmará la paz en el tratado de Alcaçovas, que vino a ser un conjunto de estipulaciones que pretendían resolver los problemas pendientes entre Castilla y Portugal.
            Entre otras cuestiones se acuerdan el matrimonio del heredero del trono de Portugal con una de las hijas de los RRCC; Se fijan también los límites de navegación hacia el sur del Atlántico de las naves castellanas (cabo Bojador, un poco más al sur de las Canarias).
            Aparte, los descubrimientos de Colón habían hecho resurgir las tensiones nuevamente con el país luso por el control de las nuevas tierras. Las desavenencias se solucionaron con el Tratado de Tordesillas (1494), por el cual se trazó una línea divisoria entre las zonas de influencia de cada reino, (370 leguas (5,5 kms) al oeste de las islas de Cabo Verde), que dejó involuntariamente Brasil, aún ignoto, para Portugal.
            Los objetivos que pretendían en un primer momento era afianzar su reinado en Castilla, reto que no lograron hasta que no vencieron militarmente a sus adversarios castellanos aliados a los portuguesesUna vez logrado este afianzamiento, con la política matrimonial, pretendían bien consolidar la amistad con ese reino mediante matrimonios, o terminar uniéndolo también a la Monarquía Hispánica. los Reyes Católicos casaron a su hija Isabel con el infante Alfonso de Portugal y después con Manuel de Portugal, primo de su primer esposo y con quienvolverán a casar con otra de sus hijas, María, al morir su hermana Isabel. De momento esta política no dio resultado, pero preparó el camino para que Felipe II pudiera ser rey de Portugal por ser hijo de Isabel de Portugal (hija de María de Aragón y Manuel de Portugal).


§ B3.2. Auge del Imperio en el siglo XVI: dominios de Carlos I y de Felipe II; modelo político de los Austrias; conflictos internos; conflictos religiosos en el seno del Imperio; conflictos exteriores; exploración y colonización de América y del Pacífico; política económica respecto a América; la revolución de los precios y el coste del Imperio.

§ HEB3.2.1. Compara los imperios territoriales de Carlos I y de Felipe II, y explica los problemas que provocaron.
Imperios territoriales de Carlos I y Felipe II.

Posesiones de Carlos I.
Carlos de Habsburgo (1500-1558) asume la dirección de la monarquía hispánica en 1517 y fue coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en 1519 (Rey de Romanos, título del Emperador, de ahí la denominación como Carlos V), fruto de la herencia familiar.
De su abuelo paterno, Maximiliano de Austria, hereda el título imperial y los dominios de los Habsburgo. Su abuela, María de Borgoña, le lega Flandes, Luxemburgo y el Franco Condado.
De su abuelo materno, Fernando II, hereda los territorios de la Corona de Aragón (territorios peninsulares, Islas Baleares, Rosellón, Cerdeña, Nápoles y Sicilia), mientras que de abuela, Isabel I, obtiene América, los territorios castellanos peninsulares y los territorios de África (Canarias, Melilla, Ceuta, Orán, Bugía, Argel y Túnez).

Posesiones de Felipe II.
Tras la Paz de Augsburgo (1555), el fracaso ante los protestantes llevó a Carlos I a renunciar al poder. Dividió sus posesiones entre su hermano Fernando, a quien cedió el título imperial y los Estados alemanes, y su hijo Felipe, a quien traspasó la Monarquía hispánica, a los que sumó los territorios borgoñones en los Países Bajos. Felipe II comenzó su reinado en 1556. Heredó Herencia castellana: Corona de Castilla y territorios americanos conquistados en el reinado de su padre (principalmente Perú y México)
Herencia aragonesa en la Península Ibérica y en la Península Itálica: Corona de Arágon (Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares), Reino de Nápoles, Reino de Sicilia y Reino de Cerdeña.
Herencia borgoñona: Países Bajos, Luxemburgo y Franco Condado.
Conquistas de Carlos V: Ducado de Milán.
Herencia portuguesa (herencia de su madre Isabel de Portugal): Portugal y los territorios portugueses en América (Brasil), África (costa) y Ásia (costa de India e Indonesia).
 Y durante su reinando aumentó sus territorios, no solo con la expansión en América y en Asia (Filipinas), sino también a partir de la unión con Portugal, la llamada Unión Ibérica en 1580.

b.- PROBLEMAS QUE ACARREABAN.
            La herencia recibida por Carlos I era un conjunto heterogéneo de territorios que solamente tenían en común a su monarca. Estos se hallaban dispersos por Europa, así como por América. Esos problemas de desunión territorial se contrarrestaban con una política integradora que tenía dos instrumentos principales: el mantenimiento de la unidad religiosa en torno al catolicismo y la idea de una monarquía universal (idea de ser árbitro de la Universitas Cristiana o imperio universal, por lo que todos los reinos cristianos le deberían rendir obediencia y vasallaje, entendido en el sentido feudal).
El objetivo de la política exterior de Carlos V estuvo marcada por los intereses dinásticos de los Austrias y no tanto por los intereses de los reinos hispánicos. Tanto en el caso de Carlos V como de Felipe II, los problemas que padecieron por su legado territorial se debieron a tener como primer objetivo mantener los territorios recibidos de su familia, costase lo que costase, así como por intentar mantener una hegemonía en Europa con la religión católica.
Desde esta perspectiva se explican los principales problemas de su reinado: el enfrentamiento con Francia y con los turcos, y la lucha contra la expansión del luteranismo en Alemania.
A nivel interno tuvo que enfrentarse a:
La rebelión de las Comunidades, o de los Comuneros (1520-1521), que tuvo lugar, principalmente, en la Corona de Castilla.  Los ciudadanos de Toledo, Segovia, Ávila y Burgos formaron unas revueltas. Las razones de la revuelta residían en la mayor preocupación por los asuntos europeos frente a los intereses de Castilla y que se manifestó en varios hechos: el control de altos cargos por flamencos, la petición de impuestos extraordinarios en las Cortes para pagar la deuda contraída por la compra de la elección imperial, las facilidades para exportar lana a Flandes en perjuicio de los artesanos castellanos, que no se saquen metales preciosos del reino, se excluya a los extranjeros de la administración y, especialmente, se pide un mayor protagonismo de las Cortes en el gobierno del reino. Los comuneros más destacados fueron Juan Bravo, Francisco Maldonado y Juan Padilla. El 23 de abril de 1521, los comuneros fueron derrotados en Villalar. Bravo, Padilla y Maldonado, fueron ejecutados y solo en Toledo siguió la revuelta.
La rebelión de las Germanías (1519-1523), que se produjo en la Corona de Aragón. Las germanías de Valencia y de Mallorca, fueron artesanas y campesinas, con el fin de acceder a los cargos municipales y a la mejora de los arrendamientos campesinos. Mientras la revuelta comunera tuvo un trasfondo político, las germanías fueron principalmente conflictos de clases. Apelaron al monarca para que los defendiese, pero Carlos de alió con los nobles que finalmente ganaron en 1523.
Posteriormente, sus principales problemas se situaron fuera de España.
Guerras con Francia por el dominio europeo. Hubo cuatro guerras entre las dos potencias, todas favorables a Carlos, destacando la batalla de Pavía (1525), en la que el Francisco I fue hecho prisionero.
Guerras con el Imperio otomano, que era la principal potencia musulmana en aquel tiempo. Estaban expandiéndose por el norte de África y Europa Oriental, por lo que los territorios austriacos estaban en peligro. Además, la piratería practicada por barcos turcos era un serio problema para la navegación por el Mediterráneo.
Aparición del protestantismo en Alemania. A pesar de sus intentos, Carlos no consiguió restablecer la unidad política ni religiosa de Europa. En 1555 se acordó la llamada Paz de Augsburgo, por medio de la cual se reconocía la división religiosa dentro de los territorios imperiales.
Carlos murió el 21 de septiembre de 1558 en el monasterio cacereño de Yuste (España), donde se había retirado tras dividir sus dominios y su poder.
En 1556 había cedido la corona y las posesiones de España a su hijo Felipe II.
En 1558 cedió la corona y los territorios del Imperio a su hermano Fernando I.

En el caso de Felipe II, le concedió más importancia que su padre a los reinos hispánicos, aunque como hemos referido, siguieron prevaleciendo los intereses dinásticos sobre los propiamente españoles. Su objetivo de mantener la hegemonía en Europa supuso también un foco de conflictos constante: enfrentamientos con el Imperio Otomano (Lepanto), Holanda o Provincias Unidas e Inglaterra (1588).
A nivel interno:
a) Incremento de la intolerancia religiosa. En su defensa de la ortodoxia católica, Felipe II potenció la actuación de la Inquisición como instrumento de control ideológico, especialmente contra los escasos protestantes descubiertos en España. Además, prohibió estudiar fuera de España.
b) La rebelión de los moriscos de las Alpujarras. Felipe II incrementó la presión sobre los moriscos prohibiéndoles el uso de su lengua y costumbres. Esto provocó el estallido de una rebelión que tuvo como principal escenario la comarca granadina de las Alpujarras. La revuelta fue duramente sofocada y, como sanción, se decretó la dispersión de todos los moriscos granadinos por el resto de Castilla.
c) La revuelta de Aragón. En 1590 Felipe II se enfrentó a la sublevación del reino de Aragón en defensa de sus fueros frente al absolutismo del rey. El origen se encuentra en la traición de Antonio Pérez, ex-secretario del rey, que escapa de la cárcel y se refugia en Aragón, donde pide la protección del Justicia. Felipe II decide entonces acusar a Antonio Pérez ante la Inquisición, pero esto provoca la revuelta en Zaragoza frente a lo que se considera una violación de los fueros por el rey. En realidad, la revuelta fue instigada por la alta nobleza, celosa de sus prerrogativas amparadas por los fueros. La revuelta sirvió de pretexto al rey para ocupar militarmente Aragón, reprimir la revuelta y fortalecer su poder: el rey modifica los fueros aragoneses para poder nombrar al Justicia y no tener que designar a un aragonés para el cargo de virrey.

A nivel externo los problemas fueron:
– La sublevación de los Países Bajos. La revuelta de los Países Bajos tiene su origen en la difusión del protestantismo y el rechazo de las elites flamencas a la presión fiscal y el autoritarismo del rey. La persecución que desata Felipe II contra los protestantes desató la rebelión general en 1566. Finalmente, y tras una dura represión, los Países Bajos quedan divididos en dos zonas:
            * Las Provincias Unidas al norte, donde el protestantismo era mayoritario, y que mantendrán una larga guerra de 80 años por su independencia.
            * Las provincias católicas del sur, que llegaron finalmente a un acuerdo y volvieron a la obediencia de Felipe II.
– La Guerra contra los turcos a los que, en una alianza con Venecia y el Papa, se derrotó en 1571 en la batalla de Lepanto. Lepanto supuso un freno a la expansión turca, aunque no se acabó con la piratería mediterránea.
– La Guerra contra Inglaterra: los motivos de discordia arrancaban de la adopción del protestantismo por la reina Isabel I, a lo que se sumó el apoyo que Inglaterra prestaba a los rebeldes de los Países Bajos y los actos de piratería inglesa contra los barcos que venían de América. En 1588 Felipe II decidió preparar la invasión de Inglaterra con una Gran Armada (Armada Invencible) pero, finalmente, ésta fracasó estrepitosamente y acabó destrozada por las tormentas.

MODELO POLÍTICO DE LOS AUSTRIAS
La monarquía española bajo los Austrias mayores estaba compuesta por grandes territorios, que mantuvieron sus vínculos mediante unos principios de gobierno, la monarquía autoritaria, y un conjunto de instituciones nuevas en Europa, como era el Consejo de Estado, creado por Carlos I, y que estaba formado por representantes de los diferentes reinos. Fue una monarquía autoritaria, con un gran centralismo administrativo. También existían consejos territoriales de cada reino, así como el Consejo de la Inquisición y el de Hacienda. En las diferentes colonias existieron virreyes y regidores.

Las Cortes fueron perdiendo importancia, especialmente las de Castilla, que carecían de poder legislativo. En relación a la administración de justicia, los Austrias crearon nuevas audiencias, como la de Sevilla, y mantuvieron instituciones tradicionales como el Justicia Mayor y la Real Audiencia en Aragón.

A nivel local, el modelo estaba formado por municipios, pero que estaban cada cada vez más degradados debido a la compra de cargos. Tanto Carlos I como Felipe II se apoyaron en hombres de confianza, sin llegar al nivel de los validos posteriores, aunque en algunos casos, como fue el de Antonio Pérez, secretario de Felipe II, llegaron a traicionar al rey. No obstante, este caso sirvió a Felipe II para aumentar su poder en el reino de Aragón.
En resumen, el modelo político de los Austrias presentaba unidad en la cumbre, pero pluralidad y descentralización en la base. Por otra parte, quedó ya fijada de forma definitiva la capital del reino en Madrid (1561).



HEB3.2.2. Explica la expansión colonial en América y en el Pacífico durante el siglo XVI.
            Tras el descubrimiento, a lo largo del siglo XVI, se produjo una gran expansión territorial en el Caribe y en el continente americano, a través de la firma de capitulaciones, donde se establecían las condiciones de la conquista entre la Corona y los expedicionarios. Distinguimos tres fases:
·      Primera Fase:
Hasta 1515 se ocupan las islas del Caribe desde La Española a Puerto Rico (Ponce de León), a partir de donde se alcanza Florida, Cuba y Jamaica.
·      Segunda Fase:
            Por medio de diversas expediciones, se conquistaron inmensos territorios para la Corona, destacando la de Hernán Cortés (Imperio Azteca) en 1520, y la de Francisco Pizarro (Imperio Inca) en 1534.
            Tras la fundación de la primera ciudad del continente, Santa María la Antigua del Darién, en el istmo de Panamá, por Núñez de Balboa (1510), y tras descubrir el Pacífico en 1513, el objetivo fue encontrar un paso marítimo hacia las Islas de las Especias, que realizó Magallanes cuando llegó al estrecho del mar del Sur.

            Por otro lado, a Hernán Cortés se le encargó la exploración y conquista del Imperio Azteca (1519-1520). Este territorio será el núcleo del futuro virreinato de Nueva España, que controlará América Central y parte de América del Norte. Cortés entró en su capital, Tenochtitlán, y obligó a su emperador, Moctezuma, a reconocer al rey de España, Carlos I. Cortés fue el primer gobernador de Nueva España (actual México). Poco después, Pizarro logró la conquista del Imperio Inca, donde ejecutó a su emperador Atahualpa.
            Estos éxitos ayudaron a que aumentasen las expediciones, que permitieron controlar la mayor parte del territorio en apenas 50 años desde el descubrimiento.
·      Tercera Fase:
            Se produjeron numerosas exploraciones y conquistas: Orellana recorrió el Amazonas, Mendoza fundó Buenos Aires, y se avanzó por el río de La Plata y el sur. En el Pacífico, tras la primera vuelta al mundo de Magallanes y El Cano (1519-1520), se conquistaron las islas Carolinas y las Filipinas (Legazpi, 1564).
            Hacia finales del siglo XVI cesan las expediciones de conquista, pero no las de exploración. Las zonas más frecuentadas fueron al norte de Nueva España (Nuevo México, California, etc.) y al este de Bolivia, donde los jesuitas fundaron “reducciones”.

HEB3.2.3. Analiza La política respecto a América en el siglo XVI y sus consecuencias para España, Europa y la población americana.
            Gobierno y administración de América: Los nuevos territorios fueron incorporados a Castilla, desde donde se ejerció su control político y económico. Inicialmente, la administración de los territorios americanos quedó en manos de gobernadores como Cristóbal Colón o Nicolás de Ovando, que actuaban como delegados del rey.
 Las instituciones coloniales fueron una copia de las castellanas, convirtiéndose en estables a partir de 1520. En España funcionaron dos, ambas presididas por el propio rey:
·      La Casa de Indias (Casa de Contratación de las Indias Occidentales), creada en 1503, con sede en Sevilla. Su función era el control de toda la actividad económica entre España y los territorios conquistados.
·    El Consejo de Indias, creado por Carlos V en 1524. Era tribunal de justicia y organismo consultivo en materias eclesiásticas, legislativas y de gobierno, con facultad para proponer leyes y nombrar cargos.
            Por su parte, en los territorios coloniales se crearon varias unidades administrativas territoriales: los virreinatos, como el de Nueva España, el de Nueva Granada o el del Perú, con gran autonomía política y a cargo de un virrey; las audiencias y las gobernaciones, similares en estructura y funciones a las audiencias y corregimientos de Castilla, localizadas en las principales ciudades; y las capitanías generales, demarcaciones militares.
 Consecuencias para España.
            Los recursos económicos americanos se convirtieron en una fuente de ingresos esencial para la monarquía: la propiedad de las minas americanas era del rey de España, que concedía su explotación a cambio de un 20% de la producción (“El Quinto Real”).
            Sevilla se convirtió en una populosa ciudad, la más poblada de España hasta finales de siglo XVI, gracias a la actividad que se generó con su puerto, fluvial, el único con derecho a comerciar con América.
Consecuencias para Europa.
            La llegada de los metales preciosos (plata sobre todo) de América, conllevó para Europa en el siglo XVI una expansión económica, debido a esa mayor cantidad de moneda circulante. Europa en ese siglo conoció una importante expansión económica monetaria en la que la llegada de estos metales preciosos constituyeron un factor decisivo, dado el agotamiento de las minas de oro y plata europeas. En 1650 ya habían llegado a España 19.000 t. de oro y plata, lo que alteró de forma importante la economía española. En primer lugar, sirvió para financiar la política exterior y militar de la monarquía hispánica, asimismo, contribuyó a incrementar la subida de precios (revolución de los precios) y la inflación, provocando la pérdida de competitividad de las manufacturas españolas frente a las europeas.
            La relación comercial entre América y España, en la primera mitad del siglo XVI, se basó en la exportación de vino, aceite, tejidos, maquinaria, etc., pero esa demanda empezó a ser cubierta por países europeos utilizando España como mero intermediario. A finales del siglo XVII, España tan solo exportaba el 6% del total de mercancías que llegaban a América.
            Más tarde, el empleo generalizado de productos agrarios como la patata y el maíz también supuso un importante avance para la mejora de la alimentación de los europeos. El capitalismo no solo debe a América la expansión monetaria del siglo XVI, sino también un intenso proceso de acumulación de capitales, que se invertirá posteriormente primero en el comercio y luego en la agricultura y en la industria británica, procedentes de los beneficios de la venta esclavos en las plantaciones ya referidas.
           
Consecuencias para la población de América.
        Para el trabajo de las minas españolas emplearon indígenas mediante la mita. Se trataba de un trabajo obligatorio para los indígenas, los cuales debían trabajar en las minas a cambió de un salario. La necesidad creciente de mano de obra, junto con la decreciente población nativa, endureció la mita, cuyas consecuencias fueron, entre otras, la disminución intensa de la esperanza de vida para esta población.
        Otro efecto de la colonización para la población americana fue el enrolamiento obligatorio en plantaciones agrícolas (encomiendas) de la población indígena. Finalmente, cuando desaparece por mortandad buena parte de la población en el Caribe, optaron los europeos por traer población africana para sustituir a los indígenas americanos ya falllecidos en las plantaciones.
        Por último, el descubrimiento y colonización de América aportan un importante desarrollo científico y cultural, marcado por los nuevos conocimientos geográficos, las nuevas especies vegetales y animales descubiertas, nuevas plantas medicinales, nuevas culturas, etc. Estas aportaciones formarán parte de la base del nuevo conocimiento intelectual, científico y técnico que se desarrollará en los siglos XVII y XVIII. Asimismo, surge y se desarrolla una nueva actitud civilizadora en España y Europa, por la que se considerarán responsables de la difusión de la cultura occidental, articulada en torno al afán evangelizador cristiano.

EL IMPACTO DE AMÉRICA EN ESPAÑA: LA REVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS Y EL COSTE DEL IMPERIO
* El crecimiento demográfico y la revolución de los precios
El siglo XVI coincidió con una fase de expansión económica favorecida por el crecimiento de la población y por el aumento de la circulación monetaria, consecuencia del oro y la plata procedentes de América. Se desencadenó así, en España y en toda Europa, un proceso inflacionario conocido como revolución de los precios.
1. La llegada a Europa, a través de Sevilla, de una gran cantidad de metales preciosos americanos (oro y plata) permitió la acuñación masiva de monedas, de las que Europa andaba escasa por su deficitario comercio con Oriente.
2. El aumento de la masa monetaria, unido a la mayor demanda derivada del crecimiento de la población, provocó una inflación continua (subida generalizada de precios), cuya magnitud no tenía precedentes en toda la historia europea.
3. Por otra parte, la perspectiva de vender las mercancías cada vez más caras estimuló a los productores para aumentar la producción, por lo que toda Europa vivió a lo largo del siglo XVI una fase expansiva de fuerte crecimiento económico.

§ B3.3. Crisis y decadencia del Imperio en el siglo XVII: los validos; expulsión de los moriscos; proyectos de reforma de Olivares; guerra de los Treinta Años y pérdida de la hegemonía en Europa en favor de Francia; rebeliones de Cataluña y Portugal en 1640; Carlos II y el problema sucesorio; crisis demográfica y económica.
§ HEB3.3.1. Describe la práctica del valimiento y sus efectos en la crisis de la monarquía. Resumir la parte de los validos
          El valimiento fue un rasgo permanente de la monarquía hispánica en el siglo XVII.  Los tres monarcas del siglo XVII –Felipe III, Felipe IV y Carlos II- no tenían la talla política de sus predecesores y delegaron gran parte de los asuntos de gobierno en sus validos. El valido, privado o favorito, era un hombre de la máxima confianza del rey, que carecía de cargo oficial, no estaba dentro del organigrama,  pero actuaba como un auténtico primer ministro y concentraba un gran poder. Aparecen por el desinterés de los monarcas por las tereas de gobierno, por complicarse y aumentar las tareas de gobierno que hace que el rey necesite alguien de mucha confianza, y también son útiles para dirigir hacia ellos las críticas cuando se producen fracasos.
            El valido de Felipe III fue el duque de Lerma (Francisco Gómez de Sandoval y Rojas), político de gran ambición que se aprovechó de su poder para colocar en los principales cargos a sus parientes y amigos -creándose un clientela política afín- y para enriquecerse. Este último fin parece estar entre las causas del traslado, en 1601, de la Corte –capital- a Valladolid, donde Lerma habría realizado ciertas operaciones especulativas. La Corte regresaría a Madrid en 1606, tras el ofrecimiento de una importante cantidad de dinero por parte de su ayuntamiento y siguiendo el consejo del valido. 
            El gobierno de Lerma coincidió con un periodo de gran penuria económica y de bancarrota de la monarquía que condujo a una política de paz en el exterior ya que no había fondos para sufragar los gastos militares; así, se firmó la Tregua de los Doce Años con Holanda (1609-1621), y, previamente, en 1604 se había firmado la paz con Inglaterra, favorecida también por la muerte de Isabel I.  Sin embargo, no se aprovechó el cese de las guerras para la recuperación económica debido, en gran parte, a los gastos de la Corte y a la corrupción del valido.
            En política interior, el hecho más relevante del reinado de Felipe III y del gobierno de Lerma fue la expulsión de los moriscos, entre 1609 y 1612. El rechazo hacia sus costumbres por buena parte de la población cristiana, el temor a que propiciaran un invasión turca y el afán de la monarquía de demostrar su fuerza para compensar la imagen de debilidad dada por la firma de la tregua con Holanda (Países Bajos del Norte, Provincias Unidas), parecen estar entre las causas de dicha expulsión. Las consecuencias fueron graves por la pérdida de importante mano de obra artesana y campesina, especialmente, en los reinos de Valencia y Aragón que sufrieron una gran crisis de mano de obra en la agricultura.
            A Felipe III, le sucedió Felipe IV, que continuó con la práctica del valimiento. Sin embargo, había diferencias con respecto a la etapa anterior, Felipe IV mostraba mayor interés por las tareas de gobierno, y su valido el conde duque de Olivares tenía una gran inteligencia política y una sincera voluntad de reforma. 
            Con sus reformas, Olivares pretendía devolver el prestigio exterior a la monarquía hispánica y fortalecerla en el interior para evitar su decadencia. Entre ellas destacaron su proyecto de una red nacional de erarios, a modo de banco estatal para evitar la dependencia de la Corona de la banca extranjera; la Unión de Armas o proyecto de un ejército nacional permanente reclutado y sostenido por todos los reinos de la monarquía en proporción a su población y riqueza; y su proyecto más ambicioso, la unificación jurídica e institucional de la monarquía bajo unas mismas leyes e instituciones según el modelo de Castilla. La situación de guerra continua durante el reinado, inmerso en la Guerra de los Treinta Años, y la oposición de importantes sectores sociales, especialmente los privilegiados y las élites de los reinos periféricos que no querían perder sus fueros, llevaron a que las reformas de Olivares fracasaran o no se pudieran aplicar; se optó, entonces, por otras medidas urgentes, como el aumento de la presión fiscal, que contribuyeron a incrementar la oposición al valido y su desprestigio. Las rebeliones de Cataluña y Portugal a partir de 1640 condujeron, finalmente, a su caída.
            Carlos II fue el último monarca hispánico del siglo XVII y también el último de la dinastía de los Austrias o Habsburgo. Su incapacidad para gobernar llevó de nuevo a que otros personajes ejercieran esas funciones, se sucedieron los validos con diferentes intereses y capacidades. Cuando heredó el trono, con sólo cuatro años de edad, asumió el gobierno su madre Mariana de Austria que pronto prescindió del Consejo de Regencia designado por Felipe IV, apoyándose en consejeros o validos poco preparados y corruptos como su confesor, el jesuita austríaco Nithard, o Fernando de Valenzuela.
            La Corte se convirtió entonces en un auténtico hervidero de intrigas y luchas por el poder entre facciones nobiliarias rivales, que prosiguió durante la mayoría de edad del rey (a partir de 1775) por su escasa capacidad para gobernar Así, se sucedieron también diferentes validos como Juan José de Austria (su hermano bastardo), el duque de Medinaceli y el conde de Oropesa, en un clima creciente de inestabilidad política que se agudizó al final del reinado al surgir el problema sucesorio.
            El reinado y el gobierno de estos validos se dio en un contexto de progresiva debilidad de España en el exterior. Tras las paces de Westfalia (1648) y de los Pirineos (1659) la monarquía hispánica había perdido importantes territorios y su hegemonía en Europa. En el reinado de Carlos II, se reconoció la independencia de Portugal (1668) y se tuvieron que afrontar nuevas guerras frente la agresiva y expansionista Francia de Luis XIV; el resultado fue la pérdida de más territorios (Franco Condado, Artois, Luxemburgo…)
En el interior continuó la crisis demográfica y económica, sin embargo, hacia 1680 pareció iniciarse una cierta recuperación; una medida económica de gran trascendencia por sus efectos beneficiosos a medio plazo fue la drástica devaluación de la moneda de vellón durante los valimientos de don Juan José de Austria, el duque de Medinacelli y el conde de Oropesa.
En definitiva, los validos fueron protagonistas del gobierno de la monarquía hispánica en el siglo XVII, aunque también pueden encontrarse otros casos en Europa (Richelieu o Mazarino en Francia). En líneas generales, se aprovecharon del poder para sus propios intereses personales pero, entre ellos, también hubo políticos muy capaces aunque sus proyectos fracasaran, como fue el caso de Olivares. La debilidad de los monarcas, sin embargo, condujo a una cierta recuperación política de la alta nobleza, especialmente en los reinados de Felipe III y Carlos II.
            Siempre tuvieron en contra a: la nobleza, por sentirse desplazada; a los Secretarios reales, que recelaban de ellos y de sus familiares; y a las clases populares que los identificaban con el desgobierno y con la decadencia del reino.

§ HEB3.3.2. Explica los principales proyectos de reforma del Conde Duque de Olivares.
EXPLICA LOS PRINCIPALES PROYECTOS DE REFORMA DEL CONDE DUQUE DE OLIVARES
            El conde duque de Olivares, valido de Felipe IV, inició el reinado con un ambicioso programa de reformas destinado a devolver a la monarquía hispánica su perdida grandeza. Se basaba en dos principios fundamentales:
            La reputación, que buscaba recuperar el prestigio internacional de la monarquía hispánica con un mayor protagonismo en la política europea y sus conflictos; como consecuencia se reanudó la guerra contra Holanda, que acabó integrándose en la Guerra de los Treinta años, donde se dirimía la hegemonía en Europa.
            La reformación, cuya finalidad era fortalecer la monarquía y evitar la decadencia a través de una serie de ambiciosos proyectos, muy influidos por los arbitristas.
            Entre estos proyectos de reforma del conde duque destacaron tres. Para dar solución a los problemas financieros de la monarquía, ideó la fundación de una red nacional de erarios –bancos públicos- que liberarían a la Corona de la dependencia de la banca extranjera. Los erarios pagarían un interés a quienes depositaron su dinero en ellos y concederían préstamos a la Corona. El proyecto fracasó porque para constituir los erarios se necesitaba un capital fundacional que debía ser aportado, obligatoriamente y en proporción a su riqueza, por los súbditos cuya fortuna superase los 2000 ducados, y las Cortes, especialmente los sectores privilegiados, se opusieron aceptando a cambio un aumento de un impuesto sobre los productos de primera necesidad
            Otro de los proyectos de Olivares fue la Unión de Armas o pretensión de crear un ejército permanente de 140.000 hombres reclutado y sostenido por todos los reinos de la monarquía en proporción a su población y riqueza. Se pretendía con ello distribuir el coste humano y económico de las guerras entre todos los territorios de la monarquía, descargando así a Castilla de un peso que llevaba prácticamente en solitario. La Unión de Armas fracasó por la oposición de las Cortes de la Corona de Aragón.
            Estos proyectos reformistas se inscribían en un plan más amplio que pretendía la unificación de la monarquía bajo unas mismas leyes e instituciones, siguiendo el modelo de las de Castilla. El plan entrañaba una concepción absolutista del poder y pretendía crear una estructura centralizada de Estado, más fácil de gobernar. Pero su aplicación era casi imposible, tanto por el contexto de guerra exterior y dificultades económica de la monarquía, como por la oposición de los distintos reinos, celosos de sus derechos forales.
            En definitiva, los proyectos reformistas de Olivares fracasaron porque los grupos sociales y los territorios periféricos (Corona de Aragón) que podían salir perjudicados los boicotearon. Además, la situación de guerra casi permanente exigía soluciones urgentes e inmediatas, y obligaba a aplazar unas reformas que requerían tiempo y paz para su realización.

§ HEB3.3.3. Analiza las causas de la guerra de los Treinta Años y sus consecuencias para la monarquía hispánica y para Europa.
1) Causas religiosas: El odio entre católicos y protestantes. El nombramiento de un católico, Fernando II, como nuevo emperador del Sacro Imperio.

2) Causas políticas: hegemonía de la Monarquía hispánica y el control de Imperio.

3) Causas económicas: Rivalidades por el comercio en el mar del Norte y en el Báltico y el comercio con América.
            La guerra se inicia en 1618, en Praga cuando los protestantes, ante la destrucción de sus iglesias, defenestraron a las autoridades católicas y se rebelan contra los Habsburgo de Viena. España apoya al emperador Fernando II. Las victorias se suceden contra todos (Bohemia, Dinamarca, Suecia), pero Francia se unió a los protestantes, y la derrota en Racroi, en 1643, marcó el fin de la superioridad de la Monarquía Hispánica.
            Con Francia se mantiene la guerra con Francia hasta que se llega a la Paz de los Pirineos de 1659.
CONSECUENCIAS DE LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS
            La Paz de Westfalia de 1648 engloba dos tratados de paz, firmados en dos ciudades pertenecientes a la región histórica de Westfalia: la paz de Münster y la paz de Osnabrück. Son dos ocasiones diferenciadas para formalizar la paz porque en la primera se reúnen los católicos y en la segunda se reúnen los protestantes. Las consecuencias que esta guerra genera son de múltiples tipos.
1) Consecuencias diplomáticas:
            A partir de la Guerra de los Treinta Años, todos los procesos de resolución de conflictos bélicos se harían mediante conferencias diplomáticas de paz, a través de reuniones multilaterales donde se establecen los principios y acuerdos de la paz. Estos acuerdos, por lo general, buscaban tres principios: la soberanía, la igualdad y el equilibrio. El tercero de estos principios, el más importante, hacía referencia a las intenciones de que no existiera ninguna potencia hegemónica sobre las demás, al menos territorialmente hablando.
2) Consecuencias políticas:
            La Monarquía Hispánica pierde la hegemonía política sobre Europa, siendo sustituida por Francia y por una serie de equilibrios políticos y religiosos entre los distintos reinos: Francia, Inglaterra, Holanda (Provincias Unidas), Austria y la Corona de España. Por otro lado, el Sacro Imperio vio cambiada su estructura política, ya que la autonomía de sus distintos Estados creció en detrimento de la autoridad del emperador. De este modo, el título de emperador del Sacro Imperio tenía más un valor simbólico u honorífico que un poder político real.
3) Consecuencias religiosas:
            La Paz de Augsburgo de 1555 establecía la libertad religiosa de los príncipes del Sacro Imperio, pudiendo elegir entre la confesión católica o luterana, pero sin admitir otras como la calvinista. Con la paz de Westfalia de 1648, la libertad establecida en este tratado se amplió, y el calvinismo se convirtió en otra de las religiones reformadas permitidas.


§ HEB3.3.4. Compara y comenta las rebeliones de Cataluña y Portugal de 1640.
            La rebelión de Cataluña. La guerra contra Francia llega al Rosellón, así que las tropas españolas tienen que ser alojadas en Cataluña. Este problema se une a los intentos de Olivares de que Cataluña se sumara a la Unión de Armas y ahora pagara la manutención y alojamiento de las tropas. Se producen tumultos, la sublevación de los segadores y la muerte del Virrey (conde de Santa Coloma): conocido como el Corpus de Sangre de 7-6-1640. La Generalitat catalana, liderada por Pau Claris, convoca Cortes y asume el gobierno de Cataluña. Finalmente Barcelona se rinde en 1652 y acepta la soberanía de Felipe IV.
            La independencia de Portugal. 1640 se produjo otra rebelión en Portugal en contra del proyecto de Unión de Armas. En ese reino se añadían también las dificultades de Felipe IV para proteger el Imperio luso de ultramar (Brasil) de los ataques holandeses. La nobleza y la alta burguesía promovieron la rebelión dirigida por el duque de Braganza, quien se proclamó rey de Portugal. Los intentos de Felipe IV por recuperar Portugal, que contó con el apoyo francés, fracasaron y la independencia de Portugal se consolidó. En 1668, Mariana de Austria, madre de Carlos II, reconoció definitivamente la independencia de Portugal.

§ HEB3.3.5. Explica los principales factores de la crisis demográfica y económica del siglo XVII, y sus consecuencias.
CRISIS DEMOGRÁFICA:
            Desde finales del siglo XVI y durante el siglo XVII tuvo lugar una acusada crisis demográfica: la población peninsular se estancó e incluso decreció. Fueron varias las causas que motivaron este periodo crítico:
- Las epidemias que afectaron a toda la península en diversas oleadas.
- La reiteración de las malas cosechas provocaba, frecuentemente, crisis de subsistencia.
- La expulsión de los moriscos en 1609 – 1614 hizo disminuir la población de algunos reinos hispanos: Valencia, Murcia y Aragón.
Todo ello tuvo como consecuencia que la población española se redujera, pasando a lo largo del siglo XVII de los ocho millones de habitantes a los siete.
CRISIS ECONÓMICA
            El siglo XVII se caracterizó por una grave crisis económica que afectó a toda Europa, pero en España alcanzó tintes especialmente graves por su coincidencia con la crisis política y fiscal de la monarquía.
Las manifestaciones más destacables de esta recesión fueron varias:
- La crisis de las actividades textiles, sobre todo en Castilla; debido al aumento de impuestos y a la competencia extranjera.
- La disminución de la llegada de metales preciosos de América.
- La crisis de la Hacienda Real, por el incesante aumento de los gastos en guerras, para que el rey Felipe IV mantuviese su patrimonio familiar.
Como consecuencia la sociedad estamental española se fue polarizando, por un lado, el empobrecimiento de un campesinado que constituía la mayor parte de la población, la debilidad de la burguesía y las clases medias, y por el otro, el crecimiento de los grupos sociales improductivos como la nobleza y el clero. La mentalidad social imperante, marcada por el desprecio al trabajo agravó la crisis social y económica. El hidalgo ocioso y el pícaro se convirtieron en arquetipos sociales de las España del Barroco.

§ HEB3.3.6. Representa una línea del tiempo desde 1474 hasta 1700, y sitúa en ella los principales acontecimientos históricos. Por hacer.

§ B3.4. El Siglo de Oro español: del Humanismo a la Contrarreforma; Renacimiento y Barroco en la literatura y en el arte.

§ HEB3.4.1. Busca información de interés (en libros e internet) y elabora una breve exposición sobre los siguientes pintores del Siglo de Oro español: El Greco, Ribera, Zurbarán, Velázquez e Murillo. Para hacer.





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