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jueves, 23 de mayo de 2019

TEORÍA COMPOSICIÓN 13. LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN, LA DESARTICULACIÓN DEL SISTEMA CANOVISTA


COMPOSICIÓN 13.  LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN, LA DESARTICULACIÓN DEL SISTEMA CANOVISTA

Orientaciones del grupo de trabajo:
Sempre tendo en conta a información subministrada polos documentos, o alumnado deberá explicar dende o Desastre do 98 ata a Semana Tráxica, tocando os seguintes aspectos que inflúen na desarticulación do sistema canovista: o rexeneracionismo, o fraccionamento dos partidos dinásticos, o crecente papel do exército na vida política (Lei de Xurisdicións de 1906), a tamén crecente contestación política ao sistema (carlismo, nacionalismos periféricos, republicanismo), o auxe do movemento obreiro (incremento da conflitividade social e atentados anarquistas), e a guerra de Marrocos. Finalmente, fará referencia xenérica ás reformas de Maura e Canalejas para superar a crise e os seus fallidos resultados.

En 1895, con el grito de Baire se inicia otra guerra en Cuba (el nombre viene del levantamiento simultaneo de 35 localidades cubanas, entre ellas Baire). Liderada por José Martí, Máximo Gómez y José Maceo. España envió a Martínez Campos y después a Valeriano Weyler, que con la fuerte represión y táctica que aplica (divide la isla en trochas) consigue ir imponiéndose, pero en 1898 Sagasta (entra por la muerte de Cánovas) lo cesa e intenta negociar con los independentistas. Pero en ese momento se produce la intervención de los EE.UU.
            En febrero de 1898, se produce el hundimiento del acorazado Maine que los EE.UU. habían enviado a La Habana para proteger a los americanos residentes en la Isla. El 20 de abril, el presidente McKinley aprobó una propuesta del Congreso en la que se exigía la inmediata retirada española de Cuba, y ofreció la posibilidad de compra de la isla. El ultimátum no fue aceptado por el gobierno español, y el 25 de abril Estados Unidos declaraba la guerra.
 Los EE-UU entraron en la guerra tanto en Cuba como en Filipinas. Las derrotas de Cavite (Filipinas) y Santiago (Cuba) llevaron a la firma de la Paz de París en diciembre de 1898, que significó el abandono de Filipinas, Cuba y Puerto Rico y la isla de Guam (entregadas a EE.UU. por 20 millones de dólares). En 1899 las posesiones que quedaban en el Pacífico, las islas Carolina y Marianas, fueron vendidas a Alemania. Desaparecía así el imperio español en América y en el Pacífico.

Doc. 1-. Balance oficial de muertos en la Guerra de Cuba (1898):
En la guerra 
1 general 
60 oficialess 
1.314 soldados

Por heridas 
1 general 
81 oficiales 
704 soldados 

Por fiebre amarilla 

313 oficiales 
13.000 soldados 
Por otras enfermedades

127 oficiales 
40.000 soldados 
En la travesía de regreso


60 soldados 
TOTAL
2 generales 
  581 oficiales 
55.078 soldados 






El desastre del 98 pone de manifiesto todos los problemas de la Restauración. Se inicia el regeneracionismo.  Una reformulación general llevada a cabo por algunos políticos e intelectuales que buscaban la dignificación de la política, la modernización social y la superación del atraso cultural. Un movimiento regeneracionista al margen del sistema parte de Joaquín Costa, que intentó poner en práctica sus ideas regeneracionistas desde la Unión Nacional (1900), un partido que quería convertirse en el tercer partido dinástico, pero que fracasó, en parte por la falta de cohesión interna y la de una estrategia política clara, y se disolvió en 1903. En las elecciones obtuvieron unos pobres resultados y sus diputados acabaron integrándose en el sistema de la Restauración. Después el movimiento se concentró en el análisis intelectual. En el informe titulado “Oligarquía y Caciquismo”, Joaquín Costa hacía una dura crítica del gobierno y la necesidad de cambiarlo. Su programa se resume en el lema: escuela y despensa. También afirmaba la necesidad de contar temporalmente en España con un “cirujano de hierro” para solucionar los problemas del país.
Por otro lado, el desastre de Cuba supuso la caída del gobierno de Sagasta. El nuevo gobierno de Francisco Silvela, conservador que lidera el partido después de la muerte de Cánovas, mostró un intento de renovación al dar entrada en el gobierno a figuras políticas que estaban apoyadas por la burguesía catalana, como Manuel Durán i Bas o al general Camilo García de Polavieja. Pero no encontrando apoyo suficiente dimite en 1900. Las ideas de regeneración quedan en suspenso a la espera de la toma del poder personalmente por el rey Alfonso XIII.
Así, a partir del desastre de Cuba, la Restauración entra en un período de crisis, que se produce, entre otras circunstancias por las siguientes: por el desastre de Cuba, por el fraccionamiento y descomposición los partidos dinásticos al quedar sin líder claro al desaparecer Cánovas y Sagasta, por fracasar sus procesos de regeneracionismo al no tener apoyo sus reformas en el propio partido y finalizar la lealtad y transaccionismo entre conservadores y liberales, adoptando posiciones muy intransigentes; por la mala solución ante las crisis que se producen; por la llegada de un nuevo rey que es más intervencionista y que apoya las demandas de los militares;  por el  cambio en la mentalidad en los militares que adoptaron una postura de defensa corporativa de sus intereses y de desprecio de la sociedad civil y del sistema liberal (los militares se defendían diciendo que fueron enviados a una guerra sin los medios suficientes para poder ganarla); por el mantenimiento del fraude y del caciquismo que desacredita las propuestas de los partidos dinásticos y también por el debilitamiento del caciquismo que les no les permite contralar a las fuerzas de la oposición. En ese sentido la sociedad española sufre un proceso de crecimiento económico y modernización social. Estas transformaciones ayudarán a que las fuerzas de la oposición (los nacionalismos, republicanos, movimiento obrero, anarquismo...) adquiriesen una mayor presencia e influencia en la vida social y política, lo que contribuye a la crisis de la Restauración.
                Los gobiernos desde el desastre de Cuba hasta el inicio del reinado de Alfonso XIII están marcados por el regeneracionismo. Primero el conservador Francisco Silvela y después, desde octubre de 1901, el liberal Sagasta. Son años en los que los partidos del turno se debaten en luchas internas ante la falta de un líder. En el partido conservador se afianzará Antonio Maura. Maura no logrará mantenerse debido a los problemas con el rey (nombramientos militares) y al problema de la Semana Trágica. Desde 1913 el líder es Eduardo Dato. El partido queda dividido entre los mauristas y los partidarios de Dato, los llamados “idóneos”, aunque Maura formó un gobierno en 1918.  En el partido liberal están enfrentados: Eugenio Montero Ríos, José López Domínguez, Francisco Romero Robledo, Segismundo Moret y José Canalejas, que será el que logre aglutinar al partido. Se disputan el liderazgo Montero Ríos, en el sector más a la izquierda (introducir reformas de signo social), y Segismundo Moret, más centrista, hasta que José Canalejas formó gobierno en 1910[1]. Gobiernan del 5 al 7. El partido está muy dividido, cae por la Ley de Jurisdicciones (está Montero Ríos que cesa y lo sucede Moret) que provoca una gran división entre los liberales.
                Las primeras acciones de estos gobiernos iniciales quedan a la espera de la llegada del nuevo rey, Alfonso XIII, que asume el reinado en mayo de 1902, con 16 años. De él se esperaba que encabezara la regeneración, pero su reinado será propiciatorio de la crisis ya que será un rey que quiere hacer política y no quedar solo como árbitro de partidos y se identificará con las demandas de los militares.
“Yo puedo ser un rey que se llene de gloria regenerando a la patria, cuyo nombre pase a la Historia como recuerdo imperecedero de su reinado, pero también puedo ser un rey que no gobierne, que sea gobernado por sus ministros y por fin puesto en la frontera. (...) Yo espero reinar en España como Rey justo. Espero al mismo tiempo regenerar la Patria y hacerla, si no poderosa, al menos buscada, o sea, que la busquen como aliada. Si Dios quiere para bien de España."
Fuente: diario de Alfonso XIII, 1 de enero de 1902."
PRIMER CONSEJO DE MINISTROS DEL REY ALFONSO XIII
(...) el Rey, como si en vida hubiera hecho otra cosa que presidir ministros, con gran desenvoltura, dirigiéndose al de la Guerra en tono imperativo, le sometió a detenido interrogatorio acerca de las causas motivadoras del cierre decretado de las Academias militares. Amplia explicación, amplia para su acostumbrado laconismo, le dio el general Weyler; no quedó satisfecho Don Alfonso, opinando que debían abrirse de nuevo. Replicó D. Valeriano con respetuosa energía, y cuando la discusión tomaba peligroso giro, la cortó Sagasta, haciendo suyo el criterio del Rey, resultando con esto vencido el ministro de la Guerra. (...)”.
El turno entre los partidos se mantiene, pero debilitado. El gobierno de Sagasta da paso en 1903 al de Antonio Maura, hasta 1905. Maura intenta plantear la idea de una “revolución desde arriba”. Pretendía una regeneración del sistema a partir del apoyo de las “clases neutras” (clases medias). Quería un gobierno fuerte que desarmase al caciquismo, pero manteniendo controladas a las masas populares. Pero su primera etapa de gobierno cae por la intromisión del rey por unos nombramientos militares (nombrar al general Polavieja como Jefe del Estado mayor en lugar del candidato de Maura). Le sucede en el turno el liberal Montero Ríos, que planteaba un proceso de descentralización política, pero se tuvo que enfrentar con el problema del aumento de la presencia de los militares en la vida política y  del ataque de los militares al semanario Cu-Cut, que provoca su caída. En 1905 un grupo de militares asaltaron la redacción de la revista satírica Cu-Cut y del periódico La Veu de Catalunya, por las críticas que hacían al ejército y la defensa que hacían del catalanismo. La mayor parte de los militares aplaudieron la acción; Montero Ríos quería sancionarlos, pero el rey salió en su defensa y Montero Ríos tuvo que presentar la dimisión.
Su sucesor Segismundo Moret tiene que aceptar la Ley de Jurisdicciones de 1906. Ley de jurisdicciones por la que se sometía al código militar los delitos de opinión y obra contra la patria y el ejército y se endurecían las penas. Esta ley desprestigió a los liberales y su derogación se convirtió en la reivindicación clave de los partidos nacionalistas, republicanos y movimiento obrero. Además, ayudó a unir las principales fuerzas nacionalistas catalanas. A raíz de la aprobación de esta ley Moret fue perdiendo apoyo en las Cortes, y finalmente cae por el atentado al rey por Mateo Morral en mayo de 1906. Los liberales mantienen el turno pero muy enfrentados, por lo que finalmente el rey llamó de nuevo a los conservadores. Entra Maura en enero de 1907 para formar el llamado “gobierno largo” hasta octubre de 1909. Los militares tienen cada vez más presencia en la vida política.
                Maura continua con la idea de la revolución desde arriba y de platear reformas que acabaran con las críticas de la oposición. Entre sus principales medidas destacamos:
-              Una reforma de la administración local de 1907, dando mayor autonomía y competencias a los ayuntamientos. Intentaba conseguir el apoyo de la gente que pedía descentralización (pretendía eliminar así la crítica desde el nacionalismo, sobre todo el catalanismo). También se permitía la creación de mancomunidades provinciales (para atraerse al nacionalismo), pero fue una ley muy debatida y no se aprobó.
-              En la economía, una mayor intervención (Ley de protección industrial). Para ganar el voto de los productores, sobre todo catalanes.
-              En política social, creación del Instituto Nacional de Previsión. Para conseguir el apoyo del proletariado y desarmar al movimiento obrero.
-              Una “moralización” de las elecciones con la Ley electoral de 1907. Para acabar con la crítica al caciquismo y el fraude. Introducía el voto obligatorio y las reclamaciones de las votaciones ante el Tribunal Constitucional; pero que permitía no celebrar votaciones (art. 29) si en el distrito electoral se presentaba el mismo número de candidatos que diputados a elegir, por lo que se aumentaba la corrupción (contrasentido de la ley).
                Pero su gobierno se tuvo que enfrentar a la crisis de la Semana Trágica de Barcelona y sus consecuencias.
                Esta crisis viene motivada por los intereses de los militares por tener más prestigio y poder, y por la represión que ejerció el gobierno para controlar las manifestaciones antimilitaristas y anticlericales. Para acabar esta revuelta, Maura lleva a cabo una fuerte represión que lo desprestigia y lo obliga a dimitir. Su caída provoca más inestabilidad, y que el partido conservador quede sin líder.
La Semana Trágica se inició por la movilización popular contra la guerra de África. En 1906 se realiza la Conferencia Internacional de Algeciras que le otorgó a España el protectorado (junto con Francia) sobre Marruecos, y los enclaves de Ifni y Río de Oro. La presencia española motivó los ataques de los rifeños (cabilas), el 9 de julio de 1909. Este ataque inicia la llamada Guerra de Melilla que se extiende hasta diciembre de 1909. El gobierno decretó el envío de más soldados. La recluta de las quintas y de reservistas (casados y con hijos) provocó el inicio de las protestas de la población, en julio de 1909, en Barcelona; aún más al comprobarse que los ricos podían librarse pagando un cupo en metálico. Los socialistas (UGT) y anarquistas (Solidaridad Obrera) promovieron una huelga general. Se inicia la huelga el 26 de julio: Las noticias de la derrota del Barranco del Lobo (el 27 de julio de 1909, muerte de unos 300 reservistas del contingente de julio) provocaron que la huelga general convocada para protestar desembocase en una insurrección conocida como Semana Trágica de Barcelona. La revuelta tuvo un fuerte componente antimilitarista y de rechazo a la hegemonía social y cultural de la Iglesia. Fue alentada por los radicales (Lerroux), anarquistas y socialistas; tuvo una gran participación del pueblo; quemaron iglesias, etc.
El gobierno respondió declarando el estado de guerra y reprimiendo con el ejército la revuelta. 78 muertos, cientos de heridos, más de 2000 procesados.  La represión posterior sobre los líderes obreros fue muy fuerte, con 17 condenados a muerte y 5 ejecutados, entre ellos Francisco Ferrer y Guardia (pedagogo anarquista impulsor de la Escuela Moderna). La revuelta fue parada por la dura represión, la falta de seguimiento en el resto de España, el cansancio obrero y la promesa por parte de la patronal de no descontar los días de huelga en caso de volver al trabajo.
Como consecuencia, Maura tuvo que abandonar el gobierno (¡Maura no!) ante la campaña de denuncia de la fuerte represión Maura presentó su dimisión esperando que el rey no la aceptara, pero en su lugar nombró un gobierno liberal encabezado por Segismundo Moret. Por otra parte, el movimiento catalanista se fragmentó. La Lliga y la burguesía fueron acusadas de colaborar con la represión, y dio lugar a la aparición de un movimiento nacionalista republicano y de izquierdas que se concretó en la Unión Federal Nacionalista Republicana en 1910.
La crisis de gobierno se saldó con la dimisión de Maura y la llegada de los Liberales. Y significó el fin del poco entendimiento que quedaba entre los conservadores y los liberales, al no haber apoyado estos al gobierno (en opinión de Maura) en los momentos críticos de ese año.
En febrero de 1909 entra en el gobierno José Canalejas, sustituyendo a Moret, hasta que es asesinado en noviembre de 1912. En su actuación destacamos:
-              Una mayor intervención del estado en materia social y laboral (jornada de 8 horas, regulación del trabajo de mujeres y niños, seguridad social, reducción de impuestos de consumos, reclutamiento (nueva ley que obliga a todos los hombres y suprime la redención o pago para librarse del servicio militar, aunque mantiene el pago para reducir el tiempo del servicio), etc.
-              Una secularización de la vida política, separando claramente Iglesia y Estado. Había que atender el problema de “la cuestión religiosa”: disminuir el peso de la iglesia en la educación, disminuir el gran número de congregaciones religiosas, rebajar los costes de los gastos de culto y clero.  Supuso la oposición de la Santa Sede y la promulgación de la Ley del Candado de 1910 (nueva Ley de asociaciones y que las órdenes religiosas deben acogerse a ella) para limitar la presencia de órdenes religiosas en España; muy criticada fue retirada posteriormente. Se produce en un ambiente de aumento del sentimiento anticlerical, que va creciendo cada vez más en la opinión pública urbana.
Sus acciones quedan truncadas con su asesinato. Le sucede en el cargo el conde de Romanones que es incapaz de mantenerse en el poder por las rivalidades dentro de su partido. En ese momento entran en el turno los conservadores, pero sin líder por la marcha de Maura, se acentuará la crisis del sistema de la Restauración y con el inicio de la Primera Guerra Mundial todos los problemas se verán empeorados.
Durante estos años también se produce un fortalecimiento de la oposición. Cada vez aumenta su crítica hacia el sistema y les resta poder a los partidos dinásticos. El movimiento obrero cobra fuerza: En 1907 se funda la confederación sindical Solidaridad Obrera en Barcelona, de tendencia anarcosindicalista, y que publica un órgano de expresión de mismo nombre, periódico conocido popularmente como la "Soli". En 1910 fundan la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) que superá en afiliados al sindicato socialista de la UGT. La CNT se definía como revolucionaria, proclamaba la independencia del proletariado de la burguesía y de sus instituciones (Estado) y la necesidad de unidad sindical. Entre los líderes destacan: Salvador Seguí, Ángel Pestaña y Joan Peiró. A pesar de los intentos de los gobiernos por iniciar una legislación laboral no se logró nada, de ahí la lucha de los obreros por conseguir mejores condiciones de trabajo y salario. Las manifestaciones aumentan, sobre todo en los núcleos industriales, y también se produce un aumento de atentados terroristas llevados a cabo por anarquistas (al rey, Maura, Canalejas, etc.)
Los partidos políticos de la oposición están divididos en varias facciones, el partido Radical de Alejandro Lerroux (fundado en 1908), con fuerte apoyo en Barcelona, muy anticlerical, antimilitarista y populista; y el partido Reformista, creado en 1912 por Melquíades Álvarez. El Partido Socialista, sigue creciendo y paso a colaborar con otras fuerzas de izquierda y establecer coaliciones con los republicanos, creando la Conjunción Republicano-Socialista, en 1907; le permitirá obtener su primer diputado en 1910 (Pablo Iglesias). El Carlismo mantiene su peso en las provincias vascongadas manteniendo sus reivindicaciones fueristas y hasta autonomistas. Y sigue creciendo el nacionalismo: En el catalanismo destaca la creación de la Lliga Regionalista tras la confluencia de los intereses de sectores catalanistas y la burguesía industrial. Entre sus líderes estaban Prat de la Riba y Francesc Cambó. Su programa era conservador e incluso elitista. Desde su fundación conquista éxitos electorales y, a partir de 1907, con la fundación de “Solidaritat Catalana” en unión con los carlistas y republicanos, dominan las elecciones en Cataluña. El nacionalismo vasco se consolida en los primeros años del XX, y controla sobre todo la provincia de Vizcaya. El discurso del P.N.V. se hizo más moderado para captar a la burguesía. Finalmente, el nacionalismo en Galicia no logró consolidarse como fuerza política ya que los grupos regionalistas se integraron en los partidos dinásticos. Lo único destacable es la formación de “Solidaridad Gallega” en 1907, pero que tuvo poco éxito. En cuanto al movimiento obrero Los sindicatos tuvieron un fuerte crecimiento: tanto los marxistas, la UGT, como los anarquistas. Uno de los elementos que determinó el crecimiento fue la fuerte conflictividad laboral.  El anarquismo fue más importante en Cataluña. En 1907 crearon Solidaridad Obrera y en 1910 la CNT (Confederación Nacional del Trabajo).



[1]   Antes pasó por las jefaturas de Montero Ríos, Moret, Vega de Armijo o López Domínguez.

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